Pero nos amamos, ¿Por qué ha de ser pecado?: Relaciones sexuales antes del Matrimonio
INDICE
El
sacrificio no es siempre señal de amor.
El
noviazgo ¿situación de amor total?
El amor verdadero está más alla de y por encima del deseo y de la
emoción: por eso, el que realmente ama, no se deja llevar del deseo o no deseo,
de las ganas o desganas, de la emoción o no emoción. El supremo acto de amor es
el de dar la vida por el amigo, y no creo que el que esté dando su vida por
otro, sienta un gusto y una emoción intensa. Al contrario, es precisamente
porque va acompañado de una repugnancia enorme, y de un tremendo anti-deseo por
lo que conocemos la grandeza de ese amor.
Por consiguiente, el sentir una intensa emoción por una
persona, no es sinónimo que se la ame. Sin embargo esta emoción que siente es
lo que convence a los jóvenes de que se aman profundamente. Una confirmación de
esto es el número pavoroso de divorcios de jóvenes que se casaron antes de los
veinte años.
Los que más seguros están de que se aman, son los que menos
aman y menos capacitados están para amar, porque precisamente el amor auténtico
sólo puede darse en una persona madura, una persona que se autoposee a sí
misma, para poder disponer de sí misma y hacer la donación de sí mismo a la
persona amada.
El
sacrificio no es siempre señal de amor.
Claro que responden a esto y dicen que lo suyo no es sólo
sentimiento, por lo que los dos se sacrifican el uno pòr el otro y están
dispuestos a sufrir y de hecho han sufrido mucho por conservar su amor. Y esto
les acaba de confirmar de que lo suyo es realmente amor. Porque ¿no dice todo
el mundo que el amor se conoce en el sacrificio? Sin embargo esta es otra frase
que todo el mundo repite sin averiguar antes si es verdad. Porque una cosa es
que aquel que ama se sacrifica por la persona amada y otra cosa es que, el que
se sacrifica por una persona es señal de que la ama. También se sacrifica uno
por lo que desea.
Precisamente
porque se aman.
Pero es que, aunque en realidad se amen, el amor no
justifica el que se acuesten juntos: y precisamente porque se aman. Porque el
amor conyugal es una mezcla de deseo y de amor. Pero es la parte que hay en él
de deseo lo que sobre todo empuja al hombre a la unión sexual, pero no
precisamente la parte que corresponde al amor.
Al contrario, el amor lleva muchas veces al hombre a
abstenerse. Un esposo puede estar deseando vehementemente a su esposa y el
deseo lo está empujando violentamente a una relación sexual. Pero la esposa
está cansada, está triste y abatida, no está en actitud y el marido,
precisamente porque la ama, se abstiene de tocarla. Si sólo se dejara llevar
del deseo, no la respetaría; es pues, sólo el amor lo que lo está deteniendo.
Entonces no es concluyente esa razón que se da para justificar las relaciones
prematrimoniales: "nos queremos tanto que tenemos que expresarlo
sexualmente". ¿No deberían decir mejor: nos deseamos tanto que tenemos que
acostarnos juntos?
Es decir, que hay situaciones en la que el mismo amor le al
hombre controlar su deseo sexual. Y una de éstas es el noviazgo. La razón es
que la unión sexual es el lenguaje del amor total y en el noviazgo no existe
una situación de amor total, aunque los novios muchas veces creen que existe.
Sexualidad: lenguaje de
amor total.
La unión sexual es el lenguaje del amor total porque es la
máxima expresión que existe del amor total: la unión sexual es el único acto en
que el hombre puede expresar su amor todo él, alma y cuerpo a toda ella, alma y
cuerpo. Todo él la ama a ella y viceversa. Es el amor total. Y con la máxima
intensidad, hasta el paroxismo, hasta el éxtasis. No existe otra expresión del
amor que sea a la vez tan intensa y tan extensa y que abarque a todo el hombre.
Y por lo mismo es también la expresión de la donación total
que es el amor. Porque en la unión sexual se donan a sí mismos totalmente el
uno al otro de tal manera, que de por sí, por su misma naturaleza, esta
donación tiende a plasmarse en un nuevo ser que no es más que la donación mutua
del padre y de la madre plasmada en carne: porque el hijo es todo él pura
donación del padre y todo él pura donación de la madre. El hijo no es más que el
yo del padre y el tú de la madre fundidos en un nuevo yo, que es al mismo
tiempo el nosotros del padre y de la madre. Y por eso un hijo debe ser el fruto
del amor total de los padres. Esta capacidad que de por sí tiene toda unión
sexual de originar un nuevo ser, que es lo que hace que este acto sea el acto
más serio, y al mismo tiempo el más gozoso que existe: porque el crear es el
acto más serio y gozoso que existe y más si es crear un nuevo hombre, que es un
ser hecho para el amor: para amar y ser amado temporal y eternamente. Y el acto
en que se crea un ser así ¿no exige ser un acto que por su naturaleza sea la
expresión de un amor total? ¿Para cuándo lo dejamos entonces?
