«No cometan mi error»: un padre, con su sitio en internet, ya ha salvado a 1.370 niños del abortos
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Benedetta Frigerio
Tempi.it
6 enero 2014
La palabra aborto se teclea en Google 32.000 veces al día. También Cherri la
tecleó una vez y se encontró casualmente con
Online for Life, el sitio
internet guiado por Jeff Bradford que en dos años, junto al hijo de Cherri,
ha salvado más de 1.370 niños.
Justo a tiempo
Como Cherri, también Robin, embarazada del cuarto hijo poco después
de haber dado a luz al tercero, sentía el peso de sentirse juzgada como una
“estúpida”: «Encontré el sitio y escribí. Me respondió Kelly, que me ayudó
escuchándome. Decidí no abortar, aunque hasta el final estuve llena de
dudas», explica la mujer.
«Pero cuando mi hija nació me di cuenta de que había hecho la mejor elección
de mi vida. Kelly me ha ayudado a combatir contra las presiones de la
sociedad, contra la mentalidad de la mayoría. ¡Quiero dar las gracias y
decir a las mujeres que busquen ayuda, que allí fuera existe gente dispuesta
a ayudaros!».
De la muerte a la vida
Jeff Bradford, antes de socorrer tantas vidas, había sacrificado
una, la de su hijo. Era el año 1993: él y su novia, que en esa época tenían
veinte años y estaban a punto de casarse, descubrieron que esperaban un
hijo, pero el miedo al juicio de los demás los empujó al aborto.
Y aunque ambos sentían que algo no estaba bien en esta decisión, no se
dijeron nada el uno al otro. El día en que su novia abortó, Bradford se
quedó en la sala de espera. Tricia salió y los dos volvieron a casa en
silencio. Después se casaron y del matrimonio nacieron cuatro hijos. Sin
embargo, durante 15 años, los cónyuges no hablaron nunca de lo que había
sucedido, «pero había siempre algo que no iba bien», ha contado Bradford.
"La herida del aborto se gangrenó"
Los primeros años de matrimonio fueron muy duros, después «la
herida del aborto se gangrenó», hasta la crisis de hace cinco años que los
empujó a pedir ayuda a un centro de terapia matrimonial. Por primera vez
marido y mujer hablaron del aborto de su hijo: «Viendo lo que habíamos hecho
surgió toda la amargura y la rabia que teníamos dentro. Mi mujer lloró todas
las lágrimas que tenía, buscamos perdón y por primera vez lo encontramos».
Bradford entendió entonces que no hubo nadie sosteniendo a su mujer: «Yo el
primero». La relación entre él y Tricia volvió a florecer. Tres años después
Bradford decidió dejar su trabajo de director de una empresa para trabajar
junto a otros amigos en el proyecto Online for Life: «Quiero impedir que
otros cometan mi error».
«Voy a recogerlas allí donde se encuentren».
¿Por qué de este modo? En el sitio internet se lee: «¿Dónde buscan
las personas la información para abortar? En internet seis millones de
personas al mes buscan online los centros abortivos. Pero hay también 2.500
centros de ayuda a la vida dispuestos a socorrer a 1.300.000 mujeres que
abortan cada año. Lo que hacemos es poner en contacto a los unos con los
otros».
Explica Bradford: «Es exactamente lo que habría deseado para mí. Encontrar
casualmente algo a lo que asirme, en alguien que me dijera: “Es tu hijo, no
temas, estoy contigo”. Si hubiera muchos hombres así no creo que tantas
mujeres abortaran. Estamos llamados a ponernos en marcha, a marcar la
diferencia».