IIIb. La confesión antes de la boda
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Pbro. Pablo Arce Gargollo
y James P. Socías
26 agosto 2008
encuentra.com
La Confesión es una excelente oportunidad para que los futuros esposos
empiecen una nueva vida y reciban todas las gracias necesarias para que su
matrimonio tenga éxito.
"Para aquellos que hayan estado retirados del sacramento de la
Reconciliación y de la vida de indulgencias, yo les hago esta súplica:
regresen a esta fuente de gracia; no teman. Cristo los está preparando. El
los curará y ustedes estarán en paz con Dios".[1]
Prepárense cuidadosamente para la Confesión antes de recibir el sacramento
del Matrimonio. La Confesión es una excelente oportunidad para que los
futuros esposos empiecen una nueva vida y reciban todas las gracias
necesarias para que su matrimonio tenga éxito. Se recomienda una Confesión
general por todos los pecados de la vida pasada, especialmente en los casos
en los que pueden haber pasado varios años desde la última confesión y antes
del matrimonio.
El requerimiento básico para una buena Confesión es tener la intención de
regresar a Dios como el hijo pródigo[2] y confesar los pecoados con
verdadero arrepentimiento ante su representante, el sacerdote.[3] Muchas
parejas han encontrado que este sacramento, aparte de su beneficio
espiritual, les ha permitido llegar al matrimonio con más alegría.
I. EXAMEN DE CONCIENCIA[4]
Examine su conciencia. Recuerde sus pecados. Pregúntese calmadamente lo que
ha hecho con pleno conocimiento y consentimiento contra los Matrimonios de
Dios. La lista que sigue no pretende intimidar a los penitentes prospectos.
Es necesario ser minucioso y demandante con uno mismo. Si ha pasado mucho
tiempo desde la última confesión, probablemente vale la pena acudir al
sacerdote más de una vez. No tema buscar sus consejos con la confianza de
que a pesar de que los pecados pueden ser graves y muchos, con verdadero
arrepentimiento, Nuestro Señor siempre perdona.
PRIMER MANDAMIENTO
. ¿He realizado mis obligaciones hacia Dios de mala gana?
. ¿Hice mis oraciones usuales?
. ¿Recibí la Sagrada Comunión en estado de pecado mortal o sin la
preparación necesaria?
. ¿Guardé una hora de ayuno antes de la Eucaristía?
. ¿Omití decir algún pecado grave en mis confesiones anteriores?
. ¿Creí seriamente en supersticiones o participé en prácticas supersticiosas
(lectura de cartas, horóscopos, lectura de la palma de la mano, etc.)?
. ¿He dudado en asuntos de la Fe?
. ¿He puesto mi fe en peligro leyendo libros, panfletos o revistas que
contienen errores o son contrarios a la Fe y moral Católicas?
. ¿He puesto en peligro mi fe uniéndome o asistiendo a reuniones y
actividades de organizaciones contrarias a la Iglesia o a la Fe Católica
(reuniones de oración no Católicas, Partido Comunista, Francomasonería,
"cultos misteriosos" y otras religiones)?
- ¿He cometido el pecado de sacrilegio (profanación de una persona, lugar o
cosa sagrados)?
SEGUNDO MANDAMIENTO
- ¿He tratado de hacer lo mejor para cumplir las promesas y resoluciones que
le he hecho a Dios?
. ¿He tomado el nombre de Dios en Vano?
- ¿He empleado el nombre de Dios mofándome, bromeando, enojándome o en
alguna otra forma irreverente?
- ¿He utilizado el nombre de la Virgen María o de los santos mofándome,
bromeando, enojándome o en alguna forma erreverente?
. ¿He sido padrino de bautismo y ceremenias fuera de la Iglesia Católica?
- ¿He mentido bajo juramento?
. ¿He roto votos (privados o públicos)?
TERCER MANDAMIENTO
. ¿He faltado a Misa los domingos o días festivos de obligación?
. ¿Me he distraído durante la Misa, no poniendo atención, viendo algo por
curiosidad, etc?
. ¿He llegado a Misa muy tarde sin motivo suficiente, de manera que no he
cumplido con la obligación dominical?. ¿Me he comportado mal o adoptado
posturas o vestido inadecuado en la Iglesia?, ¿He provocado que otros se
distraigan?
