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Domingo 4 de Adviento C: Catequesis preparatoria para niños para poder acoger la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical

 

Páginas relacionadas

 

 

2.1 Catequesis I: Jesús es un amigo de confianza

2.2 Catequesis II: Dios se hizo hombre

2.3 Catequesis III: El regalo más bello

 

 

¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
La Palabra de Dios y yo - cómo acogerla
Falta un dedo: Celebrarla

 

 

1. Pasajes del Domingo

1.1 Primera Lectura: Miqueas 5, 2- 5ª

1.2 Segunda Lectura: Carta a los Hebreos 10, 5, 1-10

1.3 Evangelio: Lucas 1, 39-45

 

2. Catequesis

2.1 Catequesis I: Jesús es un amigo de confianza

2.1.1 Meta

Es muy interesante establecer y mantener viva la fe en la venida del  Señor especialmente en la fiesta de Navidad. De esta manera la celebración navideña se convierte en un sagrado ejercicio para la parusía, la venida del Señor con gloria y majestad.

2.1.2 La Catequesis

Fiel hasta la muerte

Existe una leyenda de la antigüedad que cuenta de un noble muy importante que fue tomado prisionero por su enemigo. Este, para vengarse, decidió matar al noble. El noble le suplicó que le diera la oportunidad de poder despedirse de su esposa y arreglar sus asuntos antes de morir. Pero el enemigo se lo concedió sólo cuando el amigo íntimo del noble se ofreció quedar lugar del noble.

El rey enemigo le concedió 15 días.  Pasados estos quince días el amigo moriría indefectiblemente. El día 14 aún no había vuelto. Amaneció el día 15 y llevaron al amigo al suplicio.  El rey enemigo se burló diciendo: “Tu amigo te ha engañado; te dejar morir en su lugar, cosa que siempre creí que iría suceder  de esta manera”. Pero el amigo contestó: “¡Si no ha muerto, vendrá! Tengo fe en su promesa, en su amistad.

Estaba ya todo preparado para el suplicio del amigo que se aprestaba a morir, cuando vieron acercarse un grupo de hombres que cargaban una camilla. Era el noble que había sido atacado en el camino y, apenas recobró los sentidos, se hizo transportar en camilla aunque tenía fiebre y varias costillas rotas.

¿A ustedes les gustaría  tener un amigo así, de quien  uno se puede fiar?... (Por supuesto). Un amigo en cuya palabra uno puede hasta apostar la vida, es algo maravilloso.

María se fió

En el evangelio de hoy hemos escuchado que María entra en la casa de su primer. ¿Cómo se llama ella?... (Isabel). ¿Qué le dice Isabel a María? Sólo la última frase. Si no recuerdan que vaya una rápidamente donde la Biblia (el leccionario) y lea la última frase de lo que dijo Isabel a María. ¿Qué dijo?... (Feliz  la que has creído, porque en ti se cumplirá lo que te ha prometido el Señor). ¿Se acuerdan de lo que dijo el ángel a María? ¿Cuál era la promesa?... (Que iba a ser madre de Dios). La Virgen María hubiera podido  decir: “Vamos a ver si es cierto. Esperará hasta ver bien lo que pasa y después iré a visitar a mi prima”. Pero no fue así. El ángel le había dicho también que Isabel iba a tener un bebé. ¿Qué hizo la virgen María? ¿Esperó hasta constatar si era cierto lo que le había prometido el Señor por medio del ángel esperando que naciera Jesús?... (No. Se marchó en seguida al pueblo de Isabel. ¿En aquel entonces había autos, o tres o aviones?... (No). Desde Nazaret es un viaje de 3 días a pie.

El anuncio continúa

¿Saben ustedes cómo se llamaría el hijo de la prima Isabel?... (Juan Bautista). San Juan Bautista de grande tenía una tarea muy importante. Dios le había encargado  que anuncie a ¿?... (Jesús). Y esto lo hizo también antes de nacer. Isabel lo cuenta: “Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi vientre”. E Isabel se da cuenta que María es la Madre de Dios.

