La Lógica histórica: Historia y Sistematización
Una meditación
sobre el ser y el devenir.
De Henry Deku, Munich
I
¿Por qué San Marcos (9, 2) se permite la aparentemente superflua indicación de fecha: post dies sex – seis días después? Justo antes ha acontecido la institución de Pedro como roca de seguridad[1] para el rebaño, como piedra protectora contra los muy conocidos poderes del infierno - una solvente confirmación de la "Iglesia institución" (Pedro, Santiago, Juan) de manera que ella podría ser asimilada entre los cortesanos (Moisés y Elías) y reinado del "Hijo adoptivo"[2]. Para evitar dudas innecesarias se ofrece sencillamente una retro-proyección: como se sabe el 1. Día del 7. (!) mes se celebra la fiesta del Año Nuevo judío como comienzo de una renovada vida espiritual; por eso un período penitencial, que ya ha comenzado anteriormente, se prolonga hasta el 10. día del mes (iom kippur). A esta ardua dinámica de penitencia y autosuperación (tshubah, slikhot) le sigue el día 15. 7., es decir, post dies sex[3], la fiesta de la alegría que por medio de una choza sin techo -a veces también por medio de una nube- simboliza la cercanía de Dios: por eso Pedro quiso construir tres chozas en del monte Tabor[4]. Esta fiesta de las chozas (ssukkot) ha sido en mucho la fiesta más popular del calendario; se solían hacer procesiones alrededor del altar mayor, con libaciones aquae vivae[5].
San Juan (2, 1) transmite una indicación de fechas no menos remarcables: tertia die. El día martes de la semana de creación se dijo dos veces valde bona[6]. Por eso se celebran las bodas judías preferentemente el día martes. Así también Cristo realiza su primer milagro el día martes con ocasión de unas bodas, prefigurando de esta manera su propia boda con la Iglesia.
Ésas, pues, serían dos breves indicaciones para subrayar la intención pedagógica de integrar todos los acontecimientos importantes en el calendario del Antiguo Testamento, es decir, una muestra de lo que podría ser un “aviso comercial”, una especie de invitación para los judíos. Aunque podrían ser muy diversas los motivos de cada momento, en el fondo sin embargo, sucede siempre lo mismo y en este hecho se atestigua la fidelidad de Dios para consigo mismo; y eso es para la Biblia la razón relevante, “sistematizante”, su lógica histórica. No es que Cristo por casualidad ha aparecido en unas bodas de Caná sino, igual que Israel peregrinó 40 años en el desierto para celebrar al pie del monte Sinaí su fiesta de compromiso, de la misma manera Cristo se fue al desierto por 40 días para luego anunciar el comienzo del banquete de bodas escatológico: la verdad eterna, pues, de la permanente disponibilidad de Dios de acuerdo a su compromiso matrimonial con su pueblo... A pesar de, o más bien, justo por este interés apasionado en una verdad que no es esencialmente histórica, el hebreo no dispone de un término para decir historia que, por lo menos en grado mínimo, sea más característico o tenga más contenido que los equivalentes griegos y latinos pragmata y res gestae: también "d'barim” sólo significa acontecimientos, cosas -nada que contenga algo indicativo de una potencia activa o de un contenido numinoso.
Recién "el fenómeno de la historia", perfilado como tal por los fautores de la romántica alemana, se muestra totalmente inaccesible para cualquier tipo de lógica histórica: recién ahora, así piensan, el hombre se comprende a sí mismo como un ser totalmente histórico, recién ahora existe la "historia del desarrollo del espíritu" (puesto que la verdad misma y no solamente su percepción deben someterse a un devenir); por eso también Dios recién "deviene" en el sentido como que “deviene” históricamente; la razón: si de alguna manera estuviera perfectamente acabado entonces en la misma medida carecería de libertad, ya que el futurismo gnóstico de la libertad sólo puede admitir un espacio futuro irreal para las manifestaciones de la libertad (una vez perfeccionada, la libertad se acaba, ya no es libertad, así dicen: Nicolai Hartmann). La historia sacada de su categoría óntica y trasladada a una categoría ontológica se convierte en la verdadera ciencia modelo - en detrimento de la matemática que había ocupado este rol hasta alrededor del año 1700 ya que después se convierte lentamente - un truco de los ateos- en un juego operativo a no ser que se le haya degradado a una disciplina auxiliar de la técnica.
Esto rinde sus frutos en seguida: a partir de ahora “l’histoire justifie ce que l’on veut - la historia justifica lo que uno quiere”[7]… Hasta bien comenzada la iluminación la historia fue una colección de ejemplos de personas y de hechos más o menos válidos para la imitación; en el mejor de los casos fue un intento de romper la limitación demasiado individual: egredi humanae imbecillitatis angustias[8]. Ahora se justifica la buena conciencia para desarrollar filosofías de la historia en la dogmática de la encarnación: ¿acaso la circunstancia que Dios se haya convertido en factum no entraña un nuevo valor adicionado para todo lo fáctico?
Precisamente en eso está el engaño: pues en la Biblia lo que importa es lo "típico", lo recurrente y el emét[9] de Dios, es decir: así como Isaac carga la leña así Cristo carga la cruz; así como Dios habló en el Sinaí así envió a su Verbo por medio de María. Precisamente a través de la eliminación de la contingencia del tiempo se da una serie de typoi[10] que tienden todos hacia la mismaakme: Cristo está permanentemente presente en el sacrificio eucarístico de sí mismo, de manera que cada día puede llamarse feria.Heri et hodie acontece lo mismo porque el Cristo como punto fijo del heri et hodie, del ayer y del hoy, es siempre el mismo; de esto modo la "lógica" de la historia coincide prácticamente con una invitación permanente pratiquer la présence de Dieu[11].
Por tanto, siempre se trata en todo momento de una historia tipológica o mística por el pleon akmazein[12], todo lo que es típico está caminando hacia Cristo que es saceramentum futuri – con el resultado que cada día es Navidad, cada día es Pascua. Ciertamente para ello en algún momento y en algún lugar debe haber sucedido por primera vez la Navidad y la Pascua. Pero justamente por su unicidad no fueron acontecimientos de casualidad puntual como sucede todo lo demás que por ello no puede nunca estar siempre y en todas partes presente.
El teólogo griego de los mitos Salustios quiso que todo lo existente deba entenderse de manera simbólica[13]. En cambio, la tesis cristiana de la recurrencia se basa en el hecho que esto tenía que suceder de manera ejemplar, y eso de tal manera, que cada uno directamente esté involucrado e intencionado en ello: quid enim tibi prodest si Christus quondam venit in carnem nisi quoque ad tuam carnem venerit? Oremus ut illius quotidie nobis adventus fiat[14]. Todo acontecimiento de ahora en adelante es histórico en cuanto vuelve de manera periódica o, mejor dicho, de manera cíclica ya que se convierte -horizontalmente entreverado con otros acontecimientos- por medio de una correlación vertical en portador de un significado transtemporal. Ya no se es solamente espectador sino miembro corresponsable de la cadena de la tradición. "Considerar en primer lugar la historia y luego como segundo pensamiento atender a la doctrina que debe transmitir, eso hacemos los occidentales que en nuestra seca literalidad estamos siempre predispuestos a hacer; en cambio, es el revés del orden judío de ver las cosas"[15].
Una derrota militar o una enfermedad pueden convertirse así en un castigo por el pecado. Y también, uno se castiga a sí mismo con el adulterio porque su conversión a la diosa de la fertilidad, al culto a los ídolos, de hecho se equipara con adulterio en relación con Dios porque no solamente aliena al hombre de Dios sino él se hace daño a sí mismo como lo que quieren enseñar los relatos sobre Elisha ben Abujah[16]: es decir, la perversión del pensamiento de jugar con dos principios originales, es decir, de atribuirle poder a una competidora Magna Mater, tiene como consecuencia que se dé también la perversión sexual- ambos son uno ya que el hombre es uno; etc.
Por tanto, todos los contenidos festivos están siempre presentes ya que, para ser exactos, en las Sagradas Escrituras no existe ni un "antes" ni un "después": en muqdam w'en mu’khar batorah[17], de manera que, por ejemplo, cada uno está obligado de imaginarse que él mismo ha salido de Egipto, él mismo ha estado presente en todo ese acontecimiento. Esta inesperada recurrencia, inesperada porque generalmente se asocia con la vuelta cíclica de Nietzsche, sirve para eliminar el peligro que uno se considere como aquel a quien la historia no toma en cuenta: "hodie natus est non sibi Christus sed mihi – hoy Cristo ha nacido no para sí sino para mí”[18]. En consecuencia la Torá también es nueva cada día ya que todo lo pasado sucede nuevamente hoy[19].
Otros typoi son los hijos nacidos de madres estériles: Isaac, Samuel, Juan el Bautista - o la circunstancia que todo lo nuevo sucede sin la presencia de testigos, por ejemplo la creación del mundo y la resurrección (mirabiliter condidisti et mirabilius reformasti – de manera admirable creaste y de una manera más admirable aún recreaste)-o que Adán es tomado de terra virgo[20] y como Cristo de manera correspondiente proviene de una mulier virgo. De esta manera el nacimiento virginal es el comienzo de un acontecimiento sobrenatural y no sólo anticipa el vacío del sepulcro sino también aquel elemento de la tradición rabínica de acuerdo a la cual Sara ha concebido por la intervención directa de Dios, es decir, de manera virginal (¿o solamente quiere decir "sin el placer sexual"?). De todos modos es una tipología de causalidad sobrenatural[21] cuyo comienzo debe mencionarse para que su akme no tropiece con una incredulidad demasiado grande: me apiston ton ek parthenou tokon egesasthai como dice Gregorio de Nisa[22]: tois elatosi thamasi paragymnazei ton apiston ten synkatathesin - el milagro menor es pues un entrenamiento para prepara para el milagro mayor.
Todas las manifestaciones y discursos a través de los siglos encontraron su culminación en la encarnación: "Dios habla por la Encarnación del Verbo"[23]; con todo, se requiere la capacidad de trazar estas líneas de unión para llegar al resultado que la historia precisamente en su devenir se cumple continuamente. Es realmente el lugar de un commercium “transmitológico” e ininterrumpido entre Dios y el hombre y, al mismo tiempo, es una mystica historia[24] porque el pasado y el presente están unidos en una continuidad llena de sentido: "porque en la historia ciertamente llegamos a conocer los acontecimientos pasados pero también experimentamos en el presente el poder de esa acción”[25]. De otro modo solamente procuraríamos una cronología indiferente cuando realmente se realiza permanentemente el drama de la Navidad del Señor: "la Iglesia siempre, aunque le ataque el dragón, da a luz a Cristo porque en el sufrimiento la Iglesia da a luz a Cristo por medio de sus miembros"[26]: es un nacimiento que frecuentemente está acompañado por la cruz ya que tampoco Cristo huyó de la cruz sino consideró su misión que había que cumplir las Escrituras de manera que él tenía que padecer - el edei[27] ha de considerarse como una pasión libremente aceptada. Él es tipológicamente la akme, el cumplimiento, y, al mismo tiempo, el origen de todas las promesas: "en todos los pasajes que trataban de él"[28]. En él se encuentran la libertad y la necesidad al mismo tiempo. El edei de Lucas no es un ananke mítico.