. ¿He ayudado con generosidad a la Iglesia de acuerdo a mis posibilidades?
. ¿He guardado el ayuno y la abstinencia los días prescritos por la
Iglersia?
. ¿He hecho algún trabajo o negocios que pudieran impedir la devoción debida
a Dios, guardar el Día del Señor o la relajación adecuada de mente y cuerpo
los domingos y días festivos de obligación?
CUARTO MANDAMIENTO
. ¿Me he negado a ayudar a mi familia en sus necesidades?
. ¿He desobedecido a mis padres?
. ¿He tratado a mis padres con poco afecto o respeto?
. ¿ He peleado con mis hermanos?
QUINTO MANDAMIENTO
. ¿Me enojo fácilmente?
. ¿He tenido envidia o celos de otros?
. ¿He lesionado o quitado la vida a alguien. ¿He sido imprudente al manejar?
. ¿He sido ocasión para que otros pequen con mis conversaciones, bromas
sucias, forma de vestir, invitaciones a ciertos espectáculos, prestándoles
libros o revistas nocivos, invitándolos a que roben, etc.? ¿He tratado de
reparar el escándalo?
. ¿He conducido a alguna persona para que peque? ¿Qué pecados?
. ¿He descuidado mi salud? ¿He intentado quitarme la vida?
. ¿Me he mutilado a mí mismo o a otro?
. ¿He tomado bebidas alcohólicas o drogas prohibidas?
. ¿He comido o bebido más de lo debido, dejándome llevar por la
glotonería?¿He participado en alguna forma de violencia física?
. ¿He consentido o participado activamente en la esterilización directa
("salpingoclasia", vasectomía, etc.)?. ¿ He consentido, recomendado o tomado
parte en un aborto? ¿Estoy conciente que la Iglesia castiga con la
excomunión a los que procuran o practiquen el aborto?
. ¿Me doy cuenta que esto es un crimen grave?
. ¿He lastimado a alguien con mis palabras o acciones?
. Cuando alguien me ofende, ¿deseo vengarme, albergo enemistad,
aborrecimiento o sentimientos enfermizos?
. ¿He pedido perdón cuando ofendo a alguien?
.¿He insultado o bromeado a otros?
SEXTO Y NOVENO MANDAMIENTOS
. ¿Me he recreado en pensamientos indecentes?
. ¿He recordado pensamientos impuros?
. ¿He consentido deseos contra la virtud de la pureza, aunque no los haya
llevado a cabo? ¿Hubo circunstancias que agravan el pecado (p. ej. la
afinidad con, el estado matrimonial o la consagración a Dios de la persona
involucrada?¿He participado en conversaciones impuras? ¿Las he iniciado yo?
. ¿He buscado diversión en formas de entretenimiento que me aproximen a
ocasiones de pecado (algunas danzas, películas o espectáculos inmorales,
lecturas, malas compañías, casas de mala repuración)?
. ¿Me doy cuenta que pude haber cometido un pecado al ponerme en ocasiones
de pecado (compartiendo una habitación con una persona del sexo opuesto,
estar solo con una persona del sexo opuesto en lugares que se prestan al
pecado, etc.)?
. ¿Tengo cuidado de los detalles de modestia y decencia que son salvaguardas
de la pureza?
. ¿Antes de asistir a un espectáculo o leer un libro, trato de buscar sus
implicaciones morales, para no ponerme en peligro inmediato de pecar y para
evitar distorsionar mi conciencia?
. ¿ He albergado sentimientos impuros?. ¿He visto deliberadamente películas
inmodestas o buscado libros impuros para mí o para otros? .¿Desee yo
deliberadamente cometer estos pecados?
. ¿He inducido a otros a que cometan pecados de impureza o falta de
modestia? ¿Qué pecados?
. ¿He cometido actos impuros? ¿Conmigo mismo por medio de la masturbasción,
la cual es un pecado mortal? ¿Con alguien más? ¿Cuántas veces? ¿Con personas
del mismo sexo o del sexo opuesto? ¿Hubo alguna circunstancia de relación,
afinidad, etc. que pudo haberle imprimido al pecado gravedad especial?
