Domingo 3 de Pascua B: Catequesis para Niños - Preparemos con ellos la Acogida de la Palabra de Dios proclamada durante la Celebración del Domingo
Recursos
adicionales para la preparación
Pasaje dominical: Lc 24, 35 -48
¿Cómo acoger la Palabra de Dios?
Falta un dedo: Celebrarla
Catequesis
¿Volverán los papás?
En una familia dos hermanos estaban preparándose para acostarse cuando avisaron a sus padres que la tía Julia se había enfermado gravemente. Los padres les dijeron a los chicos que se acostaran inmediatamente y que apagasen la luz porque tenían que correr los dos para ayudar a la tía. Apenas salidos los papás, los niños, muy obedientes, se acostaran apagando todas las luces. Sin embargo, la casa les parecía tan vacía que cada pequeño ruido que escucharon les parecía una amenaza y no tenían a nadie con quien refugiarse. El más chiquito tuvo mucho miedo y se tapó con la frazada diciendo a su hermanito mayor que no saldría de ahí hasta que volviesen los papás. El otro lo convenció a que baje con el a la cocina para tomar un poco de leche. Así lo hicieron los dos. Pero escucharon otra vez ruidos que los asustaron y corriendo se fueron a la cama rompiendo en el camino, porque chocaron contra el, el florero favorito de mamá. Y ninguno de los dos se atrevió a regresar y apagar las luces. Pero de todos modos cerraron la puerta del dormitorio con llave. Horas más tarde escucharon pasos en la casa. ¿Eran ladrones? Oyeron voces y más miedo les daba. Por eso se taparon con la frazada porque el susto era más grande aún cuando vieron que se movía suavemente la manija de la puerta. ¿Serían asesinos? En ese momento escucharon la voz del padre que les dijo: "No tengan miedo, somos nosotros, mamá y papá". Pero no se fiaron aún y preguntaron: "¿Como sabemos que eres nuestro papá, que de repente estás imitando la voz de nuestro padre". El papá les dijo: "Nadie más puede saber qué les he regalado hoy por la tarde una entrada para el cine de mañana". En eso momento comenzaron a creer. Sin embargo, todavía sentían un poco de miedo al abrir la puerta pero cuando vieron a su papá se daban cuenta y felices corrieron a abrazarle a él y a la mamá contándoles que habían tenido mucho miedo. Al ver la mamá el miedo que habían pasado les perdonó por haber roto su florero favorito.
Jesús vuelve a los discípulos
¿Recuerdan qué es lo que le ha pasado a Jesús el Viernes Santo?… (Lo habían crucificado). Y cuando caía la noche lo habían bajado de la Cruz y de ahí lo llevaron ya muerto ¿A dónde?… (Al sepulcro). ¿Quién de ustedes tiene un abuelo o una abuela que está en el cementerio?… ¿Y alguna vez han vuelto?… (No). ¿Por qué?… (Porque están muertos y los muertos no vuelven). Podemos entonces entender que los apóstoles estaban pasmados al ver a Jesús y hasta tenían miedo porque pensaban que estaban viendo un… (fantasma). ¿Como se convencieron que Jesús no era un fantasma?… (Jesús les mostró las manos y los pies). ¿Que tenían de especial las manos y los pies de Jesús para poder así reconocerlo?… (Sus manos y sus pies tenían las llagas de los clavos con los cuales había sido crucificado). Pero aún no habían comprendido bien que Jesús había resucitado. Les era muy difícil el creerlo. Pero Jesús hizo otra cosa más para que entiendan, una cosa que los fantasmas no pueden hacer… (comió delante de ellos). Por fin se convencieron.
¿Y nosotros?
Todo esto es muy bonito para los apóstoles para que puedan creer que Jesús realmente había resucitado. ¿Y nosotros? ¿Cómo podemos creer? Porque Jesús no se aparece hoy en nuestra presencia, ni nos muestra las manos y los pies, ni come delante de nosotros… Al final del Evangelio Jesús dice algo interesante que nos ayudará también a nosotros a creer que el ha resucitado. Jesús habla dos veces y hasta tres a los apóstoles como podrían encontrar algo que habla de su muerte y su resurrección. Y esto vale también para nosotros porque nosotros también podemos encontrarlo. ¿Donde estará?… (En la Biblia). Es la palabra de Dios que nos habla de Jesús. Y así nosotros no necesitamos que Jesús aparezca y hable ante nosotros porque nos lo dice en ¿?… (La Biblia). Durante esta semana digan a sus padres que de vez en cuando se la lean.
¿Quien nos habla?
En el libro del apocalipsis dice: "Jesús es el Señor ayer, hoy y siempre". ¿Dónde está Jesús?… (El es Dios y está en el cielo, en la tierra y en todo lugar). Cuando se proclama la palabra de Dios en el Evangelio ¿está Jesús presente?… (Siempre). Y cuando nos relata algo de lo que Jesús ha hecho ¿él lo puede y lo quiere hacer también aquí entre nosotros?… (Si). Y cuando en el Evangelio Jesús dice algo, él lo quiere decir lo también a nosotros?… (Si). Lo que necesitamos es tener fe, con los ojos de la fe que son los ojos del corazón podemos ver a Jesús y escuchar a Jesús con los oídos del corazón. La cosa es creerlo, estar convencido que el está con nosotros y nos ama. Por eso, cada vez cuando nos ponemos de pie para escuchar el Evangelio abrimos bien los ojos y los oídos del corazón, los ojos y los oídos de la fe. Entonces Jesús que está presente me habla y habla a cada uno de los presentes.
Cuando hay tiempo se podría hacer un pequeño ejercicio: se les invita a los niños a hacer un profundo silencio. Luego se les dice (con voz de susurro) a que escuchen lo que Jesús quizás está diciendo en su corazón. Luego se comparte lo que les parece haber escuchado. De todos modos es importante enseñar a los niños que se recojan para rezar y siempre hagan un pequeño silencio para escuchar a Dios.
Queremos ayudar
a que los niños, por medio de la catequesis dominical, puedan
compenetrarse de la Palabra de Dios proclamada durante la Misa Dominical
Parroquial. De ningún modo
queremos dar pie al terrible malentendido como si pretendiéremos colaborar en
sustituir la Misa Dominical de la Comunidad Parroquial con una Misa para
Niños.
Tenemos una
seria acusación al respecto.