Cuando se elimina el contenido específico interior de esta historicidad cristiana nada más queda una categoría formal que se convierte en algo explosivo en la medida que se le atribuye la antigua dignidad, y esto hasta la consecuencia que Dios se transforma en historia. La correlación global con este tema que, además de asumir las reglas acostumbradas de una anticipación llena de ilusiones, también acepta el papel del "Dios todo en todo", no puede ser muy interesante fuera del pensamiento bíblico. Es que ya no se requiere la manifestación de la fidelidad de Dios: "tychas deinai skedon apanta anthropina pragmata[29]. Al contrario, se entiende perfectamente el siguiente esquema sencillo y completo y a la vez convicente para el pensamiento bíblico:
· Adam sino viro sine femina – Adán sin varón y sin mujer
· Eva ex viro sine femina – Eva del varón sin mujer
· Christus sine viro ex femina – Cristo sin varón de mujer
· omnes alii ex viro ex femina, - todos los demás del varón y de la mujer
por medio de lo cual se aclara entre otras cosas como la mujer, superando su posición original de asistente (¿la costilla acaso es un símbolo de la luna menguante?), asciende a ser la causa secunda par excellence[30]: se convierte hasta en Dei genitrix: y no mencionamos el proceso paralelo de considerar a la mujer como superior, idea que se refleja, por ejemplo, en la frase de Bernardo de Claravalle: "si el varón no cae sino por la mujer tampoco no es levantado sino por la mujer"[31].
Resumiendo deberíamos poder concluir de que es muy viable y permisible está lógica histórica: "los tipos del conocimiento histórico"[32]. Abrahán tuvo, como se sabe, que dejar su tierra Ur, Cristo nace en el extranjero, en medio de pastores despreciados por su pobreza. Parece, pues, inevitable la pregunta si no se manifiesta en estos paralelismos una ley suprahistórica, un logos: "hemos escuchado un acontecimiento, busquemos el ministerio"[33]-"ahora el momento nos exhorta a hablar sobre los misterios"[34]. En el año 622 se encuentra nuevamente la Ley en el templo, de manera parecida también el Cristo de 12 años[35], o cuando uno quiere un ejemplo respecto al hecho de un typos determinado que está yendo hacia su culminación en la misma persona, entonces nada más se requiere que recorrer las estaciones de la vida de Cristo. Luego de la adopción en el bautismo[36] sigue la manifestación ante los cortesanos[37] y luego la entronización en la Cruz que requiere solamente su confirmación por aclamación pública: "éste era verdaderamente Hijo de Dios"[38]. O se manifiesta en el sábado de la historia de salvación cuando todas las opera Christi han concluido, entonces aparece la nube de la Ascensión[39] que ya se había manifestado en el templo[40], había cubierto el monte Sinaí[41], había envuelto el tabernáculo[42] y había servido como columna de nube luminosa durante el éxodo. Cubrir con su sombra es también el término para aquel momento en el cual surge la nueva vida desde Eva hasta Cristo; a veces también se llama sueño profundo (tardemah) y es como un sacramento primordial. De todos modos se trata de un símbolo para lo que es inefable: "no es la nube que recibe a Cristo sino Dios Padre que recibe al Hijo"[43]. Desde la choza hasta la nube - siempre se trata de una apertura para aquello que no puede ser localizado pero actúa en la historia de manera que cada momento en cierto sentido se convierte en un foco de varias líneas tipológicas. Siempre se ha podido distinguir entre lo patente y su significado más profundo[44], pero ahora se extiende este intento de descubrir la lógica histórica a toda la historia - y así la muerte de Cristo se convierte en salutis sacramentum para todo hombre[45].
Ver y oír.
Otra interpretación errónea muy difundida se relaciona con el ver y el oír. "El pensamiento griego ante todo es caracterizado por la visión de lo visible, el pensamiento bíblico a partir del oír de lo invisible"[46] – lo que seguramente es falso en cuanto a la caracterización global. Es verdad que el ver es aquella percepción que sabe diferenciar mejor[47] y perderla sería lo más doloroso[48]. La intimidad parece darse más por la palabra escuchado: Hippolytos escucha la voz de Artemisa[49], de manera que Teofrasto puede llamar la percepción auditiva como la más emocional[50], ¿quizás porque se impone más que las demás? También los verbos del conocimiento muchas veces no tienen características ópticas: cernere significa cribar, scire significa separar, sapere significa gustar[51]. Eidosciertamente tiene que ver algo con una figura visible[52], es por tanto figura geométrica, tipo constitutivo medicinal[53], es finalmente también una manera abstracta la disposición de las cosas[54]. De ello resulta que, ya que la filosofía es el don más grande de los dioses, por eso opsis es lo más útil[55]: "realmente el ánimo habita en los ojos"[56]. A pesar de ello o justamente por eso el vidente ciego es mejor[57]. Sócrates, sin embargo, no ve nada sino escucha una voz interior[58], Plotino hasta la escucha desde arriba[59] - expresión del esfuerzo más poderoso del espíritu griego para establecer o preparar un contacto[60] con la divinidad.
También el escuchar lleva al conocimiento[61]. El oida implica un haber visto[62], pero el synienai tiene una base ante todo acústica de manera que se puede decir: se puede oír siempre y solamente cuando no se dé a una interrupción por medio de cualquiera de las pasiones, es decir, el ruido interior ha sido eliminado: " vox quae ob egregiam castimoniam tersae protereaque intelligentiori animae praesertim coetumque solitá divinitatis revelaret - la voz que a causa de la suave y por eso más inteligente castidad le revela al alma la presencia y la cercanía acostumbrada de la divinidad"[63] .
De manera contraria se le interpreta el hablar de Dios como un acontecimiento desmitologizado - justamente de parte de la tradición de teología bíblica: "el discurso de Dios parece dirigírsenos más bien desde adentro y no tanto por medio del oído"[64]. La palabra de Dios no se acoge con los oídos sino con la mente:" al escuchar por la mente, suena silenciosamente en el oído del corazón"[65] - "por razones externas de la eterna e inconmutable sapiencia no fue por el sonido de una voz corporal que Dios llamó a la luz día"[66]. En este campo todas las distinciones artificiales son caducas: "en el alma no es una cosa el oír y otra cosa el ver"[67] - con esto se ha avanzado en la lógica histórica lo más que se puede.
Y lo que no debería existir según el prejuicio moderno, se está dando en abundancia, me refiero a las teofanías en el Antiguo Testamento[68] como también, del otro lado, en el espacio mediterráneo "óptico" se da algo como una voz caída del cielo se le dice locutor: Aius Locutius o Loquens[69]. Sólo una vez, así parece, se le escucha y se le ve al espíritu protector[70].
Por lo demás se puede comprobar estadísticamente que en el Antiguo Testamento el ver aparece en doble cantidad en referencia al oír; en el Nuevo Testamento la proporción es más o menos de 5 a 2[71]. Puesto que es más fácil la geometría de la óptica por eso su uso es más perfeccionado hasta muy entrada la modernidad mucho más que la acústica. Se comprende por qué se le prefiere a la óptica en la vida de todos los días: voici no se distingue en nada de la palabra hebrea hineh.
Tratar de desarrollar una tipología del ver y oír según “el espíritu popular” es imposible y no solamente porque “el espíritu popular” es un concepto muy problemático, sino también terminaremos nuevamente en la distinción clásica del ver y oír de un lado (eidos y logos parcialmente pueden convertirse el uno en el otro y muchas veces son sinónimos) y del otro lado porque existe una musicalidad vaporosa de la inclinación romántica ("la emoción es el todo"). Tampoco podemos esperar mucha ayuda de Lutero encerrado en su emotividad: "sólo los oídos son órgano del hombre cristiano"[72], mientras que Descartes igualmente está convencido que el sentido de la vista "es el más universal y el más noble"[73]. Que la profundidad se encontraría en la luz: thes d’aletheias to phos[74] y no en aquello que también Hegel de manera crítica tilda "el susurro sin forma del sonido de campanas o una caliente presencia de neblina"[75]; esto ya no se sabe en amplios círculos especialmente de ambientes pietistas desde el 1700. La luz estorba, especialmente al pecador[76], luego también a los adversarios del racionalismo que prefieren el subconsciente y no admiten otra cosa sino criterios subjetivos de convencimiento: "el ojo siempre seguirá siendo un observador frío... solamente el oído es el más íntimo, el más profundo de todos los sentidos"[77]. El "discurso mágico de la música maravillosa"[78] nos garantiza, pues, "que ningún color es tan romántico como lo es un sonido"[79]. Se puede por tanto decir de todo el siglo XIX: "una sed creciente de emociones fuertes"[80].
II
Ya que la historia es algo totalmente opuesto a la acumulación de casualidades, -eso precisamente por medio de su encarnación tipológica-, y puesto que el ejemplo de los dos sentidos más prominentes [81]-la haphe se consideraba desde siempre como predominantemente animal[82]- todo esto ha contribuido a clarificar cuál es la tendencia de la lógica histórica; sólo quedan ahora por analizar las consecuencias que provienen de este método aplicado, justificada o injustificadamente, en relación con el problema de Dios. Ya se ha acercado a la articulación de la inmensa plenitud luminosa del agathon[83] un cuasi contemporáneo de Platón[84] de manera que Aristóteles pudo intentar de expresar esa auto-compenetración luminosa fácilmente asociándola con Dios: noeseos noesis[85]: estamos ante la máxima racionabilidad que no admite ya accidentia puesto que no es un fenómeno psicológico, al contrario, es el fundamento de toda la psicología como también de todas las disciplinas científicas - es pues pura teoría que por ello no debe confundirse con algo que no tiene vida[86]. Todo lo contrario, Dios es "indudablemente inmóvil en lo último de la estabilidad"[87]; puesto que se trata de la concurrencia de cuatro relaciones y de tres personas cuya diferencia mínima permite la circumincessio y con ello permite la coincidencia de quietud y movimiento: motus quiescens, es decir, stabilis motus[88]: theos… estos kai kinoumenos[89]. Lo que está totalmente equilibrado en el divino "esti” aparece en las categorías como a el “on”, resultante y la implicación mutua de quietud y movimiento, y de entidad y diferencia; al fin y al cabo será siempre lo que permanece, lo que, sin embargo, actúa bajo diferentes aspectos como fundamento para el ser y el sentido. Al fin y al cabo es aquello que tiene como cualidad una participabilitas ad extra, es decir "la naturaleza divina bajo el aspecto de una posibilidad de ser imitada"[90]. Realmente pertenece a la esencia de el supremum, de el ariston en tois ousi[91], de permitir de participar de el: ciertamente es epekeina y, sin embargo, pánta oti málista genesthai eauto[92]– totalmente independiente y sin embargo, epion kai prosenés[93], es decir, causa y al mismo tiempo Padre: poieten kai patera toude tou pantos[94] causa y al mismo tiempo pronoia[95], causa y al mismo tiempo erasmion[96]. La divinidad practica hasta la filantropía en cuanto activamente se preocupa, envía angeloi para exhortar[97], y también se alegra de esfuerzos y alcances extraordinarios: "por medio del gran amor para con ustedes de parte de los dioses inmortales"[98]. Desde la Atenas de Omero que promete a Odiseo estar para él "presente": paressomai[99] hasta en el caso de Asclepio[100], en un tiempo posterior, se tienen bastantes pruebas de que la actividad no se consideraba solamente como algo "gigantesco que está presente"[101]: no solamente "existe" sino también "viene=elthoi"[102], y más rápidamente que un noema[103]; la divinidad tiene compasión con nosotros Theous eleountas hemas[104]; eso parece ser precisamente la ars divina en general: “o dioses, a ustedes pertenece el tener misericordia”[105]- existía un eleou bomos[106] instituido por Peisístratos; también Aristóteles quiso que se le diera veneración debida Dii soteri kai Atena soteira[107], en fin-todo lo que hacen las divinidades es philanthropon kai kedemonikon[108]
Dios se articula de esta manera a través de una relación interna y una filantropía que proviene de su ser: según eso el hombre está mejor guardado cerca de él que de por sí mismo-o como lo expresa Juvenal: "para ellos el hombre es más caro que ellos mismos"[109]. Que nadie se sienta huérfano[110] porque Dios se coloca delante de uno como protector[111]-por medio de un cuidado activo[112], y esto al detalle hasta la "vocación" de cada uno para la tarea específica de su vida "a ser ese quien Dios te mandó ser y en el ambiente humano en el cual debes serlo"[113].
