15 días con el P. Julio Chevalier msc
ILUMINACIÓN INTERIOR DE JULIO CHEVALIER: 15 días guiados por el fundador de los Misioneros del Sagrado Corazón
¿De qué se trata? Queremos conocer «la anchura y la longitud, la altura y la profundidad» (Ef 3, 18) del Corazón de Dios. El Padre Julio Chevalier, fundador de la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón, nos tomará de la mano por 15 días. Su intérprete será el P. André Mayor que ha reunido los textos que ofrecemos aquí.
¿Cómo comenzó todo? ¿Cómo adentrarnos en los misterios del Corazón de Jesús?
Todo ser creado es «una palabra de Dios»; éste es, pues... el sentido general y común de toda creatura (S 294).
Dios comienza a mostrarse a través de la creación, como dice el padre Julio Chevalier. «Que se haga la luz»; hubo una tarde, hubo una mañana, fue el primer día... el segundo... el séptimo. Para leer entre líneas hay que ser poeta: «Al separar la arena del agua, Dios preparaba como una cuna a la que Él vendría» (Priére du temps présent, p. 988, himno compuesto por Didier Rimaud). Luego vinieron los profetas...; y en estos tiempos, que son los nuestros, Dios «nos ha hablado por medio del Hijo...» (S 15-16, cf. Hb 1, 1-4).
De un modo más conciso, el padre Julio Chevalier dice: Todo ser creado es una «palabra» de Dios; y añade con precisión capital que, de todas las «palabras de Dios», el Sagrado Corazón de Jesús es la última(S 84). Este Corazón, lleno de todos los tesoros que Dios pudo concentrar en Él... con todas las gracias que de Él emanan como de una fuente inagotable..., este Corazón no puede ser más que una «palabra de amor» (S 115).
¿Queremos conocer «la anchura y la longitud, la altura y la profundidad» (Ef 3, 18) del Corazón de Dios? En ese caso debemos tomar el camino de Chevalier. Tenemos que ir con él, paso a paso, partiendo de la más minúscula de las creaturas de Dios (el átomo) a la más sublime (el Corazón traspasado de Jesús). Debemos pasar revista a todas, escuchar la palabra que nos dice de Él cada creatura y, a cada nuevo descubrimiento, detenernos a orar, a meditar y a dar gracias. Cada nueva revelación nos descubre un poco más el «Corazón» que Dios nos quiere mostrar. La plegaria de Chevalier es un «recorrido», una «exploración» cuyo sentido no aparece a plena luz hasta que lo alumbra el sol del Corazón traspasado en el Calvario. Éste es el recorrido que vamos a seguir.
He aquí los días que vamos a recorrer:
Primer día: Debemos oír las «palabras» que dicen el átomo, los mundos y (segundo día) el hombre... ¡Tantas creaturas que desvelan, cada una en su medida, algo del Corazón de Dios. Pero, ¡ay!, ¡a qué distancia del modelo! (S 70). Si Dios quiere revelar su Corazón todo entero —algo de lo que está persuadido Chevalier—, es preciso que siga mostrándose cada vez más; y Chevalier le conjura a ello con insistencia (tercer día): Apareced, sol de soles, luz del mundo... Jesús, Jesús, apareced entre los resplandores de vuestro Corazón adorable, esa hoguera de amor, esa fuente de vida, de gracia y de bendición... (S 75). ¡Qué iluminación! ¡Qué emoción!
La Encarnación, si se puede decir así, se impone a Dios como una necesidad. Et Verbum caro factum est. Cuarto día: podríamos pensar que el misterio está cumplido. Pero no. Por Jesús, que «llama a seguirlo», la Encarnación se pondrá de manifiesto a lo largo de la historia hasta el final de los tiempos. Quinto día: Jesús agrupa, forma «un cuerpo» para Él: «Venid a seguirme»: la Encarnación continúa. Sexto día: he venido para los enfermos y los pecadores: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados». Jesús forma para Él un «cuerpo saludable». Séptimo día: las muchedumbres lo siguen, caminan tras Él; Él se convierte en su «Pastor», dispuesto a dar su vida y, porque nos ama(octavo día), se hace para nosotros «Eucaristía cotidiana, acción de gracias y ofrenda» (S 70) para gloria de Dios y salvación del mundo; mucho más (noveno día), se convierte en el compañero de [nuestro] exilio... para servirnos de alimento (M2 16).
