El Libro del Deuteronomio
Versión Reyna Valera 1909
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La versión Biblia de Jerusalén
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Jerusalén
Capítulo 1
1:1
ESTAS son las
palabras que habló Moisés á todo Israel de esta parte del Jordán en el desierto,
en el llano delante del mar Bermejo, entre Parán, y Thopel, y Labán, y
Haseroth, y Dizahab.
1:2
Once jornadas
hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea.
1:3
Y fué, que á
los cuarenta años, en el mes undécimo, al primero del mes, Moisés habló á los
hijos de Israel conforme á todas las cosas que el Altísimo le había mandado
acerca de ellos;
1:4
Después que
hirió á Sehón rey de los Amorrheos, que habitaba en Hesbón, y á Og rey de
Basán, que habitaba en Astarot en Edrei:
1:5
esta parte
del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:
1:6
el Altísimo
nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Harto habéis estado en este monte;
1:7
Volveos,
partíos é id al monte del Amorrheo, y á todas sus comarcas, en el llano, en el
monte, y en los valles, y al mediodía, y á la costa de la mar, á la tierra del
Cananeo, y el Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.
1:8
Mirad, yo he
dado la tierra en vuestra presencia; entrad y poseed la tierra que el Altísimo
juró á vuestros padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les daría á ellos y á su
simiente después de ellos.
1:9
Y yo os hablé
entonces, diciendo: Yo no puedo llevaros solo:
1:10
el Altísimo
vuestro Dios os ha multiplicado, y he aquí sois hoy vosotros como las estrellas
del cielo en multitud.
1:11
¡el Altísimo
Dios de vuestros padres añada sobre vosotros como sois mil veces, y os bendiga,
como os ha prometido!
1:12
¿Cómo llevaré
yo solo vuestras molestias, vuestras cargas, y vuestros pleitos?
1:13
Dad me de entre
vosotros, de vuestras tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que
yo los ponga por vuestros jefes.
1:14
Y me
respondisteis, y dijisteis: Bueno es hacer lo que has dicho.
1:15
Y tomé los
principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y púselos por jefes
sobre vosotros, jefes de millares, y jefes de cientos, y jefes de cincuenta, y
cabos de diez, y gobernadores á vuestras tribus.
1:16
Y entonces
mandé á vuestros jueces, diciendo: Oid entre vuestros hermanos, y juzgad
justamente entre el hombre y su hermano, y el que le es extranjero.
1:17
No tengáis
respeto de personas en el juicio: así al pequeño como al grande oiréis: no
tendréis temor de ninguno, porque el juicio es de Dios: y la causa que os fuere
difícil, la traeréis á mí, y yo la oiré.
1:18
Os mandé,
pues, en aquel tiempo todo lo que habíais de hacer.
1:19
Y partidos de
Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que habéis visto, por el
camino del monte del Amorrheo, como el Altísimo nuestro Dios nos lo mandó; y
llegamos hasta Cades-barnea.
1:20
Entonces os
dije: Llegado habéis al monte del Amorrheo, el cual el Altísimo nuestro Dios
nos da.
1:21
Mira, el
Altísimo tu Dios ha dado delante de ti la tierra: sube y posée la, como el
Altísimo el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.
1:22
Y llegasteis
á mí todos vosotros, y dijisteis: Enviemos varones delante de nosotros, que nos
reconozcan la tierra y nos traigan de vuelta razón del camino por donde hemos
de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar.
1:23
Y el dicho me
pareció bien: y tomé doce varones de vosotros, un varón por tribu:
1:24
Y se
encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta la arroyada de Escol, y
reconocieron la tierra.
1:25
Y tomaron en sus
manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y diéronnos cuenta, y dijeron: Es
buena la tierra que el Altísimo nuestro Dios nos da.
1:26
Empero no
quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al dicho de el Altísimo vuestro Dios;
1:27
Y
murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque el Altísimo nos aborrecía,
nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en mano del Amorrheo para
destruirnos.
1:28
¿A dónde
subimos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestro corazón, diciendo:
Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y muradas
hasta el cielo; y también vimos allí hijos de gigantes.
1:29
Entonces os
dije: No temáis, ni tengáis miedo de ellos.
1:30
el Altísimo
vuestro Dios, el cual va delante de vosotros, él peleará por vosotros, conforme
á todas las cosas que hizo por vosotros en Egipto delante de vuestros ojos;
1:31
Y en el
desierto has visto que el Altísimo tu Dios te ha traído, como trae el hombre á
su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta que habéis venido á este
lugar.
cm
providencia de Dios -
1:32
Y aun con
esto no creisteis en el Altísimo vuestro Dios,
1:33
El cual iba
delante de vosotros por el camino, para reconoceros el lugar donde habíais de
asentar el campo, con fuego de noche para mostraros el camino por donde aduvieseis,
y con nube de día.
1:34
Y oyó el
Altísimo la voz de vuestras palabras, y enojóse, y juró diciendo:
1:35
No verá
hombre alguno de estos de esta mala generación, la buena tierra que juré había
de dar á vuestros padres,
1:36
Excepto Caleb
hijo de Jephone: él la verá, y á él le daré la tierra que pisó, y á sus hijos;
porque cumplió en pos de el Altísimo.
1:37
Y también
contra mí se airó el Altísimo por vosotros, diciendo: Tampoco tú entrarás allá:
1:38
Josué hijo de
Nun, que está delante de ti, él entrará allá: anímale; porque él la hará
heredar á Israel.
1:39
Y vuestros
chiquitos, de los cuales dijisteis serán por presa, y vuestros hijos que no
saben hoy bueno ni malo, ellos entrarán allá, y á ellos la daré, y ellos la
heredarán.
1:40
Y vosotros
volveos, y partíos al desierto camino del mar Bermejo.
1:41
Entonces
respondisteis y me dijisteis: Pecado hemos contra el Altísimo; nosotros
subiremos y pelearemos, conforme á todo lo que el Altísimo nuestro Dios nos ha
mandado. Y os armasteis cada uno de sus armas de guerra, y os apercibisteis
para subir al monte.
1:42
Y el Altísimo
me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; porque no
seáis heridos delante de vuestros enemigos.
1:43
Y os hablé, y
no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al dicho de el Altísimo, y
persistiendo con altivez, subisteis al monte.
1:44
Y salió el
Amorrheo, que habitaba en aquel monte, á vuestro encuentro, y os persiguieron,
como hacen las avispas, y os derrotaron en Seir, persiguiéndoos hasta Horma.
1:45
Y volvisteis,
y llorasteis delante de el Altísimo; pero el Altísimo no escuchó vuestra voz,
ni os prestó oído.
1:46
Y estuvisteis
en Cades por muchos días, como en los días que habéis estado.
Deu 1:1 Estas son las palabras que dijo
Moisés a todo Israel al otro lado del Jordán en el desierto, en la Arabá,
frente a Suf, entre Parán y Tófel, Labán, Jaserot y Di Zahab. -
Deu 1:2 Once son las jornadas desde el
Horeb, por el camino del monte Seír, hasta Cadés Barnea-.
Deu 1:3 El año cuarenta, el día uno del
undécimo mes, habló Moisés a los israelitas exponiendo todo cuanto Yahveh la
había mandado respecto a ellos.
Deu 1:4 Después de batir a Sijón, rey de
los amorreos, que moraba en Jesbón, y a Og, rey de Basán, que moraba en
Astarot y en Edreí,
Deu 1:5 al otro lado del Jordán, en el
país de Moab, decidió Moisés promulgar esta Ley. Dijo:
Deu 1:6 Yahveh, nuestro Dios, nos habló
así en el Horeb: «Ya habéis estado bastante tiempo en esta montaña.
Deu 1:7 ¡En marcha!, partid y entrad en la
montaña de los amorreos, y donde todos sus vecinos de la Arabá, la Montaña,
la Tierra Baja, el Négueb y la costa del mar; en la tierra de Canaán y el
Líbano, hasta el río grande, el río Eufrates.
Deu 1:8 Mirad: Yo he puesto esa tierra
ante vosotros; id a tomar posesión de la tierra que Yahveh juró dar a
vuestros padres Abraham, Isaac y Jacob, y a su descendencia después de
ellos.»
Deu 1:9 Yo os hablé entonces y os dije:
«No puedo cargar con todos vosotros yo solo.
Deu 1:10 Yahveh, vuestro Dios, os ha
multiplicado y sois ahora tan numerosos como las estrellas del cielo.
Deu 1:11 Yahveh, el Dios de vuestros
padres, os aumente mil veces más todavía y os bendiga como os ha prometido.
Deu 1:12 Pero ¿cómo voy a poder yo solo
llevar vuestro peso, vuestra carga y vuestros litigios?
Deu 1:13 Escoged entre vosotros hombres
sabios, perspicaces y experimentados, de cada una de vuestras tribus, y yo
los pondré a vuestra cabeza.»
Deu 1:14 Me respondisteis: «Está bien lo
que propones hacer.»
Deu 1:15 Yo tomé, entre los jefes de
vuestras tribus, hombres sabios y experimentados, y los hice jefes vuestros:
jefes de millar, de cien, de cincuenta y de diez, así como escribas para
vuestras tribus.
Deu 1:16 Y di entonces esta orden a
vuestros jueces: «Escucharéis lo que haya entre vuestros hermanos y
administraréis justicia entre un hombre y su hermano o un forastero.
Deu 1:17 No haréis en juicio acepción de
personas, escucharéis al pequeño lo mismo que al grande, no tendréis miedo
al hombre, pues la sentencia es de Dios. El asunto que os resulte demasiado
difícil, me lo remitiréis a mí, y yo lo oiré.»
Deu 1:18 Yo os prescribí entonces todo lo
que tenías que hacer.
Deu 1:19 Partimos del Horeb y fuimos por
ese enorme y temible desierto que habéis visto, camino de la montaña de los
amorreos, como Yahveh nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cadés
Barnea.
Deu 1:20 Yo os dije: «Ya habéis llegado a
la montaña de los amorreos que Yahveh nuestro Dios nos da.
Deu 1:21 Mira: Yahveh tu Dios ha puesto
ante ti este país. Sube a tomar posesión de él como te ha dicho Yahveh el
Dios de tus padres; no tengas miedo ni te asustes».
Deu 1:22 Pero todos vosotros os
acercasteis a decirme: «Enviemos delante de nosotros hombres para que
exploren el país y nos den noticias sobre el camino por donde hemos de subir
y sobre las ciudades en que podemos entrar.»
Deu 1:23 Me pareció bien la propuesta y
tomé de entre vosotros doce hombres, uno por tribu.
Deu 1:24 Partieron y subieron a la
montaña; llegaron hasta el valle de Eskol y lo exploraron.
Deu 1:25 Tomaron en su mano frutos del
país, nos los trajeron, y nos informaron: «Buena tierra es la que Yahveh
nuestro Dios nos da.»
Deu 1:26 Pero vosotros os negasteis a
subir; os rebelasteis contra la orden de Yahveh vuestro Dios,
Deu 1:27 y os pusisteis a murmurar en
vuestras tiendas: «Por el odio que nos tiene nos ha sacado Yahveh de Egipto,
para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos.
Deu 1:28 ¿Adónde vamos a subir? Nuestros
hermanos nos han descorazonado al decir: Es un pueblo más grande y
corpulento que nosotros, las ciudades son grandes y sus murallas llegan
hasta el cielo. Y hasta anaquitas hemos visto allí.»
Deu 1:29 Yo os dije: «No os asustéis, no
tengáis miedo de ellos.
Deu 1:30 Yahveh vuestro Dios, que marcha a
vuestro frente, combatirá por vosotros, como visteis que lo hizo en Egipto,
Deu 1:31 y en el desierto, donde has visto
que Yahveh tu Dios te llevaba como un hombre lleva a su hijo, a todo lo
largo del camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar.»
Deu 1:32 Pero ni aun así confiasteis en
Yahveh vuestro Dios,
Deu 1:33 que era el que os precedía en el
camino y os buscaba lugar donde acampar, con el fuego durante la noche para
alumbrar el camino que debíais seguir, y con la nube durante el día.
Deu 1:34 Yahveh oyó encolerizado vuestras
palabras y juró así:
Deu 1:35 «Ni un solo hombre de esta
generación perversa verá la tierra buena que yo juré dar a vuestros padres,
Deu 1:36 excepto Caleb, hijo de Yefunné:
él la verá, y yo le daré a él y a sus hijos la tierra que ha pisado, porque
siguió cabalmente a Yahveh.»
Deu 1:37 Por culpa vuestra Yahveh se
irritó también contra mí y me dijo: «Tampoco tú entrarás allí.
Deu 1:38 Será tu ayudante Josué, hijo de
Nun, el que entrará. Fortalécele, ya que él dará a Israel posesión de la
tierra.
Deu 1:39 Pero vuestros pequeños, de los
que dijisteis que iban a servir de botín, vuestros hijos que no conocen
todavía el bien y el mal, sí entrarán allá, a ellos se la daré yo, y ellos
la poseerán.
Deu 1:40 Y vosotros ahora, volveos y
partid hacia el desierto por el camino del mar de Suf.»
Deu 1:41 Vosotros me respondisteis: «Hemos
pecado contra Yahveh nuestro Dios. Subiremos y combatiremos como Yahveh
nuestro Dios nos ha mandado.» Ceñísteis cada uno vuestras armas y creísteis
fácil subir a la montaña.
Deu 1:42 Pero Yahveh me dijo: «Diles: No
subáis a combatir porque no estoy yo en medio de vosotros, y así seréis
derrotados por vuestros enemigos.»
Deu 1:43 Yo os hablé, pero vosotros no me
escuchasteis; fuisteis rebeldes a la orden de Yahveh y tuvisteis la osadía
de subir a la montaña.
Deu 1:44 Los amorreos, habitantes de
aquella montaña, salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo
hubieran hecho las abejas, y os derrotaron en Seír hasta Jormá.
Deu 1:45 A vuestro regreso llorasteis ante
Yahveh, pero Yahveh no escuchó vuestra voz ni os prestó oídos.
Deu 1:46 Por eso tuvisteis que permanecer
en Cadés todo ese largo tiempo que habéis estado allí.
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Capítulo 2
2:1
Y VOLVIMOS, y
partímonos al desierto camino del mar Bermejo, como el Altísimo me había dicho;
y rodeamos el monte de Seir por muchos días.
2:2
Y el Altísimo
me habló, diciendo:
2:3
Harto habéis rodeado
este monte; volveos al aquilón.
2:4
Y manda al
pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el término de vuestros hermanos los
hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas
vosotros guardaos mucho:
2:5
No os metáis
con ellos; que no os daré de su tierra ni aun la holladura de la planta de un
pie; porque yo he dado por heredad á Esaú el monte de Seir.
2:6
Compraréis de
ellos por dinero las viandas, y comeréis; y también compraréis de ellos el
agua, y beberéis:
2:7
Pues el Altísimo
tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos: él sabe que andas por este
gran desierto: estos cuarenta años el Altísimo tu Dios fué contigo; y ninguna
cosa te ha faltado.
2:8
Y pasamos de
nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino de la
llanura de Elath y de Esiongeber. Y volvimos, y pasamos camino del desierto de
Moab.
2:9
Y el Altísimo
me dijo: No molestes á Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, que no te daré
posesión de su tierra; porque yo he dado á Ar por heredad á los hijos de Lot.
2:10
(Los Emimeos
habitaron en ella antes, pueblo grande, y numeroso, y alto como fhnumeroso, y
alto como fh gigantes:
2:11
Por gigantes
eran ellos también contados, como los Anaceos; y los Moabitas los llaman
Emimeos.
2:12
Y en Seir
habitaron antes los Horeos, á los cuales echaron los hijos de Esaú; y los
destruyeron de delante de sí, y moraron en lugar de ellos; como hizo Israel en
la tierra de su posesión que les dió el Altísimo.)
2:13
Levantaos
ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.
2:14
Y los días
que anduvimos de Cades-barnea hasta que pasamos el arroyo de Zered, fueron
treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de
guerra de en medio del campo, como el Altísimo les había jurado.
2:15
Y también la
mano de el Altísimo fué sobre ellos para destruirlos de en medio del campo,
hasta acabarlos.
2:16
Y aconteció
que cuando se hubieron acabado de morir todos los hombres de guerra de entre el
pueblo,
2:17
el Altísimo me
habló, diciendo:
2:18
Tú pasarás
hoy el término de Moab, á Ar,
2:19
Y te
acercarás delante de los hijos de Ammón: no los molestes, ni te metas con
ellos; porque no te tengo de dar posesión de la tierra de los hijos de Ammón;
que á los hijos de Lot la he dado por heredad.
2:20
(Por tierra
de gigantes fué también ella tenida: habitaron en ella gigantes en otro tiempo,
á los cuales los Ammonitas llamaban Zomzommeos;
2:21
Pueblo
grande, y numeroso, y alto, como los Anaceos; á los cuales el Altísimo destruyó
de delante de los Ammonitas, quienes les sucedieron, y habitaron en su lugar:
2:22
Como hizo con
los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, de delante de los cuales destruyó á
los Horeos; y ellos les sucedieron, y habitaron en su lugar hasta hoy.
2:23
Y á los
Heveos que habitaban en Haserin hasta Gaza, los Caftoreos que salieron de
Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar.)
2:24
Levantaos,
partid, y pasad el arroyo de Arnón: he aquí he dado en tu mano á Sehón rey de
Hesbón, Amorrheo, y á su tierra: comienza á tomar posesión, y empéñate con él
en guerra.
2:25
Hoy comenzaré
á poner tu miedo y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los
cuales oirán tu fama, y temblarán, y angustiarse han delante de ti.
2:26
Y envié
mensajeros desde el desierto de Cademoth á Sehón rey de Hesbón, con palabras de
paz, diciendo:
2:27
Pasaré por tu
tierra por el camino: por el camino iré, sin apartarme á diestra ni á
siniestra:
2:28
La comida me venderás
por dinero y comeré: el agua también me darás por dinero, y beberé: solamente
pasaré á pie;
2:29
Como lo
hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los Moabitas que
habitaban en Ar; hasta que pase el Jordán á la tierra que nos da el Altísimo
nuestro Dios.
2:30
Mas Sehón rey
de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque el Altísimo tu
Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu
mano, como hoy.
2:31
Y díjome el
Altísimo: He aquí yo he comenzado á dar delante de ti á Sehón y á su tierra;
comienza á tomar posesión, para que heredes su tierra.
2:32
Y saliónos
Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jaas.
2:33
Mas el
Altísimo nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y herimos á él y á sus
hijos, y á todo su pueblo.
2:34
Y tomamos
entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, y
mujeres, y niños; no dejamos ninguno:
2:35
Solamente
tomamos para nosotros las bestias, y los despojos de las ciudades que habíamos
tomado.
2:36
Desde Aroer,
que está junto á la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el
arroyo, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros: todas las
entregó el Altísimo nuestro Dios en nuestro poder.
2:37
Solamente á
la tierra de los hijos de Ammón no llegaste, ni á todo lo que está á la orilla
del arroyo de Jaboc ni á las ciudades del monte, ni á lugar alguno que el
Altísimo nuestro Dios había prohibido.
Deu 2:1 Luego nos volvimos y partimos hacia
el desierto, por el camino del mar de Suf, como Yahveh me había mandado.
Durante muchos días anduvimos rodeando la montaña de Seír.
Deu 2:2 Yahveh me habló y me dijo:
Deu 2:3 «Ya habéis dado bastantes rodeos a
esta montaña: dirigíos hacia el norte.
Deu 2:4 Y da al pueblo esta orden: Vais a
pasar por el territorio de vuestros hermanos, los hijos de Esaú, que habitan
en Seír. Ellos os temen; pero vosotros tened mucho cuidado;
Deu 2:5 no los ataquéis, porque yo no os
daré nada de su país, ni siquiera la medida de la planta del pie, ya que el
monte Seír se lo he dado en posesión a Esaú.
Deu 2:6 La comida que comáis se la
compraréis por dinero, y por dinero les compraréis también el agua que
bebáis.
Deu 2:7 Pues Yahveh tu Dios te ha
bendecido en todas tu obras: ha protegido tu marcha por este gran desierto,
y hace ya cuarenta años que Yahveh tu Dios está contigo sin que te haya
faltado nada.»
Deu 2:8 Pasamos, pues, al lado de nuestros
hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír, por el camino de la Arabá,
de Elat y de Esyón Guéber; después cambiando de rumbo, tomamos el camino del
desierto de Moab.
Deu 2:9 Yahveh me dijo: «No ataques a
Moab, no le provoques al combate, pues yo no te daré nada de su país, ya que
Ar se la he dado en posesión a los hijos de Lot.
Deu 2:10 (Antiguamente habitaban allí los
emitas, pueblo grande, numeroso y corpulento como los anaquitas.
Deu 2:11 Tanto a ellos como a los
anaquitas se los tenía por refaítas, pero los moabitas los llamaban emitas.
Deu 2:12 Igualmente en Seír habitaron
antiguamente los joritas, pero los hijos de Esaú los desalojaron, los
exterminaron y se establecieron en su lugar, como ha hecho Israel con la
tierra de su posesión, la que Yahveh les dio.)
Deu 2:13 Y ahora, levantaos y pasad el
torrente Zéred.» Y pasamos el torrente Zéred.
Deu 2:14 El tiempo que estuvimos caminando
desde Cadés Barnea hasta que pasamos el torrente Zéred fue de 38 años; por
lo que había desaparecido ya del campamento toda la generación de hombres de
guerra, como Yahveh les había jurado.
Deu 2:15 La misma mano de Yahveh había
caído sobre ellos para extirparlos de en medio del campamento hasta hacerlos
desaparecer.
Deu 2:16 Cuando la muerte había hecho
desaparecer a todos los hombres de guerra en medio del pueblo,
Deu 2:17 Yahveh me habló y me dijo:
Deu 2:18 «Vas a pasar hoy la frontera de
Moab, por Ar,
Deu 2:19 y vas a encontrarte con los hijos
de Ammón. No los ataques ni les provoques; pues yo no te daré nada del país
de los hijos de Ammón, ya que se lo he entregado a los hijos de Lot en
posesión.
Deu 2:20 (También éste era considerado
país de refaítas; los refaítas habitaron aquí antiguamente; y los ammonitas
los llamaban zanzumitas,
Deu 2:21 pueblo grande, numeroso y
corpulento como los anaquitas; Yahveh los exterminó ante los ammonitas, que
los desalojaron y se establecieron en su lugar;
Deu 2:22 así había hecho también en favor
de los hijos de Esaú, que habitaban en Seír, exterminando delante de ellos a
los joritas; aquéllos los desalojaron y se establecieron en su lugar hasta
el día de hoy.
Deu 2:23 Y también a los avitas, que
habitan en los campos hasta Gaza; los kaftoritas, venidos de Kaftor, los
exterminaron y se establecieron en su lugar).
Deu 2:24 Levantaos, partid y pasad el
torrente Arnón. Mira, yo pongo en tus manos a Sijón, el amorreo, rey de
Jesbón, y todo su país. Comienza la conquista; provócale al combate.
Deu 2:25 Desde hoy comienzo a infundir
terror y miedo de ti entre todos los pueblos que hay debajo del cielo: al
tener noticia de tu llegada temblarán todos y se estremecerán.»
Deu 2:26 Del desierto de Quedemot envié
mensajeros a Sijón, rey de Jesbón, con estas palabras de paz:
Deu 2:27 «Voy a pasar por tu país; seguiré
el camino sin desviarme a derecha ni a izquierda.
Deu 2:28 La comida que coma véndemela por
dinero, el agua que beba dámela por dinero; sólo deseo pasar a pie,
Deu 2:29 como me han dejado los hijos de
Esaú que habitan en Seír y los moabitas que habitan en Ar, hasta cruzar el
Jordán para ir hacia la tierra que nos da Yahveh nuestro Dios.»
Deu 2:30 Pero Sijón, rey de Jesbón, no
quiso dejarnos pasar por allí porque Yahveh tu Dios le había empedernido el
espíritu y endurecido el corazón, a fin de entregarle en tus manos, como lo
está todavía hoy.
Deu 2:31 Yahveh me dijo: «Mira, he
comenzado a entregarte a Sijón y su país; empieza la conquista, apodérate de
su territorio.»
Deu 2:32 Sijón salió a nuestro encuentro
con todo su pueblo, y nos presentó batalla en Yahás.
Deu 2:33 Yahveh nuestro Dios nos lo
entregó y le derrotamos a él, a sus hijos y a todo su pueblo.
Deu 2:34 Nos apoderamos entonces de todas
sus ciudades y consagramos al anatema toda ciudad: hombres, mujeres y niños,
sin dejar superviviente.
Deu 2:35 Tan sólo guardamos como botín el
ganado y los despojos de las ciudades tomadas.
Deu 2:36 Desde Aroer, al borde del valle
del Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad
inaccesible para nosotros; Yahveh nuestro Dios nos las entregó todas.
Deu 2:37 Únicamente respetaste el país de
los ammonitas, toda la ribera del torrente Yabboq y las ciudades de la
montaña, todo lo que Yahveh nuestro Dios había prohibido.
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Capítulo 3
3:1
Y VOLVIMOS, y
subimos camino de Basán, y saliónos al encuentro Og rey de Basán para pelear,
él y todo su pueblo, en Edrei.
3:2
Y díjome el
Altísimo: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado á él y á todo su
pueblo, y su tierra: y harás con él como hiciste con Sehón rey Amorrheo, que
habitaba en Hesbón.
3:3
Y el Altísimo
nuestro Dios entregó también en nuestra mano á Og rey de Basán, y á todo su
pueblo, al cual herimos hasta no quedar de él ninguno.
3:4
Y tomamos
entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos: sesenta
ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.
3:5
Todas éstas
eran ciudades fortalecidas con alto muro, con puertas y barras; sin otras muy
muchas ciudades sin muro.
3:6
Y
destruímoslas, como hicimos á Sehón rey de Hesbón, destruyendo en toda ciudad
hombres, mujeres, y niños.
3:7
Y tomamos
para nosotros todas las bestias, y los despojos de las ciudades.
3:8
También
tomamos en aquel tiempo de mano de dos reyes Amorrheos que estaban de esta
parte del Jordán, la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón:
3:9
(Los Sidonios
llaman á Hermón Sirión; y los Amorrheos, Senir:)
3:10
Todas las
ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salchâ y Edrei,
ciudades del reino de Og en Basán.
3:11
Porque sólo
Og rey de Basán había quedado de los gigantes que quedaron. He aquí su cama,
una cama de hierro, ¿no está en Rabbath de los hijos de Ammón?; la longitud de
ella de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, al codo de un hombre.
3:12
Y esta tierra
que heredamos entonces desde Aroer, que está al arroyo de Arnón, y la mitad del
monte de Galaad con sus ciudades, dí á los Rubenitas y á los Gaditas:
3:13
Y el resto de
Galaad, y todo Basán, del reino de Og, dí lo á la media tribu de Manasés; toda
la tierra de Argob, todo Basán, que se llamaba la tierra de los gigantes.
3:14
Jair hijo de
Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el término de Gessuri y Machâti; y llamóla
de su nombre Basán-havoth-jair, hasta hoy.
3:15
Y á Machîr dí á Galaad.
3:16
Y á los
Rubenitas y Gaditas dí de Galaad hasta el arroyo de Arnón, el medio del arroyo
por término; hasta el arroyo de Jaboc, término de los hijos de Ammón:
3:17
Asimismo la
campiña, y el Jordán, y el término, desde Cinereth hasta la mar del llano, el
mar Salado, las vertientes abajo del Pisga al oriente.
3:18
Y os mandé
entonces, diciendo: el Altísimo vuestro Dios os ha dado esta tierra para que la
poseáis: pasaréis armados delante de vuestros hermanos los hijos de Israel
todos los valientes.
3:19
Solamente
vuestras mujeres, vuestros niños, y vuestros ganados, (yo sé que tenéis mucho
ganado,) quedarán en vuestras ciudades que os he dado,
3:20
Hasta que el
Altísimo dé reposo á vuestros hermanos, así como á vosotros, y hereden también
ellos la tierra que el Altísimo vuestro Dios les da á la otra parte del Jordán:
entonces os volveréis cada uno a su heredad que yo os he dado.
3:21
Mandé también
á Josué entonces, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que el Altísimo vuestro
Dios ha hecho á aquellos dos reyes: así hará el Altísimo á todos los reinos á
los cuales pasarás tú.
3:22
No los
temáis; que el Altísimo vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.
3:23
Y oré á el
Altísimo en aquel tiempo, diciendo:
3:24
Señor el
Altísimo, tú has comenzado á mostrar á tu siervo tu grandeza, y tu mano fuerte:
porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga según tus obras, y
según tus valentías?
3:25
Pase yo,
ruégote, y vea aquella tierra buena, que está á la parte allá del Jordán, aquel
buen monte, y el Líbano.
3:26
Mas el
Altísimo se había enojado contra mí por causa de vosotros, por lo cual no me
oyó: y díjome el Altísimo: Bástate, no me hables más de este negocio.
3:27
Sube á la
cumbre del Pisga, y alza tus ojos al occidente, y al aquilón, y al mediodía, y
al oriente, y ve por tus ojos: porque no pasarás este Jordán.
3:28
Y manda a
Josué, y anímalo, y confórtalo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y
él les hará heredar la tierra que verás.
3:29
Y paramos en
el valle delante de Beth-peor.
Deu 3:1 Luego nos
volvimos y subimos por el camino de Basán. Og, rey de Basán, salió a nuestro
encuentro con todo su pueblo y nos presentó batalla en Edreí.
Deu 3:2 Yahveh me dijo: «No le temas,
porque yo le he entregado en tus manos con todo su pueblo y su país. Harás
con él lo que hiciste son Sijón, el rey amorreo que habitaba en Jesbón.»
Deu 3:3 Yahveh nuestro Dios entregó en
nuestras manos también a Og, rey de Basán, con todo su pueblo. Le batimos
hasta no dejarle ni un superviviente.
Deu 3:4 Nos apoderamos entonces de todas
sus ciudades; no hubo ciudad que no les tomáramos: sesenta ciudades, toda la
confederación de Argob, reino de Og en Basán,
Deu 3:5 plazas fuertes todas ellas, con
altas murallas, puertas y cerrojos; sin contar las ciudades de los
perizitas, en gran número.
Deu 3:6 Las consagramos al anatema, como
habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón: anatema a toda ciudad: hombres,
mujeres y niños;
Deu 3:7 aunque guardamos como botín todo
el ganado y los despojos de estas ciudades.
Deu 3:8 Así tomamos entonces, de mano de
los dos reyes amorreos, el país de Transjordania, desde el torrente Arnón
hasta el monte Hermón
Deu 3:9 (los sidonios llaman al Hermón
Siryón, y los amorreos lo llaman Senir):
Deu 3:10 todas las ciudades de la
Altiplanicie, todo Galaad y todo Basán hasta Salká y Edreí, ciudades del
reino de Og en Basán.
Deu 3:11 (Og, rey de Basán, era el último
superviviente de los refaítas: su lecho es el lecho de hierro que se halla
en Rabbá de los ammonitas, de nueve codos de largo por cuatro de ancho, en
codos corrientes.
Deu 3:12 De este país tomamos posesión
entonces: desde Aroer, a orillas del torrente Arnón, la mitad de la montaña
de Galaad con sus ciudades se la di a los rubenitas y a los gaditas.
Deu 3:13 A la media tribu de Manasés le di
el resto de Galaad y todo Basán, reino de Og: toda la confederación de
Argob. (A todo este Basán es a lo que se llama el país de los refaítas.)
Deu 3:14 Yaír, hijo de Manasés, se quedó
con toda la confederación de Argob, hasta la frontera de los guesuritas y de
los maakatitas, y dio a Basán su nombre que aún conserva: Aduares de Yaír.
Deu 3:15 A Makir le di Galaad.
Deu 3:16 A los rubenitas y a los gaditas
les di desde Galaad hasta el torrente Arnón - la mitad del torrente marcaba
la frontera - y hasta el torrente Yabboq, frontera de los ammonitas.
Deu 3:17 La Arabá y el Jordán hacían de
frontera, desde Kinnéret hasta el mar de la Arabá (el mar de la Sal), al pie
de las laderas del Pisgá, al oriente.
Deu 3:18 Yo os ordené entonces: «Yahveh,
vuestro Dios, os ha dado esta tierra en posesión. Vosotros pasaréis armados
al frente de vuestros hermanos los israelitas, todos hombres de armas.
Deu 3:19 Sólo vuestras mujeres, vuestros
hijos y vuestros rebaños (pues sé que tenéis rebaños numerosos) quedarán en
las ciudades que yo os he dado,
Deu 3:20 hasta que Yahveh conceda reposo a
vuestros hermanos, como a vosotros, y ellos también hayan tomado posesión de
la tierra que Yahveh vuestro Dios les ha dado al otro lado del Jordán;
entonces volveréis cada uno a la heredad que yo os he dado.»
Deu 3:21 A Josué también le di entonces la
orden siguiente: «Tus propios ojos han visto todo lo que Yahveh vuestro Dios
ha hecho con estos dos reyes; lo mismo hará Yahveh con todos los reinos por
donde vas a pasar.
Deu 3:22 No les temáis, porque el mismo
Yahveh vuestro Dios combate por vosotros.»
Deu 3:23 Entonces hice esta súplica a
Yahveh:
Deu 3:24 «Yahveh, Señor mío, tú has
comenzado a manifestar a tu siervo tu grandeza y tu mano fuerte; pues ¿qué
Dios hay, en los cielos ni en la tierra, que pueda hacer obras y proezas
como las tuyas?
Deu 3:25 Déjame, por favor, pasar y ver la
tierra buena de allende el Jordán, esa buena montaña y el Líbano.»
Deu 3:26 Pero, por culpa vuestra, Yahveh
se irritó contra mí y no me escuchó; antes bien me dijo: «¡Basta ya! No
sigas hablándome de esto.
Deu 3:27 Sube a la cumbre del Pisgá, alza
tus ojos al occidente, al norte, al mediodía y al oriente; y contempla con
tu ojos, porque no pasarás ese Jordán.
Deu 3:28 Da tus órdenes a Josué, dale
ánimos y fortalécele, porque él pasará al frente de este pueblo: él le
pondrá en posesión de esa tierra que ves.»
Deu 3:29 Y nos quedamos, en el valle,
enfrente de Bet Peor.
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Capítulo 4
4:1
AHORA pues,
oh Israel, oye los estatutos y derechos que yo os enseño, para que los
ejecutéis, y viváis, y entréis, y poseáis la tierra que el Altísimo el Dios de
vuestros padres te da.
4:2
No añadiréis
á la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los
mandamientos de el Altísimo vuestro Dios que yo os ordeno.
4:3
Vuestros ojos
vieron lo que hizo el Altísimo con motivo de Baal-peor; que á todo hombre que
fué en pos de Baal-peor destruyó el Altísimo tu Dios de en medio de ti.
4:4
Mas vosotros
que os allegasteis á el Altísimo vuestro Dios, todos estáis vivos hoy.
4:5
Mirad, yo os
he enseñado estatutos y derechos, como el Altísimo mi Dios me mandó, para que
hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para poseerla.
4:6
Guardadlos,
pues, y ponedlos por obra: porque esta es vuestra sabiduría y vuestra
inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y
dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es ésta.
4:7
Porque ¿qué
gente grande hay que tenga los dioses cercanos á sí, como lo está el Altísimo
nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?
4:8
Y ¿qué gente
grande hay que tenga estatutos y derechos justos, como es toda esta ley que yo
pongo hoy delante de vosotros?
4:9
Por tanto,
guárdate, y guarda tu alma con diligencia, que no te olvides de las cosas que tus
ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida: y
enseñarlas has á tus hijos, y á los hijos de tus hijos;
4:10
El día que
estuviste delante de el Altísimo tu Dios en Horeb, cuando el Altísimo me dijo:
Júntame el pueblo, para que yo les haga oir mis palabras, las cuales
aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra: y las
enseñarán á sus hijos;
4:11
Y os
llegasteis, y os pusisteis al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta en
medio de los cielos con tinieblas, nube, y oscuridad.
4:12
Y habló el
Altísimo con vosotros de en medio del fuego: oisteis la voz de sus palabras,
mas á excepción de oir la voz, ninguna figura visteis:
4:13
Y él os
anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, las diez palabras; y
escribiólas en dos tablas de piedra.
4:14
A mí también
me mandó el Altísimo entonces enseñaros los estatutos y derechos, para que los
pusieseis por obra en la tierra á la cual pasáis para poseerla.