En sí mismo -sin la relación con el hombre- Dios es pura incommutabilitas: "está realmente solo porque no es comunicable, su nombre es incomunicabilidad"[114]. El resentimiento que ha desarrollado la modernidad de cara a esta posición - Jacobi hace referencia al "aburrimiento infinito" de Lessing "de manera que sentía angustia y dolor"[115] - se vuelve comprensible a nivel psicológico a partir de la consecuencia que se presenta automáticamente: "mirar la quietud significa entrar en la quietud"[116]. Pero precisamente ante este entrar en quietud se tiene una angustia neurótica porque se piensa que esto tiende al la pérdida total de toda vivencia espiritual. Sin embargo, el ens incommutabile es también summum bonum y como tal no es solamente diffusivum sui: también nos atrae hacia él, también cuando estamos durmiendo, es pues totalmente pantachou[117], ante todo y sin excepción fundamento real y racional, la suprema "causa finalis", aitiotatón y aitiotate dianoia[118], puesto que un modelo mecánico sin objeto no es capaz de explicar nada satisfactoriamente[119]. El cosmos solamente funciona porque es agathon syndei porque to pan auto auto syndedésthai[120]: su armonía es el resultado y una correcta correlación, es decir armonía musical[121]. La totalidad de la interrelación y cohesión es provechosa de manera óptima -la relación pathos-mathos incluida- de manera que también el hombre en su "estudio de la eternidad a imitar" puede alcanzar la meta de la eudaimonia[122] y no es forzado a encerrarse en las redes de conceptos abstractos. Sin embargo, puesto que la "causa finalis causa causalitatis est in omnibus causis"[123], por eso el Bien se convierte en factor de lógica y de razón: ten aletheian parecho[124], es decir, la teleología aumenta la inteligibilidad y, de esta manera aún más fundamental, es garante de la continuidad de la permanencia del cosmos: to agathon esti sostikon ton onton[125].
También la encarnación aunque sea un mysterium stricte dictum, quizás se puede aproximar como un acto de desbordamiento, de no querer tener sólo para sí, de una total ausencia de envidia o, para utilizar un término técnico de las escuelas de teología[126]: el ens incommutabile es en realidad un dans esse[127]. Y el instrumento de esta manifestación de la caritas es el logos per quem omnia facta sunt. Es verdad, la santísima Trinidad y la creación no se condicionan mutuamente, sin embargo están relacionados entre sí: "processio divinarum personarum est quaedam origo processionis creaturarum” y en este sentido "Filius sufficiens ratio processionis temporalis creaturae ut verbum et exemplar. Sed oportet quod Spiritus Sanctus sit ratio processionis creaturae ut amor”[128]. De un lado Dios como rex tremendae majestatis significa la presencia de una distancia hasta ahora no acostumbrada, es decir, la falta de imagen[129], de manera que se quedaba solamente el nombre, el cual sólo podía pronunciarse una vez al año en el sanctissimum. Y no es el nombre de una potencia de la naturaleza perceptible por los sentidos sino, más bien, algo a lo que la lógica histórica podría, por ejemplo, aproximarse de la manera siguiente: comienzo y final, alpha y omega[130]. Del otro lado, Dios es tan intensivamente real de manera que todos los matices imaginables del ser real o ser irreal se vuelven irrelevantes, los conjuntivos y los optativos se vuelven superfluos[131]: a su lado todo es como un soplo de aire[132], aunque sea al mismo tiempo el objetivo de su amor: dos aspectos que se complementan mutuamente. Summum ens y summum bonum son uno - distancia absoluta por lo que llama el concilio lateranense IV maior dissimilitudo y al mismo tiempo una cercanía total que viene en ayuda per humanitatem Christi. Ambos aspectos van en paralelo: "veritatem esse ultimum finem totius universi” – y “homo est finis totius generationis”[133], en otras palabras: la gloria divina y la deseada beatitudo per intellectum para el hombre son uno en el fondo, porque Dios es, a pesar de todo, la gloria inmanente en el hombre y no solamente una divergencia radical: anthropon men gar theou hos ktema. Anthropou de thon hos eichema kai ophélema[134].
III
Cuando no se comprende esta integración mutua de ser y amar porque uno no quiere admitir el quiescere entonces surgen justamente aquellos múltiples modos irracionales que a causa de su unilateralidad anti-objetiva no pueden ser muy propicios. "Un Dios que existe, no existe"[135]. Sin embargo, para poder ser "aquí existo", primero tiene que existir en sí mismo, es un estado de perfección eminente y eminentemente gozoso – antes de dirigirse a otro. El ser mismo primario -no en primer lugar la gracia- es el misterio: ahora bien a partir del siglo 15 el misterio se convierte poco a poco en puro concepto. Como se sabe Christian Wolff solamente hable de notione entis y lo más real el ipsum esse subsistens se convierte progresivamente en el vacío de una cópula gramática. Por tanto lo absoluto ya no es, "acontece" solamente (¿probablemente de manera accidental?), "está sobreviniendo"[136] en el mejor de los casos, por ejemplo, en la tesis de Fichte: "será un crear, un sostener, un gobernar pero de ninguna manera existe un creador como alguien que mantiene y alguien que gobierna"... "lo único positivo para el idealista es la libertad, ser es pura negación de lo anterior"[137]. Por eso desde aquí en adelante está permitido de ignorar simplemente todas las instancias trans-subjetivas. La autoridad como tal está equivocada. Y la teología necesariamente se convierte, según los gustos y el estado de ánimo momentáneo, en una maniobra antropocéntrico-política, en una especie de colección de cuentos de hadas y, después que la filosofía se ha declarado incompetente de cara a todos los problemas fundamentales (eso ya comenzó con el debate respecto a la inmortalidad en los tiempos de Cayetano), por eso simplemente se carece de una base sólida para conocer algo. Lo que queda es solamente una confesión: "imposible admitir que exista algo porque en consecuencia el devenir pierde su valor"[138]. Schlegel ya había desarrollado el programa: "la verdadera filosofía... encuentra su máxima realidad solamente en un devenir eterno, en una actividad perpetua vital y en movimiento, que genera desde sí misma las formas cambiantes y las figuras en una multiplicidad infinita y variadísima"... "el ser solamente es un devenir apagado"[139]. En consecuencia a Cassirer sólo le quedaba esa formulación concluyente: "el valor más propio, más rico y más profundo en el mundo es, por tanto, el valor del devenir en sí mismo"[140]. ¿Acaso presumiblemente esto tiene como consecuencia que el devenir está premunido de una apertura indeterminada y ha de coincidir con una "libertad" que no se puede precisar?
En el acto sobreviene el autocastigo en cuanto la unidad de ser y amar lentamente se permuta en devenir y crueldad; el tiempo es lo más interesa, la temporalidad sin excepción es fusionada con cualquier fenómeno, pretenden que también con el axioma de la contradicción[141]. Categorías como causalidad y sustancia -que a partir de sí mismas parecen implicar la posibilidad de una causa prima demostrable y atemporal- simplemente se dejan de lado por abstractas o de alguna manera inadecuadas[142] porque quieren apoyarse más bien en la elocución entusiasta de Hölderlin y Fichte: como si no fuera justamente el renunciar al esquema de la causalidad lo que según la experiencia lleva inexorablemente y siempre hacia un panteísmo de la naturaleza o hacia una gnosis. Es que la razonabilidad en el sentido de una razón participativa ya no es la esencia del hombre sino en su lugar es la historicidad con una pretensión infinita de posicionarse. A veces al participar, por lo menos, por una aplicada lectura de los periódicos[143] en los acontecimientos del mundo entero -que es una especie de autobiografía de Dios- uno puede posiblemente sentirse elevado; pero con mayor frecuencia se siente decepcionado ante las injusticias y hasta ante la crueldad de la historia. Grabbe hace declamar a un personaje imaginario, el duque Teodoro de Gothlandia, de la siguiente manera:
"el tiempo crea, perfecciona y destruye
al mundo y todo lo que hay en él,
pero en un Dios que desde encima del tiempo,
no puedo creer; un tal
no puede, no debe, no quiere ser y no es..."
"¡Maldad omnipotente es lo que
dirige el orbe y lo destruye!
Sí, Dios es malicioso
y la desesperación es el verdadero culto"[144].
Esta tesis de la crueldad naturalmente es inaccesible al intento de descubrir en ella la lógica histórica - ya que donde no hay camino hacia la felicidad solamente se dan el infortunio, la caída, la decadencia, puras incidencias y finalmente el mundo como tal se convierte en " pecado original de Dios”[145]. Esta perversión espuria de la lógica histórica que convierte todo en tragedia, ciertamente no es el resultado de una casualidad sino, desde Leibniz, no es nada más que la última consecuencia de un proceso de sobre-valorización rampante del devenir histórico que actualmente coincide adicionalmente con un proceso de una “biologización” universal del pensamiento[146]. Se tiene miedo de estar condenado a una aridez "escolástica" y justo con eso se cae en la teoría de la ausencia del amor en la historia que, con su dinamismo ciego, empuja a su vez hacia una ausencia del amor en el comportamiento personal "de acuerdo a los tiempos" y quiere legitimizarlo ya que después que
"las fuerzas de la historia me dan la espalda en enemistad,
y dioses iracundos me han enviado a esta vida"[147],
vale solamente el lema: "el toque de prueba del varón consiste en mirar cara a cara la frustración"[148]. No es de admirar de que después del 1770 comience a disminuir la alegría[149].
