Sobre la corrupción: Capítulo 1: Significado del vocablo 'corromper'
Cardenal Jorge Medina Estévez
(cortesía http://es.catholic.net/)
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Esta palabra castellana es de origen latino, y en esa lengua significa
"destruír", "arruinar", "enturbiar", "echar a perder", "seducir",
"sobornar", "falsificar", "viciar", "depravar". Es pues, considerable la
amplitud de acepciones con que los clásicos latinos emplearon esta palabra,
según los contextos en que la usaron. Tanto en latín como en castellano, del
verbo corromper derivan otras palabras como "corrompido", "corruptor",
"corruptela", "corruptible", "corrupto", etc.
En el Diccionario de la Real Academia de la lengua castellana se leen las
siguientes acepciones: "Corromper: alterar y trastrocar la forma de alguna
cosa. Echar a perder, depravar, dañar, podrir, sobornar o cohechar al juez o
a cualquier persona, con dádivas o de otra manera. Pervertir o seducir a una
mujer. Estragar, viciar, pervertir. Oler mal. "Corrupto: dañado, perverso,
torcido". "Corruptela: mala costumbre o abuso, especialmente los
introducidos contra la ley". "Corruptor: que corrompe". Como se ve, el
horizonte de las acepciones castellanas de la palabra corromper es también
muy amplio. En todo caso se trata generalmente de una situación moralmente
vituperable, negativa e indeseable. En especial se puede subrayar el
significado de "podrir", que equivale a lo contrario a la vida, lo
putrefacto. Es precisamente lo que sucede a una sociedad en que la
corrupción se generaliza.
Como se ve, el concepto, de "corrupción" es muy amplio. Se habla en forma
general de la "corrupción de las costumbres" y esa calificación abarca
muchas formas de actuación que destruyen la integridad moral del hombre.
Aquí se restringirá esta reflexión a las formas de corrupción que tienen su
origen en dádivas ofrecidas y aceptadas de modo incorrecto, con vistas a
obtener decisiones favorables a los intereses de quien corrompe. Esas
dádivas no siempre son dinero, aunque muchas veces sí lo son.