Supersticiones de los que no tienen fe en Dios pero quieren creer en algo para sentirse seguros
Páginas relacionadas
vea: entretenimiento.co.msn.com
En las culturas
occidentales, los gatos negros son vistos como augurio de mala suerte. Se
los asocian a brujas y en muchas culturas se cree que si un gato negro se
cruza en tu camino es señal de desastre o hasta de muerte. Los apostadores
temen especialmente la maldición del gato negro; muchos al cruzarse con uno
de ellos camino al casino abandonan su plan.
No obstante, no todas son malas noticias para los gatos negros: en algunas
culturas, entre ellas Japón, Gran Bretaña e Irlanda vale lo contrario, son
vistos como portadores de buena suerte.
Los actores suelen ser
supersticiosos y en ningún otra obra de teatro esto se hace más palpable que
en Macbeth de Shakespeare (ver arriba a Ian McKellen y Judi Dench en una
producción de la obra de 1976). La creencia sostiene que decir 'Macbeth' en
una sala de teatro -- afuera o en la misma representación de la obra --
traerá infortunios a la producción, por lo que los actores se refieren a
ella simplemente como 'The Scottish Play' o 'La obra escocesa'. Se dice que
diversas producciones de Macbeth atrajeron el desastre desde la primera
representación: la leyenda cuenta de un actor principal asesinado con una
daga real, utilizada en lugar de una de utilería.
La otra superstición bien conocida en el medio actoral es que desear a
alguien 'buena suerte' antes de subir al escenario le ocasionará el destino
opuesto, de modo que los actores se desean entre sí 'romperse una pierna',
en el supuesto que desear mala suerte puede provocar lo contrario. El origen
exacto de esta superstición no es claro pero se piensa que nació en los años
'20 del siglo XX.
Colocar esculturas con formas de figuras o máscaras en el exterior de un edificio podría parecer sin sentido, pero la frecuencia con la que aparecen, desde los 'Hunky Punks' y las algo obscenas 'Sheela na Gig' de Irlanda y el Reino Unido hasta las reales gárgolas de la Catedral de Notre Dame en Paris como la que se muestra arriba, prueban lo contrario. Estas últimas son un recuerdo de que satanás y los demonios son realidades espirituales reales. Evidentemente el satanismo como tal es una superstición muy peligrosa. Técnicamente, son formas de magia apotropaica, una forma de aventar al demonio. Las verdaderas gárgolas sirven a otro propósito, mucho más práctico: sus bocas son el extremo de un ducto que canaliza el agua de lluvia de los techos de las iglesias.
La mano del muerto es una jugada de póquer con un par de ochos y un par de ases, ambos negros, más una quinta carta no especificada. Es considerada una mano de póquer funesta, pese a ser, de hecho, una mano bastante buena. ¿Por qué? Según la leyenda, esa era la mano que recibió 'Wild Bill' Hickok, famoso agente del orden y pistolero del lejano oeste, cuando fue asesinado mientras jugaba póquer en Deadwood en 1876. Hay pocas evidencias de la veracidad de la historia -- ningún relato de contemporáneos dice qué cartas tenía el muerto en sus manos -- pero eso no ha detenido la creencia de los supersticiosos apostadores. Si alguna vez observas a un personaje de una película recibir esta mano, existe una buena posibilidad de que encuentre su fin en la historia muy pronto.
Cruzar los dedos como deseo de buena suerte (o, en secreto, para evitar cumplir una promesa) es algo común en todo el mundo, aunque su origen no es claro. Parece más utilizado en países cristianos, sugiriendo que está relacionado con el signo de la cruz. No obstante, otros sugieren que puede ser un antiguo gesto pagano o nórdico, o posiblemente una superstición creada por los arqueros durante la Guerra de los cien años entre Inglaterra y Francia (los arqueros echaban hacia atrás el arco con sus dos dedos principales).
Es conocida la superstición de que la rotura de un espejo generará siete años de mala suerte. Se piensa que está creencia se basa en la idea de que un espejo captura parte de tu alma. De modo que si un espejo se rompe, parte de tu alma se rompe también. Esta es la razón por la que en algunas culturas se cubren espejos y superficies reflectantes cuando alguien muere: es para permitir que el alma deje el lugar sin quedar atrapado en un espejo.
La creencia de que un
roedor grande puede servir para predecir la altura del año (si ve su propia
sombra estamos al inicio de la primavera; si no, quedan aún seis semanas más
de invierno) parece ridícula. Aunque sigue siendo extremadamente popular en
los EE.UU. y Canadá, más aún desde que una de las más famosas, la marmota
Phil de Punxsutawney, Pennsylvania, fue inmortalizada en la película del
mismo nombre. La tradición de predecir la llegada de ciertas fechas por la
sombra de animales se remonta a una vieja tradición germana sobre el Día de
la Candelaria, traída a América por inmigrantes alemanes.
Pero, ¿qué tan bueno es el registro meteorológico de la marmota Phil de
Punxsutawney? Bastante malo, por cierto. De acuerdo con el Stormfax Weather
Almanac que siguió el registro por más de un siglo, solo ha acertado el 39%
de las veces.
Es una vieja
superstición creer que derramar sal es un mal presagio. Se dice que se
remonta a la tradición cristiana: Judas Iscariote habría derramado sal
durante la última cena, poco antes de traicionar a Jesús. De hecho, sus
orígenes son probablemente mucho más prácticos: hasta hace poco, la sal era
cara, de modo que derramarla era realmente signo de mala suerte. Era también
utilizado como signo de amistad y hospitalidad: derramar la sal ofrecida por
tu anfitrión era un mal signo.
Como en el caso de los gatos negros, derramar sal puede servir en ambos
sentidos. Otra creencia popular sostiene que arrojarse una pizca de sal
sobre el hombro izquierdo trae buena fortuna y te resguarda del demonio.
Hexacosioihexecontahexafobia es, técnicamente, el nombre del miedo al número
666, otrora conocido como el número de la bestia. Esta superstición proviene
sin lugar a dudas de la cristiandad: el número es citado como representativo
de Satanás en el Libro Bíblico de las Revelaciones. Ha ganado popularidad
por aparecer en películas como 'La Profecía' (arriba) y fue tomado tan
seriamente por el ex Presidente de los EE.UU. Ronald Reagan, que cuando se
mudó a una casa particular al finalizar su presidencia cambió el número de
ese domicilio, 666, por el 668.
No obstante, parece que todos estuvieron equivocados: en 2005 un grupo de
estudiosos anunció el descubrimiento de evidencias de que ese número era el
616, y no el 666...
Muchos consideran que caminar debajo de una escalera trae mala suerte. A pesar de algunas teorías que sugieren que esto tiene que ver con que el triángulo formado por una escalera que representa la sagrada trinidad cristiana, la explicación más probable es mucho más simple y obvia: pasar debajo de una escalera es bastante peligroso. Es solo una recomendación sobre salud y seguridad vestida de superstición.
Una cadena de cartas es una costumbre antigua que data al menos de 1888. En una carta se le pide al destinatario que haga copias de ella y las distribuya, advirtiendo a veces de algún terrible hecho que puede sobrevenirle si no cumple (a veces se mencionan hechos terribles sucedidos a quienes no la reenviaron). La llegada del correo electrónico y las redes sociales -- que han facilitado el envío de mensajes -- no han hecho más que aumentar la popularidad de estas cadenas. Mientras que muchas son triquiñuelas para hacer dinero, los motivos detrás de las más supersticiosas no están claros, más allá del simple deseo de ver hasta dónde se puede llegar.
La mariposa nocturna
Bruja negra (Ascalaphaodorata) es vista como anuncio de muerte e infortunio
en creencias del Caribe y de Centro y Sud América. En México se cree que si
en la casa de un enfermo vuela una de estas mariposas, la muerte está cerca.
En Jamaica, donde es conocida como 'falso murciélago', se piensa que es un
alma en pena que trae mala suerte. Aunque esta mariposa se destaca por su
halo supersticioso, no está sola: en las culturas centroamericanas se han
asociado a la muerte todo tipo de mariposas nocturnas.
La Bruja negra fue presentada de forma horripilante en la novela 'El
silencio de los inocentes', pero fue reemplazada por la mariposa Cabeza de
muerte en la versión filmada, quizás porque luce más terrorífica
La creencia de que el número 13 trae mala suerte está tan difundida que sus orígenes se confunden. Diferentes teorías la vinculan con una tradición cristiana (nuevamente relacionada con la última cena, donde Judas habría estado sentado en el decimotercer lugar de la mesa); una tradición vikinga (el dios embaucador Loki sería el decimotercer dios) y el zodíaco persa (en el cual hay doce signos dejando el número trece para representar el caos). El miedo concreto a los viernes 13 se remonta al siglo XIX, combinando dos supersticiones: el miedo al número 13 y la creencia de que los viernes son días de infortunio