Si no es posible acercarse con comprensión a la ecuación global fons essendi = fons amoris entonces la fórmula igualmente globaldevenir = consecuencia de infortunio y maldad no solamente se convierte en signo de los últimos de 200 años – les hérésies pèchent par trisesse - las herejías pecan por tristeza- sino que también hace desaparecer el problema de la filantropía. El fieri sine fonte aparece entonces como un juego sin jugador y sin reglas, como un juego que se juega a sí mismo y que, de acuerdo a su naturaleza, ni tiene que tomar en consideración a alguien ni puede racionalizarse y mucho menos puede ser humanizado. En este tipo de sistema sin amor y sin gracia los demás no son nada más que una carga – “l’enfer ce sont los autres - el infierno son los demás” opinaba Sartre.
Con todo, la oscilación entre metafísica racional purificada y la antropomorfa actitud benevolente de Dios para con el mundo en sus períodos “clásicos” tampoco ha podido sostenerse siempre en su pureza sin mancha. En el Antiguo Testamento las dos tendencias que se corregían mutuamente se mantenían paralelas. Se acepta, por ejemplo, que el Nombre de Dios viva en el templo[150], pero de ninguna manera queda en el olvido el cuestionamiento de control: ¿Dios realmente habita en la tierra?[151] Dios se arrepiente[152], del otro lado no lo hace –porque no es un hombre que debería arrepentirse[153]. Finalmente se arrepiente para posibilitar la conversión de Israel[154].
Es importante subrayar que esta exclusión “lógica” de la manera antropomorfa de hablar ha comenzado entre los judíos mismos, es decir, sin influencia griega[155]. Y no ha sido llevada a su conclusión extrema de manera excesivamente doctrinal como en el caso de Spinoza. Los antropomorfismos meramente han encontrado cobijo en el género literario del Midrash - así como lo humano en su dimensión kenotica, que es la que aquí interesa, sólo se puede aplicar a la segunda persona de la Santísima Trinidad.
Entonces si Dios ha hablado con Moisés cara a cara panim el panim[156], en ese caso el comentario de Aquila[157] prefiere que Dios en la presencia de Moisés sólo hable consigo mismo. Le pareció a Abrahán como si estuvieran comiendo; esto es para el comentario menos escandaloso que el "comieron". "Dios vio" se formula " era patente para Dios", etc.[158]. No se acepta nada sin dilucidarlo y, por eso, también la primera Iglesia no se ha contentado con una comprensión demasiado ingenua, "preguntar como los rústicos, ni creer sin preguntar por la razón"[159]. De que los judíos posteriormente también en escenarios de vida secularizados han podido fomentar extraordinariamente las ciencias es sin duda la herencia de esta técnica de cuestionamiento escolástico con su "sed et contra”, que parece está ausente en el Islam que exteriormente parece tener las mismas características pero interiormente parece inamovible. En la práctica el culto, en principio, puede ser sustituido por el estudio y de la práctica caritativa[160], que la teología en búsqueda de conclusiones representa una continuación les legítima de la revelación[161]: estas son lógicas históricas que recibieron su impulso de la necesidad de entrenarse en un amplio frente en cuanto al desprendimiento de lo que se puede tocar inmediatamente - así como en un momento relativamente temprano se ha perdido el arca de la alianza a los filisteos y el templo ha sido destruido dos veces.
Una vez ejercitado en este hábito de flexibilidad sólo era necesario luego el aprender a tomar distancia frente a la propia persona, "tener como si no se tuviera"[162]. "¿Qué hay que hacer para vivir?: Matarse a sí mismo. ¿Qué hay que hacer para morir?: Disfrutar la vida"[163] - en una fórmula breve de San Agustín: morir para no morir. Originalmente el cordero del sacrificio fue algo concreto que se podía tocar, pero ahora la presencia real de Cristo en el sacramento del altar ni siquiera es una presencia local[164] -tenemos que dejar que nos digan que el Mesías no viene como el emperador, sino en humildad: lo importante de todo lo que sucede se realiza in abscondito. Nos encontramos a nosotros mismos solamente cuando abandonamos nuestros prejuicios, es decir, cuando nos abandonamos a nosotros mismos: "la pratique de l’abandon - la práctica del abandono"[165]. Es cierto que se subraya en Sócrates que era capaz de tratar lo más próximo a él como allotria[166]. Pero eso solamente era una independencia autárquica de la Stoa, es decir, no se trata de aquella renuncia a sí mismo por medio de la cual Cristo se ha puesto totalmente a disposición del prójimo. De esta manera a veces un rey puede convertirse en servidor de sus súbditos, de esta manera y a pesar de todo el Dios de Israel supra-racional puede amar a su pueblo como a un niño, atraerlo con lazos de benevolencia[167] y transportarlo sobre alas de águila[168] aunque sea rebelde.
Él, “el ser necesario”[169], acompaña la peregrinación a través del desierto, continúa hasta el exilio para tomar parte en el sufrimiento de Israel[170]: se rebaja a sí mismo[171] -especialmente a favor de viudas y huérfanos-“en todo pasaje donde se menciona el poder del Santo encontramos también un rebajarse a sí mismo”[172]. Israel es como el ojo de Dios: "así dice el Señor: quien los toca a ustedes toca la niña de mi ojo"[173]: "en toda tribulación de ellos él mismo es atribulado" [174]- pero siempre por propia decisión,voluntaria passione: pues se deleita en aquello que le pertenece, lo que participa en él, especialmente en los santos. "Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus santos"[175]. Hasta se alegra mucho más por nuestra salvación que nosotros mismos ante la eliminación de peligros: oikeian anapausin then sen hegumenon soterian kai mallon epi taute chaironta e sy epi apallage kindynon kai thanaton”[176]. La salvación de sus criaturas esta estrechísimamente conectada con su propia gloria: hemon he soteria syndédetai te autou doxa[177]. "Deus quaerit gloriam suam non propter se sed propter nos - Dios busca su gloria a causa de nosotros y no a causa de él"[178]. Ha entrado en conexión con nosotros para nuestro bien: " amat nos tamquam aliquid sui - nos ama como algo suyo"[179]– y por eso espera que seamos santos porque él es santo[180]. Lo que se ha transformado en santo hasta le ayuda en cierto modo: "Deo enim quídam ratione prodesse - parece que es de alguna manera provechoso para Dios"[181]-no tanto en cuanto ser necesario osummum ens sino para aquel que creado el mundo por amor a Israel[182] (con todo, lo ha podido crear porque él es el ser necesario), de manera que esta circunstancia (por amor a Israel) debería testificarse también delante el mundo entero[183]. Pues si ustedes non dan testimonio de mí entonces tampoco soy Dios; - esto no debe entenderse a la manera de Hegel o Rilke sino solamente en conexión con las siguientes frases: así como sucede con gemelos, en cierto sentido, no soy más grande que Israel e Israel no es más grande que yo[184], es decir, en cierto sentido la salvación del uno es también la salvación del otro[185]. En otro contexto esta salvación de Diospodría tener consonantes gnósticos pero aquí muy bien puede significar el éxito del padrón de servicio de Dios a nivel kenótico, es decir, Israel realmente debe su salvación a una passio divina: Dios se manifiesta realmente como aquel que es recién cuando se convierte en rescate para Israel[186]. Sin embargo, este acento familiar corre en paralelo con una universalización no menos acentuada: son semejantes a los sacerdotes los paganos piadosos que sirven a Dios, el pagano justo vale otro tanto como el sumo sacerdote[187]. Dios es el Señor del mundo entero y no es el ídolo de una tribu[188], el kyrios es su ungido[189], Nebukadnezar es se siervo[190], Asiria hace tiempo le está sometida[191], Egipto es equiparada con Israel[192]. Por tanto los confines de la tierra son su propiedad[193] – se trata de una universalización que permitía una promoción de fe exitosa: en Roma existía una comunidad judía con más o menos 50.000 miembros: hasta existía supuestamente una influencia judía en el senado[194]. Quitar el feudo, es decir, la desmitologización no debería anticipar las tendencias modernas de incredulidad sino, al contrario, acrecentar la disposición de la fe: "mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos... y también de los paganos tomaré mis sacerdotes y levitas"[195]. Por eso cuando un israelita encuentra a un sabio pagano tiene la obligación de pronunciar la bendición: "bendito sea Dios que ha compartido su sabiduría con los hombres"[196]. Cuando los egipcios se hundían en el mar los ángeles se preparaban para cantar un himno de alegría. Sin embargo, Dios dijo: "mis criaturas yacen hundidos en el mar ¿y ustedes quieren entonar un canto?"[197]. La dignitas israelitica no pierde su importancia en la liturgia del Viernes Santo, más bien la dignidad de los demás pueblos ha de ser elevada a su nivel. "Tanto el pagano como el israelita, tanto del varón, la mujer, tanto el siervo como la sierva – sobre cada uno descansa del Espíritu Santo de acuerdo a las obras que realiza"[198].
El resultado preliminar sería entonces el siguiente: la articulación interna de Dios es una suma (hablando de manera figurativa) de la relación interna y de la participabilitas ad extra y de una intencionada y no sufrida kénosis al azar. Las tendencias de autonomía que surgen en los tiempos modernos rechazan una teleología tradicional y total. Amenazan con suprimir el tan adorado hábito de indignación que es el último asilo del egoísmo. Se alían por eso con el resentimiento de aquellos que piensan que están entregados a un destino demasiado cruel: "el mundo es un caos, la nada, el dios del mundo por nacer"[199] – mientras que la línea clásica de la misericordia insiste que Dios justamente en el infortunio no solamente está presente sino quiere tener compasión y manifestar solidaridad. Esta relación se consideraba tan íntima de manera que era necesario llevarla al equilibrio por medio de la tendencia de la citada universalización. En cambio, cuando se cede ante el nacionalismo moderno convertido en chauvinismo entonces simplemente se puede sustituir a Israel con cualquier otro pueblo y uno logra como resultado el ídolo de un estado del pueblo sin normas -naturalmente sin padre alguno- que a su vez, sin embargo, se convierte en encarnación de dios que es "infalible". Con una insuperable carencia de precisión se habla del "devenir de Dios que es"[200]; al mismo tiempo uno remueve también todos los posibles escrúpulos morales espoleado por el "espíritu sin palabras", es decir, liberándose del logos y entregándose totalmente al "gozar de las grandes gestaciones cósmicas"[201]. En consecuencia el resultado necesariamente será "lo inmoral como una visión superior del mundo"[202], es decir: la quintaesencia del panteísmo romántico de la historia - con sus consecuencias políticas tan conocidas[203]. La recaída en lo "biológico", es decir, en el más allá del bien y del mal -ciertamente no es una revisión de la mentalidad rabínica sino más bien pura ausencia de amor– es manifiesta ante todo en que se considera a la problemática tradicional como abstracta y sin vida. Como "Sitz im Leben" se ofrecía dentro de una historia de la piedad marcada por el quietismo y la mentalidad sectaria[204] solamente la naciente conciencia popular, el patriotismo[205]. La dogmática tiene que convertirse en algo semejante a un mejorado estudio del propio terruño: “los dogmas se forman a nivel nacional, local y del clima”[206]. Cuando falta todo fundamento interior, ya que las universidades -Praga (1348), Viena (1365), Heidelberg (1386), Lipsia (1400 09), Tubinga (1477)- fueron fundaciones sin tradición, deudores del nominalismo, se podría decir, instituciones de puro prestigio principesco, y cuando, a la vez, se consideraba a la Iglesia como un club que encontraría su mejor cobijo donde los herejes, entonces es prácticamente inevitable que el terruño más cercano se convierte en fuente de gracia, instrumento de salvación: "con ese sentimiento altamente humano en el acto soy redimido de todos los pecados... yo estoy en el pueblo y en Dios", dice Arndt y está hablando del patriotismo[207] - o se deja que la divinidad encarnada como espíritu del pueblo, al fin y al cabo, se vuelve más "ecuménica": entonces existirá una solidaridad del proceso global del mundo con "el destino del devenir de su razón suprema"... hombre y divinidad son "ante todo socios de su destino...- en la realización conjunta del hombre con la divinidad llega a su meta toda actividad histórica"[208].