¿Tuvieron consecuencias estas relaciones ilícitas? ¿Hice algo para evitar
estas consecuencias?
. ¿Tengo amistades que son ocasiones habituales de pecado? ¿Estoy preparado
para romper con ellas?
. ¿En el noviazgo, es el amor verdadero mi razón fundamental para tratar a
la otra persona? ¿Vivo el sacrificio constante y cariñoso de no poner a la
persona que amo en peligro de pecar? ¿Degrado el amor humano confundiéndolo
con el egoísmo o el placer?
. ¿He participado en actos como "besuqueo" "caricias", besos apasionados o
abrazos prolongados?
SÉPTIMO Y DÉCIMO MANDAMIENTOS
. ¿He robado algún objeto o dinero? ¿Cuál era su costo? ¿Lo regresé, o por
lo menos he tenido la intención de hacerlo?
. ¿He causado daño a la propiedad de otros? ¿En qué cantidad?
. ¿He dañado a alguien por decepción, fraude o coerción en contratos o
transacciones de negocios?
. ¿He gastado más de lo que tengo? ¿Gasto demasiado dinero innecesariamente
por antojo, vanidad o capricho?. ¿He dado limosnas de acuerdo con mi
capacidad?
. ¿Tengo envidia de los bienes de mi vecino?
. ¿He dejado de pagar mis deudas?
. ¿He retenido cosas encontradas o robadas?
. ¿He deseado robar?
. ¿Soy diligente en mi trabajo y estudios o me dejo llevar por la pereza o
el amor a la comodidad?
. ¿He sido avaro? ¿Tengo un punto de vista exclusivamente materialista de la
vida?
OCTAVO MANDAMIENTO
. ¿Acostumbro mentir? ¿He reparado algún daño que pudo haberse producido
como consecuencia de esto?
. ¿He acusado injustamente a otros?
. ¿He pecado por detracción, es decir, contando las faltas de otros sin
necesidad?
. ¿He pecado por calumnias, es decir, contando mentiras que degraden a
otros?
. ¿He juzgado a otros precipitadamente o he sospechado de otros falsamente?
. ¿He participado en chismes, murmuraciones, o calumnias?
. ¿He revelado secretos sin causa debida?
Si recuerda otros pecados graves aparte de los indicados, menciónelos en su
Confesión.
Estar verdaderamente arrepentido de los pecados. La expresión de la
contrición verdadera por los pecados es la parte más importante del
sacramento. Tener verdadero arrepentimiento, teniendo presente que un pecado
mortal sin arrepentimiento amerita la pérdida del cielo y los sufrimientos
del infierno (contrición imperfecta). La mayoría se arrepiente de haber
ofendido a su Padre Dios, quien envió a su hijo único, Jesucristo para que
sufriera y muriera por nuestros pecados (contrición perfectas).
La resolución de evitar cometer estos pecados en el futuro (propósito de
enmienda) es un signo seguro de que el arrepentimiento es genuino y
auténtico. Esto no significa que es necesaria una garantía o promesa de
nunca volver a caer en pecado. Una resolución para tratar de evitar las
ocasiones cercanas de pecado es suficiente para un arrepentimiento
verdadero. La gracia de Dios en cooperación con la intención de rectificar
la vida nos dará la fuerza necesaria para resistir y vencer la tentación en
el futuro.
Ahora prepárate para hacer una buena confesión.
II DURANTE LA CONFESIÓN
Puede iniciarse la confesión haciendo la señal de la cruz. El sacerdote da
una bendición para que pueda hacerse una buena confesión. Uno puede
responder recitando una breve oración penitencial tomada de las Escrituras.
por ejemplo: "Señor, tú sabes todas las cosas, tú sabes que te amo" (Juan
21, 17). También puede emplearse la apertura tradicional, "Bendígame Padre,
porque he pecado. Mi última confesión fue… (cuántas semanas, meses o años
aproximadamente).
Mencione los pecados que recuerde. Conviene empezar con el que es más
difícil de confesar. Después de esto será más fácil mencionar el resto. Si
se recibió la absolución general, decir esto al sacerdote y los pecados que
se olvidaron entonces.
