Orar con los Misioneros del Sagrado Corazón
Cuarta Semana: Lunes
TÚ ERES MI HIJO AMADO –
TÚ ERES MI HIJA AMADA
Estoy en sus manos;
Él hará conmigo
lo que le parezca bien.
Y yo me someteré siempre
a su santísima y adorable voluntad.
Julio Chevalier, 1907
Miren qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! Por eso el mundo no nos conoce porque no lo reconoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado todavía lo que seremos.
Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
1 Juan 3,1-2
El Dios eterno se nos presenta como el Dios del amor. Esto lo experimentamos cada uno con el maravilloso regalo del Bautismo que nos hace hijos de Dios. Somos acogidos por Dios quien nos ama más que cualquier persona humana. Y esto nos debería llenar de mucha alegría y gratitud, pues así somos capacitados a convertirnos cada vez más en personas de amor.
Silencio