Un nombre para el niño que ha muerto antes de nacer
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QUERIDOS MISIONEROS DEL SAGRADO CORAZÓN:
Les escribo por que el pasado día 18 del mes de febrero del presente año
perdí a mi bebé de tan solo tres meses de gestación y yo quisiera mandarle a
hacer una misa, pero, mi esposo se opone por que dice que el no tenia nombre
pues ni siquiera nació, a lo que yo le respondo que podemos darle un nombre
pero, el no quiere por que dice que ni siquiera nació.
Yo pienso que mi bebé merece un nombre por que aunque no nació ya era una
personita con alma, por favor ¡ayúdenme!!! Díganme si puedo darle un nombre
y hacerle una misa.
De antemano les doy las gracias y espero con ansia su respuesta ¡por favor
contéstenme!!
Que Dios nuestro Señor los bendiga.
Respuesta
Estimada hermana en Cristo.
Que la paz del Señor esté en su corazón.
Hemos pedido a la Nuestra Señora del Sagrado Corazón que ella consiga de su
Hijo, a quien vio morir en la cruz, el consuelo que sólo puede darnos la fe
en la resurrección.
Créalo firmemente que su niño está en el cielo en la presencia de Dios
agradecido porque le han dado la existencia para que pueda disfrutarla
eternamente en cielo. La invitamos que lea la respuesta que hemos dado en
otro lugar.
Para darle a un respuesta a su preocupación concreta queremos exponerlo lo
que sigue. El niño merece un nombre, ciertamente. Su nombre está escrito en
el libro de la vida porque tiene vida eterna. Es un nombre que le ha dado
Dios mismo. Esto no impide que usted le añada otro para poder llamarlo de
alguna manera. ¿Por qué no escoge un nombre que sea a la vez para niño y
niña porque no sabe usted su sexo, como por ejemplo María José? ¿Reza usted
a su ángel de la guarda? Pues tiene nombre que Dios le ha dado. De la misma
manera puede usted rezar a su niño para que interceda por ustedes, los cuide
desde la presencia de Dios.
Respecto a la Misa, mire, la Iglesia no celebra misas POR los niños que han
muerto. ¿Sabe por qué? Estos niños no han cometido pecado alguno. Se reza
más bien para que nosotros podamos, algún día, compartir con ellos la vida
eterna dando gracias por el don de la vida eterna. Esto vale también para su
niño.
Antes de la reforma litúrgica solíamos celebrar en latín la Misa "de
angelis" significando que el niño estaba en el cielo con los ángeles y los
santos. ¿Por qué no encarga una Misa de Acción de Gracias? ¿Agradecer por
qué? Porque el amor de Dios y el de ustedes dos le ha dado vida a este niño,
porque Dios lo ha acogido junto a sí. Este niño los espera en la alegría del
cielo y estará viendo por ustedes día y noche porque los ama "en el Señor"
que es Amor. Si tiene algo de fe en la resurrección y si ha experimentado el
amor de Dios de alguna manera, la sensación de pérdida se convertirá en una
sensación de presencia en la fe. No estamos hablando de sensaciones ni de
sentimientos. Estamos hablando de la presencia de la realidad divina
perceptible sólo a la fe.
En cuanto a su esposo, no esté molesta con él. Los varones somos a veces
demasiado prácticos y ni siquiera podemos sospechar lo que siente una madre.
Encima de ello, no sabemos muchas veces como manejar el luto de una pérdida
sentida y preferimos que no se hable más del asunto para no tener que sufrir
más. Del otro lado el varón le ayuda a la mujer de no "ahogarse en las
penas". Lo que la mujer percibe como insensibilidad masculina no es muchas
veces nada más que cierta mesura frente al océano la emoción desbordante de
la mujer y es una ayuda para ayudarle volver a la realidad donde todo tiene
su mesura y su proporción. Así el hombre y la mujer se auxilian mutuamente a
vivir la vida... y la muerte.
Con todo le exhortamos a que la fe en el amor de Dios le haga volver a la
vida de todos los días. Rezamos que el Espíritu le permita repetir la
oración de Job que todo lo había perdido y cuya mujer le había dicho:
"Maldice a Dios y muérete".
¿Se acuerda cómo contestó? "El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. Sea
bendito el Nombre del Señor".
Que Dios los bendiga a los dos. Se lo desean y por ello rezan los
Misioneros del Sagrado Corazón en el Perú
PD. Nosotros le hemos pedido a su niño: "Por favor, ayúdanos a escribir lo
que conviene en la presencia de Dios". ¿Le parece que nos ha ayudado?
También le hemos pedido que interceda ante Dios para que consuele a sus
padres.