Siamesas inseparables: Se llaman Tatiana y Krista, y tienen seis años
Sara Martín / ReL 2013
Éste es uno de los argumentos más convincentes jamás vistos contra el
aborto
La familia de las siamesas canadienses graba un vídeo para defender el
derecho a la vida.
Se llaman Tatiana y Krista y son quizá una de las visiones más convincentes,
una de las razones más reales, para apoyar la causa provida. Tienen seis
años y viven en una pequeña ciudad de la Columbia Británica, en Canadá,
junto con su familia: abuelos, primos, tíos y sus tres hermanos.
A los cinco meses de gestación, su madre, Felicia Simms, fue informada de
las graves condiciones en las que podrían nacer sus hijas y, obviamente, le
plantearon la posibilidad de abortar, que rechazó sin dudar.
«Monstruos que no deberían nacer»
Al estar unidas por el cráneo (en términos médicos, siameses
craniópagos) y con el sistema nervioso interconectado, las posibilidades de
supervivencia eran escasas, un 20 por ciento. Durante todo el embarazo
recibió cartas anónimas en las que se le insultaba y despreciaba por haber
decidido continuar adelante y dar a luz a «monstruos que no deberían nacer»,
entre otras cosas.
Retos y obstáculos
Pero Felicia, con 20 años, escogió la esperanza y luchó, a pesar de
todo y contra todos. Y nacieron dos preciosas niñas a las 34 semanas de
gestación. Unidas por la cabeza, sí, pero sanas y preciosas: con grandes
ojos verdes, largas pestañas, tez sonrosada y cabellos dorados. Y comenzaron
una vida llena de retos, de dificultad, de incomprensión y de obstáculos en
el camino.
Sin posibilidad de ser separadas
En 2007 los médicos les confirmaron una terrible realidad. Krista y
Tatiana no podrían ser jamás separadas porque comparten literalmente parte
del cerebro, parte del sistema nervioso y, además, el corazón y los riñones
de Tatiana trabajan por encima de lo normal para ayudar a Krista.
Es decir, que una operación podría dejar paralizada a una de ellas o incluso
llegar a ser letal. Otra de las partes negativas es la falta, o al menos
insuficiencia, de ayudas económicas para los problemas reales de cada día:
problemas de espacio en la casa, problemas en la educación, necesidades
médicas.
Un caso único en el mundo
A su favor, lo único y espectacular de su caso, un auténtico
prodigio de interconexión mental que no se había conocido en otros casos
similares.
Neurólogos de todo el mundo siguen atentamente el caso, que no conoce
parangón y que admira a todos. Si una bebe, la otra lo siente. Si lloran y
le ponen el chupete a una, también la otra se calma. Si pinchan a una para
hacerle un análisis de sangre, su compañera llora.
Pero, al mismo tiempo, cada una tiene su propia personalidad y carácter,
como explica su propia madre: «Krista es la divertida, es feliz todo el
tiempo; Tatiana es más cariñosa», explica en este vídeo-entrevista concedido
a www.vancouversun.com A Krista le gusta el ketchup y a Tatiana no. Krista
es alérgica al maíz en lata; Tatiana, no. Y así con tantas otras cosas.
«Tienen derecho a estar aquí»
Y llegó este vídeo, provocador y desafiante frente a todos los que
esgrimen la no-autosuficiencia física y la dependencia como un argumento a
favor del aborto.
Frente a tantos que aseguran que la autonomía es sinónimo de dignidad.
Asociaciones de todo el mundo han replicado el vídeo en internet, incluyendo
aquellas de no creyentes, como Secular Pro Life. Su presidenta, Kelsey
Hazzard, asegura que este vídeo es un modo con el que la familia ha querido
proclamar ante el mundo que «estas dulces niñas tienen el derecho a
estar aquí, y siempre han tenido el derecho de estar aquí».
El objetivo de este vídeo es doble: se invita a los abortistas y a los
indecisos a reconsiderar el problema de la vida cuando no existe la
auto-suficiencia del cuerpo; y al mismo tiempo, se invita a los los pro vida
a practicar sus creencias y visitar ProLifeCares.org, que explica cómo
evitar que sus actos benéficos o donaciones acabe llegando a entidades
conectadas de un modo u otro con el aborto.
«Esperemos que la gente comience a pensar antes de hablar. A pesar de toda
la propaganda en contra, los pro vida se preocupan profundamente por el
bienestar de todas las personas vulnerables, no sólo de los no nacidos»,
concluye Hazzard.
Véalas en acción: