¿Por qué existen dos Credos?
Consulta
¿Por qué existen dos Credos, uno corto y otro largo?
Respuesta
Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó su fe en formulas
breves y normativas para todos, quiso recoger lo esencial de su fe en resúmenes
orgánicos y articulados destinado sobre todo a los candidatos al bautismo. Esta
síntesis de fe no ha sido hecha según opiniones humanas, sino que se ha tomado
de toda la Escritura lo más importante, para dar en su integridad la única
enseńanza de la fe.
A
esto se le llama "profesión de fe", y también se le llama Credo, ya
que la primera palabra en ella es "Creo". Se les denomina igualmente
"símbolos de la fe".
A
lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de diferentes épocas, se
han elaborado numerosos símbolos de nuestra fe, por ejemplo:
Los
símbolos de las diferentes Iglesias apostólicas y antiguas.
El
llamado símbolo de San Atanasio
La
profesión de fe de ciertos Concilios como los de Toledo, Letran, Lyón, Trento,
o de ciertos Papas como la "Fides Damasi" o "El credo del pueblo
de Dios, del Papa Pablo VI"
Ninguno de estos símbolos compuestos en diferentes etapas de la vida de la Iglesia puede ser considerado como superado o inútil. Nos ayudan a captar nuestra fe a través de los diversos resúmenes que se han hecho.
Ahora
pasamos a contestar su pregunta, sobre el por qué de los dos que usted conoce y su
diferencia:
Entre
los símbolos de la fe dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la
Iglesia, estos son: El símbolo de los Apóstoles y el Símbolo de
Nicea-Constantinopla.
El
Credo de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles, es el corto, es llamado de
los apóstoles por que es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe
de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia Romana. Su gran
autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que guarda la Iglesia Romana,
la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó a
la doctrina común.
El Credo de Nicea-Constantinopla, es el largo que rezamos los
domingos en la Misa, debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos
primeros Concilios ecuménicos, como su nombre lo indica respectivamente Concilio
de Nicea ańo 325 y el Concilio de Constantinopla ańo 381. Sigue
siendo hoy el símbolo común de todas las Iglesias de Oriente y Occidente.