Lo más significativo es la repulsa maciza de cualquier relación que se formule de manera racional o jurídico causal: en ningún caso Dios es un concepto exterior al mundo de luz, de autonomía, de razón, de bienaventuranza, como por ejemplo un ens a se, que no se puede sentir; el requerimiento supremo no puede formularse de otra manera sino que "sentir a Dios vivo o en toda su vitalidad"[209]. Lo que se espera es la irrupción de las religiones nacionales[210], una "Iglesia alemana", especialmente aquella que no está cargada de tanta tradición como la Iglesia anglicana[211], ya que "la nación está por encima del estado y de la Iglesia"[212]. De esta manera se debería llegar lo más pronto posible a una "religión libre de toda ligazón dogmática y que es (porque uno mismo lo siente) al mismo tiempo la religión alemana tan anhelada"[213]. En ella el ser humano y el ser divino se coaligan por medio de la ideología del superhombre de una manera tan efectiva que se podrá decir con Friedrich Engels: "Dios es el hombre"[214] - tanto más cuanto "la naturaleza humana y la naturaleza divina no son distintas entre sí"[215]. Pero también se puede traducir esto en su forma plural y entonces la veneración del ídolo del pueblo se presenta de la siguiente manera: "Dios es la unidad sintética de todo el pueblo... cuanto más fuerte es un pueblo, tanto más nacionalista eso Dios... el pueblo, este es el cuerpo de Dios... un indicio de la decadencia de los pueblos es cuando sus divinidades se hacen comunes para varios pueblos... ya que existe solamente una verdad, de esta manera un pueblo puede tener solamente su único dios verdadero"[216]– y eso es probablemente también el aspecto ruso de la visión del nihilista romántico Shatoff. Ahora bien, al que le parece demasiado exagerada la ecuación esa (Dios = patria), este puede encontrar una identificación al otro extremo de la escala y puede intercambiar a Dios con la total ausencia de forma tipo "fondo".
De un lado se dan las experiencias típicamente románticas de crueldad o de falta de sentido que deben ser aniquiladas por medio de un poético entusiasmo político, de nacionalismos y heroísmos; también existe, del otro lado, aquella fuga hacia lo abstracto, según la cual al hacer caso omiso de la función de llamada de atención de la sacra humanitas Christi, uno se deja despeñar en el abismo donde ya no hay forma – sea mencionado brevemente aquí que teólogo carmelita Tomás de Jesús que le reprochó a la mística de Renania y, por supuesto, al místico de Frankfurt, que han atado el destino de Dios de una manera típicamente "idealista" al destino del hombre[217]. Cuando se confunde mística con el misticismo (mystiquerie) -aquella habla de una deificatio modo ascetico y esta de una identidad ya garantizada modo speculativo- entonces fácilmente uno se ve introducido en el callejón sin salida de lo abstracto por medio de la "garantizada" técnica de sustitución de los idealistas: el intermediario personal se sustituye con el sistema de intermediación de principios, el juicio del mundo siempre en sesión se llama ahora dialéctica, y la Grecia pneumáticamente coloreada sustituye ahora a Cristo glorificado, etcétera. La estación final de este viaje se llama "la paz de la mística sin Dios" o "los misterios de los ateos" ya que un Dios concreto, al cual se pueda hablar fuera o más allá de lo que existe[218], simplemente no existe.
"Sin el mundo Dios no es Dios" así dice el nuevo dogma[219] - se le puede rezar sólo a través del pueblo o a través de uno mismo como intermediarios. "Cuando celebro fiesta, oro a mi pueblo... como se reza a un Dios pidiendo que se mantenga vivo"[220]. "Luego orad, pero orad a vosotros mismos, /y conjuráis desde la propia naturaleza /un espíritu que os escucha"[221]. En el caso extremo uno puede desempeñarse bastante bien sin Dios, lo que probablemente habrá sido el sueño anhelante de Fichte: "de nada tienes necesitad fuera de ti, ni de un Dios, tú eres para ti Dios, tu salvador y tu redentor"[222]. De manera que se puede intentar de hacer las cosas al revés: si alguien debe ser redimido entonces es Dios y no el hombre -a Dios debe ayudarse primero. "Después de entregarse a este mundo y a su devenir Dios ya no tiene nada que dar. Ahora le toca al hombre dar a él"[223]. Si debe amárselo, esto significa que de todos modos necesita de auxilio[224]. También debería haberse acostumbrado en el entretiempo que comparte totalmente nuestro destino, en cuanto no es menos finito[225] ni menos mortal[226] ni menos dependiente y trágico[227], y, a veces, hasta está muerto. De esta manera en un ambiente realmente democrático no nos tiene ninguna ventaja. En su lugar, como miembro del pueblo, el hombre puede avanzar para ser el redentor de Dios. Vea esta expresión en un contexto medio irónico de Heine: "cuando nosotros salvamos de su rebajamiento al Dios que en la tierra vive en el hombre, cuando nos convertimos en redentor de Dios... toda Europa, todo el mundo se convertirá en alemán. Sueño muchas veces con esta misión y con este dominio universal de Alemania cuando camino bajo las encinas"[228].
Partiendo de esta reflexión moderna se puede identificar una cadena de tradiciones que conduce hacia el pasado y llegamos hasta la figura gnóstica del salvator salvandus, de la cual a base de las fuentes actuales no podemos definir nada muy preciso[229]; otra figura nos lleva hasta el presente cuando Franz Rosenzweig, el secuaz y creyente en el pueblo de acuerdo a Hegel, se sentía impulsado a proclamar que la vuelta de Israel desde la dispersión lograría la unidad de Dios en sí mismo[230]-y que Dios de esta manera se redime a sí mismo: "Dios se redime en la redención del mundo por medio del hombre, del hombre en el mundo, a sí mismo. Hombre y mundo desaparecen en la redención, Dios sin embargo, llega a la perfección"[231]. El engendrado como judío solamente atestigua su fe en cuanto continúa engendrando el pueblo eterno. Él no cree "algo", el mismo es la fe[232] - lo que recuerda de manera fatal la "eternidad de la fe" de Fichte[233]. Dios no es el objeto de una teoría, se realiza, para decirlo así, en primer lugar en la fe de la comuna en sí misma: "Dios quiere ser realizado y toda realidad es la realidad de Dios y no existe otra realidad que aquella que se realiza a través del hombre que se realiza a sí mismo y a todo su ser"[234]. Finalmente se ha obtenido éxito en tener control sobre él - sólo que en el entretiempo uno se ha acostumbrado a contemplar y comprender la realidad y la redención de manera masivamente individualizada y hasta de manera biológica: se confunde la cruz simplemente con la espada: "reunirse con la espada de la venganza ensangrentada, esta es la religión de nuestro tiempo... esta es la santa cruz de la redención del mundo"[235]. La muerte heroica sobre el altar de la nación se convierte en sucesor hereditario de la pasión, en otras palabras: "el resurgimiento de Alemania será la redención del mundo"[236] - o: "la guerra aporta redención, una más profunda paz del alma", hierro y sangre hacen fructificar el espíritu[237], para que de esta manera tanto más "la filosofía pueda redimir a la humanidad"[238]. Pero da el caso que ha caído totalmente en el olvido que: "un fragment divin corrompu ne peut être qu’un agent de subversión d’une puissance incalculable - un fragmento divino corrompido solamente puede ser un agente de subversión de una fuerza incalculable"[239].
IV
Para no perder el hilo conductor debajo de todos estos encubrimientos de procedimientos lógicos y biológicos de un Dios que ama o que está en devenir es preciso fijarnos nuevamente en el problema nuclear del sufrimiento. Existe un sufrir involuntario impuesto por el destino y también existe un sufrimiento por el otro, sufrimiento que surge desde una solidaridad amorosa. El primero se caracteriza suficientemente por las siguientes frases: "un ser sin sufrimiento es un ser sin esencia”[240]y también: "cada ser debe llegar a conocer su propia profundidad y esto no es posible sin el sufrimiento"[241].
El otro tiene más ánimo: el rabino Yehoshua ben Levi dijo: "aquel que se alegra por las correcciones que le suceden, aporta salvación sobre este mundo"[242]. El sufrimiento no debería llevar a la amargura, ni siquiera conjurar una pasividad total. Al contrario, se trata de aprender gaudere in tribulationibus = estar feliz en las tribulaciones[243]. Aquello de "amar el sufrimiento: gozar de ello como de un medio que conduce a un fin más feliz"[244]. El sacrificarse a sí mismo de parte del justo redime al mundo porque es expiación y reparación[245]. El sufrimiento, por tanto, es el punto culminante de la historia, es el punto de partida para una génesis eis ousian[246].
La teleología no llega a su perfección desde abajo: "el Dios que se ha convertido en mundo no puede ser perfeccionado por un mundo que se convierte en Dios"[247], no existe una escatología inmanente. Dios es totalmente incommutabilis pero y sin embargo extiende su acción por medio de su superabundancia en la regio dissimilitudinis[248] – y eso por misericordia: impassibilis est Deus sed non incompassibilis Dios es impasible pero no incapaz de compadecerse – o: "sicut deus non mutatur miseratione ita homo non consumitur dignitate - así como no se introduce un cambio en Dios por tener misericordia de la misma manera el hombre no es consumido por la dignidad (de Dios)"[249]. Se mantienen las diferencias porque el hombre, a pesar de la deificatio, mantiene su independencia que no quería o no podía concederle Rosenzweig[250]. De esta manera le queda también la responsabilidad y el esfuerzo de enfrentarse con todo sufrimiento que se le impone personalmente o junto con otros de parte de aquellos que, en lugar de sufrir con otros, hacen sufrir a otros - como por ejemplo en la guerra.
Se puede pues elegir entre dos caminos: el uno partiendo de un "ismo” conduce al fin y al cabo a aquel sinsentido que ya no se puede articular, el otro, en cambio, es nada más ni nada menos una cristología anticipada.