4:15
Guardad pues
mucho vuestras almas: pues ninguna figura visteis el día que el Altísimo habló
con vosotros de en medio del fuego:
4:16
Porque no os
corrompáis, y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie
de varón ó hembra,
4:17
Figura de
algún animal que sea en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el
aire,
4:18
Figura de
ningún animal que vaya arrastrando por la tierra, figura de pez alguno que haya
en el agua debajo de la tierra:
4:19
Y porque
alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el
ejército del cielo, no seas incitado, y te inclines á ellos, y les sirvas; que
el Altísimo tu Dios los ha concedido á todos los pueblos debajo de todos los
cielos.
4:20
Empero á
vosotros el Altísimo os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto,
para que le seáis por pueblo de heredad como en este día.
4:21
Y el Altísimo
se enojó contra mí sobre vuestros negocios, y juró que yo no pasaría el Jordán,
ni entraría en la buena tierra, que el Altísimo tu Dios te da por heredad.
4:22
Así que yo
voy á morir en esta tierra; y no paso el Jordán: mas vosotros pasaréis, y
poseeréis aquella buena tierra.
4:23
Guardaos no
os olvidéis del pacto de el Altísimo vuestro Dios, que él estableció con
vosotros, y os hagáis escultura ó imagen de cualquier cosa, que el Altísimo tu
Dios te ha vedado.
4:24
Porque el
Altísimo tu Dios es fuego que consume, Dios celoso.
4:25
Cuando
hubiereis engendrado hijos y nietos, y hubiereis envejecido en la tierra, y os
corrompiereis, é hiciereis escultura ó imagen de cualquier cosa, é hiciereis
mal en ojos de el Altísimo vuestro Dios, para enojarlo;
4:26
Yo pongo hoy
por testigos al cielo y á la tierra, que presto pereceréis totalmente de la
tierra hacia la cual pasáis el Jordán para poseerla: no estaréis en ella largos
días sin que seáis destruídos.
4:27
Y el Altísimo
os esparcirá entre los pueblos, y quedaréis pocos en número entre las gentes á
las cuales os llevará el Altísimo:
4:28
Y serviréis
allí á dioses hechos de manos de hombres, á madera y á piedra, que no ven, ni
oyen, ni comen, ni huelen.
4:29
Mas si desde
allí buscares á el Altísimo tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu
corazón y de toda tu alma.
4:30
Cuando
estuviereis en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los postreros
días te volvieres á el Altísimo tu Dios, y oyeres su voz;
4:31
Porque Dios
misericordioso es el Altísimo tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se
olvidará del pacto de tus padres que les juró.
4:32
Porque
pregunta ahora de los tiempos pasados, que han sido antes de ti, desde el día
que crió Dios al hombre sobre la tierra, y desde el un cabo del cielo al otro,
si se ha hecho cosa semejante á esta gran cosa, ó se haya oído otra como ella.
4:33
¿Ha oído
pueblo la voz de Dios, que hablase de en medio del fuego, como tú la has oído,
y vivido?
4:34
¿O ha Dios
probado á venir á tomar para sí gente de en medio de otra gente, con pruebas,
con señales, con milagros, y con guerra, y mano fuerte, y brazo extendido, y grandes
espantos, según todas las cosas que hizo con vosotros el Altísimo vuestro Dios
en Egipto ante tus ojos?
4:35
A ti te fué
mostrado, para que supieses que el Altísimo él es Dios; no hay más fuera de él.
4:36
De los cielos
te hizo oir su voz, para enseñarte: y sobre la tierra te mostró su gran fuego:
y has oído sus palabras de en medio del fuego.
4:37
Y por cuanto
él amó á tus padres, escogió su simiente después de ellos, y sacóte delante de
sí de Egipto con su gran poder;
4:38
Para echar de
delante de ti gentes grandes y más fuertes que tú, y para introducirte, y darte
su tierra por heredad, como hoy.
4:39
Aprende pues
hoy, y reduce á tu corazón que el Altísimo él es el Dios arriba en el cielo, y
abajo sobre la tierra; no hay otro.
4:40
Y guarda sus
estatutos y sus mandamientos, que yo te mando hoy, para que te vaya bien á ti y
á tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que el
Altísimo tu Dios te da para siempre.
4:41
Entonces
apartó Moisés tres ciudades de esta parte del Jordán al nacimiento del sol,
4:42
Para que
huyese allí el homicida que matase á su prójimo por yerro, sin haber tenido
enemistad con él desde ayer ni antes de ayer; y que huyendo á una de estas
ciudades salvara la vida:
4:43
A Beser en el
desierto, en tierra de la llanura, de los Rubenitas; y á Ramoth en Galaad, de
los Gaditas; y á Golán en Basán, de los de Manasés.
4:44
Esta, pues,
es la ley que Moisés propuso delante de los hijos de Israel.
4:45
Estos son los
testimonios, y los estatutos, y los derechos, que Moisés notificó á los hijos
de Israel, cuando hubieron salido de Egipto;
4:46
De esta parte
del Jordán, en el valle delante de Beth-peor, en la tierra de Sehón rey de los
Amorrheos, que habitaba en Hesbón, al cual hirió Moisés con los hijos de Israel,
cuando hubieron salido de Egipto:
4:47
Y poseyeron
su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los Amorrheos que
estaban de esta parte del Jordán, al nacimiento del sol:
4:48
Desde Aroer, que
está junto á la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sión, que es
Hermón;
4:49
Y toda la
llanura de esta parte del Jordán, al oriente, hasta la mar del llano, las
vertientes de las aguas abajo del Pisga.
Deu 4:1 Y ahora, Israel, escucha los preceptos y
las normas que yo os enseño para que las pongáis en práctica, a fin de que
viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que os da Yahveh, Dios de
vuestros padres.
Deu 4:2 No añadiréis nada a lo que yo os
mando, ni quitaréis nada; para así guardar los mandamientos de Yahveh vuestro
Dios que yo os prescribo.
Deu 4:3 Vuestros propios ojos han visto lo que
hizo Yahveh con Baal Peor: a todos los que habían seguido a Baal Peor, Yahveh tu
Dios los exterminó de en medio de ti;
Deu 4:4 en cambio vosotros, que habéis seguido
unidos a Yahveh vuestro Dios, estáis hoy todos vivos.
Deu 4:5 Mira, como Yahveh mi Dios me ha
mandado, yo os enseño preceptos y normas para que los pongáis en práctica en la
tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión.
Deu 4:6 Guardadlos y practicadlos, porque
ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos
que, cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dirán: «Cierto que esta
gran nación es un pueblo sabio e inteligente.»
Deu 4:7 Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan
grande que tenga los dioses tan cerca como lo está Yahveh nuestro Dios siempre
que le invocamos?
Deu 4:8 Y ¿cuál es la gran nación cuyos
preceptos y normas sean tan justos como toda esta Ley que yo os expongo hoy?
Deu 4:9 Pero ten cuidado y guárdate bien, no
vayas o olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto, ni dejes que se aparten
de tu corazón en todos los días de tu vida; enséñaselas, por el contrario, a tus
hijos y a los hijos de tus hijos.
Deu 4:10 El día que estabas en el Horeb en
presencia de Yahveh tu Dios, cuando Yahveh me dijo: «Reúneme al pueblo para que
yo les haga oír mis palabras a fin de que aprendan a tenerme mientras vivan en
el suelo y se las enseñen a sus hijos»,
Deu 4:11 vosotros os acercasteis y
permanecisteis al pie de la montaña, mientras la montaña ardía en llamas hasta
el mismo cielo, entre tinieblas de nube y densa niebla.
Deu 4:12 Yahveh os habló de en medio del
fuego; vosotros oíais rumor de palabras, pero no percibíais figura alguna, sino
sólo una voz.
Deu 4:13 El os reveló su alianza, que os mandó
poner en práctica, las diez Palabras que escribió en dos tablas de piedra.
Deu 4:14 Y a mí me mandó entonces Yahveh que
os enseñase los preceptos y normas que vosotros deberíais poner en práctica en
la tierra en la que vais a entrar para tomarla en posesión.
Deu 4:15 Tened mucho cuidado de vosotros
mismos: puesto que no visteis figura alguna el día en que Yahveh os habló en el
Horeb de en medio del fuego,
Deu 4:16 no vayáis a pervertiros y os hagáis
alguna escultura de cualquier representación que sea: figura masculina o
femenina,
Deu 4:17 figura de alguna de las bestias de la
tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo,
Deu 4:18 figura de alguno de los reptiles que
serpean por el suelo, figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo
de la tierra.
Deu 4:19 Cuando levantes tus ojos al cielo,
cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los cielos, no
vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. Eso se lo ha
repartido Yahveh tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo,
Deu 4:20 pero a vosotros os tomó Yahveh y os
sacó del horno de hierro, de Egipto, para que fueseis el pueblo de su heredad,
como lo sois hoy.
Deu 4:21 Por culpa vuestra Yahveh se irritó
contra mí y juró que yo no pasaría el Jordán ni entraría en la tierra buena que
Yahveh tu Dios te da en herencia.
Deu 4:22 Yo voy a morir en este país y no
pasaré el Jordán. Vosotros en cambio lo pasaréis y poseeréis esa tierra buena.
Deu 4:23 Guardaos, pues, de olvidar la alianza
que Yahveh vuestro Dios ha concluido con vosotros, y de haceros alguna escultura
o representación de todo lo que Yahveh tu Dios te ha prohibido;
Deu 4:24 porque Yahveh tu Dios es un fuego
devorador, un Dios celoso.
Deu 4:25 Cuando hayas engendrado hijos y
nietos y hayáis envejecido en el país, si os pervertís y hacéis alguna escultura
de cualquier representación, si hacéis lo malo a los ojos de Yahveh tu Dios
hasta irritarle,
Deu 4:26 pongo hoy por testigos contra
vosotros al cielo y a la tierra que desapareceréis rápidamente de esa tierra que
vais a tomar en posesión al pasar el Jordán. No prolongaréis en ella vuestros
días, porque seréis completamente destruidos.
Deu 4:27 Yahveh os dispersará entre los
pueblos y no quedaréis más que unos pocos, en medio de las naciones adonde
Yahveh os lleve.
Deu 4:28 Allí serviréis a dioses hechos por
manos de hombre, de madera y piedra, que ni ven ni oyen, ni comen ni huelen.
Deu 4:29 Desde allí buscarás a Yahveh tu Dios;
y le encontrarás si le buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.
Deu 4:30 Cuando estés angustiado y te alcancen
todas estas palabras, al fin de los tiempos, te volverás a Yahveh tu Dios y
escucharás su voz;
Deu 4:31 porque Yahveh tu Dios es un Dios
misericordioso: no te abandonará ni te destruirá, y no se olvidará de la alianza
que con juramento concluyó con tus padres.
Deu 4:32 Pregunta, pregunta a los tiempos
antiguos, que te han precedido desde el día en que Dios creó al hombre sobre la
tierra: ¿Hubo jamás desde un extremo a otro del cielo palabra tan grande como
ésta? ¿Se oyó semejante?
Deu 4:33 ¿Hay algún pueblo que haya oído como
tú has oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, y haya
sobrevivido?
Deu 4:34 ¿Algún dios intentó jamás venir a
buscarse una nación de en medio de otra nación por medio de pruebas, señales,
prodigios y guerra, con mano fuerte y tenso brazo, por grandes terrores, como
todo lo que Yahveh vuestro Dios hizo con vosotros, a vuestros mismos ojos, en
Egipto?
Deu 4:35 A ti se te ha dado a ver todo esto,
para que sepas que Yahveh es el verdadero Dios y que no hay otro fuera de él.
Deu 4:36 Desde el cielo te ha hecho oír su voz
para instruirte, y en la tierra te ha mostrado su gran fuego, y de en medio del
fuego has oído sus palabras.
Deu 4:37 Porque amó a tus padres y eligió a su
descendencia después de ellos, te sacó de Egipto personalmente con su gran
fuerza,
Deu 4:38 desalojó ante ti naciones más
numerosas y fuertes que tú, te introdujo en su tierra y te la dio en herencia,
como la tienes hoy.
Deu 4:39 Reconoce, pues, hoy y medita en tu
corazón que Yahveh es el único Dios allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la
tierra; no hay otro.
Deu 4:40 Guarda los preceptos y los
mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos
después de ti, y prolongues tus días en el suelo que Yahveh tu Dios te da para
siempre.
Deu 4:41 Moisés reservó entonces tres ciudades
allende el Jordán, al oriente,
Deu 4:42 a las que pudiera huir el homicida
que hubiera matado a su prójimo sin querer, sin haberle odiado anteriormente, y
huyendo a una de estas ciudades, salvara su vida.
Deu 4:43 Eran éstas, para los rubenitas,
Béser, en el desierto, en la Altiplanicie; para los gaditas, Ramot en Galaad;
para los manasitas, Golán en Basán.
Deu 4:44 Esta es la ley que expuso Moisés a
los israelitas.
Deu 4:45 Estos son los estatutos, preceptos y
normas que dictó Moisés a los israelitas a su salida de Egipto,
Deu 4:46 al otro lado del Jordán, en el valle
próximo a Bet Peor, en el país de Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en
Jesbón, aquel a quien Moisés y los israelitas habían batido a su salida de
Egipto,
Deu 4:47 y cuyo país habían conquistado, así
como el país de Og, rey de Basán, - los dos reyes amorreos del lado oriental del
Jordán,
Deu 4:48 desde Aroer, que está situada al
borde del valle del Arnón, hasta el monte Siryón (esto es, el Hermón) -
Deu 4:49 con toda la Arabá del lado oriental
del Jordán, hasta el mar de la Arabá, al pie de las laderas del Pisgá.
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Capítulo 5
5:1
Y LLAMÓ
Moisés á todo Israel, y díjoles: Oye, Israel, los estatutos y derechos que yo
pronuncio hoy en vuestros oídos: y aprendedlos, y guardadlos, para ponerlos por
obra.
5:2
el Altísimo
nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb.
5:3
No con
nuestros padres hizo el Altísimo este pacto, sino con nosotros todos los que
estamos aquí hoy vivos.
5:4
Cara á cara
habló el Altísimo con vosotros en el monte de en medio del fuego,
5:5
(Yo estaba
entonces entre el Altísimo y vosotros, para denunciaros la palabra de el
Altísimo; porque vosotros tuvisteis temor del fuego, y no subisteis al monte;)
diciendo:
5:6
Yo soy el
Altísimo tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de siervos.
5:7
No tendrás
dioses extraños delante de mí.
5:8
No harás para
ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ó abajo
en la tierra, ó en las aguas debajo de la tierra:
5:9
No te
inclinarás á ellas ni les servirás: porque yo soy el Altísimo tu Dios, fuerte, celoso,
que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre los terceros, y
sobre los cuartos, á los que me aborrecen,
5:10
Y que hago
misericordia á millares á los que me aman, y guardan mis mandamientos.
5:11
No tomarás en
vano el nombre de el Altísimo tu Dios; porque el Altísimo no dará por inocente
al que tomare en vano su nombre.
5:12
Guardarás el
día del reposo para santificarlo, como el Altísimo tu Dios te ha mandado.
5:13
Seis días
trabajarás y harás toda tu obra:
5:14
Mas el
séptimo es reposo á el Altísimo tu Dios: ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni
tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal
tuyo, ni tu peregrino que está dentro de tus puertas: porque descanse tu siervo
y tu sierva como tú.
5:15
Y acuérdate
que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que el Altísimo tu Dios te sacó de
allá con mano fuerte y brazo extendido: por lo cual el Altísimo tu Dios te ha
mandado que guardes el día del reposo.
5:16
Honra á tu
padre y á tu madre, como el Altísimo tu Dios te ha mandado, para que sean
prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que el Altísimo
tu Dios te da.
5:17
No matarás.
5:18
No
adulterarás.
5:19
No hurtarás.
5:20
No dirás
falso testimonio contra tu prójimo.
5:21
No codiciarás
la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su
siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni ninguna cosa que sea de tu
prójimo.
5:22
Estas palabras
habló el Altísimo á toda vuestra congregación en el monte, de en medio del
fuego, de la nube y de la oscuridad, á gran voz: y no añadió más. Y escribiólas
en dos tablas de piedra, las cuales me dio á mí.
5:23
Y aconteció,
que como vosotros oísteis la voz de en medio de las tinieblas, y visteis al
monte que ardía en fuego, llegasteis á mí todos los príncipes de vuestras
tribus, y vuestros ancianos;
5:24
Y dijisteis:
He aquí, el Altísimo nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y
hemos oído su voz de en medio del fuego: hoy hemos visto que el Altísimo habla
al hombre, y éste vive.
5:25
Ahora pues,
¿por qué moriremos? que este gran fuego nos consumirá: si tornáremos á oir la
voz de el Altísimo nuestro Dios, moriremos.
5:26
Porque, ¿qué
es toda carne, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del
fuego, como nosotros la oímos, y viva?
5:27
Llega tú, y
oye todas las cosas que dijere el Altísimo nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo
que el Altísimo nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos.
5:28
Y oyó el
Altísimo la voz de vuestras palabras, cuando me hablabais; y díjome el
Altísimo: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han
hablado: bien está todo lo que han dicho.
5:29
¡Quién diera
que tuviesen tal corazón, que me temiesen, y guardasen todos los días todos mis
mandamientos, para que á ellos y á sus hijos les fuese bien para siempre!
5:30
Ve, diles:
Volveos á vuestras tiendas.
5:31
Y tú estáte
aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos, y estatutos, y derechos que les
has de enseñar, a fin que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy
para poseerla.
5:32
Mirad, pues,
que hagáis como el Altísimo vuestro Dios os ha mandado: no os apartéis á
diestra ni á siniestra;
5:33
Andad en todo
camino que el Altísimo vuestro Dios os ha mandado, para que viváis, y os vaya
bien, y tengáis largos días en la tierra que habéis de poseer.
Deu 5:1 Moisés convocó a todo Israel y les
dijo: Escucha, Israel, los preceptos y las normas que yo pronuncio hoy a tus
oídos. Apréndelos y cuida de ponerlos en práctica.
Deu 5:2 Yahveh nuestro Dios ha concluido
con nosotros una alianza en el Horeb.
Deu 5:3 No con nuestros padres concluyó
Yahveh esta alianza, sino con nosotros, con nosotros que estamos hoy aquí,
todos vivos.
Deu 5:4 Cara a cara os habló Yahveh en la
montaña, de en medio del fuego;
Deu 5:5 yo estaba entre Yahveh y vosotros
para comunicaros la palabra de Yahveh, ya que vosotros teníais miedo del
fuego y no subisteis a la montaña. Dijo:
Deu 5:6 «Yo soy Yahveh tu Dios, que te he
sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre.
Deu 5:7 «No habrá para ti otros dioses
delante de mi.
Deu 5:8 «No te harás escultura ni imagen
alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la
tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra.
Deu 5:9 No te postrarás ante ellas ni les
darás culto. Porque yo, Yahveh tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la
iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de
los que me odian,
Deu 5:10 y tengo misericordia por mil
generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos.
Deu 5:11 «No tomarás en falso el nombre de
Yahveh tu Dios, porque Yahveh no dejará sin castigo a quien toma su nombre
en falso.
Deu 5:12 «Guardarás el día del sábado para
santificarlo, como te lo ha mandado Yahveh tu Dios.
Deu 5:13 Seis días trabajarás y harás
todas tus tareas,
Deu 5:14 pero el día séptimo es día de
descanso para Yahveh tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni
tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de
tus bestias, ni el forastero que vive en tus ciudades; de modo que puedan
descansar, como tú, tu siervo, y tu sierva.
Deu 5:15 Recuerda que fuiste esclavo en el
país de Egipto y que Yahveh tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y tenso
brazo; por eso Yahveh tu Dios te sacó de allí con mano fuerte y tenso brazo;
por eso Yahveh tu Dios te ha mandado guardar el día del sábado.
Deu 5:16 Honra a tu padre y a tu madre,
como te lo ha mandado Yahveh tu Dios, para que se prolonguen tus días y seas
feliz en el suelo que Yahveh tu Dios te da.
Deu 5:17 «No matarás.
Deu 5:18 «No cometerás adulterio.
Deu 5:19 «No robarás.
Deu 5:20 «No darás testimonio falso contra
tu prójimo.
Deu 5:21 «No desearás la mujer de tu
prójimo, no codiciarás su casa, su campo, su siervo o su sierva, su buey o
su asno: nada que sea de tu prójimo.»
Deu 5:22 Estas palabras dijo Yahveh a toda
vuestra asamblea, en la montaña, de en medio del fuego, la nube y la densa
niebla, con voz potente, y nada más añadió. Luego las escribió en dos tablas
de piedra y me las entregó a mí.
Deu 5:23 Cuando vosotros oísteis la voz
que salía de las tinieblas, mientras la montaña ardía en fuego, os
acercasteis a mí todos vosotros, jefes de tribu y ancianos,
Deu 5:24 y dijisteis: «Mira, Yahveh
nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza y hemos oído su voz de
en medio del fuego. Hemos visto en este día que puede Dios hablar al hombre
y seguir éste con vida.
Deu 5:25 Pero ahora, ¿por qué hemos de
morir? - porque este fuego nos va a devorar -; si seguimos oyendo la voz de
Yahveh nuestro Dios, moriremos.
Deu 5:26 Pues, ¿qué hombre ha oído como
nosotros la voz del Dios vivo hablando de en medio del fuego, y ha
sobrevivido?
Deu 5:27 Acércate tú a oír todo lo que
diga Yahveh nuestro Dios, y luego nos dirás todo lo que Yahveh nuestro Dios
te haya dicho; nosotros lo escucharemos y lo pondremos en práctica.»
Deu 5:28 Yahveh oyó vuestras palabras y me
dijo: «He oído las palabras de este pueblo, lo que te han dicho; está bien
todo lo que han dicho.
Deu 5:29 ¡Ojalá fuera siempre así su
corazón para temerme y guardar todos mis mandamientos, y de esta forma ser
eternamente felices, ellos y sus hijos!
Deu 5:30 Ve a decirles: "Volved a vuestras
tiendas."
Deu 5:31 Y tú quédate aquí junto a mí; yo
te diré a ti todos los mandamientos, preceptos y normas que has de
enseñarles para que los pongan en práctica en la tierra que yo les doy en
posesión.»
Deu 5:32 Ciudad, pues, de proceder como
Yahveh vuestro Dios os ha mandado. No os desviéis ni a derecha ni a
izquierda.
Deu 5:33 Seguid en todo el camino que
Yahveh vuestro Dios os ha trazado: así viviréis, seréis felices y
prolongaréis vuestros días en la tierra que vais a tomar en posesión.
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Capítulo 6
6:1
ESTOS pues son
los mandamientos, estatutos, y derechos que el Altísimo vuestro Dios mandó que
os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra á la cual pasáis
vosotros para poseerla:
6:2
Para que
temas á el Altísimo tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos
que yo te mando, tú, y tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu
vida, y que tus días sean prolongados.
6:3
Oye pues, oh
Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien, y seáis
multiplicados, como te ha dicho el Altísimo el Dios de tus padres, en la tierra
que destila leche y miel.
6:4
Oye, Israel:
el Altísimo nuestro Dios, el Altísimo uno es:
Midrash: La Fuerza del Shemá -
6:5
Y Amarás á el
Altísimo tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todo tu poder.
6:6
Y estas
palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón:
6:7
Y las
repetirás á tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuando te levantes:
6:8
Y has de
atarlas por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos:
6:9
Y las
escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas.
6:10
Y será,
cuando el Altísimo tu Dios te hubiere introducido en la tierra que juró á tus
padres Abraham, Isaac, y Jacob, que te daría; en ciudades grandes y buenas que
tú no edificaste,
6:11
Y casas
llenas de todo bien, que tú no henchiste, y cisternas cavadas, que tú no
cavaste, viñas y olivares que no plantaste: luego que comieres y te hartares,
6:12
Guárdate que
no te olvides de el Altísimo, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de
siervos.
6:13
A el Altísimo
tu Dios temerás, y á él servirás, y por su nombre jurarás.
6:14
No andaréis
en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros
contornos:
6:15
Porque el
Dios celoso, el Altísimo tu Dios, en medio de ti está; porque no se inflame el
furor de el Altísimo tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la haz de la
tierra.
6:16
No tentaréis
á el Altísimo vuestro Dios, como lo tentasteis en Massa.
6:17
Guardad
cuidadosamente los mandamientos de el Altísimo vuestro Dios, y sus testimonios,
y sus estatutos, que te ha mandado.
6:18
Y harás lo
recto y bueno en ojos de el Altísimo, para que te vaya bien, y entres y poseas
la buena tierra que el Altísimo juró á tus padres;
6:19
Para que él
eche á todos sus enemigos de delante de ti, como el Altísimo ha dicho.
6:20
Cuando mañana
te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios, y estatutos,
y derechos, que el Altísimo nuestro Dios os mandó?
6:21
Entonces
dirás á tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y el Altísimo nos
sacó de Egipto con mano fuerte;
6:22
Y dió el
Altísimo señales y milagros grandes y nocivos en Egipto, sobre Faraón y sobre
toda su casa, delante de nuestros ojos;
6:23
Y sacónos de
allá, para traernos y darnos la tierra que juró á nuestros padres;
6:24
Y mandónos el
Altísimo que ejecutásemos todos estos estatutos, y que temamos á el Altísimo
nuestro Dios, porque nos vaya bien todos los días, y para que nos dé vida, como
hoy.
6:25
Y tendremos
justicia cuando cuidáremos de poner por obra todos estos mandamientos delante
de el Altísimo nuestro Dios, como él nos ha mandado.
Deu 6:1 Estos son los mandamientos, preceptos
y normas que Yahveh vuestro Dios ha mandado enseñaros para que los pongáis
en práctica en la tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión,
Deu 6:2 a fin de que temas a Yahveh tu
Dios, guardando todos los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy,
tú, tu hijo y tu nieto, todos los días de tu vida, y así se prolonguen tus
días.
Deu 6:3 Escucha, Israel; cuida de
practicar lo que te hará feliz y por lo que te multiplicarás, como te ha
dicho Yahveh, el Dios de tus padres, en la tierra que mana leche y miel.
Deu 6:4 Escucha, Israel: Yahveh nuestro
Dios es el único Yahveh.
Deu 6:5 Amarás a Yahveh tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.
Deu 6:6 Queden en tu corazón estas
palabras que yo te dicto hoy.
Deu 6:7 Se la repetirás a tus hijos, les
hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado
como levantado;
Deu 6:8 las atarás a tu mano como una
señal, y serán como una insignia entre tus ojos;
Deu 6:9 las escribirás en las jambas de tu
casa y en tus puertas.
Deu 6:10 Cuando Yahveh tu Dios te haya
introducido en la tierra que a tus padres Abraham, Isaac y Jacob juró que te
daría: ciudades grandes y prósperas que tú no edificaste,
Deu 6:11 casas llenas de toda clase de
bienes, que tú no llenaste, cisternas excavadas que tú no excavaste, viñedos
y olivares que tú no plantaste, cuando hayas comido y te hayas saciado,
Deu 6:12 cuida de no olvidarte de Yahveh
que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre.
Deu 6:13 A Yahveh tu Dios temerás, a él le
servirás, por su nombre jurarás.
Deu 6:14 No vayáis en pos de otros dioses,
de los dioses de los pueblos que os rodean,
Deu 6:15 porque un Dios celoso es Yahveh
tu Dios que está en medio de ti. La ira de Yahveh tu Dios se encendería
contra ti y te haría desaparecer de la haz de la tierra.
Deu 6:16 No tentaréis a Yahveh vuestro
Dios, como le habéis tentado en Massá.
Deu 6:17 Guardaréis puntualmente los
mandamientos de Yahveh vuestro Dios, los estatutos y preceptos que te ha
prescrito,
Deu 6:18 harás lo que es justo y bueno a
los ojos de Yahveh para que seas feliz y llegues a tomar posesión de esa
tierra buena de la que Yahveh juró a tus padres
Deu 6:19 que arrojaría a todos tus
enemigos ante ti, como te ha dicho Yahveh.
Deu 6:20 Cuando el día de mañana te
pregunte tu hijo: «¿Qué son estos estatutos, estos preceptos y estas normas
que Yahveh nuestro Dios os ha prescrito?»,
Deu 6:21 dirás a tu hijo: «Éramos esclavos
de Faraón en Egipto, y Yahveh nos sacó de Egipto con mano fuerte.
Deu 6:22 Yahveh realizó a nuestros propios
ojos señales y prodigios grandes y terribles en Egipto, contra Faraón y toda
su casa.
Deu 6:23 Y a nosotros nos sacó de allí
para conducirnos y entregarnos la tierra que había prometido bajo juramento
a nuestros padres.
Deu 6:24 Y Yahveh nos mandó que pusiéramos
en práctica todos estos preceptos, temiendo a Yahveh nuestro Dios, para que
fuéramos felices siempre y nos permitiera vivir como el día de hoy.
Deu 6:25 Tal será nuestra justicia: cuidar
de poner en práctica todos estos mandamientos ante Yahveh nuestro Dios, como
él nos ha prescrito.»
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Capítulo 7
7:1
CUANDO el
Altísimo tu Dios te hubiere introducido en la tierra en la cual tú has de
entrar para poseerla, y hubiere echado de delante de ti muchas gentes, al
Hetheo, al Gergeseo, y al Amorrheo, y al Cananeo, y al Pherezeo, y al Heveo, y
al Jebuseo, siete naciones mayores y más fuertes que tú;
7:2
Y el Altísimo
tu Dios las hubiere entregado delante de ti, y las hirieres, del todo las
destruirás: no harás con ellos alianza, ni las tomarás á merced.
7:3
Y no
emparentarás con ellos: no darás tu hija á su hijo, ni tomarás á su hija para
tu hijo.
7:4
Porque
desviará á tu hijo de en pos de mí, y servirán á dioses ajenos; y el furor de
el Altísimo se encenderá sobre vosotros, y te destruirá presto.
7:5
Mas así
habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas,
y cortaréis sus bosques, y quemaréis sus esculturas en el fuego.
7:6
Porque tú
eres pueblo santo á el Altísimo tu Dios: el Altísimo tu Dios te ha escogido
para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la haz
de la tierra.
7:7
No por ser
vosotros más que todos los pueblos os ha querido el Altísimo, y os ha escogido;
porque vosotros erais los más pocos de todos los pueblos:
7:8
Sino porque
el Altísimo os amó, y quiso guardar el juramento que juró á vuestros padres, os
ha sacado el Altísimo con mano fuerte, y os ha rescatado de casa de siervos, de
la mano de Faraón, rey de Egipto.
7:9
Conoce, pues,
que el Altísimo tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la
misericordia á los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil
generaciones;
7:10
Y que da el
pago en su cara al que le aborrece, destruyéndolo: ni lo dilatará al que le
odia, en su cara le dará el pago.
7:11
Guarda por tanto
los mandamientos, y estatutos, y derechos que yo te mando hoy que cumplas.
7:12
Y será que,
por haber oído estos derechos, y guardado y puéstolos por obra, el Altísimo tu
Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró á tus padres;
7:13
Y te amará, y
te bendecirá, y te multiplicará, y bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto
de tu tierra, y tu grano, y tu mosto, y tu aceite, la cría de tus vacas, y los
rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró á tus padres que te daría.
7:14
Bendito serás
más que todos los pueblos: no habrá en ti varón ni hembra estéril, ni en tus
bestias.
7:15
Y quitará el
Altísimo de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú
sabes, no las pondrá sobre ti, antes las pondrá sobre todos los que te
aborrecieren.
7:16
Y consumirás
á todos los pueblos que te da el Altísimo tu Dios: no los perdonará tu ojo; ni
servirás á sus dioses, que te será tropiezo.
7:17
Cuando
dijeres en tu corazón: Estas gentes son muchas más que yo, ¿cómo las podré
desarraigar?;
7:18
No tengas
temor de ellos: acuérdate bien de lo que hizo el Altísimo tu Dios con Faraón y
con todo Egipto;
7:19
De las
grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y milagros, y de la mano
fuerte y brazo extendido con que el Altísimo tu Dios te sacó: así hará el
Altísimo tu Dios con todos los pueblos de cuya presencia tú temieres.
7:20
Y también
enviará el Altísimo tu Dios sobre ellos avispas, hasta que perezcan los que
quedaren, y los que se hubieren escondido de delante de ti.
7:21
No desmayes
delante de ellos, que el Altísimo tu Dios está en medio de ti, Dios grande y
terrible.
7:22
Y el Altísimo
tu Dios echará á estas gentes de delante de ti poco á poco: no las podrás
acabar luego, porque las bestias del campo no se aumenten contra ti.
7:23
Mas el
Altísimo tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande
destrozo, hasta que sean destruídos.
7:24
Y él
entregará sus reyes en tu mano, y tú destruirás el nombre de ellos de debajo del
cielo: nadie te hará frente hasta que los destruyas.
7:25
Las
esculturas de sus dioses quemarás en el fuego: no codiciarás plata ni oro de
sobre ellas para tomarlo para ti, porque no tropieces en ello, pues es
abominación á el Altísimo tu Dios;
7:26
Y no meterás
abominación en tu casa, porque no seas anatema como ello; del todo lo
aborrecerás y lo abominarás; porque es anatema.
Deu 7:1 Cuando Yahveh tu Dios te haya introducido
en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión, y haya arrojado
delante de ti a naciones numerosas: hititas, guirgasitas, amorreos, cananeos,
perizitas, jivitas y jebuseos, siete naciones más numerosas y fuertes que tú,
Deu 7:2 cuando Yahveh tu Dios te las entregue
y las derrotes, las consagrarás al anatema. No harás alianza con ellas, no les
tendrás compasión.
Deu 7:3 No emparentarás con ellas, no darás tu
hija a su hijo ni tomarás su hija para tu hijo.
Deu 7:4 Porque tu hijo se apartaría de mi
seguimiento, serviría o otros dioses; y a la ira de Yahveh se encendería contra
vosotros y se apresuraría a destruiros.
Deu 7:5 Por el contrario, esto es lo que
haréis con ellos: demoleréis sus altares, romperéis sus estelas, cortaréis sus
cipos y prenderéis fuego a sus ídolos.
Deu 7:6 Porque tú eres un pueblo consagrado a
Yahveh tu Dios; él te ha elegido a ti para que seas el pueblo de su propiedad
personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra.
Deu 7:7 No porque seáis el más numeroso de
todos los pueblos se ha prendado Yahveh de vosotros y os ha elegido, pues sois
el menos numeroso de todos los pueblos;
Deu 7:8 sino por el amor que os tiene y por
guardar el juramento hecho a vuestros padres, por eso os ha sacado Yahveh con
mano fuerte y os ha librado de la casa de servidumbre, del poder de Faraón, rey
de Egipto.
Deu 7:9 Has de saber, pues, que Yahveh tu Dios
es el Dios verdadero, el Dios verdadero, el Dios fiel que guarda la alianza y el
amor por mil generaciones a los que le aman y guardan sus mandamientos,
Deu 7:10 pero que da su merecido en su propia
persona a quien le odia, destruyéndole. No es remiso con quien le odia: en su
propia persona le da su merecido.
Deu 7:11 Guarda, pues, los mandamientos,
preceptos y normas que yo te mando hoy poner en práctica.
Deu 7:12 Y por haber escuchado estas normas,
por haberlas guardado y practicado, Yahveh tu Dios te mantendrá la alianza y el
amor que bajo juramento prometió a tus padres.
Deu 7:13 Te amará, te bendecirá, te
multiplicará, bendecirá el fruto de tu seno y el fruto de tu suelo, tu trigo, tu
mosto, tu aceite, las crías de tus vacas y las camadas de tus rebaños, en el
suelo que a tus padres juró que te daría.
Deu 7:14 Serás bendito más que todos los
pueblos. No habrá macho ni hembra estéril en ti ni en tus rebaños.
Deu 7:15 Yahveh apartará de ti toda
enfermedad; no dejará caer sobre ti ninguna de esas malignas epidemias de Egipto
que tú conoces, sino que se las enviará a todos los que te odian.
Deu 7:16 Destruirás, pues, todos esos pueblos
que Yahveh tu Dios te entrega, sin que tu ojo tenga piedad de ellos; y no darás
culto a sus dioses, porque eso sería un lazo para ti.
Deu 7:17 Acaso digas en tu corazón: «Esas
naciones son más numerosas que yo; ¿cómo voy a poder desalojarlas?»