Décimo día: «Verán al que traspasaron». Última subida hasta la cima del Calvario, donde (Jn 19) veremos el Corazón de Jesús y el Corazón de Dios tan íntimamente unidos el uno al otro que ya no son más que uno (S 84). Del Corazón del Verbo encarnado, atravesado en el Calvario -dice entonces Chevalier-,veo surgir un mundo nuevo, el mundo de los elegidos (S 145-146). Con y como Chevalier, «veremos» entonces que, de todas las palabras de Dios, el Corazón traspasado de Jesús es «la última de todas». Después de aquélla ya no puede haber otras. El Padre no tiene nada más que añadir.
«Todo está cumplido». Le queda un suspiro. «Uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua» (Jn 19, 34). Entonces, inclinando la cabeza, Jesús entregó el Espíritu. Así concluye simplemente y con sobriedad su vida... Que nadie le ha arrebatado, sino que es Él quien la ha entregado. ¡Por amor! Undécimo día: Jesús ha muerto. Detengámonos largo rato a contemplar y adorar, con Chevalier y con todos los hombres, para dejarnos transformar completamente por el Espíritu que hace nuevas todas las cosas. Duodécimo día: Jesús ha muerto, pero nace un hombre nuevo. El mundoantiguo ha pasado; ya ha nacido un mundo nuevo. Venga el hombre nuevo, venga el mundo nuevo.
Decimotercer día: el Corazón de Jesús es el «remedio de todos nuestros males»; ha vencido a la muerte y al mal (S 191). Sólo Él puede librarnos; dejémonos curar por él. Decimocuarto día: perfectamente «en consonancia con el Corazón de su Hijo», María, Madre suya y nuestra, se convierte verdaderamente en ese momento en «Nuestra Señora del Sagrado Corazón». Decimoquinto día: Ella nos conduce a la fuente de agua viva que brota de su corazón. ¡Venid benditos de mi Padre! ¡Venid a beber de la fuente!
Meditación
Así pues, todo lo que Dios hace tiene por objeto ganar nuestro corazón; todas sus obras son una oración: «Hijo mío, dame tu corazón; dame, pues el amor es libre; no quiero arrebatarte el corazón contra tu voluntad, pero dámelo; y para mí es suficiente: poseyendo tu corazón, te poseeré todo entero y, a través de ti, todo lo demás». Dios ya nos posee, a nosotros y a todas las cosas, por derecho de creador; su dominio es absoluto; pero además desea poseerlo todo como don; Él lo da todo y quiere que se le dé todo. Y como todo lo da por amor, quiere que se le dé todo también por amor. De igual manera que hay en Dios un don, el don por excelencia, el don que lo encierra todo, que lo da todo, el don que es su propio amor o el Espíritu Santo, así también hay en nosotros un don que es nuestro don, el don por excelencia de toda creatura; es el amor de nuestra alma, y el órgano de este amor es el corazón. Tenemos todo el Corazón de Dios, y Él quiere todo el nuestro: ¡Hijo mío, dame tu corazón! (S 73-74).
Conozcamos ahora quién es el P. Julio Chevalier
SIGLAS
A Annales de la Petite Société
C Un corazón nuevo y un espíritu nuevo (E. J. Cuskelly, msc)
F Florilegio Chevalier
M Missio ad gentes
M1 Méditations pour tous les jours de l'année,
selon l'Esprit du Sacré-Coeur, tomo 1
M2 Méditations pour tous les jours de l'année, selon l'Esprit du Sacré-Coeur, tomo 2
MS Manuscrits sur le Sacré-Coeur de Jésus
N Notes intimes
ND Notre-Dame du Sacré-Coeur
R Retraite de huit jours selon la méthode de saint Ignace
S El Sagrado Corazón de Jesús
T Un témoin (Charles Piperon msc)