Una manera de actuar contra la telebasura
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Monseñor José Gea
Actualizado 26 agosto 2013
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Hace cosa de un año, con motivo de un magacín de Telecinco, escribí
un artículo sobre cómo acabar con la telebasura. Pienso que si los católicos
quisiéramos, podríamos evitarla. ¿Cómo? Sencillamente, no comprando los
productos que se anuncian en esos programas. Así de sencillo y así de fácil.
Si Telecinco ha cerrado un programa por falta de anunciantes, ¿no se podrían
cerrar otros por el mismo motivo? Pregunto: ¿No habría alguna institución
que se preocupase de informar en qué programas o medios de comunicación se
emiten, aconsejando y animando a los católicos y a gente de buena voluntad a
que no compren los productos que se anuncian en esos programas? Es claro que
previamente habría que hablar con los anunciantes.
Menos quejas inútiles y más actuaciones coherentes y responsables. Cierto
que no va a ser fácil, pero sí posible. Lo que no es lógico es que nos
quedemos en puras lamentaciones. Un grupo de seglares bien formados y
dispuestos a actuar es lo que hace falta. Si se ve que esta acción es
positiva, ¿no valdría la pena iniciarla?
Recuerdo esto que dije en una ocasión, porque acabo de leer en Religión en
Libertad, que "Tres anunciantes de primera categoría (Burger King, Mutua
Madrileña y McDonald´s) han pedido que su publicidad no esté en un programa
que es un exponente muy claro de la telebasura", explica a ReL el presidente
de HazteOir, Ignacio Arsuaga.
Aunque HazteOir ya había conseguido éxitos importantes, como la campaña
contra otro producto-basura, Salvados por la Iglesia (esta vez en laSexta),
"el impacto de la campaña actual es muy superior por el número de las
adhesiones y por su impacto mediático".
Con ello quiero decir que si los católicos queremos, sin aspavientos ni
manifestaciones, podemos conseguir que desaparezcan programas o, incluso,
cadenas; ¿cómo? Sencillamente no comprando los productos que se anuncian en
esas cadenas, ya que las cadenas se mantienen económicamente con los
anuncios. Hay muchas clases de detergentes, de galletas, de dulces, de
refrescos, de conservas, de frutas, de pescados, de carnes… de todo. Se
suele decir que la marca del producto que se anuncia es la mejor, aunque eso
no se lo cree nadie.
¿Qué pasaría si, en vez de comprar los productos que se anuncian en esos
programas o en esas cadenas, se compra otro de distinta marca y en paz?
Seguro que los hay más baratos y mejores. Y si esos medios de comunicación
no pueden sostenerse sin esos anuncios, se solucionó el problema en todo o
en parte. Que emitan lo que quieran y que hagan lo que quieran, pero los
católicos creo que no debemos apoyar de una u otra manera todo lo que
suponga inmoralidad y ataques a la Iglesia. Ya son muchos los ataques que se
hacen a la Iglesia; no apoyemos con nuestras compras el que se sigan dando
con nuestro apoyo económico.
El hecho es que el objetivo se ha conseguido y se puede seguir consiguiendo.
Si alguna televisión con toda libertad emite programas antirreligiosos o
inmorales, ¿por qué los católicos no podemos dejar de comprar los productos
que se anuncian con los que se mantienen económicamente esos programas y
esas cadenas?
Me parece que es de sentido común actuar de esta manera, o de otra que se
crea más conveniente para conseguir este objetivo.