Decálogo del Conductor y Orientaciones para los Usuarios de la Carretera
Páginas relacionadas
Puede dejar un mensaje
en facebook
Visite el
Weblog
Taxista
Misionero
61. En todo caso, para recordar al automovilista la práctica de las virtudes, alguien ha querido formular un “decálogo” especial, a semejanza de las 10 “Palabras”, es decir, los Mandamientos del Señor. Lo reproducimos a continuación, indicativamente, teniendo en cuenta que se podría formular también de otros modos.
-
No matarás.
-
La carretera sea para ti un instrumento de comunión entre las personas y no de daño mortal.
-
Cortesía, corrección y prudencia te ayuden a superar los imprevistos.
-
Sé caritativo y ayuda al prójimo en la necesidad, especialmente si es víctima de un accidente.
-
El automóvil no sea para ti expresión de poder y dominio, y ocasión de pecado.
-
Convence con caridad a los jóvenes, y a los que ya no lo son, a que no se pongan al volante cuando no están en condiciones de hacerlo.
-
Brinda apoyo a las familias de las víctimas de los accidentes.
-
Haz encontrar a la víctima con el automovilista agresor en un momento oportuno, para que puedan vivir la experiencia liberadora del perdón.
-
En la carretera, tutela la parte más débil.
-
Siéntete tú mismo responsable de los demás.
Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes
Lea más al respecto:
PASTORAL PARA LOS USUARIOS DE LA CARRETERA
I. El fenómeno de la movilidad humana
Circulación vial y progreso humano
II. La Palabra de Dios ilumina el camino
Ejemplos del Antiguo Testamento
Cristo es la Vía, Él es el Camino
La psicología particular del conductor
Evasión de la vida diaria y placer de conducir
Desequilibrio comportamental y relativas consecuencias
Un fenómeno que no es patológico
IV. Aspectos morales de la conducción
Conducir quiere decir “convivir”
Conducir quiere decir controlarse
Conducción de un vehículo y peligros correspondientes
Obligatoriedad de las normas de circulación
Responsabilidad moral de los usuarios de la carretera
V. Las virtudes cristianas del conductor y su «decálogo»
La Caridad y el servicio al prójimo