Castigo o Corrección
Consulta:
¿Porqué Dios castiga tanto a la gente? ¿Es por los pecados? ¿Y los niños
inocentes?
Respuesta
Es verdad, muchas tragedias son muy difíciles de asimilar. Y que personas
malas hagan sufrir a personas buenas ¿lo achacamos a Dios? De que sufran los
malvados, eso nos parece bien, porque se lo merecen. Pero ¿cómo explicar de
cara a un Dios de amor los sufrimientos de los inocentes?
No podemos dar una respuesta a la última pregunta porque esto sólo lo puede
hacer Dios mismo. Sin embargo, miremos a su Hijo hecho hombre. Su vida
debería ser para nosotros un paradigma de cómo el creyente vive ante el
designio de Dios. Jesús ha estado frente a la muerte y ha pedido a su Padre
de no tener que beber el cáliz del sufrimiento. Pero su súplica termina con:
"No se haga mi voluntad sino la tuya". Dios no ha perdonado a su propio hijo
porque quiso salvarnos. Esto nos hace vislumbrar la posibilidad que el
sufrimiento de los inocentes debe tener un sentido de parte de Dios.
Por lo demás, Dios es un Padre que ama a sus hijos. ¿Y qué padre no corrige
a sus hijos? Gran parte del sufrimiento en nuestra vida se debe de un lado a
nuestros pecados y errores y del otro a la corrección amorosa de Dios para
con nosotros. Lea con calma las citas que ofrecemos.
LA CORRECCIÓN DE DIOS (Hb 12,5-13)
LA CORRECCIÓN DE DIOS SIRVE PARA LLEGAR A LA SANTIDAD
LA CORRECCIÓN DE DIOS DE MOMENTO NO ES AGRADABLE
LA CORRECCIÓN DE DIOS LUEGO PRODUCE FRUTO
LA CORRECCIÓN DE DIOS SIRVE PARA LLEGAR A LA SANTIDAD
"Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes
promesas para que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina
huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia" (2 Tes
1,4)
"No desdeñes, hijo mío, las enseñanzas del Señor, no te dé fastidio su
reprensión, porque el Señor reprende al que ama, como un padre al hijo
querido" (Prov 3,11-12).
"¡Oh sí! Feliz el hombre a quien corrige Dios. No desprecies, pues, la
lección de EL Sadday" (Job 5,17)
"A los que amo, los reprendo y corrijo. Sé, pues, ferviente y arrepiéntete"
(Apc 3,19).
"Si nos juzgásemos a nosotros mismos no seríamos juzgados. Mas al ser
castigados somos corregidos por el Señor para que no seamos condenados con
el mundo" (1 Cor 11, 32-33.)
"Date, pues, cuenta que el Señor‚ tu Dios te corrige como un hombre corrige
a su hijo y guarda los mandamientos del Señor‚ tu Dios siguiendo sus caminos
y temiéndole" (Dt 8, 5-6).
LA CORRECCIÓN DE DIOS DE MOMENTO NO ES AGRADABLE
"En efecto, la tristeza según Dios produce firme arrepentimiento para la
salvación, mas la tristeza del mundo produce la muerte" (2 Cor 7-10).
"En verdad en verdad les digo, que llorarán y se lamentarán pero su tristeza
se convertirá en gozo" (Jn 16,20).
"Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron
de ver al Señor" (Jn 20,20).
LA CORRECCIÓN DE DIOS LUEGO PRODUCE FRUTO
"Que al cansado le da vigor y al que no tiene fuerza la energía le
acrecienta" ( Is 40,29).
"El cual a cada cual dará según sus obras: a los que, por la perseverancia
en el bien busquen .... la gloria, honor e inmortalidad; mas a los rebeldes,
indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia: cólera e indignación" (Rm
2, 7-8)
"Por lo cual rebosando de gozo aunque sea preciso que todavía, por algún
tiempo, sean afligidos de diversas pruebas a fin de que la calidad probada
de su fe m s precioso que el oro perecedero que es probado por el fuego, se
convierta en motivo de alabanza de gloria y honor, en la revelación de
Jesucristo" (1 Pe 1,6-7).
"Consideren, hermanos, como un gran gozo, el estar rodeados por toda clase
de pruebas, sabiendo que la calidad probada de su fe produce la paciencia en
el sufrimiento" (Stgo 1, 2-3).
"Pues cuando sufrieron su prueba, si bien con misericordia corregidos,
conocieron como los impíos, juzgados con cólera, eran torturados, pues a
ellos los habías probado como padre que amonesta, pero a los otros, los
habías castigado como rey severo que condena" (Sb 11, 9-10).
"Yo seré para él Padre y él será para mí hijo. Si hace mal le castigaré con
vara de hombres y con golpes de hombres" (2 Sam 7,14).