Sobre la corrupción: Capítulo 4: Formas de corrupción
Cardenal Jorge Medina Estévez
(cortesía http://es.catholic.net/)
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Las formas que toma la corrupción son muy
variadas. He aquí algunos ejemplos más corrientes:
-Exigir dinero o algo equivalente para cumplir lo que es una obligación del
cargo que se desempeña. Correlativamente, ofrecer dádivas para que alguien
cumpla lo que debe cumplir.
-Exigir o aceptar dinero o "regalos" para conceder algo que no es correcto.
-Exigir servicios, y peor aún si son incorrectos, para conceder ascensos o
cargos.
-Condicionar el cumplimiento de un deber al cumplimiento de servicios no
obligatorios de quien va a ser el beneficiario de una decisión.
-Otorgar cargos no en función de la capacidad o méritos de las personas,
sino como recompensa de servicios o por compadrazgos.
-Concederse a sí mismo beneficios injustificados valiéndose del cargo que se
desempeña.
-Tomar decisiones por favoritismo, para beneficiar a familiares o amistades,
postergando a personas con mayores méritos o mejores derechos.
-Ocultar delitos o manejos incorrectos a cambio de obtener ventajas
pecuniarias u otras.
-Presionar a personas con amenazas ostensibles o encubiertas, para lograr su
complicidad.
-Ofrecer "comisiones" para obtener trabajos o contratos, públicos o
privados.
-Ofrecer o aceptar "coimas".
-Aprovecharse en beneficio propio de objetos, vehículos, viáticos u otros
beneficios concedidos exclusivamente para el desempeño de la función y no
para uso personal.
-Regalar notas o aprobar exámenes a cambio de ciertos "favores".
-Amenazar con el recurso a amistades o influencias para obtener facilidades
de un subordinado de aquellas.
En una palabra, vender lo que no se puede vender, comprar lo que no es una
mercancía, "venderse" o "comprar".
Una forma sutil de corrupción puede darse cuando se hacen donativos
importantes, aparentemente gratuítos y desinteresados, pero que tienen la
finalidad de captar la benevolencia de quien es o puede llegar a ser
poderoso, o prevenir su posible mala voluntad. Se trata de una especie de
"seguro" contra previsibles acciones perjudiciales para el que hace el
"obsequio". Lo mismo podría decirse de "distinciones" u "homenajes" cuya
concesión no tiene como fundamento los méritos del agraciado, sino el deseo
de halagarlo y captar su benevolencia o influencias. Si los "obsequios" o
"contribuciones" son exigidos, la corrupción toma características de
extorsión.
Es real el caso de un empresario que realizaba obras por cuenta ajena, que
en una oportunidad se presentó a una propuesta, cumpliendo con todos los
requisitos establecidos. Abiertas las propuestas, lo llamó un alto ejecutivo
para sugerirle que alzara el precio en un cierto porcentaje y que de esa
alza le diera a él la mitad, con lo que le garantizaba que le sería
concedido el contrato. El empresario no aceptó y no volvió a intentar la
realización de trabajos en la referida institución. Lo trataron de
corromper, pero no se dejó corromper. Probablemente dejó de obtener
importantes ganancias, pero hay algo más importante que el dinero: la
honradez.
En los medios en que hay mucha corrupción se aducen excusas que terminan por
ser aceptadas como justificaciones del sistema: "todos lo hacen", "es parte
del precio", "si no pago la ´comisión´ me quedo sin trabajo", "los negocios
son los negocios", "si yo rechazo el trabajo, lo tomará otro que lo hará
mucho peor, con daño para el país (si se tratara de una institución
pública)", "si no entramos los que somos honrados, tal o cual área de
nogocios quedará en manos de una mafia de corruptos". ¡Qué complejo es hacer
el juicio concreto en un caso determinado! ¡Y qué enorme responsabilidad la
que pesa sobre quienes tienen la posibilidad de poner atajo a la corrupción!
Los ejemplos que ofrecen las sociedades organizadas del crimen y los
"carteles" todopoderosos del narcotráfico, son las espeluznantes
consecuencias de haber permitido que la corrupción proliferara, cerrando los
ojos a las evidencias, y aduciendo fácilmente, cada vez que aparece un caso,
que "se trata de una situación aislada", o que "el caso está bajo control",
sin adoptar las medidas drásticas y tajantes que son las que resguardan
realmente el bien