Nuestro amigo nos ha prometido algo.

Nosotros tenemos un amigo del cual podemos fiarnos hasta la muerte. ¿Quién es?... (Jesús). Él nos ha prometido que va a volver. ¿Cuándo será esto?... (Al fin del mundo). Exacto. Mientras tanto él quiere que nosotros colaboremos con su obra. ¿Qué cosas ha hecho Jesús mientras estaba en la tierra?... (Milagros, enseñar, orar, ayudar, etc.). ¿Cuáles de estas cosas podemos hacer nosotros?... (Enseñar, ayudar, etc.).

Jesús no solamente ha prometido que volverá por nosotros. Escuchen lo que dice en la Biblia: “Yo estaré todos los días con ustedes hasta el fin de los tiempos” (Mt 28, 20). Y en otro lugar dice: “El que me ama guarda mis mandamientos, mi Padre lo amará y vendremos a él y tomaremos morada en él” (Jn 14, 23). ¿Ustedes aman a Jesús?... (Sí), ¿Ustedes guardan sus mandamientos?... (Sí). ¿Ustedes creen que Jesús está con nosotros todos los días hasta el fin del mundo?... (Sí). ¿Tenemos, por lo  tanto, fe en las promesas de Jesús?... (Sí).

Obrar fiándose de la Palabra

Una niña fue despertada bruscamente por su mamá, muy de madrugada. Estaba aún oscuro. La mamá le dijo: “¡Escucha, hija! Tengo que salir y volveré a la 5 de la tarde. Hazme el favor, limpia bien la casa y apaga la lavadora para que no se malogre”. La niño dijo que sí y se durmió otra vez. Al despertar no encontró a su mamá pero recordó muy bien lo que le había dicho. ¿Cómo muestra la hija su confianza en la palabra de su mamá que volverá aunque no la puede ver?... (Limpiando la casa y apagando la lavadora).

¿Cómo podemos nosotros demostrar nuestra confianza en la palabra de Jesús? ¿Podemos limpiar la casa, es decir, la morada en la cual toma su morada el Padre Dios? ¿Cuál es esa casa?... (Nuestro corazón). ¿Cómo podemos limpiar?... (Confesar, pidiendo perdón, haciendo bien las cosas). Además ¿qué otras cosas podemos hacer para ayudar a Jesús que él hizo cuando estaba en la tierra?... (Enseñar, orar, ayudar). Ahora vamos a hacer un silencio y cada uno piensa un ratito qué cosas va a hacer durante esta semana para limpiar la casa y para colaborar con Jesús…

 

2.2 Catequesis II: Dios se hizo hombre

2.2.1 Meta

Hay personas que es preferible “aterrizar” cuando se  habla de Jesús. Tan es así que a veces parece que no hay mucha atención que prestar a su divinidad. De acuerdo, algunos presentan a Jesús como si flotara 10 centímetros por encima del suelo para que no toque el polvo. Queremos anunciar  la “humillación” del Hijo de Dios que se ha hecho hombre semejante a nosotros en todo, menos en el pecado. Este anuncio pierda fuerza cuando no hacemos suficiente alusión a la enorme distancia que existe entre Dios y el hombre. Trataremos de ser fieles y anunciar las dos dimensiones de Jesús, Dios y hombre.

2.2. 2 La Catequesis

El Hijo del Rey

Había una vez un hijo de rey que vivía en un enorme castillo. Miraba por la ventana y vio como los niños jugaban. Lo que no le gustó fue que hacían trampas, peleaban y mentían mientras jugaban. Esto le daba mucha pena.  Bajó a la calle para acercarse a los niños. Pero estos se asustaban  a causa de su vestimenta esplendorosa: corona, capa, sandalias de oro, etc. En lugar de jugar con el hijo del rey se escapaban. Al hijo del rey le vino una idea. Se quitó la corona, las sandalias y la capa y se puso vestidos ordinarios. Al bajar  a la calle nadie se asustaba. Lo niños lo invitaron a jugar con ellos. Poco a poco les enseñó lindos juegos, a jugar sin pelear, sin trampas, sin ponerse de mal humor cuando uno perdía. Cuando el hijo del rey tenía que ir a vivir en otro país los niños se pusieron muy tristes. Sin embargo, ellos seguían jugado como él les había enseñado. (Si hay tiempo, se repite el cuento y los niños hacen la mímica)

