'¡Aquí me tienes, mándame a mí!' - Especial (parte 1)
Páginas relacionadas
parte 2
Comic: Historia de la
JMJ
Con el tema “Juventud y Fraternidad” la Campaña de la Fraternidad de este
año 2013, busca despertar en este período de la cuaresma, la gran
responsabilidad de ayudar a los jóvenes a redescubrir los valores
fundamentales para el sentido de vida, y su lugar en el mundo. Y nos invita
también a reflexionar sobre la responsabilidad de los adultos ante el
compromiso a la conducción madura y saludable de nuestra juventud. Teniendo
como punta pie inicial, el texto base de la Campaña de la Fraternidad de
este año 2013, reflexionaremos juntos algunos grandes desafíos para jóvenes
y adultos.
Partiendo de la primera parte del texto base de CF 2013, presentamos el gran
impacto que el cambio de época viene trayendo en la vida de los jóvenes,
consecuentemente en la vida familiar y en la sociedad. Pero antes es
necesario entender que este concepto de cambio de época, cuando se inicia y
termina su ciclo. Podemos decir que este concepto puede ser entendido como
una “transición de una cultura estable para otra, nueva y aún no
estabilizada”.
La cultura puede ser entendida como un incremento de conocimiento, una
riqueza interior, un mundo íntimo. Según el autor Ricardo Yepes Stork, en su
libro fundamento de antropología, el origen de toda cultura es el núcleo
creativo y afectivo de la persona, una sabiduría que crece para dentro,
porque se cultiva, para después salir de dentro, la cultura forma el
depósito donde encuentra el sentido de las realidades que para nosotros son
valiosas, o sea, alargamos lo que recibimos forma personal, para
transmitirlas al mundo en que vivimos, dando sentido no más singular, pero
objetivamente comunitario, transmitiendo ideales y valores. La cultura no es
apenas una decisión colectiva, pero valores que conducen para una dirección.
Según el texto base de la Campaña de la Fraternidad, este cambio de época,
alcanza todas las realidades humanas, tanto en la economía, como en la
política, arte, ciencia, educación, deporte y también la religión. Entre
todas esas realidades, se apunta la religión como la más impactada entre las
demás, pues por su complejidad, alcanza a todas las demás, todo a lo que se
refiere al ser humano, “principalmente con la dimensión transcendental – su
relación con Dios y con su proyecto de vida plena para todos” (Texto Base de
CF).
Con este cambio de época, podemos relacionar algunos factores, que según el
propio texto base, nos damos cuenta del gran impacto en la vida de las
personas, como las relaciones que se dejan pasar con la gratuidad, pero de
forma descomprometida y poco estable, a las alteraciones en los papeles
tradicionales de hombres y mujeres en la sociedad, la substitución del papel
de los padres y de la escuela por los medios de comunicación de masa, y una
fragilización de los lazos comunitarios y hasta mismo una negación de vida,
un relativismo o un fundamentalismo delante de las realidades presentadas,
un sistema económico neoliberal que se produce una ardua competición en el
mercado de trabajo, una afectividad autónoma y narcisista que sienten
dificultades en las relaciones permanentes y comprometidas, un
empobrecimiento de la consciencia de misterio del ser humano, una ausencia
de la dimensión de futuro y de esperanza, pero apenas una fuerza para vivir
una felicidad en el presente sin preocupaciones con consecuencias y
responsabilidades.
Vemos con este tiempo, un gran avance en la cultura mediática, donde las
personas, sobretodo los jóvenes, no viven más sin los instrumentos
tecnológicos. Podemos llamarlos de un “nuevo modelo de agentes de
comunicación. Se vive y se respira un ambiente mediático. En este ambiente,
que también no debe ser interpretado como negativo por los beneficios
ofrecidos, se corre el riesgo que los jóvenes quieran estar siempre
conectados, considerando totalmente natural la sustitución de la relación
personal, que es el mejor medio de comunicación, por la virtual, por la
innúmera posibilidad de creación de personajes y realidades. Este es un
peligro que el propio Papa ya presentó “La presencia en estos espacios
virtuales puede ser la señal de una búsqueda auténtica de encuentro personal
con el otro, si se está atento para evitar sus peligros, como refugiarse en
una especie de mundo paralelo o exponerse excesivamente al mundo virtual. En
la búsqueda de compartir, «amistades», nos confrontamos con el desafío de
ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir
artificialmente el propio «perfil» público” (mensaje del Papa Benedicto XVI
para 45º día mundial de las comunicaciones).
La juventud de hoy, diferentes de los de la década del 60, 70 y 80, que se
reunía para protestar en las universidades, avenidas y otros locales
público, hoy se reúnen, y se mueven con mucha facilidad y velocidad por
medio de las redes sociales. Muestran una gran habilidad para articular las
informaciones, crear comportamientos y formar conceptos por Internet.
Se engaña quien piensa que el joven nacido dentro de una cultura mediática
no posee una actitud de fe. El joven que tuve la experiencia con el Sagrado,
lo busca cada día más, creen en Dios, buscan llevarlo por el camino el cual
son frutos, la Internet. El gran desafío es volverse este camino mediático,
una vía para la verdadera vivencia personal y comunitaria. “El envolvimiento
de los jóvenes debe ser visto a partir de la interactividad en las
relaciones”. El joven es aquel que se mueve, y desea también el espacio que
lo integre y lo haga participar de forma activa dentro de la iglesia. Son
llamados también al silencio y a la escucha atenta de la Palabra de Dios,
pero es necesario acogerlo en esta interactividad, dialogando y ayudándolos
en su búsqueda esencial del sentido verdadero de vida: Jesucristo.
La Iglesia delante de las nuevas generaciones, ¿cómo responder? Es lo que
meditaremos en la próxima semana.
We meet in Rio - Nos encontramos en Rio
Testigos del Espíritu: Sidney
www.rio2013.com/es