Deu 7:18 Pero no las temas: acuérdate bien de
lo que Yahveh tu Dios hizo con Faraón y con todo Egipto,
Deu 7:19 de las grandes pruebas que tus ojos
vieron, las señales y prodigios, la mano fuerte y el tenso brazo con que Yahveh
tu Dios te sacó. Lo mismo hará Yahveh tu Dios con todos los pueblos a los que
temes.
Deu 7:20 Yahveh tu Dios enviará incluso
avispas contra ellos para destruir a los que hubieren quedado y se te hubieren
ocultado a ti.
Deu 7:21 Así que no tiembles ante ellos,
porque en medio de ti está Yahveh tu Dios, Dios grande y temible.
Deu 7:22 Yahveh tu Dios irá arrojando a esas
naciones de delante de ti poco a poco; no podrás exterminarlas de golpe, no sea
que las bestias salvajes se multipliquen contra ti,
Deu 7:23 sino que Yahveh tu Dios te las
entregará y les infligirá grandes descalabros hasta que queden destruidas.
Deu 7:24 Entregará a sus reyes en tu mano y tú
borrarás sus nombres de debajo del cielo: nadie podrá resistir ante ti, hasta
que los hayas destruido.
Deu 7:25 Quemaréis las esculturas de sus
dioses, y no codiciarás el oro y la plata que los recubren, ni lo tomarás para
ti, no sea que por ello caigas en un lazo, pues es una cosa abominable para
Yahveh tu Dios;
Deu 7:26 y no debes meter en tu casa una cosa
abominable, pues te harías anatema como ella. Las tendrás por cosa horrenda y
abominable, porque son anatema.
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Capítulo 8
8:1
CUIDARÉIS de
poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, porque viváis, y seáis
multiplicados, y entréis, y poseáis la tierra, de la cual juró el Altísimo á
vuestros padres.
8:2
Y acordarte
has de todo el camino por donde te ha traído el Altísimo tu Dios estos cuarenta
años en el desierto, para afligirte, por probarte, para saber lo que estaba en
tu corazón, si habías de guardar ó no sus mandamientos.
com_corpus -
com_corpus -
8:3
Y te afligió,
é hízote tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni
tus padres la habían conocido; para hacerte saber que el hombre no vivirá de
solo pan, mas de todo lo que sale de la boca de el Altísimo vivirá el hombre.
8:4
Tu vestido
nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado por estos cuarenta
años.
8:5
Reconoce
asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre á su hijo, así el Altísimo
tu Dios te castiga.
8:6
Guardarás,
pues, los mandamientos de el Altísimo tu Dios, andando en sus caminos, y
temiéndolo.
8:7
Porque el
Altísimo tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas,
de fuentes, de abismos que brotan por vegas y montes;
8:8
Tierra de
trigo y cebada, y de vides, é higueras, y granados; tierra de olivas, de
aceite, y de miel;
8:9
Tierra en la
cual no comerás el pan con escasez, no te faltará nada en ella; tierra que sus piedras
son hierro, y de sus montes cortarás metal.
8:10
Y comerás y
te hartarás, y bendecirás á el Altísimo tu Dios por la buena tierra que te
habrá dado.
8:11
Guárdate, que
no te olvides de el Altísimo tu Dios, para no observar sus mandamientos, y sus derechos,
y sus estatutos, que yo te ordeno hoy:
8:12
Que quizá no
comas y te hartes, y edifiques buenas casas en que mores,
8:13
Y tus vacas y
tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multiplique, y todo lo que
tuvieres se te aumente,
8:14
Y se eleve
luego tu corazón, y te olvides de el Altísimo tu Dios, que te sacó de tierra de
Egipto, de casa de siervos;
8:15
Que te hizo
caminar por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de
escorpiones, y de sed, donde ningún agua había, y él te sacó agua de la roca
del pedernal;
8:16
Que te
sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido,
afligiéndote y probándote, para á la postre hacerte bien;
8:17
Y digas en tu
corazón: Mi poder y la fortaleza de mi mano me han traído esta riqueza.
8:18
Antes
acuérdate de el Altísimo tu Dios: porque él te da el poder para hacer las
riquezas, á fin de confirmar su pacto que juró á tus padres, como en este día.
8:19
Mas será, si
llegares á olvidarte de el Altísimo tu Dios, y anduvieres en pos de dioses
ajenos, y les sirvieres, y á ellos te encorvares, protésto lo hoy contra
vosotros, que de cierto pereceréis.
8:20
Como las
gentes que el Altísimo destruirá delante de vosotros, así pereceréis; por
cuanto no habréis atendido á la voz de el Altísimo vuestro Dios.
Deu 8:1 Todos los mandamientos que yo os
prescribo hoy, cuidad de practicarlos, para que viváis, os multipliquéis y
lleguéis a tomar posesión de la tierra que Yahveh prometió bajo juramento a
vuestros padres.
Deu 8:2 Acuérdate de todo el camino que Yahveh
tu Dios te ha hecho andar durante estos cuarenta años en el desierto para
humillarte, probarte y conocer lo que había en tu corazón: si ibas o no a
guardar sus mandamientos.
Deu 8:3 Te humilló, te hizo pasar hambre, te
dio a comer el maná que ni tú ni tus padres habíais conocido, para mostrarte que
no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de la
boca de Yahveh.
Deu 8:4 No se gastó el vestido que llevabas ni
se hincharon tus pies a lo largo de esos cuarenta años.
Deu 8:5 Date cuenta, pues, de que Yahveh tu
Dios te corregía como un hombre corrige a su hijo,
Deu 8:6 y guarda los mandamientos de Yahveh tu
Dios siguiendo sus caminos y temiéndole.
Deu 8:7 Pues Yahveh tu Dios te conduce a una
tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y hontanares que manan en los
valles y en las montañas,
Deu 8:8 tierra de trigo y de cebada, de viñas,
higueras y granados, tierra de olivares, de aceite y de miel,
Deu 8:9 tierra donde el pan que comas no te
será racionado y donde no carecerás de nada; tierra donde las piedras tienen
hierro y de cuyas montañas extraerás el bronce.
Deu 8:10 Comerás hasta hartarte, y bendecirás
a Yahveh tu Dios en esa tierra buena que te ha dado.
Deu 8:11 Guárdate de olvidar a Yahveh tu Dios
descuidando los mandamientos, normas y preceptos que yo te prescribo hoy;
Deu 8:12 no sea que cuando comas y quedes
harto, cuando construyas hermosas casas y vivas en ellas,
Deu 8:13 cuando se multipliquen tus vacadas y
tus ovejas, cuando tengas plata y oro en abundancia y se acrecienten todos tus
bienes,
Deu 8:14 tu corazón se engría y olvides a
Yahveh tu Dios que te sacó del país de Egipto, de la casa de servidumbre;
Deu 8:15 que te ha conducido a través de ese
desierto grande y terrible entre serpientes abrasadoras y escorpiones: que en un
lugar de sed, sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca más dura;
Deu 8:16 que te alimentó en el desierto con el
maná, que no habían conocido tus padres, a fin de humillarte y ponerte a prueba
para después hacerte feliz.
Deu 8:17 No digas en tu corazón: «Mi propia
fuerza y el poder de mi mano me han creado esta prosperidad»,
Deu 8:18 sino acuérdate de Yahveh tu Dios, que
es el que te da la fuerza para crear la prosperidad, cumpliendo así la alianza
que bajo juramento prometió a tus padres, como lo hace hoy.
Deu 8:19 Pero si llegas a olvidarte de Yahveh
tu Dios, si sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, yo
certifico hoy contra vosotros que pereceréis.
Deu 8:20 Lo mismo que las naciones que Yahveh
va destruyendo a vuestro paso, así pereceréis también vosotros por haber desoído
la voz de Yahveh vuestro Dios.
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Capítulo 9
9:1
OYE, Israel:
tú estás hoy para pasar el Jordán, para entrar á poseer gentes más numerosas y
más fuertes que tú, ciudades grandes y encastilladas hasta el cielo,
9:2
Un pueblo
grande y alto, hijos de gigantes, de los cuales tienes tú conocimiento, y has
oído decir: ¿Quién se sostendrá delante de los hijos del gigante?
9:3
Sabe, pues,
hoy que el Altísimo tu Dios es el que pasa delante de ti, fuego consumidor, que
los destruirá y humillará delante de ti: y tú los echarás, y los destruirás
luego, como el Altísimo te ha dicho.
9:4
No discurras
en tu corazón cuando el Altísimo tu Dios los habrá echado de delante de ti,
diciendo: Por mi justicia me ha metido el Altísimo á poseer esta tierra; pues
por la impiedad de estas gentes el Altísimo las echa de delante de ti.
9:5
No por tu
justicia, ni por la rectitud de tu corazón entras a poseer la tierra de ellos;
mas por la impiedad de estas gentes el Altísimo tu Dios las echa de delante de
ti, y por confirmar la palabra que el Altísimo juró á tus padres Abraham,
Isaac, y Jacob.
9:6
Por tanto,
sabe que no por tu justicia el Altísimo tu Dios te da esta buena tierra para
poseerla; que pueblo duro de cerviz eres tú.
9:7
Acuérdate, no
te olvides que has provocado á ira á el Altísimo tu Dios en el desierto: desde
el día que saliste de la tierra de Egipto, hasta que entrasteis en este lugar,
habéis sido rebeldes á el Altísimo.
9:8
Y en Horeb
provocasteis á ira á el Altísimo, y enojóse el Altísimo contra vosotros para
destruiros.
9:9
Cuando yo
subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que el
Altísimo hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y
cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua:
9:10
Y dióme el
Altísimo las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas
estaba escrito conforme á todas las palabras que os habló el Altísimo en el
monte de en medio del fuego, el día de la asamblea.
9:11
Y fué al cabo
de los cuarenta días y cuarenta noches, que el Altísimo me dió dos las tablas
de piedra, las tablas del pacto.
9:12
Y díjome el
Altísimo: Levántate, desciende presto de aquí; que tu pueblo que sacaste de
Egipto se ha corrompido: pronto se han apartado del camino que yo les mandé:
hanse hecho una efigie de fundición.
9:13
Y hablóme el
Altísimo, diciendo: He visto ese pueblo, y he aquí, que él es pueblo duro de
cerviz:
9:14
Déjame que
los destruya, y raiga su nombre de debajo del cielo; que yo te pondré sobre gente
fuerte y mucha más que ellos.
9:15
Y volví y
descendí del monte, el cual ardía en fuego, con las tablas del pacto en mis dos
manos.
9:16
Y miré, y he
aquí habíais pecado contra el Altísimo vuestro Dios: os habíais hecho un
becerro de fundición, apartándoos presto del camino que el Altísimo os había
mandado.
9:17
Entonces tomé
las dos tablas, y arrojélas de mis dos manos, y quebrélas delante de vuestros
ojos.
9:18
Y postréme
delante de el Altísimo, como antes, cuarenta días y cuarenta noches: no comí
pan ni bebí agua, á causa de todo vuestro pecado que habíais cometido haciendo
mal en ojos de el Altísimo para enojarlo.
9:19
Porque temí á
causa del furor y de la ira con que el Altísimo estaba enojado contra vosotros
para destruiros. Pero el Altísimo me oyó aún esta vez.
9:20
Contra Aarón
también se enojó el Altísimo en gran manera para destruirlo: y también oré por
Aarón entonces.
9:21
Y tomé
vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y quemélo en el fuego, y lo
desmenucé moliéndole muy bien, hasta que fué reducido á polvo: y eché el polvo
de él en el arroyo que descendía del monte.
9:22
También en
Tabera, y en Massa, y en Kibroth-hataavah, enojasteis á el Altísimo.
9:23
Y cuando el
Altísimo os envió desde Cades-barnea, diciendo: Subid y poseed la tierra que yo
os he dado; también fuisteis rebeldes al dicho de el Altísimo vuestro Dios, y
no lo creisteis, ni obedecisteis á su voz.
9:24
Rebeldes
habéis sido á el Altísimo desde el día que yo os conozco.
9:25
Postréme,
pues, delante de el Altísimo cuarenta días y cuarenta noches que estuve
postrado; porque el Altísimo dijo que os había de destruir.
9:26
Y oré á el
Altísimo, diciendo: Oh Señor el Altísimo, no destruyas tu pueblo y tu heredad que
has redimido con tu grandeza, al cual sacaste de Egipto con mano fuerte.
9:27
Acuérdate de
tus siervos Abraham, Isaac, y Jacob; no mires á la dureza de este pueblo, ni á
su impiedad, ni á su pecado:
9:28
Porque no
digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo el Altísimo
introducirlos en la tierra que les había dicho, ó porque los aborrecía, los
sacó para matarlos en el desierto.
9:29
Y ellos son
tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran fortaleza y con tu brazo
extendido.
Deu 9:1 Escucha, Israel. Hoy vas a pasar ya el
Jordán para ir a desalojar a naciones más grandes y fuertes que tú, ciudades
grandes, de murallas que llegan hasta el cielo,
Deu 9:2 un pueblo grande y corpulento, los
anaquitas, a quienes tú conoces y de quienes has oído decir: «¿Quién puede hacer
frente a los hijos de Anaq?»
Deu 9:3 Pero has de saber hoy que Yahveh tu
Dios es quien va a pasar delante de ti como un fuego devorador que los destruirá
y te los someterá, para que los desalojes y los destruyas rápidamente, como te
ha dicho Yahveh.
Deu 9:4 No digas en tu corazón cuando Yahveh
tu Dios los arroje de delante de ti: «Por mis méritos me ha hecho Yahveh entrar
en posesión de esta tierra», siendo así que sólo por la perversidad de estas
naciones las desaloja Yahveh ante ti.
Deu 9:5 No por tus méritos ni por la rectitud
de tu corazón vas a tomar posesión de su tierra, sino que sólo por la
perversidad de estas naciones las desaloja Yahveh tu Dios ante ti; y también por
cumplir la palabra que juró a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob.
Deu 9:6 Has de saber, pues, que no es por tu
justicia por lo que Yahveh tu Dios te da en posesión esa tierra buena, ya que
eres un pueblo de dura cerviz.
Deu 9:7 Acuérdate. No olvides que irritaste a
Yahveh tu Dios en el desierto. Desde el día en que saliste del país de Egipto
hasta vuestra llegada a este lugar, habéis sido rebeldes a Yahveh.
Deu 9:8 En el Horeb irritasteis a Yahveh, y
Yahveh montó en tal cólera contra vosotros que estuvo a punto de destruiros.
Deu 9:9 Yo había subido al monte a recoger las
tablas de piedra, las tablas de la alianza que Yahveh había concluido con
vosotros. Permanecí en el monte cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni
beber agua.
Deu 9:10 Yahveh me dio las dos tablas de
piedra escritas por el dedo de Dios, en las que estaban todas las palabras que
Yahveh os había dicho de en medio del fuego, en la montaña, el día de la
Asamblea.
Deu 9:11 Al cabo de cuarenta días y cuarenta
noches, después de darme las dos tablas de piedra, las tablas de la alianza,
Deu 9:12 me dijo Yahveh: «Levántate, baja de
aquí a toda prisa, porque tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto, se ha
pervertido. Bien pronto se han apartado del camino que yo les había prescrito:
se han hecho un ídolo de fundición.»
Deu 9:13 Continuó Yahveh y me dijo: «He visto
a este pueblo: es un pueblo de dura cerviz.
Deu 9:14 Déjame que los destruya y borre su
nombre de debajo del cielo; y que haga de ti una nación más fuerte y numerosa
que ésta.»
Deu 9:15 Yo me volví y bajé del monte, que
ardía en llamas, llevando en mis manos las dos tablas de la alianza.
Deu 9:16 Y vi que vosotros habíais pecado
contra Yahveh vuestro Dios. Os habíais hecho un becerro de fundición: bien
pronto os habíais apartado del camino que Yahveh os tenía prescrito.
Deu 9:17 Tomé entonces las dos tablas, las
arrojé de mis manos y las hice pedazos a vuestros propios ojos.
Deu 9:18 Luego me postré ante Yahveh; como la
otra vez, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua,
por todo el pecado que habíais cometido haciendo el mal a los ojos de Yahveh
hasta irritarle.
Deu 9:19 Porque tenía mucho miedo de la ira y
del furor que irritaba a Yahveh contra vosotros hasta querer destruiros. Y una
vez más me escuchó Yahveh.
Deu 9:20 También contra Aarón estaba Yahveh
violentamente irritado hasta querer destruirle. Yo intercedí también entonces en
favor de Aarón.
Deu 9:21 Y vuestro pecado, el becerro que os
habíais hecho, lo tomé y lo quemé; lo hice pedazos, lo pasé a la muela hasta que
quedó reducido a polvo, y tiré el polvo al torrente que baja de la montaña.
Deu 9:22 Y en Taberá, y en Massá, y en Quibrot
Hattaavá, irritasteis a Yahveh.
Deu 9:23 Y cuando Yahveh os hizo salir de
Cadés Barnea diciendo: «Subid a tomar posesión de la tierra que yo os he dado»,
os rebelasteis contra la orden de Yahveh vuestro Dios, no creísteis en él ni
escuchasteis su voz.
Deu 9:24 Habéis sido rebeldes a Yahveh vuestro
Dios desde el día en que os conoció.
Deu 9:25 Me postré, pues, ante Yahveh y estuve
postrado estos cuarenta días y cuarenta noches, porque Yahveh había hablado de
destruiros.
Deu 9:26 Supliqué a Yahveh y dije: «Señor
Yahveh, no destruyas a tu pueblo, tu heredad, que tú rescataste con tu grandeza
y que sacaste de Egipto con mano fuerte.
Deu 9:27 Acuérdate de tus siervos Abraham,
Isaac y Jacob, y no tomes en cuenta la indocilidad de este pueblo, ni su maldad
ni su pecado,
Deu 9:28 para que no se diga en el país de
donde nos sacaste: "Porque Yahveh no ha podido llevarlos a la tierra que les
había prometido, y por el odio que les tiene, los ha sacado para hacerlos morir
en el desierto."
Deu 9:29 Pero ellos son tu pueblo, tu heredad,
aquellos a quienes tú sacaste con tu gran fuerza y tu tenso brazo.»
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Capítulo 10
10:1
EN aquel
tiempo el Altísimo me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y
sube á mí al monte, y hazte un arca de madera:
10:2
Y escribiré
en aquellas tablas palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste; y
las pondrás en el arca.
10:3
E hice un
arca de madera de Sittim, y labré dos tablas de piedra como las primeras, y
subí al monte con las dos tablas en mi mano.
10:4
Y escribió en
las tablas conforme á la primera escritura, las diez palabras que el Altísimo
os había hablado en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea; y
diómelas el Altísimo.
10:5
Y volví y
descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho; y allí están,
como el Altísimo me mandó.
10:6
(Después
partieron los hijos de Israel de Beerot-bene-jacaam á Moserá: allí murió Aarón,
y allí fué sepultado; y en lugar suyo tuvo el sacerdocio su hijo Eleazar.
10:7
De allí
partieron á Gudgod, y de Gudgod á Jotbath, tierra de arroyos de aguas.
10:8
En aquel
tiempo apartó el Altísimo la tribu de Leví, para que llevase el arca del pacto
de el Altísimo, para que estuviese delante de el Altísimo para servirle, y para
bendecir en su nombre, hasta hoy.
10:9
Por lo cual Leví
no tuvo parte ni heredad con sus hermanos: el Altísimo es su heredad, como el
Altísimo tu Dios le dijo.)
10:10
Y yo estuve
en el monte como los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches; y el
Altísimo me oyó también esta vez, y no quiso el Altísimo destruirte.
10:11
Y díjome el
Altísimo: Levántate, anda, para que partas delante del pueblo, para que entren
y posean la tierra que juré á sus padres les había de dar.
10:12
Ahora pues,
Israel, ¿qué pide el Altísimo tu Dios de ti, sino que temas á el Altísimo tu
Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas á el Altísimo tu
Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma;
10:13
Que guardes
los mandamientos de el Altísimo y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para
que hayas bien?
10:14
He aquí, de
el Altísimo tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos: la tierra, y
todas las cosas que hay en ella.
10:15
Solamente de
tus padres se agradó el Altísimo para amarlos, y escogió su simiente después de
ellos, á vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día.
10:16
Circuncidad
pues el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
10:17
Porque el
Altísimo vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande,
poderoso, y terrible, que no acepta persona, ni toma cohecho;
10:18
Que hace
justicia al huérfano y á la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y
vestido.
10:19
Amaréis pues
al extranjero: porque extranjeros fuisteis vosotros en tierra de Egipto.
10:20
A el Altísimo
tu Dios temerás, á él servirás, á él te allegarás, y por su nombre jurarás.
10:21
El es tu
alabanza, y él es tu Dios, que ha hecho contigo estas grandes y terribles cosas
que tus ojos han visto.
10:22
Con setenta almas
descendieron tus padres á Egipto; y ahora el Altísimo te ha hecho como las
estrellas del cielo en multitud.
Deu 10:1 Yahveh me dijo entonces: «Labra dos
tablas de piedra como las primeras y sube donde mí a la montaña; hazte también
un arca de madera.
Deu 10:2 Yo escribiré en las tablas las
palabras que había en las primeras que rompiste, y tú las depositarás en el
arca.»
Deu 10:3 Hice un arca de madera de acacia,
labré dos tablas de piedra como las primeras y subí a la montaña con las dos
tablas en la mano.
Deu 10:4 El escribió en las tablas lo mismo
que había escrito antes, las diez Palabras que Yahveh había dicho en el monte,
de en medio del fuego, el día de la Asamblea. Y Yahveh me las entregó.
Deu 10:5 Yo volví a bajar del monte, puse las
tablas en el arca que había hecho y allí quedaron, como me había mandado Yahveh.
Deu 10:6 Los israelitas partieron de los pozos
de Bené Yaacán, hacia Moserá. Allí murió Aarón y allí fue enterrado. Le sucedió
en el sacerdocio su hijo Eleazar.
Deu 10:7 De allí se dirigieron a Gudgoda y de
Gudgoda a Yotbatá, lugar de torrentes.
Deu 10:8 Yahveh separó entonces a la tribu de
Leví para llevar el arca de la alianza de Yahveh, sirviéndole y dando la
bendición en su nombre hasta el día de hoy.
Deu 10:9 Por eso Leví no ha tenido parte ni
heredad con sus hermanos: Yahveh es su heredad, como Yahveh tu Dios le dijo.
Deu 10:10 Yo me quedé en el monte, como la
primera vez, cuarenta días y cuarenta noches. También esta vez me escuchó Yahveh
y renunció a destruirte.
Deu 10:11 Y me dijo Yahveh: «Levántate, ve a
ponerte al frente de este pueblo, para que vayan a tomar posesión de la tierra
que yo juré a sus padres que les daría.»
Deu 10:12 Y ahora, Israel, ¿qué te pide tu
Dios, sino que temas a Yahveh tu Dios, que sigas todos sus caminos, que le ames,
que sirvas a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,
Deu 10:13 que guardes los mandamientos de
Yahveh y sus preceptos que yo te prescribo hoy para que seas feliz?
Deu 10:14 Mira: De Yahveh tu Dios son los
cielos y los cielos de los cielos, la tierra y cuanto hay en ella.
Deu 10:15 Y con todo, sólo de tus padres se
prendó Yahveh y eligió a su descendencia después de ellos, a vosotros mismos, de
entre todos los pueblos, como hoy sucede.
Deu 10:16 Circuncidad el prepucio de vuestro
corazón y no endurezcáis más vuestra cerviz,
Deu 10:17 porque Yahveh vuestro Dios es el
Dios de los dioses y el Señor de los señores, el Dios grande, poderoso y
temible, que no hace acepción de personas ni admite soborno;
Deu 10:18 que hace justicia al huérfano y a la
viuda, y ama al forastero, a quien da pan y vestido.
Deu 10:19 (Amad al forastero porque forasteros
fuisteis vosotros en el país de Egipto.)
Deu 10:20 A Yahveh tu Dios temerás, a él
servirás, vivirás unido a él y en su nombre jurarás.
Deu 10:21 El será objeto de tu alabanza y él
tu Dios, que ha hecho por ti esas cosas grandes y terribles que tus ojos han
visto.
Deu 10:22 No más de setenta personas eran tus
padres cuando bajaron a Egipto, y Yahveh tu Dios te ha hecho ahora numeroso como
las estrellas del cielo.
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Capítulo 11
11:1
AMARÁS pues á
el Altísimo tu Dios, y guardarás su ordenanza, y sus estatutos y sus derechos y
sus mandamientos, todos los días.
11:2
Y comprended
hoy: porque no hablo con vuestros hijos que no han sabido ni visto el castigo
de el Altísimo vuestro Dios, su grandeza, su mano fuerte, y su brazo extendido,
11:3
Y sus
señales, y sus obras que hizo en medio de Egipto á Faraón, rey de Egipto, y á
toda su tierra;
11:4
Y lo que hizo
al ejército de Egipto, á sus caballos, y á sus carros; cómo hizo ondear las
aguas del mar Bermejo sobre ellos, cuando venían tras vosotros, y el Altísimo
los destruyó hasta hoy;
11:5
Y lo que ha
hecho con vosotros en el desierto, hasta que habéis llegado á este lugar;
11:6
Y lo que hizo
con Dathán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén; cómo abrió la tierra su
boca, y tragóse á ellos y á sus casas, y sus tiendas, y toda la hacienda que
tenían en pie en medio de todo Israel:
11:7
Mas vuestros
ojos han visto todos los grandes hechos que el Altísimo ha ejecutado.
11:8
Guardad,
pues, todos los mandamientos que yo os prescribo hoy, para que seáis
esforzados, y entréis y poseáis la tierra, á la cual pasáis para poseerla;
11:9
Y para que os
sean prolongados los días sobre la tierra, que juró el Altísimo á vuestros
padres había de dar á ellos y á su simiente, tierra que fluye leche y miel.
11:10
Que la tierra
á la cual entras para poseerla, no es como la tierra de Egipto de donde habéis
salido, donde sembrabas tu simiente, y regabas con tu pie, como huerto de
hortaliza.
11:11
La tierra á
la cual pasáis para poseerla, es tierra de montes y de vegas; de la lluvia del
cielo ha de beber las aguas;
11:12
Tierra de la
cual el Altísimo tu Dios cuida: siempre están sobre ella los ojos de el
Altísimo tu Dios, desde el principio del año hasta el fin de él.
11:13
Y será que,
si obedeciereis cuidadosamente mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando
á el Altísimo vuestro Dios, y sirviéndolo con todo vuestro corazón, y con toda
vuestra alma,
11:14
Yo daré la
lluvia de vuestra tierra en su tiempo, la temprana y la tardía; y cogerás tu
grano, y tu vino, y tu aceite.
11:15
Daré también
hierba en tu campo para tus bestias; y comerás, y te hartarás.
11:16
Guardaos,
pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis, y sirváis á dioses
ajenos, y os inclinéis á ellos;
11:17
Y así se
encienda el furor de el Altísimo sobre vosotros, y cierre los cielos, y no haya
lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis presto de la buena tierra que os
da el Altísimo.
11:18
Por tanto,
pondréis estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma, y las ataréis
por señal en vuestra mano, y serán por frontales entre vuestros ojos.
11:19
Y las
enseñaréis á vuestros hijos, hablando de ellas, ora sentado en tu casa, ó
andando por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes:
11:20
Y las
escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas:
11:21
Para que sean
aumentados vuestros días, y los días de vuestros hijos, sobre la tierra que
juró el Altísimo á vuestros padres que les había de dar, como los días de los
cielos sobre la tierra.
11:22
Porque si
guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo, para
que los cumpláis; como améis á el Altísimo vuestro Dios andando en todos sus
caminos, y á él os allegareis,
11:23
el Altísimo
también echará todas estas gentes de delante de vosotros y poseeréis gentes
grandes y más fuertes que vosotros.
11:24
Todo lugar
que pisare la planta de vuestro pie, será vuestro: desde el desierto y el
Líbano, desde el río, el río Eufrates, hasta la mar postrera será vuestro
término.
11:25
Nadie se
sostendrá delante de vosotros: miedo y temor de vosotros pondrá el Altísimo
vuestro Dios sobre la haz de toda la tierra que hollareis, como él os ha dicho.
11:26
He aquí yo
pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:
11:27
La bendición,
si oyereis los mandamientos de el Altísimo vuestro Dios, que yo os prescribo
hoy;
11:28
Y la
maldición, si no oyereis los mandamientos de el Altísimo vuestro Dios, y os
apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que
no habéis conocido.
11:29
Y será que,
cuando el Altísimo tu Dios te introdujere en la tierra á la cual vas para
poseerla, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim, y la maldición sobre el
monte Ebal:
11:30
Los cuales
están de la otra parte del Jordán, tras el camino del occidente en la tierra
del Cananeo, que habita en la campiña delante de Gilgal, junto á los llanos de
Moreh.
11:31
Porque
vosotros pasáis el Jordán, para ir a poseer la tierra que os da el Altísimo
vuestro Dios; y la poseeréis, y habitaréis en ella.
11:32
Cuidaréis,
pues, de poner por obra todos los estatutos y derechos que yo presento hoy
delante de vosotros.
Deu 11:1 Amarás a Yahveh tu Dios y guardarás
siempre sus ritos, sus preceptos, normas y mandamientos.
Deu 11:2 Vosotros sabéis hoy - no vuestros
hijos, que ni saben ni han visto la lección de Yahveh vuestro Dios, su
grandeza, su mano fuerte y su tenso brazo -
Deu 11:3 las señales y hazañas que realizó
él en medio de Egipto, contra Faraón rey de Egipto y todo su pueblo;
Deu 11:4 lo que hizo con el ejército de
Egipto, con sus caballos y sus carros, precipitando sobre ellos las aguas
del mar de Suf cuando os perseguían, y aniquilándolos Yahveh hasta el día de
hoy;
Deu 11:5 lo que ha hecho por vosotros en
el desierto hasta vuestra llegada a este lugar;
Deu 11:6 lo que hizo con Datán y Abirón,
hijos de Eliab el rubenita, cuando la tierra abrió su boca y los tragó en
medio de todo Israel, con sus familias, sus tiendas y todos los que les
seguían.
Deu 11:7 Pues vuestros mismos ojos han
visto toda esta gran obra que Yahveh ha realizado.
Deu 11:8 Guardaréis todos los mandamientos
que yo os prescribo hoy, para que os hagáis fuertes y lleguéis a poseer la
tierra a la que vais a pasar para tomarla en posesión,
Deu 11:9 y para que prolonguéis vuestros
días en el suelo que Yahveh juró dar a vuestros padres y a su descendencia,
tierra que mana leche y miel.
Deu 11:10 Porque la tierra a la que vas a
entrar para tomarla en posesión no es como el país de Egipto del que habéis
salido, donde después de sembrar había que regar con el pie, como se riega
un huerto de hortalizas.
Deu 11:11 Sino que la tierra a la que vais
a pasar para tomarla en posesión es una tierra de montes y valles, que bebe
el agua de la lluvia del cielo.
Deu 11:12 De esta tierra se cuida Yahveh
tu Dios; los ojos de Yahveh tu Dios están constantemente puestos en ella,
desde que comienza el año hasta que termina.
Deu 11:13 Y si vosotros obedecéis
puntualmente a los mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Yahveh
vuestro Dios y sirviéndole con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,
Deu 11:14 yo daré a vuestro país la lluvia
a su tiempo, lluvia de otoño y lluvia de primavera, y tú podrás cosechar tu
trigo, tu mosto y tu aceite;
Deu 11:15 yo daré a tu campo hierba para
tu ganado, y comerás hasta hartarte.
Deu 11:16 Cuidad bien que no se pervierta
vuestro corazón y os descarriéis a dar culto o otros dioses, y a postraros
ante ellos;
Deu 11:17 pues la ira de Yahveh se
encendería contra vosotros y cerraría los cielos, no habría más lluvia, el
suelo no daría su fruto y vosotros pereceríais bien pronto en esa tierra
buena que Yahveh os da.
Deu 11:18 Poned estas palabras en vuestro
corazón y en vuestra alma, atadlas a vuestra mano como una señal, y sean
como una insignia entre vuestros ojos.
Deu 11:19 Enseñádselas a vuestros hijos,
hablando de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje, así acostado
como levantado.
Deu 11:20 Las escribirás en las jambas de
tu casa y en tus puertas,
Deu 11:21 para que vuestros días y los
días de vuestros hijos en la tierra que Yahveh juró dar a vuestros padres
sean tan numerosos como los días del cielo sobre la tierra.
Deu 11:22 Porque, si de verdad guardáis
todos estos mandamientos que yo os mando practicar, amando a Yahveh vuestro
Dios, siguiendo todos sus caminos y viviendo unidos a él,
Deu 11:23 Yahveh desalojará delante de
vosotros a todas esas naciones, y vosotros desalojaréis a naciones más
numerosas y fuertes que vosotros.
Deu 11:24 Todo lugar que pise la planta de
vuestro pie será vuestro; desde el Río, el río Eufrates, hasta el mar
occidental, se extenderá vuestro territorio.
Deu 11:25 Nadie podrá resistiros; Yahveh
vuestro Dios hará que se os tema y se os respete sobre la haz de toda la
tierra que habéis de pisar, como él os ha dicho.
Deu 11:26 Mira: Yo pongo hoy ante vosotros
bendición y maldición.
Deu 11:27 Bendición si escucháis los
mandamientos de Yahveh vuestro Dios que yo os prescribo hoy,
Deu 11:28 maldición si desoís los
mandamientos de Yahveh vuestro Dios, si os apartáis del camino que yo os
prescribo hoy, para seguir a otros dioses que no conocéis.
Deu 11:29 Cuando Yahveh tu Dios te haya
introducido en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión,
pondrás la bendición sobre el monte Garizim y la maldición sobre el monte
Ebal.
Deu 11:30 (Estos montes están, como
sabéis, al otro lado del Jordán, detrás del camino del poniente, en el país
de los cananeos que habitan en la Arabá, frente a Guilgal, cerca de la
Encina de Moré.)
Deu 11:31 Ya que vais a pasar el Jordán
para ir a tomar posesión de la tierra que Yahveh vuestro Dios os da, cuando
la poseáis y habitéis en ella,
Deu 11:32 cuidaréis de poner en práctica
todos los preceptos y normas que yo os expongo hoy.
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Capítulo 12
12:1
ESTOS son los
estatutos y derechos que cuidaréis de poner por obra, en la tierra que el Altísimo
el Dios de tus padres te ha dado para que la poseas, todos los días que
vosotros viviereis sobre la tierra.
12:2
Destruiréis
enteramente todos los lugares donde las gentes que vosotros heredareis sirvieron
á sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo
árbol espeso:
12:3
Y derribaréis
sus altares, y quebraréis sus imágenes, y sus bosques consumiréis con fuego: y
destruiréis las esculturas de sus dioses, y extirparéis el nombre de ellas de
aquel lugar.
12:4
No haréis así
á el Altísimo vuestro Dios.
12:5
Mas el lugar
que el Altísimo vuestro Dios escogiere de todas vuestras tribus, para poner
allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis:
12:6
Y allí llevaréis
vuestros holocaustos, y vuestros sacrificios, y vuestros diezmos, y la ofrenda
elevada de vuestras manos, y vuestros votos, y vuestras ofrendas voluntarias, y
los primerizos de vuestras vacas y de vuestras ovejas:
12:7
Y comeréis
allí delante de el Altísimo vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras
familias, en toda obra de vuestras manos en que el Altísimo tu Dios te hubiere
bendecido.
12:8
No haréis
como todo lo que nosotros hacemos aquí ahora, cada uno lo que le parece,
12:9
Porque aun
hasta ahora no habéis entrado al reposo y á la heredad que os da el Altísimo
vuestro Dios.
12:10
Mas pasaréis
el Jordán, y habitaréis en la tierra que el Altísimo vuestro Dios os hace
heredar, y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis
seguros.
12:11
Y al lugar
que el Altísimo vuestro Dios escogiere para hacer habitar en él su nombre, allí
llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, y vuestros
sacrificios, vuestros diezmos, y las ofrendas elevadas de vuestras manos, y
todo lo escogido de vuestros votos que hubiereis prometido á el Altísimo;
12:12
Y os
alegraréis delante de el Altísimo vuestro Dios, vosotros, y vuestros hijos, y
vuestras hijas, y vuestros siervos, y vuestras siervas, y el Levita que estuviere
en vuestras poblaciones: por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros.
12:13
Guárdate, que
no ofrezcas tus holocaustos en cualquier lugar que vieres;
12:14
Mas en el
lugar que el Altísimo escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos,
y allí harás todo lo que yo te mando.