Cristo vino jugar con nosotros

Imagínense que Dios viniera con su majestad y gloria, con rayos y truenos como lo hizo en el monte Sinaí.  Nos escaparíamos asustados. Por eso el Hijo de Dios, al venir a esta tierra, ha hecho algo muy especial. El Hijo de Dios se ha hecho ¿?... (Hombre). Ha escogido una madre como la tenemos nosotros. ¿Cómo se llama?... (María). Como un vestido humilde se ha puesto nuestro cuerpo para que no nos asustemos ante Él. Ha hablado el idioma como la gente de su país. ¿Cuál fue el idioma?... (hebreo o arameo). Desde entonces ya no nos asustamos ante Jesucristo el Hijo de Dios hecho hijo del hombre. El nos ha enseñado no sólo a jugar sin hacer trampas, a no pelear ni a mentir. Nos ha enseñado muchas otras cosas.

Sigue el cuento

Un día vino un señor al país donde había vivido el hijo del rey. Observó que los niños jugaban sin trampas, sin pelear, sin disgustarse. Asombrado preguntó: “¿Quién les ha enseñado a jugar de esta manera?” Y los niños le contestaron: “Nos lo ha enseñado el hijo del rey.

Jesús ausente y presente

Como ustedes bien saben, Jesús ha subido al cielo y nos ha dejado en la tierra. ¿Cómo puede darse cuenta la gente que Jesús ha estado aquí en la tierra?... (Jugando sin trampa, sin pelear).  Cuando los ven a jugar así y la gente les pregunta: “¿Quién les ha enseñado a jugar así?” ustedes pueden contarles ¿de quién?... (De Jesús).  Así Jesús está en el cielo y está presente entre nosotros.

Navidad

La fiesta de Navidad es el momento en que Jesús se ha quitado la vestimenta de Rey divino y se ha puesto la ropa que usamos nosotros.  Se ha hecho hombre, se ha revestido de un cuerpo como el nuestro. Ahora ustedes saben que tenemos la capacidad de hacer que la gente comience a preguntarnos por Jesús. Nos comportaremos de la manera que pregunten especialmente  durante el tiempo de Navidad. Para no olvidarnos recordemos la frase: Vamos a hacer que la gente conozca lo bueno que es Jesús.

 

2.3 Catequesis III: El regalo más bello

2.3.1 Meta

También esta catequesis no ofrece tanto una aplicación del evangelio sino apunta a otra problemática navideña: los regalos. ¿A quién no le gusta recibir regalos? No hablaremos contra los regalos. Trataremos más bien hablar del regalo de Dios Padre. Si los niños comprenden bien lo que les decimos, cada regalito se convertirá en signo y recuerdo del Regalo del Padre.

 

2.3.2 La Catequesis

Un regalito.

(El catequista se dirige a un niño) ¿Te gustaría que te regale un caramelo?... (Sí). ´¿Te daría más alegría si te doy dos caramelos?... (Por supuesto). Supongamos  que me dirías: “Muchas gracias, pero, por favor, déselo a mi amigo”. ¿Qué vale más? ¿Recibir el segundo caramelo tú  o pedir que lo reciba tu amigo?... (Que lo reciba mi amigo).

