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Te damos gracias, Señor ….
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porque tú nos has dado como madre a Nuestra Señora del Sagrado Corazón:
nuestra «fundadora» solía decir Chevalier, ha acompañado siempre nuestras empresas misioneras y muchas veces hasta las ha precedido.
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porque tú nos has hecho un maravilloso regalo
haciéndonos herederos del carisma del P. Chevalier. Su manera de contemplar en tu Corazón tu amor personal, compasivo y misericordioso por cada ser humano, nos permite llevar el remedio a los males de los que padece la humanidad del siglo XXI.
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porque tú nos abres la puerta al futuro
al hacernos redescubrir la envergadura de Chevalier y la fuerza que representa la espiritualidad del corazón.
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porque tú nos sostendrás en la fidelidad
por medio de la fuerza de tu propia fidelidad y gracias al ejemplo de tantos de nuestros hermanos M.S.C. de tiempos pasados y de hoy. Tu Espíritu nos ayude a leer los signos de los tiempos y nos empuje a nuevas audacias apostólicas…
¡Gracias, Señor! ¡Haremos que sea amado en todas partes tu
Corazón!
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