[1] Igual como Abrahán ya fue petra: Isaías 51, 1-2.
[2] Mateo 3, 17; 17, 5; Marcos 1, 11.
[3] En cada período se cuentan también las fechas del comienzo y del final.
[4] Mateo 17, 4; Marcos 9, 5; Lucas 9,33.
[5] Cada derramamiento de agua fue una anticipación del río de bendiciones escatológicas: Juan 7,38.
[6] Génesis 1, 10-12.
[7] P. Valéry, Regards sur le monde actuel, Paris 1945, 43.
[8] “Salirse de las angustias de la estupidez humana” (Seneca, brevitate , 14, 1-2).
[9] Fidelidad y Verdad coinciden en esta palabra como lo hacen en la expresión inglesa true.
[10] Patristic Greek Lexicon, Oxford 1961.
[11] “practicar permanentemente la presencia de Dios” (Louis Lallement, Doctrine spirituelle, 1694, ed. Paris 1959, 371). Talmud Suca 45 b: los santos reciben a Dios diariamente. Louis Lavelle, Quare Saints,1951, 203: “esta perfecta tranquilidad del alma es precisamente el signo mismo de la presencia de Dios”.
[12] Maximus Confessor PG 90, 304.
[13] De dis et mundo, cap. 4. Fulgentius quisiera interpretar la Aeneis como si fuera una imagen de la vida humana y utiliza para describir las interrelaciones tipológicas el término “figuralitas” (expositio Vergilianae continetiae, 90).
[14] "¿Pues qué te aprovecha si Cristo en algún momento vino en la carne si no viene también a tu carne? Oremos, pues, que su venida nos suceda a nosotros todos los días" (Orígenes PG 13, 1857).
[15] Ball, en: The Speakers’s Commentary, London 1888, 307.
[16] Talmud higigah 15 b. cf.Encyclopedia Judaica vol, Jerusalén 1971, 669.
[17] Talmud pessakhim 6b. Orígenes PG 12, 1500: “hoy Cristo ha nacido no para sí sino para mí. Midrash canticum (Wünsche 1880) 13.
[18] Augustnus PL 39, 1992;cf. Talmud sanhedrin 37 a: cada uno en Israel debe decir: para mí el mundo ha sido creado.
[19] Talmud berakhot 63 b, pessakhim 16 b.
[20] Esto ya se encuentra en el Evangelio copto-gnóstico de Felipe; se conserva el concepto en la expresión inglesa “virgin soil”.
[21] Génesis rabbah 53, 6 en: Midrash rabbah, Londres 1951, vol. I., 466 según la cual Sara dio a luz sin la acostumbrada asistencia de los ángeles.
[22] PG 46, 1136. Con todo, llama la atención que la filiación de Isaac se anuncia de manera doble: como objeto del alumbramiento de Sara y como sujeto de cara al padre.
[23] Tomás de Aquino, comentario a la carta los hebreos 1, 1.
[24] Hilario PL 10, 880; Jerónimo PL 24, 608, etc.
[25] León PL números 54, 356; Beda PL 93, 166; cf. Hipólito de Roma PG 10, 781. Jerónimo PL 26, 87. Gregorio niceno PG 46, 324. 380.
[26] Gennadius de Marsella PL 35, 2434.
[27] Lucas 24, 26.
[28] Lucas 24,28.
[29] Platón, leyes 709.
[30] Génesis 3, 20.
[31] Cf. Ireneo PG 7, 959: "venía hecha desobediente y así se ha hecho causa de la muerte y así María se ha hecho causa de la salvación". Así como Moisés es tipo del Mesías (Cahiers sioniens 1954, 149ss.) y pronuncia discursos de despedida como Cristo, como Melquisedec es tipo de Cristo (Revue theologique de Louvain 1979, 176ss.), de la misma manera como la renovación permanente de la luna es signo para la renovación de Israel de aquel entonces ya que, para subrayar el papel de la mujer, la bendición de la luna nueva habla de ella también: Talmud sanedrin 42a. de ahí también Buenaventura dice espontáneamente (2 sent. d. 44 a 2 q 2): "no ha sido creada para que sea para él una ayuda como discípula sino como socia".
[32] Orígenes PG 14, 337.
[33] Agustín PL 35, 1760.
[34] Ambrosio PL 16, 389.A. M. Dubarle, Le sens spirituel de l`ecriture en Revue des sciences philosophiques et théologiques 31(1947) 41ss.; Juan cardenal Danélou, sacramentum futuri. Etudes sur les origines de la typologie biblique, Paris 1950.
[35] Aelred de Rievaulx,“ cum factus esse Jesus annorum duodecim - cuando Jesús cumplió 12 años" (Sources chretiennes 60, París 1958).
[36] Mateo 3, 17.
[37] Mateo 17, 3ss.
[38] Mateo 27, 54; Marcos 15, 39.
[39] Hechos 1, 9.
[40] 2 Crónicas 5, 13-14.
[41] Éxodo 24,16.
[42] Éxodo 40, 34ss.
[43] Máximo de Turín PL 57, 373.
[44] Plutarco sobre Isis y Osiris 7.
[45] Tomás de Aquino, compendio 227.
[46] K. Loewth en: Neue Anthropologie 7, 1975, 336; también H.– G. Gadamer, la dialéctica de Hegel, Tubinga 1971,90; ambos probablemente son influenciados por Th. Boman, el pensamiento hebreo en comparación con el griego, Göttingen 1952, 133ss.
[47] Platón, Fedro 250; Aristóteles anima 437a 4ss; metáforas 980a 21ss.; Heráclito, fragmentó 101a.
[48] Retórica 1364 a 38.
[49] Eurípides, Hipp. 86; cf. Sófocles, Ajax 14.
[50] Fragmento 91
[51] B. Snell, expresiones para el concepto del saber, Berlín 1924.
[52] Democrito fragmento 141; cf. Ch. Mugler, diccionario histórico de la terminología geométrica de los griegos, París 1958-9 y diccionario histórico de la terminología óptica de los griegos, París 1964.
[53] Hipócrates, de aere 3.
[54] Tucídides 3, 62.
[55] Platón, Timeo 47; Filo alejandrino, opificio 53, 120.
[56] Plinio, historia natural 11,54; cf. W. Deonna, el alma de la pupila, en: la antigüedad clásica 26, 1957, 84ss.
[57] Sófocles: Oed. Col. 1590 - 1665; Edipo rey 300ss. Antígone 998ss.; Omero en Proklos, remp. I 137ss.; Aischylos, Eumenid. 103ss.
[58] Apología 31; Fedro dos 142; Eutydem 272, Theaitet 151; Plutarco, moralia 7 D; Aelianus, Varia Hist. 8,1; Ovidio ex Ponto 3,4,93: “ esta es la voz de Dios, Dios está en nuestro pecho".
[59] Eneada 5,1,12.
[60] Salustios, de dis et mundo 16.
[61] Heráclito, fragmento 102.
[62] Platón, República 527.
[63] Calcidio en Tim. 288; cf. 253 y ante todo Plutarco, genio socrático 588: pureza interior, (castidad) es por tanto la condición previa del conocimiento, del poder escuchar - castidad por lo demás es un término antiguo ético profesional para objetividad, es decir, ser libre del egoísmo: Vitruvius 1,1,8; Macrobius, Sat. 7,3.
[64] Gregorio magno PL 76, 448.
[65] PL 76, 948; PL 75, 706; cf. San Basilio PG 29, 45: el "fiat lux - hágase la luz" no es un acontecimiento acústico: en to thelemati rhope.
[66] Agustín PL 34, 253.
[67] Agustín PL 42, 1071.
[68] Génesis 32,31; 15,1; Éxodo 24,10; Números 12,6-8; 24, 3-4. 15-16. Isaías 1,1. 6, 5; Job 42,5 etc.
[69] Livio 5, 32, 6; 5, 50, 5; Cicerón, Divinatione 1, 101: "verdaderas voces enviadas desde lo oculto"; cf. Plutarco, Camilo 30: ek theou phone.
[70] Apuleo, del Dios de Sócrates 20.
[71] En referencia a la antítesis no menos absurda del pensamiento griego-estático y judío-dinámico cf. Gnomon 27, Munich 1951, 551-557; y J.Barr, la semántica de lenguaje bíblico, Londres 1961, 69 ss.; otra crítica adicional referente a Bomann: ZATW 1958, 175ss; ZDMG 1954, 194ss.
[72] Comentario a la carta de los Hebreos, scholia ad 10 (ed. E. Hirsch – H. Rückert 1929, 250.
[73] Diprtique 1 = obras A.-T. 6, 81.
[74] Eurípides, Ifigenia en Tauris 1026; Agustín PL 38, 869; justicia lumen; Cicerón, academia 2, 26; "la razón es casi como alguna luz y la iluminación de la vida". P. Valéry, Eupalinos, París 1924-1948, 68 = "no hay nada más misterioso que la claridad". E. Gilson, Juan Duns Scotus, París 1952, 667 = como aquella de todo verdadero misterioso sonido, la oscuridad está en la misma claridad".
[75] Hegel, fenomenología ed. Hoffmeister, 163; del otro lado del oído no es cartesiano en su totalidad sin embargo, es idealista que la vista porque el sonido, en lugar de estar permanentemente y corporalmente visible, se destruye a sí mismo de manera filosófica: Estética ed. Fr. Bassenge 2, 2 161.
[76] Bernardo PL 182, 1143: "la luz molesta a los enfermos".
[77] Herder, (Suphan) 4, 111; 8, 284. Schelling I, 6,455: “el sentido del oído… el único por medio del cual la razón puede revelarse inmediatamente, el verdadero sentido de la humanidad”.
[78] Herder, el cuarto bosquecito crítico 1769.
[79] Jean Paul, Pequeña escuela posterior a la escuela estética anterior 1825, párrafo nueve.
[80] Stendal, Historia de la pintura en Italia, ed. París 1929 = 1968, 412.
[81] Vista y oído: theioteras ton allon aisthexon: Aristoxenos, frg. 73 W.
[82] Aristóteles,Nicom. 1118 ab; a pesar de ello el tomar contacto de manera intensiva se llama synaphe (vea arriba 60); ya en Platón aparece haptesthai tes aletheias: Fedón 65 B, República 608 A; Theaitet 186 D.
[83] Phanotaton: República 518 C. Apeiron he aigle: Plotino, Enn. 5, 8, 4. 6, 8, 16.
[84] Escrito alrededor del año 370 y transmitido en la segunda de las cartas de Platón 312; al respecto E. Bluck en: Phronesis 5, 1960, 140.
[85] Met 1074 b 35; las ideas se comprenden luego como los pensamientos de Dios: Albinos epitome cap. 10; respecto a la identidad de Albinos of. en:Phoenix 28, Toronto 1974, 320ss.
[86] Justamente la razonabilidad no solamente es la vida más intensiva: Met. 1072 b 27, sino también es bienaventuranza: eudaimonestaton República 526 E; cf. Met. 1072 b 24ss.; Nicom. 1154 b 26ss.