12:15
Con todo,
podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme al deseo de tu
alma, según la bendición de el Altísimo tu Dios que él te habrá dado: el inmundo
y el limpio la comerá, como la de corzo ó de ciervo:
12:16
Salvo que
sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua.
12:17
Ni podrás
comer en tus poblaciones el diezmo de tu grano, ó de tu vino, ó de tu aceite,
ni los primerizos de tus vacas, ni de tus ovejas, ni tus votos que prometieres,
ni tus ofrendas voluntarias, ni las elevadas ofrendas de tus manos:
12:18
Mas delante
de el Altísimo tu Dios las comerás, en el lugar que el Altísimo tu Dios hubiere
escogido, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita que
está en tus poblaciones: y alegrarte has delante de el Altísimo tu Dios en toda
obra de tus manos.
12:19
Ten cuidado
de no desamparar al Levita en todos tus días sobre tu tierra.
12:20
Cuando el
Altísimo tu Dios ensanchare tu término, como él te ha dicho, y tú dijeres:
Comeré carne, porque deseó tu alma comerla, conforme á todo el deseo de tu alma
comerás carne.
12:21
Cuando
estuviere lejos de ti el lugar que el Altísimo tu Dios habrá escogido, para
poner allí su nombre, matarás de tus vacas y de tus ovejas, que el Altísimo te
hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas según todo lo que
deseare tu alma.
12:22
Lo mismo que
se come el corzo y el ciervo, así las comerás: el inmundo y el limpio comerán
también de ellas.
12:23
Solamente que
te esfuerces á no comer sangre: porque la sangre es el alma; y no has de comer
el alma juntamente con su carne.
12:24
No la
comerás: en tierra la derramarás como agua.
12:25
No comerás de
ella; para que te vaya bien á ti, y á tus hijos después de ti, cuando hicieres
lo recto en ojos de el Altísimo.
12:26
Empero las
cosas que tuvieres tú consagradas, y tus votos, las tomarás, y vendrás al lugar
que el Altísimo hubiere escogido:
12:27
Y ofrecerás tus
holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de el Altísimo tu Dios: y la
sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de el Altísimo tu Dios,
y comerás la carne.
12:28
Guarda y
escucha todas estas palabras que yo te mando, porque te vaya bien á ti y á tus
hijos después de ti para siempre, cuando hicieres lo bueno y lo recto en los
ojos de el Altísimo tu Dios.
12:29
Cuando
hubiere devastado delante de ti el Altísimo tu Dios las naciones á donde tú vas
para poseerlas, y las heredares, y habitares en su tierra,
12:30
Guárdate que
no tropieces en pos de ellas, después que fueren destruídas delante de ti: no
preguntes acerca de sus dioses, diciendo: la manera que servían aquellas gentes
á sus dioses, así haré yo también.
12:31
No harás así
á el Altísimo tu Dios; porque todo lo que el Altísimo aborrece, hicieron ellos
á sus dioses; pues aun á sus hijos é hijas quemaban en el fuego á sus dioses.
12:32
Cuidaréis de
hacer todo lo que yo os mando: no añadirás á ello, ni quitarás de ello.
Deu 12:1 Estos son los preceptos y normas que
cuidaréis de poner en práctica en la tierra que Yahveh el Dios de tus padres te
ha dado en posesión, todos los días que viváis en su suelo.
Deu 12:2 Suprimiréis todos los lugares donde
los pueblos que vais a desalojar han dado culto a sus dioses, en lo alto de los
montes, en las colinas, y bajo todo árbol frondoso;
Deu 12:3 demoleréis su altares, romperéis sus
estelas, quemaréis sus cipos, derribaréis las esculturas de sus dioses y
suprimiréis su nombre de este lugar.
Deu 12:4 No procederéis así respecto de Yahveh
vuestro Dios,
Deu 12:5 sino que sólo vendréis a buscarle al
lugar elegido por Yahveh vuestro Dios, de entre todas las tribus, para poner en
él la morada de su nombre.
Deu 12:6 Allí llevaréis vuestros holocaustos y
vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas reservadas de vuestras
manos, vuestras ofrendas votivas y vuestras ofrendas voluntarias, los
primogénitos de vuestro ganado mayor y menor,
Deu 12:7 allí comeréis en presencia de Yahveh
vuestro Dios y os regocijaréis, vosotros y vuestras casas, de todas las empresas
en que Yahveh tu Dios te haya bendecido.
Deu 12:8 No haréis lo que nosotros hacemos
aquí hoy, cada cual lo que le parece bien,
Deu 12:9 porque todavía no habéis llegado al
lugar de descanso y a la heredad que Yahveh tu Dios te da.
Deu 12:10 Pero cuando paséis el Jordán y
habitéis en la tierra que Yahveh vuestro Dios os da en herencia, cuando él os
haya puesto al abrigo de todos vuestros enemigos de alrededor, y viváis con
tranquilidad,
Deu 12:11 llevaréis al lugar elegido por
Yahveh vuestro Dios para morada de su nombre todo lo que yo os prescribo:
vuestros holocaustos y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas
reservadas de vuestras manos, lo más selecto de vuestras ofrendas que hayáis
prometido con voto a Yahveh;
Deu 12:12 y os regocijaréis en presencia de
Yahveh, vosotros, vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras
siervas, así como el levita que vive en vuestras ciudades, ya que no tiene parte
ni heredad con vosotros.
Deu 12:13 Guárdate de ofrecer tus holocaustos
en cualquier lugar sagrado que veas;
Deu 12:14 sólo en el lugar elegido por Yahveh
en una de tus tribus podrás ofrecer tus holocaustos y sólo allí pondrás en
práctica todo lo que yo te mando.
Deu 12:15 Podrás, sin embargo, siempre que lo
desees, sacrificar y comer la carne, como bendición que te ha dado Yahveh tu
Dios, en todas tus ciudades. Tanto el puro como el impuro podrán comerla, como
si fuese gacela o ciervo.
Deu 12:16 Sólo la sangre no la comeréis; la
derramarás en tierra como agua.
Deu 12:17 No podrás comer en tus ciudades el
diezmo de tu trigo, de tu mosto o de tu aceite, ni los primogénitos de tu ganado
mayor o menor, ninguna de tus ofrendas votivas o de tus ofrendas voluntarias, ni
las ofrendas reservadas de tus manos.
Deu 12:18 Sino que lo comerás en presencia de
Yahveh tu Dios, en el lugar elegido por Yahveh tu Dios y solamente allí, tú, tu
hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que vive en tus ciudades. Y
te regocijarás en presencia de Yahveh tu Dios por todas tus empresas.
Deu 12:19 Guárdate de dejar abandonado al
levita mientras vivas en tu suelo.
Deu 12:20 Cuando Yahveh tu Dios haya
ensanchado tu territorio, como te ha prometido, y digas: «Querría comer carne»,
si deseas comer carne, podrás hacerlo siempre que quieras.
Deu 12:21 Si el lugar elegido por Yahveh tu
Dios para morada de su nombre está demasiado lejos de ti, podrás sacrificar del
ganado mayor y menor que Yahveh te haya concedido, del modo que yo te he
prescrito; lo podrás comer en tus ciudades a la medida de tus deseos;
Deu 12:22 y lo comerás como se come la gacela
o el ciervo; podrán comerlo tanto el puro como el impuro.
Deu 12:23 Guárdate sólo de comer la sangre,
porque la sangre es la vida, y no debes comer la vida con la carne.
Deu 12:24 No la comerás, la derramarás en
tierra como agua.
Deu 12:25 No la comerás, para que seas feliz,
tú y tu hijo después de ti, por haber hecho lo que es justo a los ojos de
Yahveh.
Deu 12:26 Pero las cosas sagradas que te
correspondan y las que hayas prometido con voto, irás a llevarlas a aquel lugar
elegido por Yahveh.
Deu 12:27 Harás el holocausto de la carne y de
la sangre sobre el altar de Yahveh tu Dios; la sangre de tus sacrificios será
derramada sobre el altar de Yahveh tu Dios, y tu podrás comer la carne.
Deu 12:28 Observa y escucha todas estas cosas
que yo te mando, para que seas feliz siempre, tú y tu hijo después de ti, por
haber hecho lo que es bueno y justo a los ojos de Yahveh tu Dios.
Deu 12:29 Cuando Yahveh tu Dios haya
exterminado las naciones que tú vas a desalojar ante ti, cuando las hayas
desalojado y habites en su tierra,
Deu 12:30 guárdate de dejarte prender en el
lazo siguiendo su ejemplo después de haber sido ellos exterminados ante ti, y de
buscar sus dioses, diciendo; «¿Cómo servían estas naciones a sus dioses? Así
haré yo también,»
Deu 12:31 No procederás así con Yahveh tu
Dios. Porque todo lo que es una abominación para Yahveh, lo que detesta, lo
hacen ellos en honor de sus dioses: llegan incluso a quemar al fuego a sus hijos
e hijas en honor de sus dioses.
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Capítulo 13
13:1
CUANDO se
levantare en medio de ti profeta, ó soñador de sueños, y te diere señal ó
prodigio,
13:2
Y acaeciere
la señal ó prodigio que él te dijo, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos,
que no conociste, y sirvámosles;
13:3
No darás oído
á las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños: porque el Altísimo
vuestro Dios os prueba, para saber si amáis á el Altísimo vuestro Dios con todo
vuestro corazón, y con toda vuestra alma.
13:4
En pos de el
Altísimo vuestro Dios andaréis, y á él temeréis, y guardaréis sus mandamientos,
y escucharéis su voz, y á él serviréis, y á él os allegaréis.
13:5
Y el tal
profeta ó soñador de sueños, ha de ser muerto; por cuanto trató de rebelión
contra el Altísimo vuestro Dios, que te sacó de tierra de Egipto, y te rescató
de casa de siervos, y de echarte del camino por el que el Altísimo tu Dios te
mandó que anduvieses: y así quitarás el mal de en medio de ti.
13:6
Cuando te
incitare tu hermano, hijo de tu madre, ó tu hijo, ó tu hija, ó la mujer de tu
seno, ó tu amigo que sea como tu alma, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos á
dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis,
13:7
De los dioses
de los pueblos que están en vuestros alrededores cercanos á ti, ó lejos de ti,
desde el un cabo de la tierra hasta el otro cabo de ella;
13:8
No
consentirás con él, ni le darás oído; ni tu ojo le perdonará, ni tendrás
compasión, ni lo encubrirás:
13:9
Antes has de
matarlo; tu mano será primero sobre él para matarle, y después la mano de todo
el pueblo.
13:10
Y has de
apedrearlo con piedras, y morirá; por cuanto procuró apartarte de el Altísimo
tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de siervos:
13:11
Para que todo
Israel oiga, y tema, y no tornen á hacer cosa semejante á esta mala cosa en
medio de ti.
13:12
Cuando oyeres
de alguna de tus ciudades que el Altísimo tu Dios te da para que mores en
ellas, que se dice:
13:13
Hombres,
hijos de impiedad, han salido de en medio de ti, que han instigado á los
moradores de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos á dioses ajenos, que
vosotros no conocisteis;
13:14
Tú
inquirirás, y buscarás, y preguntarás con diligencia; y si pareciere verdad,
cosa cierta, que tal abominación se hizo en medio de ti,
13:15
Irremisiblemente
herirás á filo de espada los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con
todo lo que en ella hubiere, y también sus bestias á filo de espada.
13:16
Y juntarás
todo el despojo de ella en medio de su plaza, y consumirás con fuego la ciudad
y todo su despojo, todo ello, á el Altísimo tu Dios: y será un montón para
siempre: nunca más se edificará.
13:17
Y no se
pegará algo á tu mano del anatema; porque el Altísimo se aparte del furor de su
ira, y te dé mercedes, y tenga misericordia de ti, y te multiplique, como lo
juró á tus padres,
13:18
Cuando
obedecieres á la voz de el Altísimo tu Dios, guardando todos sus mandamientos
que yo te prescribo hoy, para hacer lo recto en ojos de el Altísimo tu Dios.
Deu 13:1 Todo esto que yo os mando, cuidaréis de
ponerlo por obra, sin añadir ni quitar nada.
Deu 13:2 Si surge en medio de ti un profeta o
vidente en sueños, que te propone una señal o un prodigio,
Deu 13:3 y llega a realizarse la señal o el
prodigio que te ha anunciado, y te dice: «Vamos en pos de otros dioses (que tú
no conoces) a servirles»,
Deu 13:4 no escucharás las palabras de ese
profeta o de ese vidente en sueños. Es que Yahveh vuestro Dios os pone a prueba
para saber si verdaderamente amáis a Yahveh vuestro Dios con todo vuestro
corazón y con toda vuestra alma.
Deu 13:5 A Yahveh vuestro Dios seguiréis y a
él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis y
viviréis unidos a él.
Deu 13:6 Ese profeta o vidente en sueños
deberá morir por haber predicado la rebelión contra Yahveh tu Dios - que te sacó
del país de Egipto y te rescató de la casa de servidumbre - para apartarte del
camino que Yahveh tu Dios te ha mandado seguir. Así harás desaparecer el mal de
en medio de ti.
Deu 13:7 Si tu hermano, hijo de tu padre o
hijo de tu madre, tu hijo o tu hija, la esposa que reposa en tu seno o el amigo
que es tu otro yo, trata de seducirte en secreto diciéndote: «Vamos a servir a
otros dioses», desconocidos de ti y de tus padres,
Deu 13:8 de entre los dioses de los pueblos
próximos o lejanos que os rodean de un extremo a otro de la tierra,
Deu 13:9 no accederás ni le escucharás, tu ojo
no tendrá piedad de él, no le perdonarás ni le encubrirás,
Deu 13:10 sino que le harás morir; tu mano
caerá la primera sobre él para darle muerte, y después la mano de todo el
pueblo.
Deu 13:11 Le apedrearás hasta que muera,
porque trató de apartarte de Yahveh tu Dios, el que te sacó del país de Egipto,
de la casa de servidumbre.
Deu 13:12 Y todo Israel, cuando lo sepa,
tendrá miedo y dejará de cometer este mal en medio de ti.
Deu 13:13 Si oyes decir que en una de las
ciudades que Yahveh tu Dios te da para habitar en ella
Deu 13:14 algunos hombres, malvados, salidos
de tu propio seno, han seducido a sus conciudadanos diciendo: «Vamos a dar culto
a otros dioses», desconocidos de vosotros,
Deu 13:15 consultarás, indagarás y preguntarás
minuciosamente. Si es verdad, si se comprueba que en medio de ti se ha cometido
tal abominación,
Deu 13:16 deberás pasar a filo de espada a los
habitantes de esa ciudad; la consagrarás al anatema con todo lo que haya dentro
de ella;
Deu 13:17 amontonarás todos sus despojos en
medio de la plaza pública y prenderás fuego a la ciudad con todos sus despojos,
todo ello en honor de Yahveh tu Dios. Quedará para siempre convertida en un
montón de ruinas, y no volverá a ser edificada.
Deu 13:18 De este anatema no se te quedará
nada en la mano, para que Yahveh aplaque el ardor de su ira y sea misericordioso
contigo, tenga piedad de ti y te multiplique como prometió bajo juramento a tus
padres,
Deu 13:19 a condición de que escuches la voz
de Yahveh tu Dios guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy y
haciendo lo que es justo a los ojos de Yahveh tu Dios.
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Capítulo 14
14:1
HIJOS sois de
el Altísimo vuestro Dios: no os sajaréis, ni pondréis calva sobre vuestros ojos
por muerto;
14:2
Porque eres pueblo
santo á el Altísimo tu Dios, y el Altísimo te ha escogido para que le seas un
pueblo singular de entre todos los pueblos que están sobre la haz de la tierra.
14:3
Nada
abominable comerás.
14:4
Estos son los
animales que comeréis: el buey, la oveja, y la cabra,
14:5
El ciervo, el
corzo, y el búfalo, y el cabrío salvaje, y el unicornio, y buey salvaje, y
cabra montés.
14:6
Y todo animal
de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales,
ese comeréis.
14:7
Empero estos
no comeréis de los que rumian, ó tienen uña hendida: camello, y liebre, y
conejo, porque rumian, mas no tienen uña hendida, os serán inmundos;
14:8
Ni puerco:
porque tiene uña hendida, mas no rumia, os será inmundo. la carne de éstos no
comeréis, ni tocaréis sus cuerpos muertos.
14:9
Esto comeréis
de todo lo que está en el agua: todo lo que tiene aleta y escama comeréis;
14:10
Mas todo lo
que no tuviere aleta y escama, no comeréis: inmundo os será.
14:11
Toda ave
limpia comeréis.
14:12
Y estas son
de las que no comeréis: el águila, y el azor, y el esmerejón,
14:13
Y el ixio, y
el buitre, y el milano según su especie,
14:14
Y todo cuervo
según su especie,
14:15
Y el búho, y
la lechuza, y el cuclillo, y el halcón según su especie,
14:16
Y el herodión,
y el cisne, y el ibis,
14:17
Y el
somormujo, y el calamón, y el corvejón,
14:18
Y la cigüeña,
y la garza según su especie, y la abubilla, y el murciélago.
14:19
Y todo reptil
alado os será inmundo: no se comerá.
14:20
Toda ave
limpia comeréis.
14:21
Ninguna cosa
mortecina comeréis: al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él la
comerá: ó véndela al extranjero; porque tú eres pueblo santo á el Altísimo tu
Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
14:22
Indispensablemente
diezmarás todo el producto de tu simiente, que rindiere el campo cada un año.
14:23
Y comerás
delante de el Altísimo tu Dios en el lugar que él escogiere para hacer habitar
allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino, y de tu aceite, y los primerizos
de tus manadas, y de tus ganados, para que aprendas á temer á el Altísimo tu
Dios todos los días.
14:24
Y si el
camino fuere tan largo que tú no puedas llevarlo por él, por estar lejos de ti
el lugar que el Altísimo tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre,
cuando el Altísimo tu Dios te bendijere,
14:25
Entonces
venderlo has, y atarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que el Altísimo
tu Dios escogiere;
14:26
Y darás el dinero
por todo lo que deseare tu alma, por vacas, ó por ovejas, ó por vino, ó por
sidra, ó por cualquier cosa que tu alma te demandare: y comerás allí delante de
el Altísimo tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.
14:27
Y no
desampararás al Levita que habitare en tus poblaciones; porque no tiene parte
ni heredad contigo.
14:28
Al cabo de
cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo
guardarás en tus ciudades:
14:29
Y vendrá el
Levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, y el huérfano,
y la viuda, que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para
que el Altísimo tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos que hicieres.
Deu 14:1 Hijos sois de Yahveh vuestro Dios. No os
haréis incisión ni tonsura entre los ojos por un muerto.
Deu 14:2 Porque tú eres un pueblo consagrado a
Yahveh tu Dios, y Yahveh te ha escogido para que seas el pueblo de su propiedad
personal entre todos los pueblos que hay sobre la haz de la tierra.
Deu 14:3 No comerás nada que sea abominable.
Deu 14:4 Estos son los animales que podréis
comer: buey, carnero, cabra,
Deu 14:5 ciervo, gacela, gamo, cabra montés,
antílope, búfalo, gamuza.
Deu 14:6 Y todo animal de pezuña partida,
hendida en dos mitades, y que rumia, lo podéis comer.
Deu 14:7 Sin embargo, entre los que rumian y
entre los animales de pezuña partida y hendida no podréis comer los siguientes:
el camello, la liebre y el damán, que rumian pero no tienen la pezuña hendida;
los tendréis por impuros.
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Capítulo 15
15:1
AL cabo de siete
años harás remisión.
15:2
Y esta es la
manera de la remisión: perdonará á su deudor todo aquél que hizo empréstito de
su mano, con que obligó á su prójimo: no lo demandará más á su prójimo, ó á su
hermano; porque la remisión de el Altísimo es pregonada.
15:3
Del
extranjero demandarás el reintegro: mas lo que tu hermano tuviere tuyo, lo
perdonará tu mano;
15:4
Para que así
no haya en ti mendigo; porque el Altísimo te bendecirá con abundancia en la
tierra que el Altísimo tu Dios te da por heredad para que la poseas,
15:5
Si empero
escuchares fielmente la voz de el Altísimo tu Dios, para guardar y cumplir
todos estos mandamientos que yo te intimo hoy.
15:6
Ya que el
Altísimo tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces á
muchas gentes, mas tú no tomarás prestado; y enseñorearte has de muchas gentes,
pero de ti no se enseñorearán.
15:7
Cuando
hubiere en ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades,
en tu tierra que el Altísimo tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni
cerrarás tu mano á tu hermano pobre:
15:8
Mas abrirás á
él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que basta, lo que hubiere
menester.
15:9
Guárdate que
no haya en tu corazón perverso pensamiento, diciendo: Cerca está el año séptimo,
el de la remisión; y tu ojo sea maligno sobre tu hermano menesteroso para no
darle: que él podrá clamar contra ti á el Altísimo, y se te imputará á pecado.
15:10
Sin falta le
darás, y no sea tu corazón maligno cuando le dieres: que por ello te bendecirá
el Altísimo tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que pusieres mano.
15:11
Porque no
faltarán menesterosos de en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo:
Abrirás tu mano á tu hermano, á tu pobre, y á tu menesteroso en tu tierra.
15:12
Cuando se
vendiere á ti tu hermano Hebreo ó Hebrea, y te hubiere servido seis años, al
séptimo año le despedirás libre de ti.
15:13
Y cuando lo
despidieres libre de ti, no lo enviarás vacío:
15:14
Le
abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era, y de tu lagar; le darás de
aquello en que el Altísimo te hubiere bendecido.
15:15
Y te
acordarás que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que el Altísimo tu Dios
te rescató: por tanto yo te mando esto hoy.
15:16
Y será que,
si él te dijere: No saldré de contigo; porque te ama á ti y á tu casa, que le
va bien contigo;
15:17
Entonces
tomarás una lesna, y horadarás su oreja junto á la puerta, y será tu siervo
para siempre: así también harás á tu criada.
15:18
No te parezca
duro cuando le enviares libre de ti; que doblado del salario de mozo jornalero
te sirvió seis años: y el Altísimo tu Dios te bendecirá en todo cuanto
hicieres.
15:19
Santificarás
á el Altísimo tu Dios todo primerizo macho que nacerá de tus vacas y de tus
ovejas: no te sirvas del primerizo de tus vacas, ni trasquiles el primerizo de
tus ovejas.
15:20
Delante de el
Altísimo tu Dios los comerás cada un año, tú y tu familia, en el lugar que el
Altísimo escogiere.
15:21
Y si hubiere en
él tacha, ciego ó cojo, ó cualquiera mala falta, no lo sacrificarás á el
Altísimo tu Dios.
15:22
En tus
poblaciones lo comerás: el inmundo lo mismo que el limpio comerán de él, como
de un corzo ó de un ciervo.
15:23
Solamente que
no comas su sangre: sobre la tierra la derramarás como agua.
Deu 15:1 Cada siete años harás remisión.
Deu 15:2 En esto consiste la remisión. Todo
acreedor que posea una prenda personal obtenida de su prójimo, le hará remisión;
no apremiará a su prójimo ni a su hermano, si se invoca la remisión en honor de
Yahveh.
Deu 15:3 Podrás apremiar al extranjero, pero a
tu hermano le concederás la remisión de lo que te debe.
Deu 15:4 Cierto que no debería haber ningún
pobre junto a ti, porque Yahveh te otorgará su bendición en la tierra que Yahveh
tu Dios te da en herencia para que la poseas,
Deu 15:5 pero sólo si escuchas de verdad la
voz de Yahveh tu Dios cuidando de poner en práctica todos estos mandamientos que
yo te prescribo hoy.
Deu 15:6 Sí, Yahveh tu Dios te bendecirá como
te ha dicho: prestarás a naciones numerosas, y tú no pedirás prestado, dominarás
a naciones numerosas, y a ti no te dominarán.
Deu 15:7 Si hay junto a ti algún pobre de
entre tus hermanos, en alguna de las ciudades de tu tierra que Yahveh tu Dios te
da, no endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre,
Deu 15:8 sino que le abrirás tu mano y le
prestarás lo que necesite para remediar su indigencia.
Deu 15:9 Cuida de no abrigar en tu corazón
estos perversos pensamientos: «Ya pronto llega el año séptimo, el año de la
remisión», para mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada; él
apelaría a Yahveh contra ti y te cargarías con un pecado.
Deu 15:10 Cuando le des algo, se lo has de dar
de buena gana, que por esta acción te bendecirá Yahveh, tu Dios en todas tus
obras y en todas tus empresas.
Deu 15:11 Pues no faltarán pobres en esta
tierra; por eso te doy yo este mandamiento: debes abrir tu mano a tu hermano, a
aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra.
Deu 15:12 Si tu hermano hebreo, hombre o
mujer, se vende a ti, te servirá durante seis años y al séptimo le dejarás
libre.
Deu 15:13 Al dejarle libre, no le mandarás con
las manos vacías;
Deu 15:14 le harás algún presente de tu ganado
menor, de tu era y de tu lagar; le darás según como te haya bendecido Yahveh tu
Dios.
Deu 15:15 Recordarás que tu fuiste esclavo en
el país de Egipto y que Yahveh tu Dios te rescató: por eso te mando esto hoy.
Deu 15:16 Pero si él te dice: «No quiero
marcharme de tu lado», porque te ama, a ti y a tu casa, porque le va bien
contigo,
Deu 15:17 tomarás un punzón, le horadarás la
oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre. Lo mismo harás con tu
sierva.
Deu 15:18 No se te haga demasiado duro el
dejarle en libertad, porque el haberte servido seis años vale por un doble
salario de jornalero. Y Yahveh tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.
Deu 15:19 Todo primogénito que nazca en tu
ganado mayor o menor, si es macho, lo consagraras a Yahveh tu Dios. No someterás
al trabajo al primogénito de tu vaca ni esquilarás al primogénito de tu oveja.
Deu 15:20 Lo comerás, tú y tu casa, cada año,
en presencia de Yahveh tu Dios, en el lugar elegido por Yahveh.
Deu 15:21 Si tiene alguna tara, si es cojo o
ciego o con algún otro defecto grave, no lo sacrificarás a Yahveh tu Dios.
Deu 15:22 Lo comerás en tus ciudades, lo mismo
el puro que el impuro, como si fuese gacela o ciervo;
Deu 15:23 sólo la sangre no la comerás; la
derramarás en tierra como agua.
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Capítulo 16
16:1
GUARDARÁS el
mes de Abib, y harás pascua á el Altísimo tu Dios: porque en el mes de Abib te
sacó el Altísimo tu Dios de Egipto de noche.
16:2
Y sacrificarás
la pascua á el Altísimo tu Dios, de las ovejas y de las vacas, en el lugar que
el Altísimo escogiere para hacer habitar allí su nombre.
16:3
No comerás
con ella leudo; siete días comerás con ella pan por leudar, pan de aflicción,
porque apriesa saliste de tierra de Egipto: para que te acuerdes del día en que
saliste de la tierra de Egipto todos los días de tu vida.
16:4
Y no se
dejará ver levadura contigo en todo tu término por siete días; y de la carne
que matares á la tarde del primer día, no quedará hasta la mañana.
16:5
No podrás
sacrificar la pascua en ninguna de tus ciudades, que el Altísimo tu Dios te da;
16:6
Sino en el
lugar que el Altísimo tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre,
sacrificarás la pascua por la tarde á puesta del sol, al tiempo que saliste de
Egipto:
16:7
Y la asarás y
comerás en el lugar que el Altísimo tu Dios hubiere escogido; y por la mañana
te volverás y restituirás á tu morada.
16:8
Seis días
comerás ázimos, y el séptimo día será solemnidad á el Altísimo tu Dios: no
harás obra en él.
16:9
Siete semanas
te contarás: desde que comenzare la hoz en las mieses comenzarás á contarte las
siete semanas.
16:10
Y harás la
solemnidad de las semanas á el Altísimo tu Dios: de la suficiencia voluntaria de
tu mano será lo que dieres, según el Altísimo tu Dios te hubiere bendecido.
16:11
Y te
alegrarás delante de el Altísimo tu Dios, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu
siervo, y tu sierva, y el Levita que estuviere en tus ciudades, y el
extranjero, y el huérfano, y la viuda, que estuvieren en medio de ti, en el
lugar que el Altísimo tu Dios hubiere escogido para hacer habitar allí su
nombre.
16:12
Y acuérdate
que fuiste siervo en Egipto; por tanto guardarás y cumplirás estos estatutos.
16:13
La solemnidad
de las cabañas harás por siete días, cuando hubieres hecho la cosecha de tu era
y de tu lagar.
16:14
Y te
alegrarás en tus solemnidades, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu
sierva, y el Levita, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que están en
tus poblaciones.
16:15
Siete días
celebrarás solemnidad á el Altísimo tu Dios en el lugar que el Altísimo
escogiere; porque te habrá bendecido el Altísimo tu Dios en todos tus frutos, y
en toda obra de tus manos, y estarás ciertamente alegre.
16:16
Tres veces
cada un año parecerá todo varón tuyo delante de el Altísimo tu Dios en el lugar
que él escogiere: en la solemnidad de los ázimos, y en la solemnidad de las
semanas, y en la solemnidad de las cabañas. Y no parecerá vacío delante de el
Altísimo:
16:17
Cada uno con
el don de su mano, conforme á la bendición de el Altísimo tu Dios, que te
hubiere dado.
16:18
Jueces y
alcaldes te pondrás en todas tus ciudades que el Altísimo tu Dios te dará en
tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.
16:19
No tuerzas el
derecho; no hagas acepción de personas, ni tomes soborno; porque el soborno
ciega los ojos de los sabios, y pervierte las palabras de los justos.
16:20
La justicia,
la justicia seguirás, porque vivas y heredes la tierra que el Altísimo tu Dios
te da.
16:21
No te
plantarás bosque de ningún árbol cerca del altar de el Altísimo tu Dios, que tú
te habrás hecho.
16:22
Ni te
levantarás estatua; lo cual aborrece el Altísimo tu Dios.
Deu 16:1 Guarda el mes de Abib y celebra en él la
Pascua en honor de Yahveh tu Dios, porque fue en el mes de Abib, por la noche,
cuando Yahveh tu Dios te sacó de Egipto.
Deu 16:2 Sacrificarás en honor de Yahveh tu
Dios una víctima pascual de ganado mayor y menor, en el lugar elegido por Yahveh
tu Dios para morada de su nombre.
Deu 16:3 No comerás con la víctima pan
fermentado; durante siete días la comerás con ázimos - pan de aflicción - porque
a toda prisa saliste del país de Egipto: para que te acuerdes todos los días de
tu vida del día en que saliste del país de Egipto.
Deu 16:4 Durante siete días no se verá junto a
ti levadura, en todo tu territorio, y de la carne que hayas sacrificado la tarde
del primer día no deberá quedar nada para la mañana siguiente.
Deu 16:5 No podrás sacrificar la Pascua en
ninguna de las ciudades que Yahveh tu Dios te da,
Deu 16:6 sino que sólo en el lugar elegido por
Yahveh tu Dios para morada de su nombre, sacrificarás la Pascua, por la tarde a
la puesta del sol, hora en que saliste de Egipto.
Deu 16:7 La cocerás y la comerás en el lugar
elegido por Yahveh tu Dios, y a la mañana siguiente te volverás y marcharás a
tus tiendas.
Deu 16:8 Comerás ázimos durante seis días; el
día séptimo habrá reunión en honor de Yahveh tu Dios; y no harás ningún trabajo.
Deu 16:9 Contarás siete semanas. Cuando la hoz
comience a cortar las espigas comenzarás a contar estas siete semanas.
Deu 16:10 Y celebrarás en honor de Yahveh tu
Dios la fiesta de las Semanas, con la ofrenda voluntaria que haga tu mano, en la
medida en que Yahveh tu Dios te haya bendecido.
Deu 16:11 En presencia de Yahveh tu Dios te
regocijarás, en el lugar elegido por Yahveh tu Dios para morada de su nombre:
tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita que vive en tus
ciudades, el forastero, el huérfano y la viuda que viven en medio de ti.
Deu 16:12 Te acordarás de que fuiste esclavo
en Egipto y cuidarás de poner en práctica estos preceptos.
Deu 16:13 Celebrarás la fiesta de las Tiendas
durante siete días, cuando hayas recogido la cosecha de tu era y de tu lagar.
Deu 16:14 Durante tu fiesta te regocijarás,
tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el forastero, el
huérfano y la viuda que viven en tus ciudades.
Deu 16:15 Durante siete días harás fiesta a
Yahveh tu Dios en el lugar elegido por Yahveh; porque Yahveh tu Dios te
bendecirá en todas tus cosechas y en todas tus obras, y serás plenamente feliz.
Deu 16:16 Tres veces al año se presentarán
todos tus varones ante Yahveh tu Dios, en el lugar elegido por él: en la fiesta
de los Ázimos, en la fiesta de las Semanas, y en la fiesta de las Tiendas. Nadie
se presentará ante Yahveh con las manos vacías;
Deu 16:17 sino que cada cual ofrecerá el don
de su mano, según la bendición que Yahveh tu Dios te haya otorgado.
Deu 16:18 Establecerás jueces y escribas para
tus tribus en cada una de las ciudades que Yahveh te da; ellos juzgarán al
pueblo con juicios justos.
Deu 16:19 No torcerás el derecho, no harás
acepción de personas, no aceptarás soborno, porque el soborno cierra los ojos de
los sabios y corrompe las palabras de los justos.
Deu 16:20 Justicia, sólo justicia has de
buscar, para que vivas y poseas la tierra que Yahveh tu Dios te da.
Deu 16:21 No plantarás cipo, ni ninguna clase
de árbol, junto al altar de Yahveh tu Dios que hayas construido;
Deu 16:22 y no te erigirás estela, cosa que
detesta Yahveh tu Dios.
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Capítulo 17
17:1
NO
sacrificarás á el Altísimo tu Dios buey, ó cordero, en el cual haya falta ó
alguna cosa mala: porque es abominación á el Altísimo tu Dios.
17:2
Cuando se
hallare entre ti, en alguna de tus ciudades que el Altísimo tu Dios te da,
hombre, ó mujer, que haya hecho mal en ojos de el Altísimo tu Dios traspasando
su pacto,
17:3
Que hubiere
ido y servido á dioses ajenos, y se hubiere inclinado á ellos, ora al sol, ó á
la luna, ó á todo el ejército del cielo, lo cual yo no he mandado;
17:4
Y te fuere
dado aviso, y, después que oyeres y hubieres indagado bien, la cosa parece de
verdad cierta, que tal abominación ha sido hecha en Israel;
17:5
Entonces
sacarás al hombre ó mujer que hubiere hecho esta mala cosa, á tus puertas,
hombre ó mujer, y los apedrearás con piedras, y así morirán.
17:6
Por dicho de
dos testigos, ó de tres testigos, morirá el que hubiere de morir; no morirá por
el dicho de un solo testigo.
17:7
La mano de
los testigos será primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el
pueblo: así quitarás el mal de en medio de ti.
17:8
Cuando alguna
cosa te fuere oculta en juicio entre sangre y sangre, entre causa y causa, y
entre llaga y llaga, en negocios de litigio en tus ciudades; entonces te
levantarás y recurrirás al lugar que el Altísimo tu Dios escogiere;
17:9
Y vendrás á
los sacerdotes Levitas, y al juez que fuere en aquellos días, y preguntarás; y
te enseñarán la sentencia del juicio.
17:10
Y harás según
la sentencia que te indicaren los del lugar que el Altísimo escogiere, y cuidarás
de hacer según todo lo que te manifestaren.
17:11
Según la ley
que ellos te enseñaren, y según el juicio que te dijeren, harás: no te
apartarás ni á diestra ni á siniestra de la sentencia que te mostraren.
17:12
Y el hombre que
procediere con soberbia, no obedeciendo al sacerdote que está para ministrar
allí delante de el Altísimo tu Dios, ó al juez, el tal varón morirá: y quitarás
el mal de Israel.
17:13
Y todo el
pueblo oirá, y temerá, y no se ensoberbecerán más.
17:14
Cuando
hubieres entrado en la tierra que el Altísimo tu Dios te da, y la poseyeres, y
habitares en ella, y dijeres: Pondré rey sobre mí, como todas las gentes que
están en mis alrededores;
17:15
Sin duda
pondrás por rey sobre ti al que el Altísimo tu Dios escogiere: de entre tus
hermanos pondrás rey sobre ti: no podrás poner sobre ti hombre extranjero, que
no sea tu hermano.