Si no se sabe cómo confesarse o si se siente incómodo o apenado, simplemente
se pide al sacerdote que lo ayude. Asegúrese que le ayude a hacer una buena
confesión. Simplemente se contestan las preguntas sin ocultar nada. Siempre
que se haga el mejor esfuerzo, Dios perdona todos los pecados, aún si se
olvida mencionar algunos.
Si no se rercuerdan los pecados graves, conviene asegurarse de confesar por
lo menos los pecados veniales, diciendo al final: "Me arrepiento de estos y
de todos los pecados de mi vida pasada, especialmente… (mencionar en general
cualquier pecado pasado por el cual se sienta verdadero arrepentimiento, por
ejemplo todos mis pecados contra la castidad, la pureza, etc.)"
Escuchar los consejos que pueda dar el sacerdote. Después de confesar los
pecados, el sacerdote generalmente dice algunas palabras de aliento personal
y consejos para mejorar la vida Cristiana.
Estar dispuestos a cumplir la penitencia que el sacerdote imponga (alguna
oración o buen trabajo) para hacer la reparación de los pecados. Esta
penitencia disminuirá el castigo temporal de los pecados ya perdonados.
Decir el Acto de Contrición cuando el sacerdote dice a la persona que
exprese su arrepentimiento. Este puede ser en las siguientes palabras o en
otras similares:
Oh mi Dios, estoy arrepentido de corazón por haberte ofendido y detesto
todos mis pecados porque temí perder el cielo y a las penas del infierno;
pero lo que más me pesa es porque te ofendí a ti, mi Dios, quien eres bueno
y mereces todo mi amor. Firmemente propongo con la ayuda de tu gracia,
confesar mis pecados, hacer la penitencia y enmendar mi vida. Amén.
o:
Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi, un pecador.
Después el sacerdote da la absolución en estas palabras: Yo te absuelvo por
tus pecados, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Se
escucha humildemente la absolución y se responde, "Amén".
III. DESPUÉS DE LA CONFESIÓN
Dar gracias al Salvador por la gracia de la reconciliación que acaba de
recibirse.
Pronto y devotamente cumplir la penitencia dada por el sacerdote. Aunque
puede recibirse la Sagrada Comunión aún antes de cumplir la penitencia, es
recomendable hacerla lo antes posible.
Si se recuerda algún pecado grave que se olvidó decir, puede tenerse la
seguridad de que ha sido perdonado con los otros. Pero conviene asegurarse
de confesarlo en la próxima Confesión.
RITO DE LA CONFESIÓN
Después de los saludos acostumbrados, el penitente hace la señal de la cruz:
- En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
El sacerdote pide al penitente que tenga confianza en Dios. El sacerdote
puede decir:
- Que el Señor esté en tu corazón y te ayude a confesar tus pecados con
verdadero arrepentimiento.
Ya sea el sacerdote o el penitente pueden leer o decir de corazón algunas
palabras tomadas de las Sagradas Escrituras sobre la misericordia de Dios y
el arrepentimiento, por ejemplo:
- Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo (Juan 21, 17).
El penitente se acusa de sus pecados. El sacerdote da el consejo oportuno,
impone la penitencia e invita al penitente a manifestar su contrición. El
penitente puede decir, por ejemplo:
- Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mi, un pecador.
El sacerdote da la absolución:
- Dios, Padre de misericordia, por la muerte y resurección de su Hijo, has
reconciliado al mundo con él mismo y enviado al Espíritu Santo entre
nosotros por el perdón de los pecados: A través del ministro de la Iglesia,
Dios te da su perdón y paz, y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
El penitente responde: Amén.
El sacerdote despide al penitente con esta o con otra fórmula alternativa:
- Por la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, la interseción de la Santísima
Virgen María y de todos los santos, todo lo bueno que hagas y el sufrimiento
que toleres, perdone tus pecados, te ayude a crecer en santidad y te premie
con la vida eterna. Ve en paz.
El penitente debe cumplir con la penitencia impuesta.
[1] Homilía de Juan Pablo II en septiembre 13, 1987 en Westover Hills, San
Antonio, Texas
[2] Cf. Lucas 15, 17-19
[3] Cf. Juan 20, 23
[4] James P. Socías. Handbook of Prayers. (Chicago, Il.: Midwest Theological
Forum, 1993), pp. 323-324