[87] Guillaume d Auvergne, Opera, Venecia 1591, 338 a.
[88] Agustín PL 32, 1015; PL 34, 304.
[89] Dionisio areopagita, Divin. nomin., 5, 10 = PG 3, 825.
[90] Tomás de Aquino, 1 d 36. En lo que se refiere al movimiento de Dios (de otra manera el conocimiento no tendría posibilidad de acercamiento alguno) resulta, por ejemplo, la participación del ser en el ser del otro solamente en esa participabilitas: las ideas todas son diferentes las unas de las otras, ya que son los diferentes aspectos de capas múltiples (pamprosophon: Plotino, Enn. 6, 7, 15): identidad y diferencia. A nivel más alto resulta una articulación adicional de la santísima Trinidad como homoousia "ista secundum identitatem cognita alteritate" es decir, nuevamente identidad y diferencia en uno solo. El movimiento según su naturaleza solamente es un motus in se conversus PL 8, 1133. 1099", del cual se puede hablar sólo con sumo cuidado, y eso en alabanza: "se permite que decentemente podamos alabar el movimiento de Dios" (Tomás de Aquino en: De div. nomin. 9, 4 n. 841) que "coincide con Cristo" (PL 8, 1085. 1250).
[91] Platón, República 532, leg 728 C.
[92] Platón, Timeo 29 D.
[93] Plotino, Enn. 5, 5, 12, 33.
[94] Platón, Timeo 28 C
[95]. Platón, Leg. 899ss. Plotino, enn. 3, 2 y 3, 3.
[96] Plotino, Enn. 1, 3, 2. 6, 7, 32.
[97] Epicteto 3, 1, 37. 3, 22, 23.
[98] Cicerón, contra Catalina 3, 1; Séneca, Providencia 2, 7: "aquel que ama muchísimo a los buenos a los que quieren que sean muy buenos y excelentes"; benef. 2, 29, 6: "los inmortales nos tienen como muy caros".
[99] Odisea, 13, 393.
[100] Palabras clave Soter y Asclepio en: M. P. Nilsson, la historia de la religión griega II, Munich 1950.
[101] M. Heidegger, el tratado de Schelling sobre la esencia de la libertad humana, Tubinga 1971, 141.
[102] Platón, Leg. 712 B.
[103] Jenofonte, memoria 4, 3, 3; Hipparquico 9, 8: theon synethelonton. Plotino, Enn. 5, 5, 12, 33.
[104] Platón, Leg. 665.
[105] Catulo 76, 17.
[106] Pausanias 1, 17, 1. Diódoro 13, 22, 7.
[107] El testamento en Diógenes L. 5, 16; más aún se encuentra en el ámbito o semítico extra bíblico el concepto de una "gracia" ofrecida de una instancia que se expresa por ejemplo en el nombre de Aníbal.
[108] Plutarco 1075 E. 1051 E. 593 A. Musonius 90 H.
[109] Sátiras 10, 350.
[110] Epicteto 3, 24, 15. 3. 24. 3.
[111] Prostátan: Sófocles, Edipo rey 882; cf. Trachin 209 y el comentario de Jebb 1885; o también es epitropos: Platón, Alcibíades 124 C.; patrikos proistamenon: Epicteto 3, 24, 3.
[112] Platón, República 613 A.
[113] Persio 3 72ss. ef. Epicteto 2, 1, 39. Seis
[114] Agustín, PL 42, 942. 38, 66; Platón, República 380 -1
[115] Heinrich Scholz, los escritos principales alrededor del debate sobre el panteísmo, Berlín 1916, 77. 95.
[116] Bernardo PL 183, ocho 193. Dion de Prusa justifica la peregrinación al Zeus de Fidias: de cara a la benignidad y majestad que viene de él, la actitud pacífica y la benevolencia paterna hace que uno sea también así: Oratio 12, 74 -85.
[117] Plotino, Enn. 5, 5, 12, 12 y 6, 8, 16, 1.
[118] Plotino, Enn. 6, 8, 18, 36. Platón, Timeo 76.
[119] Platón, Fedón 98ss.
[120] Platón, simposio 202: el supremum sin contacto alguno solamente por su pura existencia, cohesión y armonía.
[121] Nonnos 38, 412; Proclo en: remp. 2, 130.
[122] Hildebrand– Festschrift, Ratisbona 1970, 107-126.
[123] Tomás de Aquino, de los principios de la naturaleza 4, 44; en: libros metafísicos 5,3-782.
[124] Platón, República 508.
[125] Proclos elementos 13, 14, 26; cf. Platón, Timeo 41.
[126] Platón, Timeo 29; Fedro 247
[127] Tomás de Aquino, potencia q 3 a1 ad 17.
[128] Tomás de Aquino, 1 Sentencias d 32 q 1 a 3, es decir, Potencia q 10 a 2 ad 19.
[129] El culto sin imágenes conocido solamente de Persia (Herodoto 1, 31) o de Roma la más antigua (Plutarco, Numa 8), les proporcionó a los judíos tempranamente la fama de ser filósofos (Teofrasto en Porfirio, abstinencia 2, 26; cf. W. Jaeger, Diokles de Carystos, Berlín 1938, 134ss.
[130] Isaías 44, 6; 21, 6. 22, 13.
[131] W. Schneider, gramática del hebreo bíblico, Munich 1974, 222.
[132] Kohelet 11–de manera que la descalificación del mundo de parte de Platón no parece estar tan lejos del concepto bíblico.
[133] Tomás de Aquino, contra las gentes 1, 1; 3, 22.
[134] Filón de Alejandría, mutación 26.
[135] D. Bonhoeffer, Akt und Sein, Munich 1964, 94; cf. P. Tillich, teología sistemática,Stuttgart 1955, I, 290.
[136] Esta característica de acontecimiento existe, solamente ya no es lo más fundamental y más allá de ello se ha notado hace tiempo: "deus est mortali juvare mortalem”: Plinio, historia natural 2, 18.
[137] Lo que importa es el actuar, ni siquiera el acto y mucho menos uno que actúa: W 1845, 5, 366; 1 440.490; un sujeto o una substancia podría implicar "ser existente": 5, 166; 2, 297; 6, 361 -y esto otra vez sería un acto casual: 5, 191 (Medicus).
[138] Fr. Nietzsche,Wille zur Macht 708.
[139] Lecciones 1804-6, Bonn 1846, I, 112; II. 434.
[140] Libertad y Forma, Berlín 1916, 88.
[141] O la aritmética -aunque se pueda contar solamente con la ayuda de números atemporales porque no se llega al resultado de la suma por medio de un conteo condicionado por el tiempo: es una sustitución candorosa entre numeri numerantes y numeri numerati. Dilthey sobre el rango de superior de la temporalidad: Obras 7, 192ss. 8, 180ss
[142] Pretende en que "el rebajamiento del divino no puede ser la causa para la elevación del hombre" cf. Dilthey, la historia de la juventud de Hegel, obras 4, 1921, 115; "el ser de Dios como consecuencia, como dependiente del ser de lo finito"; Hegel (Glockner) 15, 181 en realidad no es nada más que un sofisma.
[143] "La lectura del periódico en la mañana es una especie de bendición mañanera realista": documentos concernientes al desarrollo de Hegel ed. J. Hoffmeister, Stuttgart 1936, 360.
[144] 1827, acto 4, 1. 3, 1; cf. las vigilias nocturnas anónimas de Buenaventura 1804.
[145] Fr. Hebbel, anotaciones en el diario número 3031.
[146] M. Pensa, el pensamiento alemán. Ensayo de psicología de la filosofía alemana, Bolonia 138; cf. más abajo 201.
[147] L. Tieck, William Lovell I 13 en: escritos, 6, 1828.
[148] J. Weinheber, obras, Salzburgo 1954 II, 232. L. Wienbarg, maniobras estéticas, Hamburgo 1834, 67. 73. 79: "la meta más alta de la vida es la vida".
[149] Fr. Nietzsche (Musarion), 18, 68. "Poderes oscuros y sin sentimientos y sin amor determinan el destino humano": S. Freud, obras 15, 180. "La frustración es el sentimiento del mundo moderno": Hegel (Glockner) 16, 132.
[150] 1 (3) Reyes 8, 29.
[151] Ibídem 8, 27.
[152] Génesis 6,6; 1 Samuel 15, 11.
[153] 1 Samuel 15, 29; Números 23, 19.
[154] Joel 2, 13-14; Jonás 4, 2; Amos 7,3; Oseas 11, 8; Jeremías 18, 7.
[155] Jewish Quarterly Review 2, 1890, 205ss.
[156] Éxodo 33,11.
[157] Targum Onkelos.
[158] Génesis 18,8; 2,25.
[159] Honorius de Autun PL 172, 56; cf. Anselmo Canterbury PL 158, 362: "me parece una negligencia después de haber sido formados en la fe que no nos preocupemos en comprender lo que creemos".
[160] Abot de Rabbi Nathan 4.
[161] Talmud erubin.
[162] 1 Corintios 7, 29.
[163] Talmud Tamid 32ª
[164] Tomás de Aquino, suma teológica III q 76 a 5; 4 sentencias d 10 q 1 a 3.
[165] , diccionario de espiritualidad I, 2ss. M. Blondel, La Acción, 1893, 388: "me parece imposible llegar a ser sin atravesar la muerte".
[166] Epicteto 4, 1, 159.
[167] Oseas 11,4.
[168] Éxodo 19,4.
[169] Josef Albo: Sezer ha ikkarim= Dogmatik 2, 27 1425, alemán 1844). El sentir tendría ciertamente la ventaja de la ausencia de distancia; extraño en el pensar es la dificultad olvidarse de sí mismo, de cara a la res contemplada, pero solamente: olvidar su propia miseria. En consecuencia uno se que esconde detrás del argumento aparente: “a Dios como causa sui no es posible que el hombre pueda orar o sacrificar algo… ni tampoco puede hacer música y bailar ante ese Dios” (M. Heidegger identidad y diferencia, Pfullingen 1957, 70).
Sin embargo, en primer lugar hay que tener presente que no existe una causa de sí mismo fuera de la metáfora y en segundo lugar vienen a la mente espontáneamente los siguientes textos: en “el campesino antepone en vía” de Juan von Tepl (1401) se dice: “causa de toda cosa, escúchame” – aparentemente en el marco de una tradición humanista de acuerdo a la cual Cicerón habría dicho: “causa de las causas ten misericordia de mí”. Aunque probablemente no lo habrá dicho, al mismo tiempo no se considera como absurdo de aplicarle una formulación de este tipo (D.Comparetti, Vergilio en la edad media, Lipsia 1875, 92-9) – es que también Sócrates a menudo ha orado, una vez especialmente para pedir una pureza interior (Platón, Fedro 279), de manera que al final también a Aristóteles se le ha hecho decir: “nunc invenir te, o causa causarum, fac me tibi aceptabilem - ahora que te encontré, o causa de las causas, haz que yo se para ti aceptable (Guillermo de Auvergne, obras 35 b). Y luego también el biólogo sueco Carlos de Linné hizo imprimir en su obra sobre Laponia dos veces ka frase: “o ens ensium, miserere mihi - o ser de los seres, ten misericordia de mí” (Frankfurt 1964, 7. 235) - también Duns Scotus es testigo fehaciente que Aristóteles: sub speculatione comprehendit non tantum delectationem sed amare, es decir, que Aristóteles no ha reflexionado por el placer de especular sino por amor a Dios (ox. prolog. Q 4 n 24 = Vives 8 p 250b). Y además, la distancia entre argumento y el himno no es tan grande.
