La pornografía destruye el respeto
de cara a la otra persona. La madre
del niño está mirando obras de arte pero ha desatendido su
mayor obra de
arte, la educación de su hijo. Un niño que ha aprendido
respeto y delicadeza
nunca haría lo que a usted le pueda parecer algo
chistoso. La pornografía
pervierte y degrada a las
nuevas generaciones
en mirones desprovistos de delicadeza y respeto aunque lo haga con rasgos de
broma.