Regalo de Jesús

Estamos de acuerdo que Jesús ama a todos los hombres. Cuando se ama a alguien uno quisiera regalarle cosas. Así piensa también Jesús. ¿Qué nos ha regalado él, caramelos juguetes, ropa?... (No). Nos ha regalado sus enseñanzas maravillosas, milagros, etc.  Con todo, nos ha regalado algo mucho más grande, infinitamente más grande. A ver si me entienden.  Si el arquitecto de esta construcción no hubiera venido, no habría construcción. Si no hubiera carpintero no habría mesas ni sillas. No hubiera milagros ni enseñanzas maravillosas si habría venido ¿?... (Jesús). ¿Cuál es entonces el regalo más grande?... (Que Jesús haya venido). Al nacer en Belén, al morir en la cruz, en la santa comunión,  Jesús viene, Jesús se regala a sí mismo.

Nuestro regalo.

Había una vez un joven que escribió a su amigo: “Cuando tengas algún problema, no dudes en llamarme para que te ayude”. Tu amigo. Juan”. Algún tiempo después recibió una carta del amigo que le pidió: “Por favor, ven en seguida, tienes que sacarme del apuro”. Juan viajó en el acto a pesar de que tenía mucho que hacer. Le estaba regalando su tiempo su cariño, se estaba regalando a sí mismo. Cuando uno regala su tiempo, su esfuerzo, su comodidad, entonces uno se regala a sí mismo.

Nos regalamos a nosotros mismos

Les sugiero que hagamos un regalo a Jesús, a nuestros padres y a nuestros hermanos aquí y ahora. ¿Cómo podemos hacerlo? ¿Recuerdan la historia de Juan? Nos regalamos a nosotros mismos cuando damos ¿?... (Nuestro tiempo, esfuerzo, comodidad). Exacto.  Les  voy a hacer una sugerencia para que sepan cómo regalarse a sí mismos. En casa tomen unos papelitos, uno para sus padres y otros para cada uno de sus hermanos y escriban: “Para la fiesta de Navidad quiero regalarme a ti. Te doy una (dos, tres) hora(s) de mi tiempo para hacer lo que tú me pidas”. Si te piden luego que dejes ver tu programa favorito para ellos puedan ver otro programa que les gusta más, ¿qué harán?... (Regalamos nuestro tiempo). Si tus padres, por ejemplo, te piden que arregles tu cuarto ¿qué harás?... (Arreglar el cuarto). Así hacemos de nosotros mismo un regalo de Navidad. No necesitamos ponernos papel de regalo ni cinta roja. Basta la sonrisa. Para no olvidarnos recordemos la frase: Jesús se ha regalado primero.

3. Vivencia Familiar

Sugerimos que se prepare la celebración en familia. El intercambio de regalos se inicie con una pequeña ceremonia. Ante el nacimiento de la familia el padre y la madre leen cada uno un trozo del evangelio de Navidad (Lucas 1, 1-14 y Lucas 2, 15-20). Papá y mamá dan unas breves explicaciones de cómo Jesús se hace regalo para todos. Luego cada uno dice una pequeña acción de gracias por todos los regalos de Jesús durante el año y hace una petición por la familia y por su propia vida. Se añade un canto y/o una poesía navideña. Terminamos con un gran abrazo navideño.

4. El Niño

Muchas veces utilizamos el regalo para “sobornar – comprar” el niño. Con la promesa de un regalo queremos  lograr que el niño haga lo que nos gusta a nosotros. Para que pueda experimentar la gratuidad del amor de Dios es necesario que experimente muchas veces la gratuidad del amor de sus padres. No acompañaremos, por lo tanto, el regalito con palabras como “Te portarás bien”, etc. También los catequistas estamos muchas veces en peligro de utilizar un cuento o una canción para “sobornar” a losniños.

5. Condición previa

Se puede hablar a los niños de la confianza en el amor de Dios cuan do nuestra vida ha visto algo de ella. ¿Sabemos dar gracias a Dios hasta por los infortunios del día porque sabemos que Dios no permite nada que no sea para nuestro bien? El amor que no ha sufrido se convierte en sentimentalismo el día de Navidad. Recordemos que la Navidad termina en la Pasión , Muerte y Resurrección.

 

 



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