17:16
Empero que no
se aumente caballos, ni haga volver el pueblo á Egipto para acrecentar
caballos: porque el Altísimo os ha dicho: No procuraréis volver más por este
camino.
17:17
Ni aumentará
para sí mujeres, porque su corazón no se desvíe: ni plata ni oro acrecentará
para sí en gran copia.
17:18
Y será,
cuando se asentare sobre el solio de su reino, que ha de escribir para sí en un
libro un traslado de esta ley, del original de delante de los sacerdotes
Levitas;
17:19
Y lo tendrá
consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda á temer á el
Altísimo su Dios, para guardar todas las palabras de aquesta ley y estos estatutos,
para ponerlos por obra:
17:20
Para que no
se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento á diestra
ni á siniestra: á fin que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en
medio de Israel.
Deu 17:1 No sacrificarás a Yahveh tu Dios ganado
mayor o menor que tenga cualquier tara o defecto, porque es una abominación para
Yahveh tu Dios.
Deu 17:2 Si hay en medio de ti, en alguna de
las ciudades que Yahveh tu Dios te da, un hombre o una mujer que haga lo que es
malo a los ojos de Yahveh tu Dios, violando su alianza,
Deu 17:3 que vaya a servir a otros dioses y se
postre ante ellos, o ante el sol, la luna, o todo el ejército de los cielos,
cosa que yo no he mandado,
Deu 17:4 y es denunciado a ti; si, después de
escucharle y haber hecho una indagación minuciosa, se verifica el hecho y se
comprueba que en Israel se ha cometido tal abominación,
Deu 17:5 sacarás a las puertas de tu ciudad a
ese hombre o mujer, culpables de esta mala acción, y los apedrearás, al hombre o
a la mujer, hasta que mueran.
Deu 17:6 No se podrá ejecutar al reo de muerte
más que por declaración de dos o tres testigos; no se le hará morir por
declaración de un solo testigo.
Deu 17:7 La primera mano que se pondrá sobre
él para darle muerte será la de los testigos, y luego la mano de todo el pueblo.
Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 17:8 Si tienes que juzgar un caso
demasiado difícil para ti, una causa de sangre, de colisión de derechos, o de
lesiones, un litigio cualquiera en tus ciudades, te levantarás, subirás al lugar
elegido por Yahveh tu Dios,
Deu 17:9 y acudirás a los sacerdotes levitas y
al juez que entonces esté en funciones. Ellos harán una investigación y te
indicarán el fallo de la causa.
Deu 17:10 Te ajustarás al fallo que te hayan
indicado en este lugar elegido por Yahveh, y cuidarás de actuar conforme a
cuanto te hayan enseñado.
Deu 17:11 Te ajustarás a las instrucciones que
te hayan dado y a la sentencia que te dicten, sin desviarte a derecha ni a
izquierda del fallo que te señalen.
Deu 17:12 Si alguno procede insolentemente, no
escuchando ni al sacerdote que se encuentra allí al servicio de Yahveh tu Dios,
ni al juez, ese hombre morirá. Harás desaparecer el mal de Israel.
Deu 17:13 Así todo el pueblo, al saberlo,
temerá y no actuará más con insolencia.
Deu 17:14 Si cuando llegues a la tierra que
Yahveh tu Dios te da, la tomes en posesión y habites en ella, dices: «Querría
poner un rey sobre mí como todas las naciones de alrededor».
Deu 17:15 deberás poner sobre ti un rey
elegido por Yahveh, y a uno de entre tus hermanos pondrás sobre ti como rey; no
podrás darte por rey a un extranjero que no sea hermano tuyo.
Deu 17:16 Pero no ha de tener muchos caballos,
ni hará volver al pueblo a Egipto para aumentar su caballería, porque Yahveh os
ha dicho: «No volveréis a ir jamás por ese camino.»
Deu 17:17 No ha de tener muchas mujeres, cosa
que podría descarriar su corazón. Tampoco deberá tener demasiada plata y oro.
Deu 17:18 Cuando suba al trono real, deberá
escribir esta Ley para su uso, copiándola del libro de los sacerdotes levitas.
Deu 17:19 La llevará consigo; la leerá todos
los días de su vida para aprender a temer a Yahveh su Dios, guardando todas las
palabras de esta Ley y estos preceptos, para ponerlos en práctica.
Deu 17:20 Así su corazón no se engreirá sobre
sus hermanos y no se apartará de estos mandamientos ni a derecha ni a izquierda.
Y así prolongará los días de su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
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Capítulo 18
18:1
LOS
sacerdotes Levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad con
Israel; de las ofrendas encendidas á el Altísimo, y de la heredad de él
comerán.
18:2
No tendrán, pues,
heredad entre sus hermanos: el Altísimo es su heredad, como él les ha dicho.
18:3
Y este será
el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecieren en
sacrificio buey ó cordero: darán al sacerdote la espalda, y las quijadas, y el
cuajar.
18:4
Las primicias
de tu grano, de tu vino, y de tu aceite, y las primicias de la lana de tus
ovejas le darás:
18:5
Porque le ha
escogido el Altísimo tu Dios de todas tus tribus, para que esté para ministrar
al nombre de el Altísimo, él y sus hijos para siempre.
18:6
Y cuando el
Levita saliere de alguna de tus ciudades de todo Israel, donde hubiere
peregrinado, y viniere con todo deseo de su alma al lugar que el Altísimo
escogiere,
18:7
Ministrará al
nombre de el Altísimo su Dios, como todos sus hermanos los Levitas que
estuvieren allí delante de el Altísimo.
18:8
Porción como
la porción de los otros comerán, además de sus patrimonios.
18:9
Cuando
hubieres entrado en la tierra que el Altísimo tu Dios te da, no aprenderás á
hacer según las abominaciones de aquellas gentes.
18:10
No sea
hallado en ti quien haga pasar su hijo ó su hija por el fuego, ni practicante
de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,
18:11
Ni fraguador
de encantamentos, ni quien pregunte á pitón, ni mágico, ni quien pregunte á los
muertos.
18:12
Porque es
abominación á el Altísimo cualquiera que hace estas cosas, y por estas
abominaciones el Altísimo tu Dios las echó de delante de ti.
18:13
Perfecto
serás con el Altísimo tu Dios.
18:14
Porque estas
gentes que has de heredar, á agoreros y hechiceros oían: mas tú, no así te ha
dado el Altísimo tu Dios.
18:15
Profeta de en
medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el Altísimo tu Dios: á él
oiréis:
18:16
Conforme á todo
lo que pediste á el Altísimo tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo:
No vuelva yo á oir la voz de el Altísimo mi Dios, ni vea yo más este gran
fuego, porque no muera.
18:17
Y el Altísimo
me dijo: Bien han dicho.
18:18
Profeta les
suscitaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su
boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.
18:19
Mas será, que
cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le
residenciaré.
18:20
Empero el
profeta que presumiere hablar palabra en mi nombre, que yo no le haya mandado
hablar, ó que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá.
18:21
Y si dijeres
en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que el Altísimo no hubiere hablado?
18:22
Cuando el profeta
hablare en nombre de el Altísimo, y no fuere la tal cosa, ni viniere, es
palabra que el Altísimo no ha hablado: con soberbia la habló aquel profeta: no
tengas temor de él.
Deu 18:1 Los sacerdotes levitas, toda la tribu de
Leví, no tendrán parte ni heredad con Israel: vivirán de los manjares ofrecidos
a Yahveh y de su heredad.
Deu 18:2 Esta tribu no tendrá heredad entre
sus hermanos; Yahveh será su heredad, como él le ha dicho.
Deu 18:3 Este será el derecho de los
sacerdotes sobre aquellos que ofrezcan un sacrificio de ganado mayor o menor: se
dará al sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar.
Deu 18:4 Le darás las primicias de tu trigo,
de tu mosto y de tu aceite, así como las primicias del esquileo de tu ganado
menor.
Deu 18:5 Porque a él le ha elegido Yahveh tu
Dios entre todas las tribus para ejercer su ministerio en el nombre de Yahveh él
y sus hijos para siempre.
Deu 18:6 Si el levita llega de una de tus
ciudades de todo Israel donde reside, y entra por deseo propio en el lugar
elegido por Yahveh,
Deu 18:7 oficiará en el nombre de Yahveh su
Dios, como todos sus hermanos levitas que se encuentran allí en presencia de
Yahveh;
Deu 18:8 comerá una porción igual a la de
ellos, aparte lo que obtenga por la venta de sus bienes patrimoniales.
Deu 18:9 Cuando hayas entrado en la tierra que
Yahveh tu Dios te da, no aprenderás a cometer abominaciones como las de esas
naciones.
Deu 18:10 No ha de haber en ti nadie que haga
pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que practique adivinación, astrología,
hechicería o magia,
Deu 18:11 ningún encantador ni consultor de
espectros o adivinos, ni evocador de muertos.
Deu 18:12 Porque todo el que hace estas cosas
es una abominación para Yahveh tu Dios y por causa de estas abominaciones
desaloja Yahveh tu Dios a esas naciones delante de ti.
Deu 18:13 Has de ser íntegro con Yahveh tu
Dios.
Deu 18:14 Porque esas naciones que vas a
desalojar escuchan a astrólogos y adivinos, pero a ti Yahveh tu Dios no te
permite semejante cosa.
Deu 18:15 Yahveh tu Dios suscitará, de en
medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo, a quien escucharéis.
Deu 18:16 Es exactamente lo que tú pediste a
Yahveh tu Dios en el Horeb, el día de la Asamblea, diciendo: «Para no morir, no
volveré a escuchar la voz de Yahveh mi Dios, ni miraré más a este gran fuego».
Deu 18:17 Y Yahveh me dijo a mí: «Bien está lo
que han dicho.
Deu 18:18 Yo les suscitaré, de en medio de sus
hermanos, un profeta semejante a ti, pondré mis palabras en su boca, y él les
dirá todo lo que yo le mande.
Deu 18:19 Si alguno no escucha mis palabras,
las que ese profeta pronuncie en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas de ello.
Deu 18:20 Pero si un profeta tiene la
presunción de decir en mi nombre una palabra que yo no he mandado decir, y habla
en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.»
Deu 18:21 Acaso vas a decir en tu corazón:
«¡Cómo sabremos que esta palabra no la ha dicho Yahveh?»
Deu 18:22 Si ese profeta habla en nombre de
Yahveh, y lo que dice queda sin efecto y no se cumple, es que Yahveh no ha dicho
tal palabra; el profeta lo ha dicho por presunción; no le tengas miedo.
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Capítulo 19
19:1
CUANDO el
Altísimo tu Dios talare las gentes, cuya tierra el Altísimo tu Dios te da á ti,
y tú las heredares, y habitares en sus ciudades, y en sus casas;
19:2
Te apartarás
tres ciudades en medio de tu tierra que el Altísimo tu Dios te da para que la
poseas.
19:3
Arreglarte
has el camino, y dividirás en tres partes el término de tu tierra, que el
Altísimo tu Dios te dará en heredad, y será para que todo homicida se huya
allí.
19:4
Y este es el
caso del homicida que ha de huir allí, y vivirá: el que hiriere á su prójimo por
yerro, que no le tenía enemistad desde ayer ni antes de ayer:
19:5
Como el que
fué con su prójimo al monte á cortar leña, y poniendo fuerza con su mano en el
hacha para cortar algún leño, saltó el hierro del cabo, y encontró á su
prójimo, y murió; aquél huirá á una de aquestas ciudades, y vivirá;
19:6
No sea que el
pariente del muerto vaya tras el homicida, cuando se enardeciere su corazón, y
le alcance por ser largo el camino, y le hiera de muerte, no debiendo ser
condenado á muerte; por cuanto no tenía enemistad desde ayer ni antes de ayer
con el muerto.
19:7
Por tanto yo
te mando, diciendo: Tres ciudades te apartarás.
19:8
Y si el
Altísimo tu Dios ensanchare tu término, como lo juró á tus padres, y te diere
toda la tierra que dijo á tus padres que había de dar;
19:9
Cuando
guardases todos estos mandamientos, que yo te prescribo hoy, para ponerlos por
obra, que ames á el Altísimo tu Dios y andes en sus caminos todos los días,
entonces añadirás tres ciudades á más de estas tres;
19:10
Porque no sea
derramada sangre inocente en medio de tu tierra, que el Altísimo tu Dios te da
por heredad, y sea sobre ti sangre.
19:11
Mas cuando
hubiere alguno que aborreciere á su prójimo, y lo acechare, y se levantare
sobre él, y lo hiriere de muerte, y muriere, y huyere á alguna de estas
ciudades;
19:12
Entonces los
ancianos de su ciudad enviarán y lo sacarán de allí, y entregarlo han en mano
del pariente del muerto, y morirá.
19:13
No le
perdonará tu ojo: y quitarás de Israel la sangre inocente, y te irá bien.
19:14
No reducirás
el término de tu prójimo, el cual señalaron los antiguos en tu heredad, la que
poseyeres en la tierra que el Altísimo tu Dios te da para que la poseas.
19:15
No valdrá un
testigo contra ninguno en cualquier delito, ó en cualquier pecado, en cualquier
pecado que se cometiere. En el dicho de dos testigos, ó en el dicho de tres
testigos consistirá el negocio.
19:16
Cuando se
levantare testigo falso contra alguno, para testificar contra él rebelión,
19:17
Entonces los dos
hombres litigantes se presentarán delante de el Altísimo, delante de los
sacerdotes y jueces que fueren en aquellos días:
19:18
Y los jueces
inquirirán bien, y si pareciere ser aquél testigo falso, que testificó
falsamente contra su hermano,
19:19
Haréis á él
como él pensó hacer á su hermano: y quitarás el mal de en medio de ti.
19:20
Y los que
quedaren oirán, y temerán, y no volverán más á hacer una mala cosa como ésta,
en medio de ti.
19:21
Y no
perdonará tu ojo: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano,
pie por pie.
Deu 19:1 Cuando Yahveh tu Dios haya exterminado a
las naciones cuya tierra te va a dar Yahveh tu Dios, cuando las hayas desalojado
y habites en sus ciudades y sus casas,
Deu 19:2 te reservarás tres ciudades en medio
de la tierra que Yahveh tu Dios te da en posesión.
Deu 19:3 Tendrás franco el camino de acceso a
ellas, y dividirás en tres partes el territorio del país que Yahveh tu Dios te
da en posesión: esto para que todo homicida pueda huir allá.
Deu 19:4 Este es el caso del homicida que
puede salvar su vida huyendo allá. El que mate a su prójimo sin querer, sin
haberle odiado antes
Deu 19:5 (por ejemplo, si va al bosque con su
prójimo a cortar leña y, al blandir su mano el hacha para tirar el árbol, se
sale el hierro del mango y va a herir mortalmente a su prójimo), éste puede huir
a una de esas ciudades y salvar su vida:
Deu 19:6 no sea que el vengador de sangre,
cuando su corazón arde de ira, persiga al asesino, le dé alcance por ser largo
el camino, y le hiera de muerte, siendo así que éste no es reo de muerte, puesto
que no odiaba anteriormente al otro.
Deu 19:7 Por eso te doy yo esta orden: «Te
reservarás tres ciudades»;
Deu 19:8 y si Yahveh tu Dios dilata tu
territorio, como juró a tus padres, y te da toda la tierra que prometió dar a
tus padres. -
Deu 19:9 a condición de que guardes y
practiques todos los mandamientos que yo te prescribo hoy, amando a Yahveh tu
Dios y siguiendo siempre sus caminos -, a estas tres ciudades añadirás otras
tres.
Deu 19:10 Así no se derramará sangre inocente
en medio de la tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia, y no habrá sangre
sobre ti.
Deu 19:11 Pero si un hombre odia a su prójimo
y le tiende una emboscada, se lanza sobre él, le hiere mortalmente y aquél
muere, y luego huye a una de estas ciudades,
Deu 19:12 los ancianos de su ciudad mandarán a
prenderle allí, y le entregarán en manos del vengador de sangre, para que muera.
Deu 19:13 No tendrá tu ojo piedad de él. Harás
desaparecer de Israel todo derramamiento de sangre inocente, y así te irá bien.
Deu 19:14 No desplazarás los mojones de tu
prójimo, puestos por los antepasados, en la heredad recibida en la tierra que
Yahveh tu Dios te da en posesión.
Deu 19:15 Un solo testigo no es suficiente
para convencer a un hombre de cualquier culpa o delito; sea cual fuere el delito
que haya cometido, sólo por declaración de dos o tres testigos será firme la
causa.
Deu 19:16 Si un testigo injusto se levanta
contra un hombre para acusarle de transgresión,
Deu 19:17 los dos hombres que por ello tienen
pleito comparecerán en presencia de Yahveh, ante los sacerdotes y los jueces que
estén entonces en funciones.
Deu 19:18 Los jueces indagarán minuciosamente,
y si resulta que el testigo es un testigo falso, que ha acusado falsamente a su
hermano,
Deu 19:19 haréis con él lo que él pretendía
hacer con su hermano. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 19:20 Los demás, al saberlo, temerán y no
volverán a cometer una maldad semejante en medio de ti.
Deu 19:21 No tendrá piedad tu ojo. Vida por
vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.
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Capítulo 20
20:1
CUANDO
salieres á la guerra contra tus enemigos, y vieres caballos y carros, un pueblo
más grande que tú, no tengas temor de ellos, que el Altísimo tu Dios es
contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.
20:2
Y será que,
cuando os acercareis para combatir, llegaráse el sacerdote, y hablará al
pueblo,
20:3
Y les dirá:
Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy en batalla contra vuestros enemigos: no se
ablande vuestro corazón, no temáis, no os azoréis, ni tampoco os desalentéis
delante de ellos;
20:4
Que el
Altísimo vuestro Dios anda con vosotros, para pelear por vosotros contra
vuestros enemigos, para salvaros.
20:5
Y los
oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado casa nueva, y no la
ha estrenado? Vaya, y vuélvase á su casa, porque quizá no muera en la batalla,
y otro alguno la estrene.
20:6
¿Y quién ha
plantado viña, y no ha hecho común uso de ella? Vaya, y vuélvase á su casa,
porque quizá no muera en la batalla, y otro alguno la goce.
20:7
¿Y quién se
ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y vuélvase á su casa, porque
quizá no muera en la batalla, y algún otro la tome.
20:8
Y tornarán los
oficiales á hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es hombre medroso y tierno de
corazón? Vaya, y vuélvase á su casa, y no apoque el corazón de sus hermanos,
como su corazón.
20:9
Y será que,
cuando los oficiales acabaren de hablar al pueblo, entonces los capitanes de
los ejércitos mandarán delante del pueblo.
20:10
Cuando te
acercares á una ciudad para combatirla, le intimarás la paz.
20:11
Y será que,
si te respondiere, Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado
te serán tributarios, y te servirán.
20:12
Mas si no
hiciere paz contigo, y emprendiere contigo guerra, y la cercares,
20:13
Luego que el
Altísimo tu Dios la entregare en tu mano, herirás á todo varón suyo á filo de
espada.
20:14
Solamente las
mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que hubiere en la ciudad, todos
sus despojos, tomarás para ti: y comerás del despojo de tus enemigos, los
cuales el Altísimo tu Dios te entregó.
20:15
Así harás á
todas la ciudades que estuvieren muy lejos de ti, que no fueren de las ciudades
de estas gentes.
20:16
Empero de las
ciudades de estos pueblos que el Altísimo tu Dios te da por heredad, ninguna
persona dejarás con vida;
20:17
Antes del
todo los destruirás: al Hetheo, y al Amorrheo, y al Cananeo, y al Pherezeo, y
al Heveo, y al Jebuseo; como el Altísimo tu Dios te ha mandado:
20:18
Porque no os
enseñen á hacer según todas sus abominaciones, que ellos hacen á sus dioses, y
pequéis contra el Altísimo vuestro Dios.
20:19
Cuando
pusieres cerco á alguna ciudad, peleando contra ella muchos días para tomarla,
no destruyas su arboleda metiendo en ella hacha, porque de ella comerás; y no
la talarás, que no es hombre el árbol del campo para venir contra ti en el
cerco.
20:20
Mas el árbol que
supieres que no es árbol para comer, lo destruirás y lo talarás, y construye
baluarte contra la ciudad que pelea contigo, hasta sojuzgarla.
Deu 20:1 Cuando salgas a la guerra contra tus
enemigos, y veas caballos, carros y un pueblo más numeroso que tú, no les tengas
miedo; porque está contigo Yahveh tu Dios, el que te sacó del país de Egipto.
Deu 20:2 Cuando estéis para entablar combate,
el sacerdote se adelantará y hablará al pueblo.
Deu 20:3 Les dirá: «Escucha, Israel; hoy vais
a entablar combate con vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón, no tengáis
miedo ni os turbéis, ni tembléis ante ellos,
Deu 20:4 porque Yahveh vuestro Dios marcha con
vosotros para pelear en favor vuestro contra vuestros enemigos y salvaros.»
Deu 20:5 Luego los escribas hablarán al pueblo
y dirán: «¿Quién ha edificado una casa nueva y no la ha estrenado todavía?
Váyase y vuelva a su casa, no sea que muera en el combate y la estrene otro
hombre.
Deu 20:6 «¿Quién ha plantado una viña y
todavía no la ha disfrutado? Váyase y vuelva a su casa, no sea que muera en el
combate y la disfrute otro.
Deu 20:7 «¿Quién se ha desposado con una mujer
y no se ha casado aún con ella? Váyase y vuelva a su casa, no sea que muera en
el combate y se case con ella otro hombre.»
Deu 20:8 Los escribas dirán además al pueblo:
«¿Quién tiene miedo y siente enflaquecer su ánimo? Váyase y vuelva a su casa,
para que no desanime el corazón de sus hermanos como lo está el suyo.»
Deu 20:9 En cuanto los escribas hayan acabado
de hablar al pueblo, se pondrán al frente de él jefes de tropa.
Deu 20:10 Cuando te acerques a una ciudad para
combatir contra ella, le propondrás la paz.
Deu 20:11 Si ella te responde con la paz y te
abre sus puertas, todo el pueblo que se encuentre en ella te deberá tributo y te
servirá.
Deu 20:12 Pero si no hace la paz contigo y te
declara la guerra, la sitiarás.
Deu 20:13 Yahveh tu Dios la entregará en tus
manos, y pasarás a filo de espada a todos sus varones;
Deu 20:14 las mujeres, los niños, el ganado,
todo lo que haya en la ciudad, todos sus despojos, lo tomarás como botín.
Comerás los despojos de los enemigos que Yahveh tu Dios te haya entregado.
Deu 20:15 Así has de tratar a las ciudades muy
alejadas de ti, que no forman parte de estas naciones.
Deu 20:16 En cuanto a las ciudades de estos
pueblos que Yahveh tu Dios te da en herencia, no dejarás nada con vida,
Deu 20:17 sino que las consagrarás al anatema:
a hititas, amorreos, cananeos, perizitas, jivitas, y jebuseos, como te ha
mandado Yahveh tu Dios,
Deu 20:18 para que no os enseñen a imitar
todas esas abominaciones que ellos hacían en honor de sus dioses: ¡pecaríais
contra Yahveh vuestro Dios!
Deu 20:19 Si, al atacar una ciudad, tienes que
sitiarla mucho tiempo para tomarla, no destruirás su arbolado metiendo en él el
hacha; te alimentarás de él sin talarlo. ¿Son acaso hombres los árboles del
campo para que los trates como a sitiados?
Deu 20:20 Sin embargo podrás destruir y cortar
los árboles que sabes que no son frutales, y hacer con ellos obras de asedio
contra esa ciudad que está en guerra contigo, hasta que caiga.
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Capítulo 21
21:1
CUANDO fuere
hallado en la tierra que el Altísimo tu Dios te da para que la poseas, muerto
echado en el campo, y no se supiere quién lo hirió,
21:2
Entonces tus
ancianos y tus jueces saldrán y medirán hasta las ciudades que están alrededor
del muerto:
21:3
Y será, que
los ancianos de aquella ciudad, de la ciudad más cercana al muerto, tomarán de
la vacada una becerra que no haya servido, que no haya traído yugo;
21:4
Y los
ancianos de aquella ciudad traerán la becerra á un valle áspero, que nunca haya
sido arado ni sembrado, y cortarán el pescuezo á la becerra allí en el valle.
21:5
Entonces
vendrán los sacerdotes hijos de Leví, porque á ellos escogió el Altísimo tu
Dios para que le sirvan, y para bendecir en nombre de el Altísimo; y por el
dicho de ellos se determinará todo pleito y toda llaga.
21:6
Y todos los
ancianos de aquella ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la
becerra degollada en el valle.
21:7
Y
protestarán, y dirán: Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros
ojos lo vieron.
21:8
Expía á tu
pueblo Israel, al cual redimiste, oh el Altísimo; y no imputes la sangre
inocente derramada en medio de tu pueblo Israel. Y la sangre les será
perdonada.
21:9
Y tú quitarás
la culpa de sangre inocente de en medio de ti, cuando hicieres lo que es recto
en los ojos de el Altísimo.
21:10
Cuando
salieres á la guerra contra tus enemigos, y el Altísimo tu Dios los entregare
en tu mano, y tomares de ellos cautivos,
21:11
Y vieres
entre los cautivos alguna mujer hermosa, y la codiciares, y la tomares para ti
por mujer,
21:12
La meterás en
tu casa; y ella raerá su cabeza, y cortará sus uñas,
21:13
Y se quitará
el vestido de su cautiverio, y quedaráse en tu casa: y llorará á su padre y á
su madre el tiempo de un mes: y después entrarás á ella, y tu serás su marido,
y ella tu mujer.
21:14
Y será, si no
te agradare, que la has de dejar en su libertad; y no la venderás por dinero,
ni mercadearás con ella, por cuanto la afligiste.
21:15
Cuando un
hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la
aborrecida le parieren hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida;
21:16
Será que, el
día que hiciere heredar á sus hijos lo que tuviere, no podrá dar el derecho de
primogenitura á los hijos de la amada en preferencia al hijo de la aborrecida,
que es el primogénito;
21:17
Mas al hijo
de la aborrecida reconocerá por primogénito, para darle dos tantos de todo lo
que se hallare que tiene: porque aquél es el principio de su fuerza, el derecho
de la primogenitura es suyo.
21:18
Cuando alguno
tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere á la voz de su padre ni á la
voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere;
21:19
Entonces
tomarlo han su padre y su madre, y lo sacarán á los ancianos de su ciudad, y á
la puerta del lugar suyo;
21:20
Y dirán á los
ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece á
nuestra voz; es glotón y borracho.
21:21
Entonces
todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá: así
quitarás el mal de en medio de ti; y todo Israel oirá, y temerá.
21:22
Cuando en
alguno hubiere pecado de sentencia de muerte, por el que haya de morir, y le
habrás colgado de un madero,
21:23
No estará su
cuerpo por la noche en el madero, mas sin falta lo enterrarás el mismo día,
porque maldición de Dios es el colgado: y no contaminarás tu tierra, que el
Altísimo tu Dios te da por heredad.
Deu 21:1 Si en el suelo que Yahveh tu Dios te da
en posesión se descubre un hombre muerto, tendido en el campo, sin que se sepa
quién lo mató,
Deu 21:2 tus ancianos y tus escribas irán a
medir la distancia entre la víctima y las ciudades de alrededor.
Deu 21:3 Los ancianos de la ciudad que resulte
más próxima al muerto, tomarán una becerra a la que no se le haya hecho todavía
trabajar ni llevar el yugo.
Deu 21:4 Los ancianos de esa ciudad bajarán la
becerra a un torrente de agua perenne, donde no se haya arado ni se siembre, y
allí, en el torrente, romperán la nuca de la becerra.
Deu 21:5 Se adelantarán entonces los
sacerdotes hijos de Leví; porque a ellos ha elegido Yahveh tu Dios para estar a
su servicio y para dar la bendición en el nombre de Yahveh, y a su decisión
corresponde resolver todo litigio y toda causa de lesiones.
Deu 21:6 Todos los ancianos de la ciudad mas
próxima al hombre muerto se lavarán las manos en el torrente, sobre la becerra
desnucada.
Deu 21:7 Y pronunciarán estas palabras:
«Nuestras manos no han derramado esa sangre y nuestros ojos no han visto nada.
Deu 21:8 Cubre a Israel tu pueblo, tú Yahveh
que lo rescataste, y no dejes que se derrame sangre inocente en medio de tu
pueblo Israel.» Así quedarán a cubierto de esa sangre,
Deu 21:9 y tú habrás quitado de en medio de ti
la sangre inocente, haciendo lo que es justo a los ojos de Yahveh.
Deu 21:10 Cuando vayas a la guerra contra tus
enemigos, y Yahveh tu Dios los entregue en tus manos y te lleves sus cautivos,
Deu 21:11 si ves entre ellos una mujer
hermosa, te prendas de ella y quieres tomarla por mujer,
Deu 21:12 la llevarás a tu casa. Ella se
rapará la cabeza y se hará las uñas,
Deu 21:13 se quitará su vestido de cautiva y
quedará en tu casa llorando a su padre y a su madre un mes entero. Después de
esto podrás llegarte a ella, y serás su marido y ella será tu mujer.
Deu 21:14 Si más tarde resulta que ya no la
quieres, la dejarás marchar en libertad, y no podrás venderla por dinero, ni
hacerla tu esclava, por cuanto la has humillado.
Deu 21:15 Si un hombre tiene dos mujeres a una
de las cuales ama y a la otra no, y tanto la mujer amada como la otra le dan
hijos, si resulta que el primogénito es de la mujer a quien no ama,
Deu 21:16 el día que reparta la herencia entre
sus hijos no podrá dar el derecho de primogenitura al hijo de la mujer que ama,
en perjuicio del hijo de la mujer que no ama, que es el primogénito.
Deu 21:17 Sino que reconocerá como primogénito
al hijo de ésta, dándole una parte doble de todo lo que posee: porque este hijo,
primicias de su vigor, tiene derecho de primogenitura.
Deu 21:18 Si un hombre tiene un hijo rebelde y
díscolo, que no escucha la voz de su padre ni la voz de su madre, y que,
castigado por ellos, no por eso les escucha,
Deu 21:19 su padre y su madre le agarrarán y
le llevarán afuera donde los ancianos de su ciudad, a la puerta del lugar.
Deu 21:20 Dirán a los ancianos de su ciudad:
«Este hijo nuestro es rebelde y díscolo, y no nos escucha, es un libertino y un
borracho.»
Deu 21:21 Y todos los hombres de su ciudad le
apedrearán hasta que muera. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti, y
todo Israel, al saberlo, temerá.
Deu 21:22 Si un hombre, reo de delito capital,
ha sido ejecutado y le has colgado de un árbol,
Deu 21:23 no dejarás que su cadáver pase la
noche en el árbol; lo enterrarás el mismo día, porque un colgado es una
maldición de Dios. Así no harás impuro el suelo que Yahveh tu Dios te da en
herencia.
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Capítulo 22
22:1
NO verás el
buey de tu hermano, ó su cordero, perdidos, y te retirarás de ellos: precisamente
los volverás á tu hermano.
22:2
Y si tu
hermano no fuere tu vecino, ó no le conocieres, los recogerás en tu casa, y
estarán contigo hasta que tu hermano los busque, y se los devolverás.
22:3
Y así harás
de su asno, así harás también de su vestido, y lo mismo harás con toda cosa
perdida de tu hermano que se le perdiere, y tú la hallares: no podrás retraerte
de ello.
22:4
No verás el
asno de tu hermano, ó su buey, caídos en el camino, y te esconderás de ellos:
con él has de procurar levantarlos.
22:5
No vestirá la
mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación
es á el Altísimo tu Dios cualquiera que esto hace.
22:6
Cuando
topares en el camino algún nido de ave en cualquier árbol, ó sobre la tierra,
con pollos ó huevos, y estuviere la madre echada sobre los pollos ó sobre los
huevos, no tomes la madre con los hijos:
22:7
Dejarás ir á
la madre, y tomarás los pollos para ti; para que te vaya bien, y prolongues tus
días.
22:8
Cuando
edificares casa nueva, harás pretil á tu terrado, porque no pongas sangre en tu
casa, si de él cayere alguno.
22:9
No sembrarás
tu viña de varias semillas, porque no se deprave la plenitud de la semilla que
sembraste, y el fruto de la viña.
22:10
No ararás con
buey y con asno juntamente.
22:11
No te
vestirás de mistura, de lana y lino juntamente.
22:12
Hacerte has
flecos en los cuatro cabos de tu manto con que te cubrieres.
22:13
Cuando alguno
tomare mujer, y después de haber entrado á ella la aborreciere,
22:14
Y le pusiere algunas
faltas, y esparciere sobre ella mala fama, y dijere: Esta tomé por mujer, y
llegué á ella, y no la hallé virgen;
22:15
Entonces el
padre de la moza y su madre tomarán, y sacarán las señales de la virginidad de
la doncella á los ancianos de la ciudad, en la puerta.
22:16
Y dirá el
padre de la moza á los ancianos: Yo dí mi hija á este hombre por mujer, y él la
aborrece;
22:17
Y, he aquí,
él le pone tachas de algunas cosas, diciendo: No he hallado tu hija virgen;
empero, he aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la sábana
delante de los ancianos de la ciudad.
22:18
Entonces los
ancianos de la ciudad tomarán al hombre y lo castigarán;
22:19
Y le han de
penar en cien piezas de plata, las cuales darán al padre de la moza, por cuanto
esparció mala fama sobre virgen de Israel: y la ha de tener por mujer, y no
podrá despedirla en todos sus días.
22:20
Mas si este
negocio fué verdad, que no se hubiere hallado virginidad en la moza,
22:21
Entonces la
sacarán á la puerta de la casa de su padre, y la apedrearán con piedras los
hombres de su ciudad, y morirá; por cuanto hizo vileza en Israel fornicando en
casa de su padre: así quitarás el mal de en medio de ti.
22:22
Cuando se
sorprendiere alguno echado con mujer casada con marido, entrambos morirán, el
hombre que se acostó con la mujer, y la mujer: así quitarás el mal de Israel.
22:23
Cuando fuere
moza virgen desposada con alguno, y alguno la hallare en la ciudad, y se echare
con ella;
22:24
Entonces los
sacaréis á ambos á la puerta de aquella ciudad, y los apedrearéis con piedras,
y morirán; la moza porque no dió voces en la ciudad, y el hombre porque humilló
á la mujer de su prójimo: así quitarás el mal de en medio de ti.
22:25
Mas si el hombre
halló una moza desposada en la campo, y él la agarrare, y se echare con ella,
morirá sólo el hombre que con ella se habrá echado;
22:26
Y á la moza
no harás nada; no tiene la moza culpa de muerte: porque como cuando alguno se
levanta contra su prójimo, y le quita la vida, así es esto:
22:27
Porque él la
halló en el campo: dió voces la moza desposada, y no hubo quien la valiese.
22:28
Cuando alguno
hallare moza virgen, que no fuere desposada, y la tomare, y se echare con ella,
y fueren hallados;
22:29
Entonces el
hombre que se echó con ella dará al padre de la moza cincuenta piezas de plata,
y ella será su mujer, por cuanto la humilló: no la podrá despedir en todos sus
días.
22:30
No tomará
alguno la mujer de su padre, ni descubrirá el regazo de su padre.
Deu 22:1 Si ves extraviada alguna res del ganado
mayor o menor de tu hermano, no te desentenderás de ella, sino que se la
llevarás a tu hermano.
Deu 22:2 Y si tu hermano no es vecino tuyo, o
no le conoces, la recogerás en tu casa y la guardarás contigo hasta que tu
hermano venga a buscarla; entonces se la devolverás.
Deu 22:3 Lo mismo harás con su asno, con su
manto, o con cualquier objeto perdido por tu hermano que tú encuentres; no
puedes desentenderte.
Deu 22:4 Si ves caído en el camino el asno o
el buey de tu hermano, no te desentenderás de ellos, sino que le ayudarás a
levantarlos.
Deu 22:5 La mujer no llevará ropa de hombre ni
el hombre se pondrá vestidos de mujer, porque el que hace esto es una
abominación para Yahveh tu Dios.
Deu 22:6 Si encuentras en el camino un nido de
pájaros, con polluelos o huevos, sobre un árbol o en el suelo, y la madre echada
sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás a la madre con las crías.
Deu 22:7 Deja marchar a la madre, y puedes
quedarte con las crías. Así tendrás prosperidad y larga vida.
Deu 22:8 Cuando construyas una casa nueva,
pondrás un pretil a tu azotea; así tu casa no incurrirá en la venganza de sangre
en el caso de que alguno se cayera de allí.