[170] Éxodo rabbah 2, 5.
[171] Vea el verbo smikryno en el léxico patrístico griego Oxford 196 junto con los pasajes relacionados.
[172] Talmud megilla 31ª.
[173] Zacarías 2,12: Deuteronomio 32, 10.
[174] Isaías 63, 9; Salmo 91, 15; 22, 9.
[175] Salmo 116, 15; Proverbios 8, 31.
[176] Juan Crisóstomo PG 52, cuatro 198.
[177] PG 61, 410; cf. arriba 134.
[178] Tomás de Aquino, Suma Teológica II 2 q 132 a1 ad1; al respecto observa Cayetano: "propter non denotat causam finalem sed terminum utulitatis - a causa de no significa la causa final sino el término de utilidad"; cf. Bernardo PL 183, 331.
[179] Tomás de Aquino, Suma Teológica II 2 q 30 a 2 ad 1.
[180] Levítico 19, 2
[181] Eadmer PL 159, 623. 624: "creatorem beneficium praestabit - le ofrecerá al creador un beneficio".
[182] Éxodo rabbah 38, 4.
[183] Midrash salmo 123.
[184] Canticum rabbah 5, 2.
[185] Éxodo rabbah 15, 12; Midrash salmo 91, 16. Fuentes adicionales en: P. Kuhn, La tristeza de Dios y el luto en la tradición rabínica: obras sobre la historia del judaísmo antiguo y del primer cristianismo, 13, Leiden 1978
[186] se pensaba que esto se podría deducir del pasaje de Éxodo 25, 2.
[187] Otiyyot del rabino Akiba 7; Talmud baba qamma 38a.
[188] Amos 9, 7 – sólo que a Hegel no le que guadraba dentro del su sistema "este Dios nacional empecinado judío": 13 (Glockner), 56.
[189] Isaías 45, 1.
[190] Jeremías 27, 6. 21, 21, 7 para Babilonia en contra de Jerusalén.
[191] Isaías 7, 18.
[192] Isaías 19, 23ss.
[193] Salmo 2, 8.
[194] Oxyrhinchos papyri (Grenfell–Hunt) tomo 10, 1914, número 1242, III, 42.
[195] Isaías 56, 7; 66, 21.
[196] Talmud berakhot 58 a
[197] Talmud sanhedrin 39 b.
[198] Citado en M. Kadushin, la teología del séder Eliyahu, Nueva York 1932, I 52.
[199] G. Büchner, la muerte de Danton, en: obras (Lehmann) 1967, la primera expresión de la desesperación romántica se encuentra seguramente en la obra de Fr. Schiller "la Virgen de Orleáns" 3, 6: "la única panacea que sacaremos del combate de la vida es la existencia de la nada y el cordial desprecio de todo aquello que nos parecía importante". Nombró I, 72.
[200] M. Buber, Y yo Tú, Berlín 1923, 97.
[201] G. Bastide, tratado de la acción moral, París 1961, II 436 -L. Tieck, Abdallah, ed: Berlín 1828, 6,14 = "el mundo es Dios, en su materia original se presenta en millones de formas, nosotros mismos somos parte de su esencia".
[202] F. Grillparzer, diarios 2138.
[203] Rojo y Marrón (comunismo y el nazismo, nota del traductor) en: Festschrift E. Voegelin, Munich 1962.
[204] Gottfried Arnold, Unpartheyische Kirchen- und Ketzerhistorie, Frankfurt 1699.
[205] K. Pinson, Pietism as a factor in the rise of German nationalism, Nueva York 1934. Unos títulos típicos de publiaciones: der teutsche Merkur 1778ss. Neues Patriotisches aRchiv 1792ss. Justus Möser, Patriotische Phantasien 1774-1786.
[206] Chr. W. Flügge, Einleitung in das Studium und in die Literatur der Religions- und Kirchegeschichte, Göttingen 1801, 44.
[207] Espíritu de los tiempos, III, 1809, 385-6; la idea que la fraternización borra los pecados también se encuentra en Herder (Suphan) 29, 659/o. 330. - Fichte conoce una especie algo desagradable administración de "sacramentos" por la comuna local, se encuentra impresa esa su opinión en la obra en honor de E. Voegelin, 117-123. Schleiermacher no es menos cándido: "jamás llegará el momento cuando desespere de la patria, creo demasiado firmemente que es instrumento elegido y es pueblo de Dios": carta a Henriette Willich 1808.
[208] M. Scheler, cosmovisión filosófica, Bonn 1929, 71. 103. 13: "la dignidad superior de un socio de la divinidad".
[209] Fichte (Medicus) 5, 166.
[210] La religión nacionalista es una idea genuina del pietismo: Otto Uttendörfer, la visión del mundo de Zinzendorf, Berlín 1929, 79-82; considérese de cara a esto la divinidad sin nombre y supra-nacional de los presocráticos, clásicos y cosmopolitas helenistas.
[211] Herder (Suphan) 24, 47/8.
[212] Paul Lagarde (Boettcher), Nationale Religion, Jena 1934, 7. 34: "por eso primera quítense de encima la historia bíblica del Antiguo Testamento".
[213] A. Drews, Deutsche Religion, Munich 1935, 17. Paul Lagarde, Deutsche Schriften, Göttingen 1903, 97. 135, 233, 246; Th. Rohmer, Deutschlands Beruf in der Gegenwardt, Zurich 1841, 213: deutsche Nationalkirche; acerca de las odas patrióticas de Klopstocks en: Nationalism and Internationalism, Sammelband für Hayes, Nueva York 1950, 122ss. también es muy ilustrativo Degenhart, Studien zum Wandel des Eckhartbildes, Leiden 1967, 261-269.
[214] MEGA 2, 428; cf. H. Heine, 4. 6. 1835.
[215] Hegel (Glockner) 16, 286.
[216] Dostojewski, Shatoff en "los demonios"; el reproche acostumbrado, Roma y el occidente siguen siendo imperialistas, no vale: justamente Roma resistió al César y salvó de esta manera el pensamiento del derecho natural hasta llegar a los tiempos modernos. Por lo demás el concepto del pueblo de Shatoff recuerda mucho este concepto del espíritu del pueblo romántico y también la insostenible "persona integral" de Scheler.
[217] J. Orcibal, La rencontre du Carmel Thérésien avec les mystiques du Nord, París 1959, 108.
[218] Fr. Magethner, Der Atheismus und seine Geschichte im Abendlande, tomo 4, Stuttgart 1923, 373ss.; L. Ziegler, Gestaltwandel der Götter, Darmstadt 1922, 2, 753ss.; cf. el mesianismo sin Dios en E. Bloch, Prinzip Hoffnung, Frankfurt 1973, 1411ss.
[219] Hegel (Glockner) 15, 210.
[220] M. Buber, Die jüdische Bewegung, 1920 I, 24.
[221] F. Hebbel (Werner) I, 6, 237.
[222] Fichte (Medicus) 5, 216.
[223] H. Jonas, Zwischen Nichts und Ewigkeit, Göttingen 1963, 60.
[224] Novalis en:Romantische Welt. Fragmente, ed. Mann 1939, 371.
[225] A. N. Whithead, Religion in the making, Cambridge 1927, 71; W. James, A pluralistic universe, 1909 = 1977, 60; J St. Mill, Three essays on religion 1874, 37ss.
[226] Ludolf Wienbarg, Wanderungen durch den Tierkreis, Hamburgo 1835, 96: "el Dios en quien creo comparte conmigo a la carga de la mortalidad".
[227] N. Berdjajew, Destiny of man, 1939, 40ss.; Spirit and reality, 1939, 114ss.
[228] Obras Kaufmann I, 433.
[229] Las odas de Salomón 8, 22; Evangelio de Felipe 119, 2; actas de Juan 95, 1; cf. C. Colpe, Die religionswissenschaftliche Schule, Göttingen 1961.
[230] Stern der Erlösung, Frankfurt 1976, 514.
[231] Ibídem, 266; 257. "Dios que se libera a sí mismo para sí mismo": cf. Ph. K. Marheineke, Zur Kritik der Schellingschen Offenbarungsphilosophie,1843, 41.
[232] La fe es el producto de un engendrar, el atestiguar se realiza al engendrar: 380. 311.
[233] Reden an die Nation 8 (Medicus 5, 130).
[234] M. Buber "Daniel“ en: obras, Munich 1962, I 43; cf. arriba 208.
[235] E. M Arndt, Geist der Zeit, II, en: obras (Steffens) 1812, VII, 84.
[236] C. v. Frantz, Grundzüge des wahren und wirklichen absoluten Idealismus, Berlín 1843, VIII.
[237] M. Scheler, Der Genius des Krieges, Lipsia 1915, 103ss.; 65 ss.; cf. J. Möser, 1008 143, 293: "el pleito mutuo igual que la tierra deben permanecer en el mundo para que el hombre especule, trabaje, y se vuelva valiente y no tonto" -y también los hegelianos Rössler, Lasson, etc. hasta v. Bernhardi 1911: "Alemania y la próxima guerra".
[238] Nota 236, VII.
[239] M. de Corte, L’intelligence en péril de mort, París 1969, 91. A. Peperzak, Le jeune Hegel et la vision morale du monde, den Haag 1960, 89: una religión sin religión.
[240] Feuerbach, obras 1846, II. 257.
[241] Schelling, obras 1861, VIII, 335.
[242] Talmud ta’anit 8a, cf. berakhot 5a. El libro de los Proverbios 3, 12 ofrece el fundamento para todo este complejo de problemas yisseerin m’ahaba = corrección a partir del amor. J. H. Newman, Sermons on various occasions 1921, 277: porque son tan queridos y tan cercanos a Dios, por eso le provee aflicciones para atraerlos más cerca aún.
[243] Se encontrará algunas sugerencias al respecto en el tomo “Warum ich Christ bin? = Por qué soy cristiano" que reúne varios testimonios al respecto.
[244] Maine de Biran, Journale intime 9.12. 1819.
[245] Leviticus rabbah 20,12: la muerte del justo expía.
[246] Platón, Filebos 26.
[247] Herbart (Kehrbach) tomo 12, 88.
[248] Platón, Politicus 273.
[249] San Bernardo PL 183, 906; León PL 54, 767.
[250] Cf. nota 231. Tomás y el renacimiento atribuyen a esta independencia un valor muy grande; comenzando con Lutero, sin embargo, Dios es el único que actúa, y para Spinoza y Hegel finalmente sólo Dios es real.