El vocabulario de los adolescentes… ¡o lo que queda de
ello!
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Juan Camilo Díaz
Blogs LaFamilia.info 24.06.2013
En una reciente charla que dicté para un grupo de padres de familia de FAMOF
(Familias que ayudan a otras familias), un papá me manifestaba su enorme
preocupación por el vocabulario que están manejando los adolescentes, tanto
hombres como mujeres, quienes, sin importar quien está al lado, ya sean
adultos, niños, profesores, personas de la tercera edad, cualquiera, se
comunican con sus amigos y relacionados de una manera bastante particular:
tres de cada cinco palabras son groserías.
No vamos a decir que jamás se nos ha salido una mala palabra. El que esté
libre de culpa que lance la primera grosería. Sin embargo, es notable que
cuando todo el vocabulario está basado en palabras de dudosa procedencia
pues tenemos un indicador que debemos mirar con cuidado.
Según un estudio adelantado por profesores de la Universidad de La Sabana,
los jóvenes son vulgares y violentos al hablar. El estudio, titulado “El
habla de los jóvenes en la universidad bogotana”, afirma que es común la
utilización de palabras de doble sentido y que los “estudiantes se comunican
con palabras soeces que a veces solo son entendidas por ciertos grupos
poblacionales”.
Voy a ser directo, así que si usted se aterra fácilmente con ciertas
palabras, mejor no siga leyendo. La investigación, liderada por el profesor
Mariano Lozano, asegura que lo para nosotros en otra época era un serio
madrazo como ‘marica’, ‘güevon’ y ‘guisa’, hoy día son muy usadas y
normales. Así se saludan, así se tratan y no se sienten agredidos ni
ofendidos.
Incluso los términos se han modificado. Ahora los jóvenes utilizan `arrocito
en bajo´, `hacer la vuelta´ o `goce´ de manera natural cuando se refieren de
un amor escondido, de tener sexo o de un amor fugaz y medio prohíbido. El
problema es que nosotros no entendemos cuando ellos hablan y quedamos
despistados.
Si bien las situaciones relacionadas con el lenguaje son generacionales y
muchas de ellas circunstanciales, para el profesor Lozano no dejan de ser
preocupantes porque su uso se vuelve masivo, llegan a los diccionarios y
otras generaciones las comienzan a usar en detrimento de un manejo del
lenguaje y vocabulario adecuado.
Y no solamente estamos ante un problema de expresión oral. Las redes
sociales, los sistemas de mensajería instantánea (como WhatsApp) y la
necesidad de comunicarse de manera rápida, se han creado una especie de
lenguaje paralelo en donde se recortan las palabras. ¿Conocen ustedes sus
significados? Les copio un sitio web para que aprendamos:
(http://clicseguro.sep.gob.mx/archivos/Nueva_escritura.pdf).
Estudios indican que si continúa la creciente tendencia de comunicación
“minimalista”, en menos de 30 años las nuevas generaciones tendrán un 60%
más problemas de aprendizaje de la lecto-escritura.
Los padres de familia y maestros tenemos la responsabilidad de orientar,
corregir y enseñar a nuestros hijos las mejores formas de comunicación. Y
todo parte con el ejemplo que damos. Evitar las groserías, utilizar mejor el
vocabulario, leer y motivar la lectura pueden ser útiles para lograr que los
jóvenes se comuniquen mejor.
Espero, a lo bien, que esta nota les sirva de algo parceros…