Deu 22:9 No sembrarás tu viña con semilla de
dos clases, no sea que quede consagrado todo: la semilla que siembres y el fruto
de la viña.
Deu 22:10 No ararás con un buey y una asna
juntos.
Deu 22:11 No vestirás ropa tejida mitad de
lana y mitad de lino.
Deu 22:12 Te harás unas borlas en las cuatro
puntas del manto con que te cubras.
Deu 22:13 Si un hombre se casa con una mujer,
y después de llegarse a ella, le cobra aversión,
Deu 22:14 le atribuye acciones torpes y la
difama públicamente diciendo: «Me he casado con esta mujer y, al llegarme a
ella, no la he encontrado virgen,»
Deu 22:15 el padre de la joven y su madre
tomarán las pruebas de su virginidad y las descubrirán ante los ancianos de la
ciudad, a la puerta.
Deu 22:16 El padre de la joven dirá a los
ancianos: «Yo di mi hija por esposa a este hombre; él le ha cobrado aversión,
Deu 22:17 y ahora le achaca acciones torpes
diciendo: "No he encontrado virgen a tu hija." Sin embargo, aquí tenéis las
señales de la virginidad de mi hija», y levantarán el paño ante los ancianos de
la ciudad.
Deu 22:18 Los ancianos de aquella ciudad
tomarán a ese hombre, le castigarán,
Deu 22:19 y le pondrán una multa de cien
monedas de plata, que entregarán al padre de la joven, por haber difamado
públicamente a una virgen de Israel. El la recibirá por mujer, y no podrá
repudiarla en toda su vida.
Deu 22:20 Pero si resulta que es verdad, si no
aparecen en la joven las pruebas de la virginidad,
Deu 22:21 sacarán a la joven a la puerta de la
casa de su padre, y los hombres de su ciudad la apedrearán hasta que muera, por
haber cometido una infamia en Israel prostituyéndose en casa de su padre. Así
harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 22:22 Si se sorprende a un hombre acostado
con una mujer casada, morirán los dos: el hombre que se acostó con la mujer y la
mujer misma. Así harás desaparecer de Israel el mal.
Deu 22:23 Si una joven virgen está prometida a
un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella,
Deu 22:24 los sacaréis a los dos a la puerta
de esa ciudad y los apedrearéis hasta que mueran: a la joven por no haber pedido
socorro en la ciudad, y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo.
Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.
Deu 22:25 Pero si es en el campo donde el
hombre encuentra a la joven prometida, la fuerza y se acuesta con ella, sólo
morirá el hombre que se acostó con ella;
Deu 22:26 no harás nada a la joven: no hay en
ella pecado que merezca la muerte. El caso es semejante al de un hombre que se
lanza sobre su prójimo y le mata:
Deu 22:27 porque fue en el campo donde la
encontró, y la joven prometida acaso gritó sin que hubiera nadie que la
socorriera.
Deu 22:28 Si un hombre encuentra a una joven
virgen no prometida, la agarra y se acuesta con ella, y son sorprendidos,
Deu 22:29 el hombre que acostó con ella dará
al padre de la joven cincuenta monedas de plata; ella será su mujer, porque la
ha violado, y no podrá repudiarla en toda su vida.
Deu 22:30 (1.) Nadie tomará a la mujer de su
padre, no retirará el borde del manto de su padre.
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Capítulo 23
23:1
NO entrará en
la congregación de el Altísimo el que fuere quebrado, ni el castrado.
23:2
No entrará
bastardo en la congregación de el Altísimo: ni aun en la décima generación
entrará en la congregación de el Altísimo.
23:3
No entrará
Ammonita ni Moabita en la congregación de el Altísimo; ni aun en la décima
generación entrará en la congregación de el Altísimo para siempre:
23:4
Por cuanto no
os salieron á recibir con pan y agua al camino, cuando salisteis de Egipto; y
porque alquiló contra ti á Balaam hijo de Beor de Pethor de Mesopotamia de
Siria, para que te maldijese.
23:5
Mas no quiso
el Altísimo tu Dios oir á Balaam; y el Altísimo tu Dios te volvió la maldición
en bendición, porque el Altísimo tu Dios te amaba.
23:6
No procurarás
la paz de ellos ni su bien en todos los días para siempre.
23:7
No abominarás
al Idumeo, que tu hermano es: no abominarás al egipcio, que extranjero fuiste
en su tierra.
23:8
Los hijos que
nacieren de ellos, á la tercera generación entrarán en la congregación de el
Altísimo.
23:9
Cuando
salieres á campaña contra tus enemigos, guárdate de toda cosa mala.
23:10
Cuando
hubiere en ti alguno que no fuere limpio por accidente de noche, saldráse del
campo, y no entrará en él.
23:11
Y será que al
declinar de la tarde se lavará con agua, y cuando fuere puesto el sol, entrará
en el campo.
23:12
Y tendrás un
lugar fuera del real, y saldrás allá fuera;
23:13
Tendrás
también una estaca entre tus armas; y será que, cuando estuvieres allí fuera,
cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento:
23:14
Porque el
Altísimo tu Dios anda por medio de tu campo, para librarte y entregar tus
enemigos delante de ti; por tanto será tu real santo: porque él no vea en ti
cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.
23:15
No entregarás
á su señor el siervo que se huyere á ti de su amo:
23:16
More contigo,
en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde bien
le estuviere: no le harás fuerza.
23:17
No habrá
ramera de las hijas de Israel, ni habrá sodomítico de los hijos de Israel.
23:18
No traerás
precio de ramera, ni precio de perro á la casa de el Altísimo tu Dios por
ningún voto; porque abominación es á el Altísimo tu Dios así lo uno como lo
otro.
23:19
No tomarás de
tu hermano logro de dinero, ni logro de comida, ni logro de cosa alguna que se
suele tomar.
23:20
Del extraño
tomarás logro, mas de tu hermano no lo tomarás, porque te bendiga el Altísimo tu
Dios en toda obra de tus manos sobre la tierra á la cual entras para poseerla.
23:21
Cuando
prometieres voto á el Altísimo tu Dios, no tardarás en pagarlo; porque
ciertamente lo demandará el Altísimo tu Dios de ti, y habría en ti pecado.
23:22
Mas cuando te
abstuvieres de prometer, no habrá en ti pecado.
23:23
Guardarás lo
que tus labios pronunciaren; y harás, como prometiste á el Altísimo tu Dios, lo
que de tu voluntad hablaste por tu boca.
23:24
Cuando
entrares en la viña de tu prójimo, comerás uvas hasta saciar tu deseo: mas no
pondrás en tu vaso.
23:25
Cuando
entrares en la mies de tu prójimo, podrás cortar espigas con tu mano; mas no
aplicarás hoz á la mies de tu prójimo.
Deu 23:1 (2.) El hombre que tenga los testículos
aplastados o el pene mutilado no será admitido en la asamblea de Yahveh.
Deu 23:2 (3.) El bastardo no será admitido en
la asamblea de Yahveh; ni siquiera en su décima generación será admitido en la
asamblea de Yahveh.
Deu 23:3 (4.) El ammonita y el moabita no
serán admitidos en la asamblea de Yahveh; ni aun en la décima generación serán
admitidos en la asamblea de Yahveh, nunca jamás.
Deu 23:4 (5.) Porque no vinieron a vuestro
encuentro con el pan y el agua cuando estábais de camino a la salida de Egipto,
y porque alquiló para maldecirte a Balaam, hijo de Beor, desde Petor, Aram de
Mesopotamia.
Deu 23:5 (6.) Sólo que Yahveh tu Dios no quiso
escuchar a Balaam, y Yahveh tu Dios te cambió la maldición en bendición, porque
Yahveh tu Dios te ama.
Deu 23:6 (7.) No buscarás jamás mientras vivas
su prosperidad ni su bienestar.
Deu 23:7 (8.) No tendrás por abominable al
idumeo, porque es tu hermano; tampoco al egipcio tendrás por abominable, porque
fuiste forastero en su país.
Deu 23:8 (9.) A la tercera generación, sus
descendientes podrán ser admitidos en la asamblea de Yahveh.
Deu 23:9 (10.) Cuando salgas a campaña contra
tus enemigos, te guardarás de todo mal.
Deu 23:10 (11.) Si hay entre los tuyos un
hombre que no esté puro, por causa de una polución nocturna, saldrá del
campamento y no volverá a entrar.
Deu 23:11 (12.) Pero a llegar la tarde se
lavará, y a la puesta del sol podrá volver al campamento.
Deu 23:12 (13.) Tendrás fuera del campamento
un lugar, y saldrás allá fuera.
Deu 23:13 (14.) Llevarás en tu equipo una
estaca, y cuando vayas a evacuar afuera, harás un hoyo con la estaca, te darás
vuelta, y luego taparás tus excrementos.
Deu 23:14 (15.) Porque Yahveh tu Dios recorre
el campamento para protegerte y entregar en tu mano a tus enemigos. Por eso tu
campamento debe ser una cosa sagrada, Yahveh no debe ver en él nada
inconveniente; de lo contrario se apartaría de ti.
Deu 23:15 (16.) No entregarás a su amo el
esclavo que se haya acogido a ti huyendo de él.
Deu 23:16 (17.) Se quedará contigo, entre los
tuyos, en el lugar que escoja en una de tus ciudades, donde le parezca bien; no
le molestarás.
Deu 23:17 (18.) No habrá hieródula entre las
israelitas, ni hieródulo entre los israelitas.
Deu 23:18 (19.) No llevarás a la casa de
Yahveh tu Dios don de prostituta ni salario de perro, sea cual fuere el voto que
hayas hecho: porque ambos son abominación para Yahveh tu Dios.
Deu 23:19 (20.) No prestarás a interés a tu
hermano, ya se trate de réditos de dinero, o de víveres, o de cualquier otra
cosa que produzca interés.
Deu 23:20 (21.) Al extranjero podrás prestarle
a interés, pero a tu hermano no le prestarás a interés, para que Yahveh tu Dios
te bendiga en todas tus empresas, en la tierra a la que vas a entrar para
tomarla en posesión.
Deu 23:21 (22.) Si haces un voto a Yahveh tu
Dios, no tardarás en cumplirlo, porque sin duda Yahveh tu Dios te lo reclamaría,
y te cargarías con un pecado.
Deu 23:22 (23.) Si te abstienes de hacer voto,
no habrá pecado en ti.
Deu 23:23 (24.) Pero lo que salga de tus
labios lo mantendrás, y cumplirás el voto que has hecho voluntariamente a Yahveh
tu Dios, lo que has dicho con tu propia boca.
Deu 23:24 (25.) Si entras en la viña de tu
prójimo, podrás comer todas las uvas que quieras, hasta saciarte, pero no las
meterás en tu zurrón.
Deu 23:25 (26.) Si pasas por las mieses de tu
prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano, pero no meterás la hoz en la mies
de tu prójimo.
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Capítulo 24
24:1
CUANDO alguno
tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella
alguna cosa torpe, le escribirá carta de repudio, y se la entregará en su mano,
y despedirála de su casa.
24:2
Y salida de
su casa, podrá ir y casarse con otro hombre.
24:3
Y si la
aborreciere aqueste último, y le escribiere carta de repudio, y se la entregare
en su mano, y la despidiere de su casa; ó si muriere el postrer hombre que la
tomó para sí por mujer,
24:4
No podrá su
primer marido, que la despidió, volverla á tomar para que sea su mujer, después
que fué amancillada; porque es abominación delante de el Altísimo, y no has de
pervertir la tierra que el Altísimo tu Dios te da por heredad.
24:5
Cuando tomare
alguno mujer nueva, no saldrá á la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará;
libre estará en su casa por un año, para alegrar á su mujer que tomó.
24:6
No tomarás en
prenda la muela de molino, ni la de abajo ni la de arriba: porque sería prendar
la vida.
24:7
Cuando fuere
hallado alguno que haya hurtado persona de sus hermanos los hijos de Israel, y
hubiere mercadeado con ella, ó la hubiere vendido, el tal ladrón morirá, y
quitarás el mal de en medio de ti.
24:8
Guárdate de
llaga de lepra, observando diligentemente, y haciendo según todo lo que os
enseñaren los sacerdotes Levitas: cuidaréis de hacer como les he mandado.
24:9
Acuérdate de
lo que hizo el Altísimo tu Dios á María en el camino, después que salisteis de
Egipto.
24:10
Cuando dieres
á tu prójimo alguna cosa emprestada, no entrarás en su casa para tomarle
prenda:
24:11
Fuera
estarás, y el hombre á quien prestaste, te sacará afuera la prenda.
24:12
Y si fuere
hombre pobre, no duermas con su prenda:
24:13
Precisamente
le devolverás la prenda cuando el sol se ponga, para que duerma en su ropa, y
te bendiga: y te será justicia delante de el Altísimo tu Dios.
24:14
No hagas
agravio al jornalero pobre y menesteroso, así de tus hermanos como de tus
extranjeros que están en tu tierra en tus ciudades:
24:15
En su día le
darás su jornal, y no se pondrá el sol sin dárselo: pues es pobre, y con él
sustenta su vida: porque no clame contra ti á el Altísimo, y sea en ti pecado.
24:16
Los padres no
morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su
pecado.
24:17
No torcerás
el derecho del peregrino y del huérfano; ni tomarás por prenda la ropa de la
viuda:
24:18
Mas acuérdate
que fuiste siervo en Egipto, y de allí te rescató el Altísimo tu Dios: por tanto,
yo te mando que hagas esto.
24:19
Cuando
segares tu mies en tu campo, y olvidares alguna gavilla en el campo, no
volverás a tomarla: para el extranjero, para el huérfano, y para la viuda será;
porque te bendiga el Altísimo tu Dios en toda obra de tus manos.
24:20
Cuando
sacudieres tus olivas, no recorrerás las ramas tras ti: para el extranjero,
para el huérfano, y para la viuda será.
24:21
Cuando
vendimiares tu viña, no rebuscarás tras ti: para el extranjero, para el
huérfano, y para la viuda será.
24:22
Y acuérdate
que fuiste siervo en tierra de Egipto: por tanto, yo te mando que hagas esto.
Deu 24:1 Si un hombre toma una mujer y se casa
con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre
en ella algo que le desagrada, le redactará un libelo de repudio, se lo pondrá
en su mano y la despedirá de su casa.
Deu 24:2 Si después de salir y marcharse de
casa de éste, se casa con otro hombre,
Deu 24:3 y luego este otro hombre le cobra
aversión, le redacta un libelo de repudio, lo pone en su mano y la despide de su
casa (o bien, si llega a morir este otro hombre que se ha casado con ella),
Deu 24:4 el primer marido que la repudió no
podrá volver a tomarla por esposa después de haberse hecho ella impura. Pues
sería una abominación a los ojos de Yahveh, y tú no debes hacer pecar a la
tierra que Yahveh tu Dios te da en herencia.
Deu 24:5 Si un hombre está recién casado, no
saldrá a campaña ni se le impondrá compromiso alguno; quedará exento en su casa
durante un año, para recrear a la mujer que ha tomado.
Deu 24:6 No se tomará en prenda el molino ni
la muela; porque ello sería tomar en prenda la vida misma.
Deu 24:7 Si se encuentra a un hombre que haya
raptado a uno de sus hermanos, entre los israelitas - ya le haya hecho su
esclavo o le haya vendido - ese ladrón debe morir. Harás desaparecer el mal de
en medio de ti.
Deu 24:8 En caso de lepra, cuida bien de
observar y ejecutar todo lo que os enseñen los sacerdotes levitas. Procuraréis
poner en práctica lo que yo les he mandado.
Deu 24:9 Recuerda lo que Yahveh tu Dios hizo
con María cuando estabais de camino a la salida de Egipto.
Deu 24:10 Si haces algún préstamo a tu
prójimo, no entrarás en su casa para tomar la prenda, sea cual fuere.
Deu 24:11 Te quedarás fuera, y el hombre a
quien has hecho el préstamo te sacará la prenda afuera.
Deu 24:12 Y si es un hombre de condición
humilde, no te acostarás guardando su prenda;
Deu 24:13 se la devolverás a la puesta del
sol, para que pueda acostarse en su manto. Así te bendecirá y habrás hecho una
buena acción a los ojos de Yahveh tu Dios.
Deu 24:14 No explotarás al jornalero humilde y
pobre, ya sea uno de tus hermanos o un forastero que resida en tus ciudades.
Deu 24:15 Le darás cada día su salario, sin
dejar que el sol se ponga sobre esta deuda; porque es pobre, y para vivir
necesita de su salario. Así no apelará por ello a Yahveh contra ti, y no te
cargarás con un pecado.
Deu 24:16 No morirán los padres por culpa de
los hijos ni los hijos por culpa de los padres. Cada cual morirá por su propio
pecado.
Deu 24:17 No torcerás el derecho del forastero
ni del huérfano, ni tomarás en prenda el vestido de la viuda.
Deu 24:18 Recuerda que fuiste esclavo en el
país de Egipto y que Yahveh tu Dios te rescató de allí. Por eso te mando hacer
esto.
Deu 24:19 Cuando siegues la mies en tu campo,
si dejas en él olvidada una gavilla, no volverás a buscarla. Será para el
forastero, el huérfano y la viuda, a fin de que Yahveh tu Dios te bendiga en
todas tus obras.
Deu 24:20 Cuando varees tus olivos, no harás
rebusco. Lo que quede será para el forastero, el huérfano y la viuda.
Deu 24:21 Cuando vendimies tu viña, no harás
rebusco. Lo que quede será para el forastero, el huérfano y la viuda.
Deu 24:22 Recuerda que fuiste esclavo en el
país de Egipto. Por eso te mando hacer esto.
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Capítulo 25
25:1
CUANDO
hubiere pleito entre algunos, y vinieren á juicio, y los juzgaren, y
absolvieren al justo y condenaren al inicuo,
25:2
Será que, si
el delincuente mereciere ser azotado, entonces el juez lo hará echar en tierra,
y harále azotar delante de sí, según su delito, por cuenta.
25:3
Harále dar
cuarenta azotes, no más: no sea que, si lo hiriere con muchos azotes a más de
éstos, se envilezca tu hermano delante de tus ojos.
25:4
No pondrás
bozal al buey cuando trillare.
25:5
Cuando
hermanos estuvieren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la
mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño: su cuñado entrará á
ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco.
25:6
Y será que el
primogénito que pariere ella, se levantará en nombre de su hermano el muerto,
porque el nombre de éste no sea raído de Israel.
25:7
Y si el hombre
no quisiere tomar á su cuñada, irá entonces la cuñada suya á la puerta á los
ancianos, y dirá: Mi cuñado no quiere suscitar nombre en Israel á su hermano;
no quiere emparentar conmigo.
25:8
Entonces los
ancianos de aquella ciudad lo harán venir, y hablarán con él: y si él se
levantare, y dijere, No quiero tomarla,
25:9
Llegaráse
entonces su cuñada á él delante de los ancianos, y le descalzará el zapato de
su pie, y escupirále en el rostro, y hablará y dirá: Así será hecho al varón
que no edificare la casa de su hermano.
25:10
Y su nombre
será llamado en Israel: La casa del descalzado.
25:11
Cuando
algunos riñeren juntos el uno con el otro, y llegare la mujer del uno para
librar á su marido de mano del que le hiere, y metiere su mano y le trabare de
sus vergüenzas;
25:12
La cortarás
entonces la mano, no la perdonará tu ojo.
25:13
No tendrás en
tu bolsa pesa grande y pesa chica.
25:14
No tendrás en
tu casa epha grande y epha pequeño.
25:15
Pesas
cumplidas y justas tendrás; epha cabal y justo tendrás: para que tus días sean
prolongados sobre la tierra que el Altísimo tu Dios te da.
25:16
Porque
abominación es á el Altísimo tu Dios cualquiera que hace esto, cualquiera que
hace agravio.
25:17
Acuérdate de
lo que te hizo Amalec en el camino, cuando salisteis de Egipto:
25:18
Que te salió
al camino, y te desbarató la retaguardia de todos los flacos que iban detrás de
ti, cuando tú estabas cansado y trabajado; y no temió á Dios.
25:19
Será pues,
cuando el Altísimo tu Dios te hubiere dado reposo de tus enemigos alrededor, en
la tierra que el Altísimo tu Dios te da por heredar para que la poseas, que
raerás la memoria de Amalec de debajo del cielo: no te olvides.
Deu 25:1 Cuando hay pleito entre dos hombres, se
presentarán a juicio para que se pronuncie entre ellos: se dará la razón a quien
la tenga y se condenará al culpable.
Deu 25:2 Si el culpable merece azotes, el juez
le hará echarse en tierra en su presencia y hará que le azoten con un número de
golpes proporcionado a su culpa.
Deu 25:3 Podrá infligirle cuarenta azotes,
pero no más, no sea que al golpearle más sea excesivo el castigo, y tu hermano
quede envilecido a tus ojos.
Deu 25:4 No pondrás bozal al buey que trilla.
Deu 25:5 Si unos hermanos viven juntos y uno
de ellos muere sin tener hijos, la mujer del difunto no se casará fuera con un
hombre de familia extraña. Su cuñado se llegará a ella, ejercerá su levirato
tomándola por esposa,
Deu 25:6 y el primogénito que ella dé a luz
llevará el nombre de su hermano difunto; así su nombre no se borrará de Israel.
Deu 25:7 Pero si el cuñado se niega a tomarla
por mujer, subirá ella a la puerta donde los ancianos y dirá: «Mi cuñado se
niega a perpetuar el nombre de su hermano en Israel, no quiere ejercer conmigo
su levirato.»
Deu 25:8 Los ancianos de su ciudad llamarán a
ese hombre y le hablarán. Cuando al comparecer diga: «No quiero tomarla»,
Deu 25:9 su cuñada se acercará a él en
presencia de los ancianos, le quitará su sandalia del pie, le escupirá a la cara
y pronunciará estas palabras: «Así se hace con el hombre que no edifica la casa
de su hermano»;
Deu 25:10 y se le dará en Israel el nombre de
«Casa del descalzado».
Deu 25:11 Si un hombre está peleándose con su
hermano, y la mujer de uno de ellos se acerca y, para librar a su marido de los
golpes del otro, alarga la mano y agarra a éste por sus partes,
Deu 25:12 tú le cortarás a ella la mano sin
piedad.
Deu 25:13 No tendrás en tu bolsa pesa y pesa,
una grande y otra pequeña.
Deu 25:14 No tendrás en tu casa medida y
medida, una grande y otra pequeña.
Deu 25:15 Has de tener un peso cabal y exacto,
e igualmente una medida cabal y exacta, para que se prolonguen tus días en el
suelo que Yahveh tu Dios te da.
Deu 25:16 Porque todo el que hace estas cosas,
todo el que comete fraude, es una abominación para Yahveh tu Dios.
Deu 25:17 Recuerda lo que te hizo Amalec
cuando estabais de camino a vuestra salida de Egipto,
Deu 25:18 cómo vino a tu encuentro en el
camino y atacó por la espalda a todos los que iban agotados en tu retaguardia,
cuando tú estabas cansado y extenuado; ¡no tuvo temor de Dios!
Deu 25:19 Por eso, cuando Yahveh tu Dios te
haya asentado al abrigo de todos tus enemigos de alrededor, en la tierra que
Yahveh tu Dios te da en herencia para que la poseas, borrarás el recuerdo de
Amalec de debajo de los cielos. ¡No lo olvides!
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Capítulo 26
26:1
Y SERÁ que, cuando
hubieres entrado en la tierra que el Altísimo tu Dios te da por heredad, y la
poseyeres, y habitares en ella;
26:2
Entonces
tomarás de las primicias de todos los frutos de la tierra, que sacares de tu
tierra que el Altísimo tu Dios te da, y lo pondrás en un canastillo, é irás al
lugar que el Altísimo tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.
26:3
Y llegarás al
sacerdote que fuere en aquellos días, y le dirás: Reconozco hoy á el Altísimo
tu Dios que he entrado en la tierra que juró el Altísimo á nuestros padres que
nos había de dar.
26:4
Y el
sacerdote tomará el canastillo de tu mano, y pondrálo delante del altar de el
Altísimo tu Dios.
26:5
Entonces
hablarás y dirás delante de el Altísimo tu Dios: Un Siro á punto de perecer fué
mi padre, el cual descendió á Egipto y peregrinó allá con pocos hombres, y allí
creció en gente grande, fuerte y numerosa:
26:6
Y los
Egipcios nos maltrataron, y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura
servidumbre.
26:7
Y clamamos á
el Altísimo Dios de nuestros padres; y oyó el Altísimo nuestra voz, y vió
nuestra aflicción, y nuestro trabajo, y nuestra opresión:
26:8
Y sacónos el
Altísimo de Egipto con mano fuerte, y con brazo extendido, y con grande
espanto, y con señales y con milagros:
26:9
Y trájonos á
este lugar, y diónos esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
26:10
Y ahora, he
aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh el
Altísimo. Y lo dejarás delante de el Altísimo tu Dios, é inclinarte has delante
de el Altísimo tu Dios.
26:11
Y te
alegrarás con todo el bien que el Altísimo tu Dios te hubiere dado á ti y á tu
casa, tú y el Levita, y el extranjero que está en medio de ti.
26:12
Cuando
hubieres acabado de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año
del diezmo, darás también al Levita, al extranjero, al huérfano y á la viuda; y
comerán en tus villas, y se saciarán.
26:13
Y dirás
delante de el Altísimo tu Dios: Yo he sacado lo consagrado de mi casa, y
también lo he dado al Levita, y al extranjero, y al huérfano, y á la viuda,
conforme á todos tus mandamientos que me ordenaste: no he traspasado tus
mandamientos, ni me he olvidado de ellos:
26:14
No he comido
de ello en mi luto, ni he sacado de ello en inmundicia, ni de ello he dado para
mortuorio: he obedecido á la voz de el Altísimo mi Dios, he hecho conforme á
todo lo que me has mandado.
26:15
Mira desde la
morada de tu santidad, desde el cielo, y bendice á tu pueblo Israel, y á la
tierra que nos has dado, como juraste á nuestros padres, tierra que fluye leche
y miel.
26:16
el Altísimo
tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y derechos; cuida, pues, de
ponerlos por obra con todo tu corazón, y con toda tu alma.
26:17
A el Altísimo
has ensalzado hoy para que te sea por Dios, y para andar en sus caminos, y para
guardar sus estatutos y sus mandamientos y sus derechos, y para oir su voz:
26:18
Y el Altísimo
te ha ensalzado hoy para que le seas su peculiar pueblo, como él te lo he
dicho, y para que guardes todos sus mandamientos;
26:19
Y para
ponerte alto sobre todas las gentes que hizo, para loor, y fama, y gloria; y
para que seas pueblo santo á el Altísimo tu Dios, como él ha dicho.
Deu 26:1 Cuando llegues a la tierra que Yahveh tu
Dios te da en herencia, cuando la poseas y habites en ella,
Deu 26:2 tomarás las primicias de todos los
productos del suelo que coseches en la tierra que Yahveh tu Dios te da, las
pondrás en una cesta, y las llevarás al lugar elegido por Yahveh tu Dios para
morada de su nombre.
Deu 26:3 Te presentarás al sacerdote que esté
entonces en funciones y le dirás: «Yo declaro hoy a Yahveh mi Dios que he
llegado a la tierra que Yahveh juró a nuestros padres que nos daría.»
Deu 26:4 El sacerdote tomará de tu mano la
cesta y la depositará ante el altar de Yahveh tu Dios.
Deu 26:5 Tú pronunciarás estas palabras ante
Yahveh tu Dios: «Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y residió allí
como inmigrante siendo pocos aún, pero se hizo una nación grande, fuerte y
numerosa.
Deu 26:6 Los egipcios nos maltrataron, nos
oprimieron y nos impusieron dura servidumbre.
Deu 26:7 Nosotros clamamos a Yahveh Dios de
nuestros padres, y Yahveh escuchó nuestra voz; vio nuestra miseria, nuestras
penalidades y nuestra opresión,
Deu 26:8 y Yahveh nos sacó de Egipto con mano
fuerte y tenso brazo en medio de gran terror, señales y prodigios.
Deu 26:9 Nos trajo aquí y nos dio esta tierra,
tierra que mana leche y miel
Deu 26:10 Y ahora yo traigo las primicias de
los productos del suelo que tú, Yahveh, me has dado.» Las depositarás ante
Yahveh tu Dios y te postrarás ante Yahveh tu Dios.
Deu 26:11 Luego te regocijarás por todos los
bienes que Yahveh tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, y también se regocijará
el levita y el forastero que viven en medio de ti.
Deu 26:12 El tercer año, el año del diezmo,
cuando hayas acabado de apartar el diezmo de toda tu cosecha y se lo hayas dado
al levita, al forastero, a la viuda y al huérfano, para que coman de ello en tus
ciudades hasta saciarse,
Deu 26:13 dirás en presencia de Yahveh tu
Dios: «He retirado de mi casa lo que era sagrado; se lo he dado al levita, al
forastero, al huérfano y a la viuda, según todos los mandamientos que me has
dado sin traspasar ninguno de tus mandamientos ni olvidarlos.
Deu 26:14 Nada de ello he comido estando en
duelo, nada he retirado hallándome impuro, nada he ofrecido a un muerto. He
escuchado la voz de Yahveh mi Dios y he obrado conforme a todo lo que me has
mandado.
Deu 26:15 Desde la morada de tu santidad,
desde lo alto de los cielos, contempla y bendice a tu pueblo Israel, así como al
suelo que nos has dado como habías jurado a nuestros padres, tierra que mana
leche y miel.»
Deu 26:16 Yahveh tu Dios te manda hoy
practicar estos preceptos y estas normas; las guardarás y las practicarás con
todo tu corazón y con toda tu alma.
Deu 26:17 Has hecho decir a Yahveh que él será
tu Dios - tú seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y
sus normas, y escucharás su voz -.
Deu 26:18 Y Yahveh te ha hecho decir hoy que
serás su pueblo propio, como él te ha dicho - tú deberás guardar todos sus
mandamientos -;
Deu 26:19 él te elevará en honor, renombre y
gloria, por encima de todas las naciones que hizo, y serás un pueblo consagrado
a Yahveh tu Dios como él te ha dicho.
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Capítulo 27
27:1
Y MANDÓ Moisés,
con los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: Guardaréis todos los
mandamientos que yo prescribo hoy.
27:2
Y será que,
el día que pasareis el Jordán á la tierra que el Altísimo tu Dios te da, te has
de levantar piedras grandes, las cuales revocarás con cal:
27:3
Y escribirás
en ellas todas las palabras de esta ley, cuando hubieres pasado para entrar en
la tierra que el Altísimo tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como el
Altísimo el Dios de tus padres te ha dicho.
27:4
Será pues,
cuando hubieres pasado el Jordán, que levantaréis estas piedras que yo os mando
hoy, en el monte de Ebal, y las revocarás con cal:
27:5
Y edificarás
allí altar á el Altísimo tu Dios, altar de piedras: no alzarás sobre ellas
hierro.
27:6
piedras enteras
edificarás el altar de el Altísimo tu Dios; y ofrecerás sobre él holocausto á
el Altísimo tu Dios;
27:7
Y
sacrificarás pacíficos, y comerás allí; y alegrarte has delante de el Altísimo
tu Dios.
27:8
Y escribirás
en las piedras todas las palabras de esta ley muy claramente.
27:9
Y Moisés, con
los sacerdotes Levitas, habló á todo Israel, diciendo: Atiende y escucha,
Israel: hoy eres hecho pueblo de el Altísimo tu Dios.
27:10
Oirás pues la
voz de el Altísimo tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus estatutos, que
yo te ordeno hoy.
27:11
Y mandó
Moisés al pueblo en aquel día, diciendo:
27:12
Estos estarán
sobre el monte de Gerizim para bendecir al pueblo, cuando hubiereis pasado el
Jordán: Simeón, y Leví, y Judá, é Issachâr, y José y Benjamín.
27:13
Y estos
estarán para pronunciar la maldición en el de Ebal: Rubén, Gad, y Aser, y
Zabulón, Dan, y Nephtalí.
27:14
Y hablarán
los Levitas, y dirán á todo varón de Israel en alta voz:
27:15
Maldito el
hombre que hiciere escultura ó imagen de fundición, abominación á el Altísimo,
obra de mano de artífice, y la pusiere en oculto. Y todo el pueblo responderá y
dirá: Amén.
27:16
Maldito el
que deshonrare á su padre ó á su madre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
27:17
Maldito el que
redujere el término de su prójimo. Y dirá todo el pueblo: Amén.
27:18
Maldito el
que hiciere errar al ciego en el camino. Y dirá todo el pueblo: Amén.
27:19
Maldito el
que torciere el derecho del extranjero, del huérfano, y de la viuda. Y dirá
todo el pueblo: Amén.
27:20
Maldito el
que se echare con la mujer de su padre; por cuanto descubrió el regazo de su
padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
27:21
Maldito el
que tuviere parte con cualquiera bestia. Y dirá todo el pueblo: Amén.
27:22
Maldito el
que se echare con su hermana, hija de su padre, ó hija de su madre. Y dirá todo
el pueblo: Amén.
27:23
Maldito el
que se echare con su suegra. Y dirá todo el pueblo: Amén.
27:24
Maldito el
que hiriere á su prójimo ocultamente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
27:25
Maldito el
que recibiere don para herir de muerte al inocente. Y dirá todo el pueblo:
Amén.
27:26
Maldito el
que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas. Y dirá todo el
pueblo: Amén.
Deu 27:1 Moisés y los ancianos de Israel dieron
al pueblo esta orden: «Guardad todos los mandamientos que yo os prescribo hoy.
Deu 27:2 Cuando paséis el Jordán para ir a la
tierra que Yahveh tu Dios te da, erigirás grandes piedras, las blanquearás con
cal,
Deu 27:3 y escribirás en ellas todas las
palabras de esta Ley, en el momento en que pases para entrar en la tierra que
Yahveh tu Dios te da, tierra que mana leche y miel, como te ha dicho Yahveh el
Dios de tus padres.
Deu 27:4 Y cuando hayáis pasado el Jordán,
erigiréis estas piedras en el monte Ebal, como os lo mando hoy, y las
blanquearéis con cal.
Deu 27:5 Levantarás allí en honor de Yahveh tu
Dios un altar de piedras, sin labrarlas con el hierro.
Deu 27:6 Con piedras sin labrar harás el altar
de Yahveh tu Dios, y sobre este altar ofrecerás holocaustos a Yahveh tu Dios.
Deu 27:7 Allí también inmolarás sacrificios de
comunión, los comerás y te regocijarás en presencia de Yahveh tu Dios.
Deu 27:8 Escribirás en esas piedras todas las
palabras de esta Ley. Grábalas bien.»
Deu 27:9 Después Moisés y los sacerdotes
levitas hablaron así a todo Israel: «Calla y escucha, Israel. Hoy te has
convertido en el pueblo de Yahveh tu Dios.
Deu 27:10 Escucharás la voz de Yahveh tu Dios
y pondrás en práctica los mandamientos y preceptos que yo te prescribo hoy.»
Deu 27:11 Y Moisés ordenó aquel día al pueblo:
Deu 27:12 Estos son los que se situarán en el
monte Garizim para dar la bendición al pueblo, cuando hayáis pasado el Jordán:
Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín;
Deu 27:13 y estos otros los que se situarán,
para la maldición, en el monte Ebal: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.
Deu 27:14 Los levitas tomarán la palabra y
dirán en voz alta a todos los israelitas:
Deu 27:15 Maldito el hombre que haga un ídolo
esculpido o fundido, abominación de Yahveh, obra de manos de artífice, y lo
coloque en un lugar secreto. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:16 Maldito quien desprecie a su padre o
a su madre. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:17 Maldito quien desplace el mojón de
su prójimo. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:18 Maldito quien desvíe a un ciego en
el camino. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:19 Maldito quien tuerza el derecho del
forastero, el huérfano o la viuda. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:20 Maldito quien se acueste con la
mujer de su padre, porque descubre el borde del manto de su padre. - Y todo el
pueblo dirá: Amén.
Deu 27:21 Maldito quien se acueste con
cualquier bestia. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:22 Maldito quien se acueste con su
hermana, hija de su padre o hija de su madre. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:23 Maldito quien se acueste con su
suegra. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:24 Maldito quien mate a traición a su
prójimo. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:25 Maldito quien acepte soborno para
quitar la vida a un inocente. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
Deu 27:26 Maldito quien no mantenga las
palabras de esta Ley, poniéndolas en práctica. - Y todo el pueblo dirá: Amén.