El noviazgo ¿situación de amor total?
En el noviazgo no existe todavía una situación de amor
total. Porque en el noviazgo ese amor no es todavía definitivo. No digo que no
pretendan que sea definitivo y que en su interior no lo sea. Pero esto no
basta: el hombre es un ser social por naturaleza y un compromiso no es
considerado definitivo hasta que no ha sido reconocido y refrendado
públicamente por los representantes oficiales de la sociedad. En realidad, este
compromiso continúa siendo privado, no tiene validez pública y por consiguiente
no tiene toda la fuerza obligante que podía tener: no es un compromiso total. Y
de hecho el hombre no se siente definitivamente obligado por ese compromiso. Y
esto lo saben los hombres: por eso cuando quieren realmente una cosa la quieren
firmada, por escrito y con testigos. Y hasta que no lo tienen así, saben que no
es definitivo, por muchas promesas y muy sinceras que se les haga: pueden
suceder muchas cosas. Y en nuestro caso pasa igual: los novios saben que no
están definitivamente obligados, se pueden volver atrás y muchas veces lo
hacen: habrán roto su palabra, pero ahí queda todo.
Claro que se dirá que también el matrimonio se puede
romper; pero no es lo mismo. El que rompe el matrimonio sabe que ha roto algo
más que su palabra. Más aún: en realidad esa ruptura es válida y definitiva
hasta que también la sociedad la sancione. Y para el que tiene fe y cree que el
matrimonio de por sí es indisoluble y más el matrimonio sacramento, sabe que
esa ruptura no existe: el hombre sigue atado delante de Dios y de la Iglesia,
el matrimonio sigue. El que se casa válidamente pone de por sí un acto
irreversible, que es lo único definitivo que existe.
Hoy se están poniendo de moda las uniones hechas por el
sentimiento, que como hemos dicho, no es lo mismo que el amor. Porque como
dicen: "lo que hace el matrimonio es el amor y si dos se aman ¿para qué
necesitan unos papeles y unas firmas? ¿Y si no hay amor de qué valen esos
papeles y esas firmas? Cierto, lo decisivo es el amor y en verdad que los
papeles no hacen al amor; pero el amor si hace los papeles. Porque cuando uno
ama de una manera total, exclusiva y definitiva quiere dar a su amor el
carácter más total, exclusivo y definitivo que puede. Lo que sucede es que esos
que así hablan tienen miedo de comprometerse definitivamente, porque en
realidad no se aman, se quieren como se quiere un juguete que saben que algún
día los aburrirá y quieren tener las manos libres para tirarlo sin compromisos.
Tienen razón, lo que hace el matrimonio es el amor; pero precisamente por eso
no se casan: porque lo suyo no es el amor.
Y podemos añadir también que no existe una situación de
amor total, porque en el noviazgo la donación de sí mismos no es total; aunque
lo deseen con toda el alma. Yo puedo tener unos deseos intensos de donar a
alguien un millón de dolares, pero hasta que de hecho no se lo haya dado, la
donación no es total. Puede ser que los novios tengan un deseo enorme de hacer
la donación de sí mismos el uno al otro, pero hasta que de hecho no se hayan
donado, es decir, hasta que no hayan puesto sus vidas en común de una manera
definitiva y vivan juntos, gocen juntos, trabajen juntos y sufran juntos no
existe una donación total.
Con esto no quiero decir que en el matrimonio existe
siempre el hecho de esta situación de amor total: yo sólo digo que únicamente
en el matrimonio puede existir, porque sólo el matrimonio es una estructura
creada por el amor y que de por sí es exclusiva, definitiva y total, como debe
ser el amor conyugal.
Por consiguiente, si el noviazgo no es una situación de
amor total, es un engaño, es una estafa el estar usando en él el lenguaje del
amor total. Y si en el noviazgo no existe todavía una donación total, es
inmoral poner el acto que es la expresión de esa donación total . En resumen:
que si esas relaciones sexuales tienen por deseo o principalmente por deseo son
inmorales; y, si se dicen que se hacen por amor, en realidad no sería un
auténtico amor. en ningún caso , pues, están justificadas. Naturalmente que, si
como con frecuencia pasa, se confunde el amor con el deseo y no se han
descubierto estos valores y mucho menos se poseen, la posición de la Iglesia al
declarar inmorales las relaciones pre-matrimoniales parecerá anacrónica y sin
sentido.
Se podrían aducir otras razones hacer ver como estas
relaciones van contra el auténtico amor, que deben tener y fomentar entre sí
los novios, aunque sólo sea por las reacciones imprevisibles, que sobre todo en
la joven pueden surgir.