Domingo 1 de Cuaresma B - Catequesis preparatoria para niños: preparemos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la celebración de la Misa dominical
¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
Falta un dedo: Celebrarla
Catequesis: Escoger la ruta buena Un señor enfermo Había una vez un señor que sufría mucho de una
enfermedad. Le habían contado que en cierta ciudad no tan lontana había un
médico que lo podía curar. Se puso en camino. Era un día soleado y muy
caluroso. Cuando llegó a una bifurcación, un camino iba por la derecha el
otro camino por la izquierda, se encontró con un amigo. Éste le preguntó por
qué estaba caminando soportando este horrible calor. El otro le explicó que
iba en busca de un médico para curarse. Le dijo: “No vayas por el camino de
la derecha. No hay sombra. Hay que subir colinas y bajar. Mejor tomar el
camino de la izquierda porque hay muchos árboles y caminas a la sombra.
Además no hay colinas que subir y encontrarás muchas cosas bonitas:
restaurantes, tiendas maravillosas, lugares con servicios gratis etcétera.
¿No te parece que en un día así hay que cuidarse?” El señor enfermo escogió
el camino de la izquierda por la sombra y por las cosas bonitas que
encontraría en el camino. Verdad, era muy ameno caminar por ese camino. El
enfermo se distraía. Después de haber caminado muchos días se le ocurrió
preguntar por el lugar donde habitaba el médico buscado. Le dijeron que ese
no era el camino. Aplicación El amigo que le indicaba el camino de la izquierda
¿era un verdadero amigo?… (No). Bajo la apariencia de sugerirle un bien en
realidad lo engañó. Vamos a ver ahora porque les he contado de ese señor. En
primer lugar hay que recordar que todos nosotros tenemos una enfermedad del
alma que necesita curarse. ¿Alguien puede decirme el nombre de esta
enfermedad?… (El pecado). Vamos a ver juntos un poco qué tipos de pecados
hay en nuestra vida. A ver, ¿qué pecados solemos cometer?… (Desobedecer,
pelear, mentir, robar, odiar, tener envidia, etc.). ¿A ustedes les gustaría ser curados de estos
pecados?… (Si). ¿Quién puede curarnos?… (Jesús). ¿Cómo hacer para caminar
hacia Jesús porque él es el médico que nos puede curar? ¿Cual es el camino
que conduce a él? Porque siempre se presenta alguien que pretende ser
nuestro amigo para decirnos cuál es el camino más cómodo y donde vamos a
sufrir mucho menos. ¿Cómo se llama ese amigo falso?… (El diablo). Siempre
nos dice cómo vivir más cómodamente. Vamos a ver, ¿qué cosa nos dice para
qué pensemos que está bien el pelear, desobedecer, mentir, robar tener
envidia?… (…). Por ejemplo respecto a pelear, ¿qué nos dice?… (No hay
derecho que el otro me trate así; es injusto; tienes que defenderte). Por si
acaso, ¿alguien de ustedes recuerda lo que ha dicho Jesús para curarnos del
pecado de la pelea violenta? Lo pueden leer en el Evangelio de San Mateo:
Han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pues yo les digo:
no resistan al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha
ofrécele también la otra (Mat 5, 38-39). Se trata de una cura bien
fuerte pero si se lo pedimos a Jesús, él nos ayuda a no contestar la
violencia con otra violencia. Y ustedes muy bien saben que generalmente
comienza con una discusión y gritos. Si nos dejamos ayudar por Jesús ya en
este momento no contestaremos violentamente. (Nota: si hay suficiente tiempo podemos enfocar la
desobediencia, la mentira, el robo, la envidia con sus tentaciones y con sus
curaciones). Jesús fue tentado También Jesús ha sido tentado y ha rechazado al
tentador. ¿Por qué Jesús ha permitido que el demonio lo tiente? Es que Jesús
ha querido ser en todo como nosotros menos en el pecado. ¿Y eso por qué?…
(Porque nos ama). Ha sido tentado para parecerse a nosotros y ha vencido
para que nosotros nos parezcamos a él. Jesús puede curarnos. Entonces ¿cuál
es el camino para encontrarnos con Jesús? ¿Cómo hago para Jesús pueda
curarme?… (Pensar en la mañana acerca de las tentaciones que vendrán a mi
encuentro durante el dóa, en la noche pedir perdón por los pecados y un buen
propósito para el día siguiente; rezar en la mañana y en la noche pidiendo
la ayuda de Jesús, confesión, comunión, etc. etc.). Ustedes saben que las
enfermedades físicas del cuerpo toman su tiempo para curarse. Lo mismo
sucede con la enfermedad del alma, con el pecado. Hay que tener paciencia. Y
puesto que Jesús necesita nuestra colaboración para curarnos, conviene
comenzar escogiendo un pecado, el que más sucede en nuestra vida. Y ahí nos
dejamos ayudar por Jesús y colaboramos con él. Y eso es convertirse, lo que Jesús nos pide en el
Evangelio. Imagínense cada día colaborar con Jesús para seamos curados de
nuestros pecados, uno por uno. Para eso es necesario tener fe. Y la fe viene
cuando creemos en el Evangelio, en la Buena Nueva. Podríamos, por ejemplo,
leer un pasaje del Evangelio antes de dormirnos. ¡Tengamos confianza en
Jesús y vamos a estar fuertes en el combate contra nuestro pecado!
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De
ningún modo queremos dar
pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en sustituir
la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para Niños.
Tenemos una
seria acusación al
respecto.