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Capítulo 28
28:1
Y SERÁ que,
si oyeres diligente la voz de el Altísimo tu Dios, para guardar, para poner por
obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también el Altísimo tu
Dios te pondrá alto sobre todas las gentes de la tierra;
28:2
Y vendrán
sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, cuando oyeres la voz de el
Altísimo tu Dios.
28:3
Bendito serás
tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
28:4
Bendito el
fruto de tu vientre, y el fruto de tu bestia, la cría de tus vacas, y los rebaños
de tus ovejas.
28:5
Bendito tu
canastillo y tus sobras.
28:6
Bendito serás
en tu entrar, y bendito en tu salir.
28:7
Pondrá el
Altísimo á tus enemigos que se levantaren contra ti, de rota batida delante de
ti: por un camino saldrán á ti, por siete caminos huirán delante de ti.
28:8
Enviará el
Altísimo contigo la bendición en tus graneros, y en todo aquello en que
pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que el Altísimo tu Dios te da.
28:9
Confirmarte
ha el Altísimo por pueblo suyo santo, como te ha jurado, cuando guardares los
mandamientos de el Altísimo tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
28:10
Y verán todos
los pueblos de la tierra que el nombre de el Altísimo es llamado sobre ti, y te
temerán.
28:11
Y te hará el
Altísimo sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, y en el fruto de tu
bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que juró el Altísimo á tus
padres que te había de dar.
28:12
Abrirte ha el
Altísimo su buen depósito, el cielo, para dar lluvia á tu tierra en su tiempo,
y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás á muchas gentes, y tú no
tomarás emprestado.
28:13
Y te pondrá
el Altísimo por cabeza, y no por cola: y estarás encima solamente, y no estarás
debajo; cuando obedecieres á los mandamientos de el Altísimo tu Dios, que yo te
ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.
28:14
Y no te
apartes de todas las palabras que yo os mando hoy, ni á diestra ni á siniestra,
para ir tras dioses ajenos para servirles.
28:15
Y será, si no
oyeres la voz de el Altísimo tu Dios, para cuidar de poner por obra todos sus
mandamientos y sus estatutos, que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas
estas maldiciones, y te alcanzarán.
28:16
Maldito serás
tu en la ciudad, y maldito en el campo.
28:17
Maldito tu
canastillo, y tus sobras.
28:18
Maldito el
fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y la cría de tus vacas, y los
rebaños de tus ovejas.
28:19
Maldito serás
en tu entrar, y maldito en tu salir.
28:20
Y el Altísimo
enviará contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres
mano é hicieres, hasta que seas destruído, y perezcas presto á causa de la
maldad de tus obras, por las cuales me habrás dejado.
28:21
el Altísimo
hará que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra á la cual
entras para poseerla.
28:22
el Altísimo
te herirá de tisis, y de fiebre, y de ardor, y de calor, y de cuchillo, y de
calamidad repentina, y con añublo; y perseguirte han hasta que perezcas.
28:23
Y tus cielos
que están sobre tu cabeza, serán de metal; y la tierra que está debajo de ti,
de hierro.
28:24
Dará el
Altísimo por lluvia á tu tierra polvo y ceniza: de los cielos descenderán sobre
ti hasta que perezcas.
28:25
el Altísimo
te entregará herido delante de tus enemigos: por un camino saldrás á ellos, y
por siete caminos huirás delante de ellos: y serás sacudido á todos los reinos
de la tierra.
28:26
Y será tu
cuerpo muerto por comida á toda ave del cielo, y bestia de la tierra, y no
habrá quien las espante.
28:27
el Altísimo
te herirá de la plaga de Egipto, y con almorranas, y con sarna, y con comezón,
de que no puedas ser curado.
28:28
el Altísimo
te herirá con locura, y con ceguedad, y con pasmo de corazón.
28:29
Y palparás al
mediodía, como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus
caminos: y nunca serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien
te salve.
28:30
Te desposarás
con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en
ella; plantarás viña, y no la vendimiarás.
28:31
Tu buey será
matado delante de tus ojos, y tú no comerás de él; tu asno será arrebatado de
delante de ti, y no se te volverá; tus ovejas serán dadas á tus enemigos, y no
tendrás quien te las rescate.
28:32
Tus hijos y
tus hijas serán entregados á otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán
por ellos todo el día: y no habrá fuerza en tu mano.
28:33
El fruto de
tu tierra y todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y nunca serás sino
oprimido y quebrantado todos los días.
28:34
Y
enloquecerás á causa de lo que verás con tus ojos.
28:35
Herirte ha el
Altísimo con maligna pústula en las rodillas y en las piernas, sin que puedas
ser curado: aun desde la planta de tu pie hasta tu mollera.
28:36
el Altísimo
llevará á ti, y á tu rey que hubieres puesto sobre ti, á gente que no conociste
tú ni tus padres; y allá servirás á dioses ajenos, al palo y á la piedra.
28:37
Y serás por
pasmo, por ejemplo y por fábula, á todos los pueblos á los cuales te llevará el
Altísimo.
28:38
Sacarás mucha
simiente al campo, y cogerás poco: porque la langosta lo consumirá.
28:39
Plantarás
viñas y labrarás, mas no beberás vino, ni cogerás uvas; porque el gusano las
comerá.
28:40
Tendrás olivas
en todo tu término, mas no te ungirás con el aceite; porque tu aceituna se
caerá.
28:41
Hijos é hijas
engendrarás, y no serán para ti; porque irán en cautiverio.
28:42
Toda tu
arboleda y el fruto de tu tierra consumirá la langosta.
28:43
El extranjero
que estará en medio de ti subirá sobre ti muy alto, y tú serás puesto muy bajo.
28:44
El te
prestará á ti, y tú no prestarás á él: él será por cabeza, y tú serás por cola.
28:45
Y vendrán
sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que
perezcas; por cuanto no habrás atendido á la voz de el Altísimo tu Dios, para
guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó:
28:46
Y serán en ti
por señal y por maravilla, y en tu simiente para siempre.
28:47
Por cuanto no
serviste á el Altísimo tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la
abundancia de todas las cosas;
28:48
Servirás por
tanto á tus enemigos que enviare el Altísimo contra ti, con hambre y con sed y
con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro sobre
tu cuello, hasta destruirte.
28:49
el Altísimo
traerá sobre ti gente de lejos, del cabo de la tierra, que vuele como águila,
gente cuya lengua no entiendas;
28:50
Gente fiera
de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño:
28:51
Y comerá el
fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas: y no te dejará
grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus
ovejas, hasta destruirte.
28:52
Y te pondrá
cerco en todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y encastillados
en que tú confías, en toda tu tierra: te cercará, pues, en todas tus ciudades y
en toda tu tierra, que el Altísimo tu Dios te habrá dado.
28:53
Y comerás el fruto
de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que el Altísimo tu Dios te
dió, en el cerco y en al apuro con que te angustiará tu enemigo.
28:54
El hombre
tierno en ti, y el muy delicado, su ojo será maligno para con su hermano, y
para con la mujer de su seno, y para con el resto de sus hijos que le quedaren;
28:55
Para no dar á
alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comerá, porque nada le habrá
quedado, en el cerco y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus
ciudades.
28:56
La tierna y
la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie probó á sentar sobre
la tierra, de ternura y delicadeza, su ojo será maligno para con el marido de
su seno, y para con su hijo, y para con su hija,
28:57
Y para con su
chiquita que sale de entre sus pies, y para con sus hijos que pariere; pues los
comerá escondidamente, á falta de todo, en el cerco y en el apuro con que tu
enemigo te oprimirá en tus ciudades.
28:58
Si no
cuidares de poner por obra todas las palabras de aquesta ley que están escritas
en este libro, temiendo este nombre glorioso y terrible, el Altísimo TU DIOS,
28:59
el Altísimo
aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu simiente, plagas
grandes y estables, y enfermedades malignas y duraderas;
28:60
Y hará volver
sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y se te
pegarán.
28:61
Asismismo
toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, el
Altísimo la enviará sobre ti, hasta que tú seas destruído.
28:62
Y quedaréis
en poca gente, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud;
por cuanto no obedeciste á la voz de el Altísimo tu Dios.
28:63
Y será que
como el Altísimo se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para
multiplicaros, así se gozará el Altísimo sobre vosotros para arruinaros, y para
destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra, á la cual entráis para
poseerla.
28:64
Y el Altísimo
te esparcirá por todos los pueblos, desde el un cabo de la tierra hasta el otro
cabo de ella; y allí servirás á dioses ajenos que no conociste tú ni tus
padres, al leño y á la piedra.
28:65
Y ni aun
entre las mismas gentes descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; que allí
te dará el Altísimo corazón temeroso, y caimiento de ojos, y tristeza de alma:
28:66
Y tendrás tu
vida como colgada delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no
confiarás de tu vida.
28:67
Por la mañana
dirás: ¡Quién diera fuese la tarde! y á la tarde dirás: ¡Quién diera fuese la
mañana! por el miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que
verán tus ojos.
28:68
Y el Altísimo
te hará tornar á Egipto en navíos por el camino del cual te ha dicho: Nunca más
volveréis: y allí seréis vendidos á vuestros enemigos por esclavos y por
esclavas, y no habrá quien os compre.
Deu 28:1 Y si tú escuchas de verdad la voz de
Yahveh tu Dios, cuidando de practicar todos los mandamientos que yo te prescribo
hoy, Yahveh tu Dios le levantará por encima de todas las naciones de la tierra,
Deu 28:2 y vendrán sobre ti y te alcanzarán
todas las bendiciones siguientes, por haber escuchado la voz de Yahveh tu Dios.
Deu 28:3 Bendito serás en la ciudad y bendito
en el campo.
Deu 28:4 Bendito será el fruto de tus
entrañas, el producto de tu suelo, el fruto de tu ganado, el parto de tus vacas
y las crías de tus ovejas.
Deu 28:5 Benditas serán tu cesta y tu artesa.
Deu 28:6 Bendito serás cuando entres y bendito
cuando salgas.
Deu 28:7 A los enemigos que se levanten contra
ti, Yahveh los pondrá en derrota: salidos por un camino a tu encuentro, por
siete caminos huirán de ti.
Deu 28:8 Yahveh mandará a la bendición que
esté contigo, en tus graneros y en tus empresas, y te bendecirá en la tierra que
Yahveh tu Dios te da.
Deu 28:9 Yahveh hará de ti el pueblo
consagrado a él, como te ha jurado, si tú guardas los mandamientos de Yahveh tu
Dios y sigues sus caminos.
Deu 28:10 Todos los pueblos de la tierra verán
que sobre ti es invocado el nombre de Yahveh y te temerán.
Deu 28:11 Yahveh te hará rebosar de bienes:
frutos de tus entrañas, frutos de tu ganado, y frutos de tu suelo, en esta
tierra que él juró a tus padres que te daría.
Deu 28:12 Yahveh abrirá para ti los cielos, su
rico tesoro, para dar a su tiempo la lluvia necesaria a tu tierra y para
bendecir todas tus obras. Prestarás a naciones numerosas, y tú no tendrás que
tomar prestado.
Deu 28:13 Yahveh te pondrá a la cabeza y no a
la zaga; siempre estarás encima y nunca debajo, si escuchas los mandamientos de
Yahveh tu Dios, que yo te prescribo hoy, guardándolos y poniéndolos en práctica,
Deu 28:14 sin apartarte ni a derecha ni a
izquierda de ninguna de estas palabras que yo os prescribo hoy, para ir en pos
de otros dioses a servirles.
Deu 28:15 Pero si desoyes la voz de Yahveh tu
Dios, y no cuidas de practicar todos sus mandamientos y sus preceptos, que yo te
prescribo hoy, te sobrevendrán y te alcanzarán todas las maldiciones siguientes:
Deu 28:16 Maldito serás en la ciudad y maldito
en el campo.
Deu 28:17 Malditas serán tu cesta y tu artesa.
Deu 28:18 Maldito el fruto de tus entrañas y
el fruto de tu suelo, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas.
Deu 28:19 Maldito serás cuando entres y
maldito cuando salgas.
Deu 28:20 Yahveh enviará contra ti la
maldición, el desastre, la amenaza, en todas tus empresas, hasta que seas
exterminado y perezcas rápidamente, a causa de la perversidad de tus acciones
por las que me habrás abandonado.
Deu 28:21 Yahveh hará que se te pegue la
peste, hasta que te haga desaparecer de este suelo adonde vas a entrar para
tomarlo en posesión.
Deu 28:22 Yahveh te herirá de tisis, fiebre,
inflamación, gangrena, sequía, tizón y añublo, que te perseguirán hasta que
perezcas.
Deu 28:23 Los cielos de encima de tu cabeza
serán de bronce, y la tierra de debajo de ti será de hierro.
Deu 28:24 Yahveh dará como lluvia a tu tierra
polvo y arena, que caerán del cielo sobre ti hasta tu destrucción.
Deu 28:25 Yahveh hará que sucumbas ante tus
enemigos: salido a su encuentro por un camino, por siete caminos huirás de
ellos, y serás el espanto de todos los reinos de la tierra.
Deu 28:26 Tu cadáver será pasto de todas las
aves del cielo y de todas las bestias de la tierra sin que nadie las espante.
Deu 28:27 Yahveh te herirá con úlceras de
Egipto, con tumores, sarna y tiña, de las que no podrás sanar.
Deu 28:28 Yahveh te herirá de delirio, ceguera
y pérdida de sentidos,
Deu 28:29 hasta el punto que andarás a tientas
en pleno mediodía como el ciego anda a tientas en la oscuridad, y tus pasos no
llegarán a término. Estarás oprimido y despojado toda la vida, y no habrá quien
te salve.
Deu 28:30 Te desposarás con una mujer y otro
hombre la hará suya; edificarás una casa y no la habitarás; plantarás una viña y
no podrás disfrutar de ella.
Deu 28:31 Tu buey será degollado a tus propios
ojos, y no podrás comer de él; tu asno será robado en tu presencia, y no se te
devolverá; tus ovejas serán entregadas a tus enemigos, y no habrá quien te
salve;
Deu 28:32 tus hijos y tus hijas serán
entregados a otro pueblo; tus ojos se consumirán mirando todos los días hacia
ellos, pero tus manos no podrán hacer nada.
Deu 28:33 El fruto de tu suelo y toda tu
fatiga lo comerá un pueblo que no conoces. No serás más que un explotado y
oprimido toda la vida.
Deu 28:34 Y te volverás loco ante el
espectáculo que verás con tus ojos.
Deu 28:35 Yahveh te herirá de úlceras malignas
en las rodillas y en las piernas, de las que no podrás sanar, desde la planta de
los pies hasta la coronilla de la cabeza.
Deu 28:36 Yahveh te llevará a ti y al que
hayas puesto sobre ti a una nación que ni tú ni tus padres conocíais, y allí
servirás a otros dioses, de madera y de piedra.
Deu 28:37 Serás el asombro, el proverbio y la
irrisión de todos los pueblos a donde Yahveh te conduzca.
Deu 28:38 Echarás en tus campos mucha semilla
y cosecharás poco, porque la asolará la langosta.
Deu 28:39 Plantarás y cultivarás viñas, pero
no beberás vino ni recogerás nada, porque el gusano las devorará.
Deu 28:40 Tendrás olivos por todo tu
territorio, pero no te ungirás de aceite, porque tus olivos caerán.
Deu 28:41 Engendrarás hijos e hijas, pero no
serán para ti, porque irán al cautiverio.
Deu 28:42 Todos tus árboles y los frutos de tu
suelo serán presa de los insectos.
Deu 28:43 El forastero que vive junto a ti
subirá a costa tuya cada vez más alto, y tú caerás cada vez más bajo.
Deu 28:44 El te prestará, y tú tendrás que
tomar prestado; él estará a la cabeza y tú a la zaga.
Deu 28:45 Todas estas maldiciones caerán sobre
ti, te perseguirán y te alcanzarán hasta destruirte, por no haber escuchado la
voz de Yahveh tu Dios, guardando los mandamientos y los preceptos que él te ha
prescrito.
Deu 28:46 Serán como una señal y un prodigio
sobre ti y sobre tu descendencia para siempre.
Deu 28:47 Por no haber servido a Yahveh tu
Dios en la alegría y la dicha de corazón, cuando abundabas en todo,
Deu 28:48 servirás a los enemigos que Yahveh
enviará contra ti, con hambre, sed, desnudez y privación de todo. El pondrá en
tu cuello un yugo de hierro hasta que te destruya.
Deu 28:49 Yahveh levantará contra ti una
nación venida de lejos, de los extremos de la tierra, como el águila que se
cierne. Será una nación de lengua desconocida para ti,
Deu 28:50 una nación de rostro fiero, que no
respetará al anciano ni tendrá compasión del niño.
Deu 28:51 Comerá el fruto de tu ganado y el
fruto de tu suelo, hasta destruirte; no te dejará trigo, mosto, ni aceite, ni
los partos de tus vacas, ni las crías de tus ovejas, hasta acabar contigo.
Deu 28:52 Te asediará en todas tus ciudades,
hasta que caigan en toda tu tierra tus murallas más altas y más fortificadas, en
las que tú ponías tu confianza. Te asediará en tus ciudades, en toda la tierra
que te haya dado Yahveh tu Dios.
Deu 28:53 Comerás el fruto de tus entrañas, la
carne de tus hijos y tus hijas que te haya dado Yahveh tu Dios, en el asedio y
la angustia a que te reducirá tu enemigo.
Deu 28:54 El más delicado y tierno de entre
los tuyos mirará con malos ojos a su hermano, e incluso a la esposa de su
corazón y a los hijos que le queden,
Deu 28:55 negándose a compartir con ellos la
carne de sus hijos que se comerá, al quedarle ya nada en el asedio y la angustia
a que tu enemigo te reducirá en todas tus ciudades.
Deu 28:56 La más delicada y tierna de las
mujeres de tu pueblo, tan delicada y tierna que no hubiera osado posar en tierra
la planta de su pie, mirará con malos ojos al esposo de su corazón, e incluso a
su hijo y a su hija,
Deu 28:57 a las secundinas salidas de su seno
y a los hijos que dé a luz, pues los comerá a escondidas, por la privación de
todo, en el asedio y la angustia a que te reducirá tu enemigo en todas tus
ciudades.
Deu 28:58 Si no cuidas de poner en práctica
todas las palabras de esta Ley escritas en este libro, temiendo a ese nombre
glorioso y temible, a Yahveh tu Dios,
Deu 28:59 Yahveh hará terribles tus plagas y
las de tu descendencia: plagas grandes y duraderas, enfermedades perniciosas y
tenaces.
Deu 28:60 Hará caer de nuevo sobre ti aquellas
epidemias de Egipto a las que tanto miedo tenías, y se pegarán a ti.
Deu 28:61 Más todavía, todas las enfermedades
y plagas que no se mencionan en el libro de esta Ley, las suscitará Yahveh
contra ti, hasta destruirte.
Deu 28:62 No quedaréis más que unos pocos
hombres, vosotros que erais tan numerosos como las estrellas del cielo, por
haber desoído la voz de Yahveh tu Dios.
Deu 28:63 Y sucederá que lo mismo que Yahveh
se complacía en haceros favor y en multiplicaros, así se gozará en perderos, y
destruiros. Seréis arrancados del suelo adonde vas a entrar para tomarlo en
posesión.
Deu 28:64 Yahveh te dispersará entre todos los
pueblos, de un extremo a otro de la tierra, y allí servirás a otros dioses, de
madera y de piedra, desconocidos de ti y de tus padres.
Deu 28:65 No hallarás sosiego en aquellas
naciones, ni habrá descanso para la planta de tus pies, sino que Yahveh te dará
allí un corazón trémulo, languidez de ojos y ansiedad de alma.
Deu 28:66 Tu vida estará ante ti como
pendiente de un hilo, tendrás miedo de noche y de día, y ni de tu vida te
sentirás seguro.
Deu 28:67 Por la mañana dirás: «¡Ojalá llegase
la tarde!», y por la tarde dirás: «¡Ojalá llegase la mañana!», a causa del
espanto que estremecerá tu corazón y del espectáculo que verán tus ojos.
Deu 28:68 Yahveh volverá a llevarte a Egipto
en barcos, por ese camino del que yo te había dicho: «No volverás a verlo más.»
Y allí os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y esclavas, pero
no habrá ni comprador.
Deu 28:69 Estas son las palabras de la alianza
que Yahveh mandó a Moisés concluir con los israelitas en el país de Moab, aparte
de la alianza que había concluido con ellos en el Horeb.
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Capítulo 29
29:1
ESTAS son las
palabras del pacto que el Altísimo mandó á Moisés concertara con los hijos de
Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.
29:2
Moisés pues
llamó á todo Israel, y díjoles: Vosotros habéis visto todo lo que el Altísimo
ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto á Faraón y á todos sus
siervos, y á toda su tierra:
29:3
Las pruebas
grandes que vieron tus ojos, las señales, y las grandes maravillas.
29:4
Y el Altísimo
no os dió corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oir, hasta el
día de hoy.
29:5
Y yo os he
traído cuarenta años por el desierto: vuestros vestidos no se han envejecido
sobre vosotros, ni tu zapato se ha envejecido sobre tu pie.
29:6
No habéis
comido pan, ni bebisteis vino ni sidra: para que supieseis que yo soy el
Altísimo vuestro Dios.
29:7
Y llegasteis
á este lugar, y salió Sehón rey de Hesbón, y Og rey de Basán, delante de
nosotros para pelear, y herímoslos;
29:8
Y tomamos su
tierra, y dímosla por heredad á Rubén y á Gad, y á la media tribu de Manasés.
29:9
Guardaréis, pues,
las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en
todo lo que hiciereis.
29:10
Vosotros
todos estáis hoy delante de el Altísimo vuestro Dios; vuestros príncipes de
vuestras tribus, vuestros ancianos, y vuestros oficiales, todos los varones de
Israel,
29:11
Vuestros
niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campo,
desde el que corta tu leña hasta el que saca tus aguas:
29:12
Para que
entres en el pacto de el Altísimo tu Dios, y en su juramento, que el Altísimo
tu Dios acuerda hoy contigo:
29:13
Para
confirmarte hoy por su pueblo, y que él te sea á ti por Dios, de la manera que
él te ha dicho, y como él juró á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob.
29:14
Y no con
vosotros solos acuerdo yo este pacto y este juramento,
29:15
Sino con los
que están aquí presentes hoy con nosotros delante de el Altísimo nuestro Dios,
y con los que no están aquí hoy con nosotros.
29:16
Porque
vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por
medio de las gentes que habéis pasado;
29:17
Y habéis
visto sus abominaciones y sus ídolos, madera y piedra, plata y oro, que tienen
consigo.
29:18
Quizá habrá
entre vosotros varón, ó mujer, ó familia, ó tribu, cuyo corazón se vuelva hoy
de con el Altísimo nuestro Dios, por andar á servir á los dioses de aquellas
gentes; quizá habrá en vosotros raíz que eche veneno y ajenjo;
29:19
Y sea que,
cuando el tal oyere las palabras de esta maldición, él se bendiga en su
corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande según el pensamiento de mi corazón,
para añadir la embriaguez á la sed:
29:20
el Altísimo
no querrá perdonarle; antes humeará luego el furor de el Altísimo y su celo
sobre el tal hombre, y asentaráse sobre él toda maldición escrita en este
libro, y el Altísimo raerá su nombre de debajo del cielo:
29:21
Y apartarálo
el Altísimo de todas las tribus de Israel para mal, conforme á todas las
maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley.
29:22
Y dirá la
generación venidera, vuestros hijos que vendrán después de vosotros, y el
extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquesta
tierra, y sus enfermedades de que el Altísimo la hizo enfermar,
29:23
(Azufre y
sal, abrasada toda su tierra: no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en
ella hierba ninguna, como en la subversión de Sodoma y de Gomorra, de Adma y de
Seboim, que el Altísimo subvirtió en su furor y en su ira:)
29:24
Dirán, pues,
todas las gentes: ¿Por qué hizo el Altísimo esto á esta tierra? ¿qué ira es
ésta de tan gran furor?
29:25
Y
responderán. Por cuanto dejaron el pacto de el Altísimo el Dios de sus padres,
que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto,
29:26
Y fueron y
sirvieron á dioses ajenos, é inclináronse á ellos, dioses que no conocían, y
que ninguna cosa les habían dado:
29:27
Encendióse
por tanto, el furor de el Altísimo contra esta tierrra, para traer sobre ella
todas las maldiciones escritas en esta libro;
29:28
Y el Altísimo
los desarraigó de su tierra con enojo, y con saña, y con furor grande, y los
echó á otra tierra, como hoy.
29:29
Las cosas
secretas pertenecen á el Altísimo nuestro Dios: mas las reveladas son para
nosotros y para nuestros hijos por siempre, para que cumplamos todas las palabras
de esta ley.
Deu 29:1 Moisés convocó a todo Israel y les dijo:
Vosotros visteis todo lo que Yahveh hizo a vuestros propios ojos en Egipto con
Faraón, sus siervos y todo su país:
Deu 29:2 las grandes pruebas que tus mismos
ojos vieron, aquellas señales, aquellos grandes prodigios.
Deu 29:3 Pero hasta el día de hoy no os había
dado Yahveh corazón para entender, ojos para ver, ni oídos para oír.
Deu 29:4 Durante cuarenta años os he hecho
caminar por el desierto, sin que se hayan gastado los vestidos sobre vosotros ni
las sandalias en tus pies.
Deu 29:5 No habéis tenido pan que comer, ni
vino o licor fermentado que beber, para que supierais que yo, Yahveh, soy
vuestro Dios.
Deu 29:6 Luego llegasteis a este lugar. Sijón,
rey de Jesbón, y Og, rey de Basán, salieron a nuestro encuentro para hacernos la
guerra, pero los derrotamos.
Deu 29:7 Conquistamos su país, y se lo dimos
en heredad a Rubén, a Gad y a la media tribu de Manasés.
Deu 29:8 Guardad, pues, las palabras de esta
alianza y ponedlas en práctica, para que tengáis éxito en todas vuestras
empresas.
Deu 29:9 Aquí estáis hoy todos vosotros en
presencia de Yahveh vuestro Dios: vuestros jefes de tribu, vuestros ancianos y
vuestros escribas, todos los hombres de Israel,
Deu 29:10 con vuestros hijos y vuestras
mujeres (y también el forastero que está en tu campamento, desde tu leñador
hasta tu aguador),
Deu 29:11 a punto de entrar en la alianza de
Yahveh tu Dios, jurada con imprecación, que Yahveh tu Dios concluye hoy contigo
Deu 29:12 para hacer hoy de ti su pueblo y ser
él tu Dios como te ha dicho y como juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
Deu 29:13 Y no solamente con vosotros hago yo
hoy esta alianza y esta imprecación,
Deu 29:14 sino que la hago tanto con quien
está hoy aquí con nosotros en presencia de Yahveh nuestro Dios como con quien no
está hoy aquí con nosotros.
Deu 29:15 Pues vosotros sabéis cómo vivíamos
en Egipto, y cómo hemos pasado por las naciones por las que habéis pasado.
Deu 29:16 Habéis visto sus monstruos
abominables y los ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro que hay entre
ellos.
Deu 29:17 No haya entre vosotros hombre o
mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Yahveh vuestro Dios para
ir a servir a los dioses de esas naciones. No haya entre vosotros raíz que eche
veneno o ajenjo.
Deu 29:18 Si alguien, después de haber oído
las palabras de esta imprecación, se las promete felices en su corazón diciendo:
«Aunque me conduzca en la terquedad de mi corazón, todo me irá bien, puesto que
la abundancia de agua quitará la sed»,
Deu 29:19 Yahveh no se avendrá a perdonarle.
Porque la ira y el celo de Yahveh se encenderán contra ese hombre, toda la
imprecación escrita en este libro caerá sobre él, y Yahveh borrará su nombre de
debajo de los cielos.
Deu 29:20 Yahveh le separará de todas las
tribus de Israel, para su desgracia, conforme a todas las imprecaciones de la
alianza escrita en el libro de esta Ley.
Deu 29:21 La generación futura, vuestros hijos
que vendrán después de vosotros, así como el extranjero llegado de un país
lejano, verán las plagas de esta tierra y las enfermedades con que Yahveh la
castigará, y exclamarán:
Deu 29:22 «Azufre, sal, calcinación es su
tierra entera; no se sembrará ni germinará ni hierba alguna crecerá en ella,
como en la catástrofe de Sodoma y Gomorra, Admá y Seboyím, que Yahveh asoló en
su ira y su furor.»
Deu 29:23 Y todas las naciones preguntarán:
«¿Por qué ha tratado así Yahveh a esta tierra? ¿Por qué el ardor de tan gran
ira?»
Deu 29:24 Y se dirá: «Porque han abandonado la
alianza que Yahveh, Dios de sus padres, había concluido con ellos al sacarlos
del país de Egipto;
Deu 29:25 porque se han ido a servir a otros
dioses y se han postrado ante ellos, dioses que no conocían y que él no les
había dado en suerte.
Deu 29:26 Por eso se ha encendido la ira de
Yahveh contra este país y ha traído sobre él toda la maldición escrita en este
libro.
Deu 29:27 Yahveh los ha arrancado de su suelo
con ira, furor y gran indignación, y los ha arrojado a otro país donde hoy
están.»
Deu 29:28 Las cosas secretas pertenecen a
Yahveh nuestro Dios, pero las cosas reveladas nos atañen a nosotros y a nuestros
hijos para siempre, a fin de que pongamos en práctica todas las palabras de esta
Ley.
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Capítulo 30
30:1
Y SERA que,
cuando te sobrevinieren todas estas cosas, la bendición y la maldición que he
puesto delante de ti, y volvieres á tu corazón en medio de todas las gentes á
las cuales el Altísimo tu Dios te hubiere echado,
30:2
Y te
convirtieres á el Altísimo tu Dios, y obedecieres á su voz conforme á todo lo
que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,
30:3
el Altísimo
también volverá tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y tornará á
recogerte de todos los pueblos á los cuales te hubiere esparcido el Altísimo tu
Dios.
30:4
Si hubieres
sido arrojado hasta el cabo de los cielos, de allí te recogerá el Altísimo tu
Dios, y de allá te tomará:
30:5
Y volverte ha
el Altísimo tu Dios á la tierra que heredaron tus padres, y la poseerás; y te
hará bien, y te multiplicará más que á tus padres.
30:6
Y
circuncidará el Altísimo tu Dios tu corazón, y el corazón de tu simiente, para
que ames á el Altísimo tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, á fin de
que tú vivas.
30:7
Y pondrá el
Altísimo tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus
aborrecedores que te persiguieron.
30:8
Y tú
volverás, y oirás la voz de el Altísimo, y pondrás por obra todos sus
mandamientos, que yo te intimo hoy.
30:9
Y hacerte ha
el Altísimo tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu
vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien:
porque el Altísimo volverá á gozarse sobre ti para bien, de la manera que se
gozó sobre tus padres;
30:10
Cuando oyeres
la voz de el Altísimo tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos
escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres á el Altísimo tu Dios
con todo tu corazón y con toda tu alma.
30:11
Porque este
mandamiento que yo te intimo hoy, no te es encubierto, ni está lejos:
30:12
No está en el
cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y
nos lo representará, para que lo cumplamos?
30:13
Ni está de la
otra parte de la mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros la mar, para
que nos lo traiga y nos lo represente, á fin de que lo cumplamos?
30:14
Porque muy
cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.
30:15
Mira, yo he
puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal:
midrash las 7 puertas de la gehenna -
30:16
Porque yo te mando
hoy que ames á el Altísimo tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus
mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas
multiplicado, y el Altísimo tu Dios te bendiga en la tierra á la cual entras
para poseerla.
30:17
Mas si tu
corazón se apartare, y no oyeres, y fueres incitado, y te inclinares á dioses
ajenos, y los sirvieres;
30:18
Protéstoos
hoy que de cierto pereceréis: no tendréis largos días sobre la tierra, para ir
á la cual pasas el Jordán para poseerla.
30:19
A los cielos
y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la
vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida, porque
vivas tú y tu simiente:
30:20
Que ames á el
Altísimo tu Dios, que oigas su voz, y te allegues á él; porque él es tu vida, y
la longitud de tus días; á fin de que habites sobre la tierra que juró el
Altísimo á tus padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les había de dar.
Deu 30:1 Cuando te sucedan todas estas cosas, la
bendición y la maldición que te he propuesto, si las meditas en tu corazón en
medio de las naciones donde Yahveh tu Dios te haya arrojado,
Deu 30:2 si vuelves a Yahveh tu Dios, si
escuchas su voz en todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu
corazón y con toda tu alma,
Deu 30:3 Yahveh tu Dios cambiará tu suerte,
tendrá piedad de ti, y te reunirá de nuevo de en medio de todos los pueblos a
donde Yahveh tu Dios te haya dispersado.
Deu 30:4 Aunque tus desterrados estén en el
extremo de los cielos, de allí mismo te recogerá Yahveh tu Dios y vendrá a
buscarte;
Deu 30:5 te llevará otra vez a la tierra
poseída por tus padres, para que también tú la poseas, te hará feliz y te
multiplicará más que a tus padres.
Deu 30:6 Yahveh tu Dios circuncidará tu
corazón y el corazón de tu descendencia, a fin de que ames a Yahveh tu Dios con
todo tu corazón y con toda tu alma, para que vivas.
Deu 30:7 Yahveh tu Dios descargará todas sus
imprecaciones sobre los enemigos y adversarios que te han perseguido.
Deu 30:8 Tú volverás a escuchar la voz de
Yahveh tu Dios y pondrás en práctica todos sus mandamientos que yo te prescribo
hoy.
Deu 30:9 Yahveh tu Dios te hará prosperar en
todas tus obras, en el fruto de tus entrañas, el fruto de tu ganado y el fruto
de tu suelo. Porque de nuevo se complacerá Yahveh en tu felicidad, como se
complacía en la felicidad de tus padres,
Deu 30:10 si tú escuchas la voz de Yahveh tu
Dios guardando sus mandamientos y sus preceptos, lo que está escrito en el libro
de esta Ley, si te conviertes a Yahveh tu Dios con todo tu corazón y con toda tu
alma.
Deu 30:11 Porque estos mandamientos que yo te
prescribo hoy no son superiores a tus fuerzas, ni están fuera de tu alcance.
Deu 30:12 No están en el cielo, para que hayas
de decir: «¿Quién subirá por nosotros al cielo a buscarlos para que los oigamos
y los pongamos en práctica?»
Deu 30:13 Ni están al otro lado del mar, para
que hayas de decir: «¿Quién irá por nosotros al otro lado del mar a buscarlos
para que los oigamos y los pongamos en práctica?»
Deu 30:14 Sino que la palabra está bien cerca
de ti, está en tu boca y en tu corazón para que la pongas en práctica.
Deu 30:15 Mira, yo pongo hoy ante ti vida y
felicidad, muerte y desgracia.
Deu 30:16 Si escuchas los mandamientos de
Yahveh tu Dios que yo te prescribo hoy, si amas a Yahveh tu Dios, si sigues sus
caminos y guardas sus mandamientos, preceptos y normas, vivirás y multiplicarás;
Yahveh tu Dios te bendecirá en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en
posesión.
Deu 30:17 Pero si tu corazón se desvía y no
escuchas, si te dejas arrastrar a postrarte ante otros dioses y a darles culto,
Deu 30:18 yo os declaro hoy que pereceréis sin
remedio y que no viviréis muchos días en el suelo que vas a tomar en posesión al
pasar el Jordán.
Deu 30:19 Pongo hoy por testigos contra
vosotros al cielo y a la tierra: te pongo delante vida o muerte, bendición o
maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia,
Deu 30:20 amando Yahveh tu Dios, escuchando su
voz, viviendo unido a él; pues en eso está tu vida, así como la prolongación de
tus días mientras habites en la tierra que Yahveh juró dar a tus padres Abraham,
Isaac y Jacob.
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Capítulo 31
31:1
Y FUÉ Moisés,
y habló estas palabras á todo Israel,
31:2
Y díjoles:
edad de ciento y veinte años soy hoy día; no puedo más salir ni entrar: á más
de esto el Altísimo me ha dicho: No pasarás este Jordán.
31:3
el Altísimo
tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá estas gentes de delante de ti, y
las heredarás: Josué será el que pasará delante de ti, como el Altísimo ha
dicho.
31:4
Y hará el
Altísimo con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los Amorrheos, y con
su tierra, que los destruyó.
31:5
Y los
entregará el Altísimo delante de vosotros, y haréis con ellos conforme á todo
lo que os he mandado.
31:6
Esforzaos y
cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos: que el Altísimo tu Dios es
el que va contigo: no te dejará ni te desamparará.
31:7
Y llamó Moisés
á Josué, y díjole á vista de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú
entrarás con este pueblo á la tierra que juró el Altísimo á sus padres que les
había de dar, y tú se la harás heredar.
31:8
Y el Altísimo
es el que va delante de ti; él será contigo, no te dejará, ni te desamparará;
no temas, ni te intimides.
31:9
Y escribió
Moisés esta ley, y dióla á los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca
del pacto de el Altísimo, y á todos los ancianos de Israel.
31:10
Y mandóles
Moisés, diciendo: Al cabo del séptimo año, en el año de la remisión, en la
fiesta de las Cabañas,
31:11
Cuando
viniere todo Israel á presentarse delante de el Altísimo tu Dios en el lugar
que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel á oídos de ellos.
31:12
Harás
congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que
estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman á el Altísimo
vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley:
31:13
Y los hijos
de ellos que no supieron oigan, y aprendan á temer á el Altísimo vuestro Dios
todos los días que viviereis sobre la tierra, para ir á la cual pasáis el
Jordán para poseerla.
31:14
Y el Altísimo
dijo á Moisés: He aquí se han acercado tus días para que mueras: llama á Josué,
y esperad en el tabernáculo del testimonio, y le mandaré. Fueron pues Moisés y
Josué, y esperaron en el tabernáculo del testimonio.
31:15
Y aparecióse
el Altísimo en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se
puso sobre la puerta del tabernáculo.
31:16
Y el Altísimo
dijo á Moisés: He aquí tú vas á dormir con tus padres, y este pueblo se
levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va, en estando
en medio de ella; y me dejará, é invalidará mi pacto que he concertado con él:
31:17
Y mi furor se
encenderá contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi
rostro, y serán consumidos; y le hallarán muchos males y angustias, y dirá en
aquel día: ¿No me han hallado estos males porque no está mi Dios en medio de
mí?
31:18
Empero yo
esconderé ciertamente mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán
hecho, por haberse vuelto á dioses ajenos.
31:19
Ahora, pues,
escribíos este cántico, y enséñalo á los hijos de Israel: ponlo en boca de ellos,
para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.
31:20
Porque yo le
introduciré en la tierra que juré á sus padres, la cual fluye leche y miel; y
comerá, y se hartará, y se engordará: y volveránse á dioses ajenos, y les
servirán, y me enojarán, é invalidarán mi pacto.
31:21
Y será que
cuando le vinieren muchos males y angustias, entonces responderá en su cara
este cántico como testigo, pues no caerá en olvido de la boca de su linaje:
porque yo conozco su ingenio, y lo que hace hoy antes que le introduzca en la
tierra que juré.
31:22
Y Moisés
escribió este cántico aquel día, y enseñólo á los hijos de Israel.
31:23
Y dió orden á
Josué hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, que tú meterás los hijos de
Israel en la tierra que les juré, y yo seré contigo.
31:24
Y como acabó
Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse,
31:25
Mandó Moisés
á los Levitas que llevaban el arca del pacto de el Altísimo, diciendo:
31:26
Tomad este
libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de el Altísimo vuestro
Dios, y esté allí por testigo contra ti.
31:27
Porque yo
conozco tu rebelión, y tu cerviz dura: he aquí que aun viviendo yo hoy con
vosotros, sois rebeldes á el Altísimo; y ¿cuánto más después que yo fuere
muerto?
31:28
Congregad á
mí todos los ancianos de vuestras tribus, y á vuestros oficiales, y hablaré en
sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos los cielos y la
tierra.
31:29
Porque yo sé
que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os aparteréis del
camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por
haber hecho mal en ojos de el Altísimo, enojándole con la obra de vuestras
manos.
31:30
Entonces
habló Moisés en oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este
cántico hasta acabarlo.
Deu 31:1 Moisés acabó diciendo estas palabras a
todo Israel:
Deu 31:2 «He cumplido 120 años. Ya no puedo
salir ni entrar. Y Yahveh me ha dicho: Tú no pasarás este Jordán.
Deu 31:3 Yahveh tu Dios pasará delante de ti,
él destruirá ante ti esas naciones y las desalojará. Será Josué quien pasará
delante de ti, como ha dicho Yahveh.
Deu 31:4 Yahveh las tratará como trató a Sijón
y a Og, reyes amorreos, y a su país, a los cuales destruyó.
Deu 31:5 Yahveh os los entregará, y vosotros
los trataréis exactamente conforme a la orden que yo os he dado.
Deu 31:6 ¡Sed fuertes y valerosos!, no temáis
ni os asustéis ante ellos, porque Yahveh tu Dios marcha contigo: no te dejará ni
te abandonará.»
Deu 31:7 Después Moisés llamó a Josué y le
dijo en presencia de todo Israel: «¡Se fuerte y valeroso!, tú entrarás con este
pueblo en la tierra que Yahveh juró dar a sus padres, y tú se la darás en
posesión.
Deu 31:8 Yahveh marchará delante de ti, él
estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te asustes.»
Deu 31:9 Moisés puso esta Ley por escrito y se
la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca de la alianza de
Yahveh, así como a todos los ancianos de Israel.
Deu 31:10 Y Moisés les dio esta orden: «Cada
siete años, tiempo fijado para el año de la Remisión, en la fiesta de las
Tiendas,
Deu 31:11 cuando todo Israel acuda, para ver
el rostro de Yahveh tu Dios, al lugar elegido por él, leerás esta Ley a oídos de
todo Israel.
Deu 31:12 Congrega al pueblo, hombres, mujeres
y niños, y al forastero que vive en tus ciudades, para que oigan, aprendan a
temer a Yahveh vuestro Dios, y cuiden de poner en práctica todas las palabras de
esta Ley.
Deu 31:13 Y sus hijos, que todavía no la
conocen, la oirán y aprenderán a temer a Yahveh vuestro Dios todos los días que
viváis en el suelo que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán.»
Deu 31:14 Yahveh dijo a Moisés: «Ya se acerca
el día de tu muerte; llama a Josué y presentaos en la Tienda del Encuentro, para
que yo le dé mis órdenes.» Fue, pues, Moisés con Josué a presentarse en la
Tienda del Encuentro.
Deu 31:15 Y Yahveh se apareció en la Tienda,
en una columna de nube; la columna de nube estaba parada a la entrada de la
Tienda.
Deu 31:16 Yahveh dijo a Moisés: «He aquí que
vas a acostarte con tus padres, y este pueblo se levantará para prostituirse
yendo en pos de dioses extraños, los de la tierra en la que va a entrar. Me
abandonará y romperá mi alianza, que yo he concluido con él.
Deu 31:17 Aquel día montaré en cólera contra
él, los abandonaré y les ocultaré mi rostro. Será pasto y presa de un sinfín de
males y adversidades, de suerte que dirá aquel día: «¿No me habrán llegado estos
males porque mi Dios no está en medio de mí?»
Deu 31:18 Pero yo ocultaré mi rostro aquel
día, a causa de todo el mal que habrá hecho, yéndose en pos de otros dioses.
Deu 31:19 «Y ahora escribid para vuestro uso
el cántico siguiente; enséñaselo a los israelitas, ponlo en su boca para que
este cántico me sirva de testimonio contra los israelitas,
Deu 31:20 cuando yo les lleve a la tierra que
bajo juramento prometí a sus padres, tierra que mana leche y miel, y ellos,
después de comer hasta hartarse y engordar bien, se vuelvan hacia otros dioses,
les den culto, y a mí me desprecien y rompan mi alianza.
Deu 31:21 Y cuando les alcancen males y
adversidades sin número, este cántico dará testimonio contra él, porque no caerá
en olvido en la boca de su descendencia. Pues sé muy bien los planes que está
tramando hoy, incluso antes de haberle introducido en la tierra que le tengo
prometida bajo juramento.»
Deu 31:22 Y Moisés escribió aquel día este
cántico y se lo enseño a los israelitas.
Deu 31:23 Luego dio esta orden a Josué, hijo
de Nun: «¡Sé fuerte y valeroso!, porque tú llevarás a los israelitas a la tierra
que yo les tengo prometida bajo juramento, y yo estaré contigo.»
Deu 31:24 Cuando terminó de escribir en un
libro las palabras de esta Ley hasta el fin,
Deu 31:25 Moisés dio esta orden a los levitas
que llevaban el arca de la alianza de Yahveh:
Deu 31:26 «Tomad el libro de esta Ley. Ponedlo
al lado del arca de la alianza de Yahveh vuestro Dios. Ahí quedará como
testimonio contra ti.
Deu 31:27 Porque conozco tu rebeldía y tu dura
cerviz. Si hoy, que vivo todavía entre vosotros, sois rebeldes a Yahveh, ¡cuánto
más lo seréis después de mi muerte!»
Deu 31:28 «Congregad junto a mí a todos los
ancianos de vuestras tribus y a vuestros escribas, que voy a pronunciar a sus
oídos estas palabras, poniendo por testigos contra ellos al cielo y a la tierra.
Deu 31:29 Porque sé que después de mi muerte
no dejaréis de pervertiros; os apartaréis del camino que os he prescrito; y la
desgracia vendrá sobre vosotros en el futuro, por haber hecho lo que es malo a
los ojos de Yahveh, irritándole con vuestras obras.»
Deu 31:30 Luego, a oídos de toda la asamblea
de Israel, Moisés pronunció hasta el fin las palabras de este cántico:
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Capítulo 32
32:1
ESCUCHAD,
cielos, y hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca.
32:2
Goteará como la
lluvia mi doctrina; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna
sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba:
32:3
Porque el
nombre de el Altísimo invocaré: Engrandeced á nuestro Dios.
32:4
El es la
Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud: Dios de
verdad, y ninguna iniquidad en él: Es justo y recto.
32:5
La corrupción
no es suya: á sus hijos la mancha de ellos, Generación torcida y perversa.
32:6
¿Así pagáis á
el Altísimo, Pueblo loco é ignorante? ¿No es él tu padre que te poseyó? El te
hizo y te ha organizado.
32:7
Acuérdate de
los tiempos antiguos; Considerad los años de generación y generación: Pregunta
á tu padre, que él te declarará; A tus viejos, y ellos te dirán.
32:8
Cuando el
Altísimo hizo heredar á las gentes, Cuando hizo dividir los hijos de los
hombres, Estableció los términos de los pueblos Según el número de los hijos de
Israel.
32:9
Porque la
parte de el Altísimo es su pueblo; Jacob la cuerda de su heredad.
32:10
Hallólo en
tierra de desierto, Y en desierto horrible y yermo; Trájolo alrededor,
instruyólo, Guardólo como la niña de su ojo.
32:11
Como el
águila despierta su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los
toma, Los lleva sobre sus plumas:
32:12
el Altísimo
solo le guió, Que no hubo con él dios ajeno.
32:13
Hízolo subir
sobre las alturas de la tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que
chupase miel de la peña, Y aceite del duro pedernal;
32:14
Manteca de vacas
y leche de ovejas, Con grosura de corderos, Y carneros de Basán; también machos
de cabrío, Con grosura de riñones de trigo: Y sangre de uva bebiste, vino puro.
32:15
Y engrosó
Jeshurun, y tiró coces: Engordástete, engrosástete, cubrístete: Y dej�� al Dios
que le hizo, Y menospreció la Roca de su salud.
32:16
Despertáronle
á celos con los dioses ajenos; Ensañáronle con abominaciones.
32:17
Sacrificaron
á los diablos, no á Dios; A dioses que no habían conocido, A nuevos dioses
venidos de cerca, Que no habían temido vuestros padres.
32:18
De la Roca
que te crió te olvidaste: Te has olvidado del Dios tu criador.
32:19
Y vió lo el
Altísimo, y encendióse en ira, por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.
32:20
Y dijo:
Esconderé de ellos mi rostro, Veré cuál será su postrimería: Que son generación
de perversidades, Hijos sin fe.
32:21
Ellos me
movieron á celos con lo que no es Dios; Hiciéronme ensañar con sus vanidades:
Yo también los moveré á celos con un pueblo que no es pueblo, Con gente
insensata los haré ensañar.
32:22
Porque fuego
se encenderá en mi furor, Y arderá hasta el profundo; Y devorará la tierra y
sus frutos, Y abrasará los fundamentos de los montes.
32:23
Yo allegaré
males sobre ellos; Emplearé en ellos mis saetas.
32:24
Consumidos
serán de hambre, y comidos de fiebre ardiente Y de amarga pestilencia; Diente
de bestias enviaré también sobre ellos, Con veneno de serpiente de la tierra.
32:25
De fuera
desolará la espada, Y dentro de las cámaras el espanto: Así al mancebo como á
la doncella, Al que mama como el hombre cano.
32:26
Dije:
Echaríalos yo del mundo, Haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos,
32:27
Si no temiese
la ira del enemigo, No sea que se envanezcan sus adversarios, No sea que digan:
Nuestra mano alta Ha hecho todo esto, no el Altísimo.
32:28
Porque son
gente de perdidos consejos, Y no hay en ellos entendimiento.
32:29
¡Ojalá fueran
sabios, que comprendieran esto, Y entendieran su postrimería!
32:30
¿Cómo podría
perseguir uno á mil, Y dos harían huir á diez mil, Si su Roca no los hubiese
vendido, Y el Altísimo no los hubiera entregado?
32:31
Que la roca
de ellos no es como nuestra Roca: Y nuestros enemigos sean de ello jueces.
32:32
Porque de la
vid de Sodoma es la vid de ellos, Y de los sarmientos de Gomorra: Las uvas de
ellos son uvas ponzoñosas, Racimos muy amargos tienen.
32:33
Veneno de
dragones es su vino, Y ponzoña cruel de áspides.
32:34
¿No tengo yo
esto guardado, Sellado en mis tesoros?
32:35
Mía es la
venganza y el pago, Al tiempo que su pie vacilará; Porque el día de su
aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura.
32:36
Porque el
Altísimo juzgará á su pueblo, Y por amor de sus siervos se arrepentirá, Cuando
viere que la fuerza pereció, Y que no hay guardado, mas desamparado.
32:37
Y dirá:
¿Dónde están sus dioses, La roca en que se guarecían;
32:38
Que comían el
sebo de sus sacrificios, Bebían el vino de sus libaciones? Levántense, que os
ayuden Y os defiendan.
32:39
Ved ahora que
yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo: Yo hago morir, y yo hago vivir: Yo hiero,
y yo curo: Y no hay quien pueda librar de mi mano.
32:40
Cuando yo
alzaré á los cielos mi mano, Y diré: Vivo yo para siempre,
32:41
Si afilare mi
reluciente espada, Y mi mano arrebatare el juicio, Yo volveré la venganza á mis
enemigos, Y daré el pago á los que me aborrecen.
32:42
Embriagaré de
sangre mis saetas, Y mi espada devorará carne: En la sangre de los muertos y de
los cautivos, las cabezas, con venganzas de enemigo.
32:43
Alabad,
gentes, á su pueblo, Porque él vengará la sangre de sus siervos, Y volverá la
venganza á sus enemigos, Y expiará su tierra, á su pueblo.
32:44
Y vino
Moisés, y recitó todas las palabras de este cántico á oídos del pueblo, él, y
Josué hijo de Nun.
32:45
Y acabó
Moisés de recitar todas estas palabras á todo Israel;
32:46
Y díjoles:
Poned vuestro corazón á todas las palabras que yo os protesto hoy, para que las
mandéis á vuestros hijos, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta
ley.
32:47
Porque no os
es cosa vana, mas es vuestra vida: y por ellas haréis prolongar los días sobre
la tierra, para poseer la cual pasáis el Jordán.
32:48
Y habló el
Altísimo á Moisés aquel mismo día, diciendo:
32:49
Sube á este
monte de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab, que está en
derecho de Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad á los
hijos de Israel;
32:50
Y muere en el
monte al cual subes, y sé reunido á tus pueblos; al modo que murió Aarón tu
hermano en el monte de Hor, y fué reunido á sus pueblos:
32:51
Por cuanto
prevaricasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de la
rencilla de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio
de los hijos de Israel.
32:52
Verás por tanto
delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, á la tierra que doy á los hijos
de Israel.
Deu 32:1 Prestad oído, cielos, que hablo yo,
escuche la tierra las palabras de mi boca.
Deu 32:2 Como lluvia se derrame mi doctrina,
caiga como rocío mi palabra, como blanda lluvia sobre la hierba verde, como
aguacero sobre el césped.
Deu 32:3 Porque voy a aclamar el nombre de
Yahveh; ¡ensalzad a nuestro Dios!
Deu 32:4 El es la Roca, su obra es consumada,
pues todos sus caminos son justicia. Es Dios de la lealtad, no de perfidia, es
justo y recto.
Deu 32:5 Se han pervertido los que él engendró
sin tara, generación perversa y tortuosa.
Deu 32:6 ¿Así pagáis a Yahveh, pueblo
insensato y necio? ¿No es él tu padre, el que te creó, el que te hizo y te
fundó?
Deu 32:7 Acuérdate de los días de antaño,
considera los años de edad en edad. Interroga a tu padre, que te cuente, a tus
ancianos, que te hablen.
Deu 32:8 Cuando el Altísimo repartió las
naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los
pueblos, según el número de los hijos de Dios;
Deu 32:9 mas la porción de Yahveh fue su
pueblo, Jacob su parte de heredad.
Deu 32:10 En tierra desierta le encuentra, en
la soledad rugiente de la estepa. Y le envuelve, le sustenta, le cuida, como a
la niña de sus ojos.
Deu 32:11 Como un águila incita a su nidada,
revolotea sobre sus polluelos, así el despliega sus alas y te toma, y le lleva
sobre su plumaje.
Deu 32:12 Sólo Yahveh le guía a su destino,
con él ningún dios extranjero.
Deu 32:13 Le hace cabalgar por las alturas de
la tierra, le alimenta de los frutos del campo, le da a gustar miel de la peña,
y aceite de la dura roca,
Deu 32:14 cuajada de vacas y leche de ovejas,
con la grasa de corderos; carneros de raza de Basán, y machos cabríos, con la
flor de los granos de trigo, y por bebida la roja sangre de la uva.
Deu 32:15 Come Jacob, se sacia, engorda
Yesurún, respinga, - te has puesto grueso, rollizo, turgente -, rechaza a Dios,
su Hacedor, desprecia a la Roca, su salvación.
Deu 32:16 Le encelan con dioses extraños, le
irritan con abominaciones.
Deu 32:17 Sacrifican a demonios, no a Dios, a
dioses que ignoraban, a nuevos, recién llegados, que no veneraron vuestros
padres.
Deu 32:18 (¡Desdeñas a la Roca que te dio el
ser, olvidas al Dios que te engendró!)
Deu 32:19 Yahveh lo ha visto y, en su ira, ha
desechado a sus hijos y a sus hijas.
Deu 32:20 Ha dicho: Les voy a esconder mi
rostro, a ver en qué paran. Porque es una generación torcida, hijos sin lealtad.
Deu 32:21 Me han encelado con lo que no es
Dios, me han irritado con sus vanos ídolos; ¡pues yo también voy a encelarles
con lo que no es pueblo, con una nación fatua los irritaré!
Deu 32:22 Porque ha saltado fuego de mi ira,
que quemará hasta las honduras del seol; devorará la tierra y sus productos,
abrasará los cimientos de los montes.
Deu 32:23 Acumularé desgracias sobre ellos,
agotaré en ellos mis saetas.
Deu 32:24 Andarán extenuados de hambre,
consumidos de fiebre y mala peste. Dientes de fieras mandaré contra ellos,
veneno de reptiles.
Deu 32:25 Por fuera la espada sembrará
orfandad, y dentro reinará el espanto. Caerán a la vez joven y doncella, niño de
pecho y viejo encanecido.
Deu 32:26 He dicho: A polvo los reduciría,
borraría su recuerdo de en medio de los hombres,
Deu 32:27 si no temiera azuzar el furor del
enemigo, y que lo entiendan al revés sus adversarios, no sea que digan: «Nuestra
mano prevalece, y no es Yahveh el que hace todo esto.»
Deu 32:28 Porque es gente de consejo obtuso, y
no hay inteligencia en ellos.
Deu 32:29 Si fueran sabios, podrían
entenderlo, sabrían vislumbrar su suerte última.
Deu 32:30 Pues, ¿cómo un solo hombre puede
perseguir a mil, y dos poner en fuga a una miríada, sino porque su Roca se los
ha vendido, porque Yahveh los ha entregado?
Deu 32:31 Mas no es su roca como nuestra Roca,
y nuestros enemigos son testigos.
Deu 32:32 Porque su viña es viña de Sodoma y
de las plantaciones de Gomorra: uvas venenosas son sus uvas, racimos amargos sus
racimos;
Deu 32:33 su vino, un veneno de serpiente,
mortal ponzoña de áspid.
Deu 32:34 Pero él, ¿no está guardado junto a
mí, sellado en mis tesoros?
Deu 32:35 A mí me toca la venganza y el pago
para el momento en que su pie vacile. Porque está cerca el día de su ruina, ya
se precipita lo que les espera.
Deu 32:36 (Que va hacer Yahveh justicia al
pueblo suyo, va a apiadarse de sus siervos.) Porque verá que su fuerza se agota,
que no queda ya libre ni esclavo.
Deu 32:37 Dirá entonces: ¿Dónde están sus
dioses, roca en que buscaban su refugio,
Deu 32:38 los que comían la grasa de sus
sacrificios y bebían el vino de sus libaciones? ¡Levántense y os salven, sean
ellos vuestro amparo!
Deu 32:39 Ved ahora que yo, sólo yo soy, y que
no hay otro Dios junto a mí. Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo, y sano yo
mismo (y no hay quien libre de mi mano).
Deu 32:40 Sí, yo alzo al cielo mi mano, y
digo: Tan cierto como que vivo eternamente,
Deu 32:41 cuando afile el rayo de mi espada, y
mi mano empuñe el Juicio, tomaré venganza de mis adversarios, y daré el pago a
quienes me aborrecen.
Deu 32:42 Embriagaré de sangre mis saetas, y
mi espada se saciará de carne: sangre de muertos y cautivos, cabezas encrestadas
de enemigos.
Deu 32:43 ¡Cielos, exultad con él, y adórenle
los hijos de Dios! ¡Exultad, naciones, con su pueblo, y todos los mensajeros de
Dios narren su fuerza! Porque él vengará la sangre de sus siervos, tomará
venganza de sus adversarios, dará su pago a quienes le aborrecen y purificará el
suelo de su pueblo.
Deu 32:44 Fue Moisés y pronunció o oídos del
pueblo todas las palabras de este cántico, acompañado de Josué, hijo de Nun.
Deu 32:45 Cuando Moisés acabó de pronunciar
estas palabras a todo Israel,
Deu 32:46 les dijo: «Estad bien atentos a
todas estas palabras que hoy os doy como testimonio. Se las prescribiréis a
vuestros hijos, para que cuiden de poner en práctica todas las palabras de esta
Ley.
Deu 32:47 Porque no es una palabra vana para
vosotros, sino que es vuestra vida, y por ella prolongaréis vuestros días en el
suelo que vais a tomar en posesión al pasar el Jordán.»
Deu 32:48 Yahveh habló a Moisés aquel mismo
día y le dijo:
Deu 32:49 «Sube a esa montaña de los Abarim,
al monte Nebo que está en el país de Moab, frente a Jericó, y contempla la
tierra de Canaán que yo doy en propiedad a los israelitas.
Deu 32:50 En el monte al que vas a subir
morirás, e irás a reunirte con los tuyos, como tu hermano Aarón murió en el
monte Hor y fue a reunirse con los suyos.
Deu 32:51 Por haberme sido infiel en medio de
los israelitas, en las aguas de Meribá Cadés, en el desierto de Sin, por no
haber manifestado mi santidad en medio de los israelitas,
Deu 32:52 por eso, sólo de lejos verás la
tierra, pero no entrarás en ella, en esa tierra que yo doy a los israelitas.»
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Capítulo 33
33:1
Y ESTA es la
bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios á los hijos de Israel, antes
que muriese.
33:2
Y dijo: el
Altísimo vino de Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció del monte de
Parán, Y vino con diez mil santos: A su diestra la ley de fuego para ellos.
33:3
Aun amó los
pueblos; Todos sus santos en tu mano: Ellos también se llegaron á tus pies:
Recibieron de tus dichos.
33:4
Ley nos mandó
Moisés, Heredad á la congregación de Jacob.
33:5
Y fué rey en
Jeshurun, Cuando se congregaron las cabezas del pueblo Con las tribus de
Israel.
33:6
Viva Rubén, y
no muera; Y sean sus varones en número.
33:7
Y esta
bendición para Judá. Dijo así: Oye, oh el Altísimo, la voz de Judá, Y llévalo á
su pueblo; Sus manos le basten, Y tú seas ayuda contra sus enemigos.
33:8
Y a Leví
dijo: Tu Thummim y tu Urim, con tu buen varón Al cual tentaste en Massa, Y le
hiciste reñir en las aguas de la rencilla;
33:9
El que dijo á
su padre y á su madre: Nunca los vi: Ni conoció á sus hermanos, Ni conoció á
sus hijos: Por lo cual ellos guardarán tus palabras, Y observarán tu pacto.
33:10
Ellos
enseñarán tus juicios á Jacob, Y tu ley á Israel; Pondrán el perfume delante de
ti, Y el holocausto sobre tu altar.
33:11
Bendice, oh
el Altísimo, lo que hicieren, Y recibe con agrado la obra de sus manos: Hiere los
lomos de sus enemigos, Y de los que le aborrecieren; para que nunca se
levanten.
33:12
Y á Benjamín
dijo: El amado de el Altísimo habitará confiado cerca de él: Cubrirálo siempre,
Y entre sus hombros morará.
33:13
Y á José
dijo: Bendita de el Altísimo su tierra, Por los regalos de los cielos, por el
rocío, Y por el abismo que abajo yace,
33:14
Y por los
regalados frutos del sol, Y por los regalos de las influencias de las lunas,
33:15
Y por la
cumbre de los montes antiguos, Y por los regalos de los collados eternos,
33:16
Y por los
regalos de la tierra y su plenitud; Y la gracia del que habitó en la zarza
Venga sobre la cabeza de José, Y sobre la mollera del apartado de sus hermanos.
33:17
El es
aventajado como el primogénito de su toro, Y sus cuernos, cuernos de unicornio:
Con ellos acorneará los pueblos juntos hasta los fines de la tierra: Y estos
son los diez millares de Ephraim, Y estos los millares de Manasés.
33:18
Y á Zabulón
dijo: Alégrate, Zabulón, cuando salieres: Y tu Issachâr, en tus tiendas.
33:19
Llamarán los
pueblos al monte: Allí sacrificarán sacrificios de justicia: Por lo cual
chuparán la abundancia de los mares, Y los tesoros escondidos de la arena.
33:20
Y a Gad dijo:
Bendito el que hizo ensanchar á Gad: Como león habitará, Y arrebatará brazo y
testa.
33:21
Y él se ha
provisto de la parte primera, Porque allí una porción del legislador fuéle
reservada, Y vino en la delantera del pueblo; La justicia de el Altísimo
ejecutará, Y sus juicios con Israel.
33:22
Y á Dan dijo:
Dan, cachorro de león: Saltará desde Basán.
33:23
Y á Nephtalí
dijo: Nephtalí, saciado de benevolencia, Y lleno de la bendición de el
Altísimo, Posee el occidente y el mediodía,
33:24
Y á Aser dijo:
Bendito Aser en hijos: Agradable será á sus hermanos, Y mojará en aceite su
pie.
33:25
Hierro y
metal tu calzado, Y como tus días tu fortaleza.
33:26
No hay como
el Dios de Jeshurun, Montado sobre los cielos para tu ayuda, Y sobre las nubes
con su grandeza.
33:27
El eterno
Dios es tu refugio Y acá abajo los brazos eternos; El echará de delante de ti
al enemigo, Y dirá: Destruye.
33:28
E Israel,
fuente de Jacob, habitará confiado solo En tierra de grano y de vino: También
sus cielos destilarán rocío.
33:29
Bienaventurado
tú, oh Israel, ¿Quién como tú, Pueblo salvo por el Altísimo, Escudo de tu
socorro, Y espada de tu excelencia? Así que tus enemigos serán humillados, Y tú
hollarás sobre sus alturas.
Deu 33:1 Esta es la bendición con la que Moisés,
hombre de Dios, bendijo a los israelitas antes de morir.
Deu 33:2 Dijo: Ha venido Yahveh del Sinaí.
Para ellos desde Seír se ha levantado, ha iluminado desde el monte Parán. Con él
las miríadas de Cadés, Ley de fuego en su diestra para ellos.
Deu 33:3 Tú que amas a los antepasados, todos
los santos están en tu mano. Y ellos, postrados a tus pies, cargados están de
tus palabras.
Deu 33:4 Una Ley nos señaló Moisés herencia de
la asamblea de Jacob.
Deu 33:5 Hubo un rey en Yesurún, cuando se
congregaron los jefes del pueblo, todas juntas las tribus de Israel.
Deu 33:6 ¡Viva Rubén y nunca muera, aunque
sean pocos sus nombres!
Deu 33:7 Para Judá dijo esto: Escucha, Yahveh,
la voz de Judá y guíale hacia su pueblo. Sus manos le defenderán y tú serás su
auxilio contra sus enemigos.
Deu 33:8 Para Leví dijo: Dale a Leví tus Urim
y tus Tummim al hombre de tu agrado, a quien probaste en Massá, con quien
querellaste en las aguas de Meribá,
Deu 33:9 el que dijo de su padre y de su
madre: «No los he visto.» El que no reconoce a sus hermanos y a sus hijos
ignora. Pues guardan tu palabra, y tu alianza observan.
Deu 33:10 Ellos enseñan tus normas a Jacob y
tu Ley a Israel; ofrecen incienso ante tu rostro, y perfecto sacrificio en tu
altar.
Deu 33:11 Bendice, Yahveh, su vigor, y acepta
la obra de sus manos. Rompe los lomos a sus adversarios y a sus enemigos, que no
se levanten.
Deu 33:12 Para Benjamín dijo: Querido de
Yahveh, en seguro reposa junto a El, todos los días le protege, y entre sus
hombros mora.
Deu 33:13 Para José dijo: Su tierra es bendita
de Yahveh; para él lo mejor de los cielos: el rocío, y del abismo que reposa
abajo;
Deu 33:14 lo mejor de los frutos del sol, de
lo que brota a cada luna,
Deu 33:15 las primicias de los montes
antiguos, lo mejor de los collados eternos,
Deu 33:16 lo mejor de la tierra y cuanto
contiene, y el favor del que mora en la Zarza: ¡caiga sobre la cabeza de José,
sobre la frente del elegido entre sus hermanos!
Deu 33:17 Primogénito del toro, a él la
gloria, cuernos de búfalo sus cuernos; con ellos acornea a los pueblos todos
juntos hasta los confines de la tierra. Tales son las miríadas de Efraím, tales
los millares de Manasés.
Deu 33:18 Para Zabulón dijo: Regocíjate,
Zabulón, en tus empresas, y tú, Isacar, en tus tiendas.
Deu 33:19 Convocarás a los pueblos en el
monte, ofrecerán sacrificios de justicia, pues gustarán la abundancia de los
mares, y los tesoros ocultos en la arena.
Deu 33:20 Para Gad dijo: ¡Bendito el que
ensanchó a Gad! Echado está como leona; ha desgarrado un brazo, y hasta una
cabeza;
Deu 33:21 se quedó con las primicias, pues
allí la porción de jefe le estaba reservada, y ha venido a la cabeza del pueblo:
ha cumplido la justicia de Yahveh, y sus juicios con Israel.
Deu 33:22 Para Dan dijo: Dan es un cachorro de
león, que se lanza desde Basán.
Deu 33:23 Para Neftalí dijo: Neftalí, saciado
de favor, colmado de la bendición de Yahveh, Oeste y Mediodía son su posesión.
Deu 33:24 Para Aser dijo: ¡Bendito Aser entre
los hijos! Sea el favorito entre sus hermanos, y bañe su pie en aceite.
Deu 33:25 Sea tu cerrojo de hierro y de
bronce, y tu fuerza tan larga como tus días.
Deu 33:26 Nadie como el Dios de Yesurún. que
cabalga los cielos en tu auxilio, y las nubes, en su majestad.
Deu 33:27 El Dios de antaño es tu refugio,
estás debajo de los brazos eternos. El expulsa ante ti al enemigo, y dice:
¡Destruye!
Deu 33:28 Israel mora en seguro; la fuente de
Jacob aparte brota para un país de trigo y vino; hasta sus cielos el rocío
destilan.
Deu 33:29 Dichoso tú, Israel, ¿quién como tú,
pueblo salvado por Yahveh, cuyo escudo es tu auxilio, cuya espada es tu
esplendor? Tus enemigos tratarán de engañarte, pero tú hollarás sus espaldas.
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Capítulo 34
34:1
Y SUBIÓ
Moisés de los campos de Moab al monte de Nebo, á la cumbre de Pisga, que está
enfrente de Jericó: y mostróle el Altísimo toda la tierra de Galaad hasta Dan,
34:2
Y á todo
Nephtalí, y la tierra de Ephraim y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta la
mar postrera;
34:3
Y la parte
meridional, y la campiña, la vega de Jericó, ciudad de las palmas, hasta Soar.
34:4
Y díjole el
Altísimo: Esta es la tierra de que juré á Abraham, á Isaac, y á Jacob,
diciendo: A tu simiente la daré. Hétela hecho ver con tus ojos, mas no pasarás
allá.
34:5
Y murió allí
Moisés siervo de el Altísimo, en la tierra de Moab, conforme al dicho de el
Altísimo.
34:6
Y enterrólo
en el valle, en tierra de Moab, enfrente de Bethpeor; y ninguno sabe su sepulcro
hasta hoy.
34:7
Y era Moisés
de edad de ciento y veinte años cuando murió: sus ojos nunca se oscurecieron,
ni perdió su vigor.
34:8
Y lloraron
los hijos de Israel á Moisés en los campos de Moab treinta días: Y así se
cumplieron los días del lloro del luto de Moisés.
34:9
Y Josué hijo
de Nun fué lleno de espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos
sobre él: y los hijos de Israel le obedecieron, é hicieron como el Altísimo
mandó á Moisés.
34:10
Y nunca más
se levantó profeta en Israel como Moisés, á quien haya conocido el Altísimo
cara á cara;
34:11
En todas las
señales y prodigios que le envió el Altísimo á hacer en tierra de Egipto á
Faraón, y á todos sus siervos, y á toda su tierra;
34:12
Y en toda
aquella mano esforzada, y en todo el espanto grande que causó Moisés á ojos de
todo Israel.
Deu 34:1 Moisés subió de las Estepas de Moab al monte Nebo, cumbre del
Pisgá, frente a Jericó, y Yahveh le mostró la tierra entera: Galaad hasta
Dan,
Deu 34:2 todo Neftalí, la tierra de Efraím y de Manasés, toda la tierra de
Judá, hasta el mar Occidental,
Deu 34:3 el Négueb, la vega del valle de Jericó, ciudad de las palmeras,
hasta Soar.
Deu 34:4 Y Yahveh le dijo: «Esta es la tierra que bajo juramento prometí a
Abraham, Isaac y Jacob, diciendo: A tu descendencia se la daré. Te dejo
verla con tus ojos, pero no pasarás a ella.»
Deu 34:5 Allí murió Moisés, servidor de Yahveh, en el país de Moab, como
había dispuesto Yahveh.
Deu 34:6 Le enterró en el Valle, en el País de Moab, frente a Bet Peor.
Nadie hasta hoy ha conocido su tumba.
Deu 34:7 Tenía Moisés 120 años cuando murió; y no se había apagado su ojo ni
se había perdido su vigor.
Deu 34:8 Los israelitas lloraron a Moisés treinta días en las Estepas de
Moab; cumplieron así los días de llanto por el duelo de Moisés.
Deu 34:9 Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque
Moisés le había impuesto las manos. A él obedecieron los israelitas,
cumpliendo la orden que Yahveh había dado a Moisés.
Deu 34:10 No ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien
Yahveh trataba cara a cara,
Deu 34:11 nadie como él en todas las señales y prodigios que Yahveh le envió
a realizar en el país de Egipto, contra Faraón, todos sus siervos y todo su
país,
Deu 34:12 y en la mano tan fuerte y el gran terror que Moisés puso por obra
a los ojos de todo Israel.
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