«Casada y sumisa: práctica extrema para mujeres sin miedo»: Dos entrevistas
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7 claves para leer su
libro
¿Por qué un libro que defiende la «sumisión» de las esposas se convierte en un bestseller en Italia?
Su autora, Constanza Miriano, sostiene que el consejo de San Pablo «responde a los deseos más profundos de nuestro corazón».
La controvertida frase de san Pablo a los Efesios, “Esposas, estad sujetas a vuestros maridos”, fue la inspiración de un best-seller italiano en el 2011: Sposati e sii sottomessa: Pratica estrema per donne senza paura (Vallecchi): Casada y sumisa: práctica extrema para mujeres sin miedo. Costanza Miriano, su autora, está convencida de que muchos conflictos matrimoniales podrían resolverse si la mujer entiende su verdadero talento como esposa y madre: la sumisión del servicio. Los ejemplares de su libro pasan de mano en mano entre muchas italianas.
He aquí la entrevista I:
- ¿Qué inspiró su libro?
- Fue una casualidad. Pasaba muchas horas en el teléfono, intentando convencer a una amiga de que se casara. Cuando le conté la historia de mi amiga a un colega, le expliqué que las expectativas de mi amiga sobre el matrimonio eran irreales; en muchos aspectos, era el novio quien tenía la razón. Veía que ellos podían ser felices juntos, pero no se decidían a comenzar esa felicidad por culpa de las ideas erradas que hoy tenemos sobre el amor y el matrimonio. Le dije también que la mujer tiene que ser capaz de mediar, de unir, en vez de dividir. A él le llamaron la atención mis ideas y me puso en contacto con la editorial.
- ¿Por qué cuesta hoy ese rol de unir?
- La mujer ha luchado tanto por la emancipación que, de paso, ha perdido un poco su identidad profunda, ese ‘genio femenino’, como lo llamaba Wojtyla en la encíclica Mulieris dignitatem.
- Hablar de ser ‘sumisas’ es muy osado. ¿Por qué eligió esta palabra?
- Yo no la elegí. Lo tomé de la carta de san Pablo a los Efesios. Parece una palabra ofensiva para nosotras, las mujeres de hoy, que no queremos renunciar a la lógica del poder. Sin embargo, la sumisión indica otra lógica: la del servicio recíproco, que es el servicio al que está llamada la mujer.
- Entonces, ¿el hombre domina?
El hombre está llamado a servir de una manera diferente: debe estar “listo a morir por su esposa, como Cristo murió por la Iglesia”. Su papel no es más fácil que el nuestro.
- ¿Qué significa ser sumisas?
- San Pablo nos recuerda que a las mujeres nos gusta controlarlo todo, decir la última palabra, manipular por detrás. Ser sumisas significa, literalmente, estar por debajo para ser el apoyo de todos los miembros de la familia, para acompañar a los más débiles. Es una cualidad propiamente femenina, a pesar de lo que diga la revolución feminista.
- ¿Puede ser feliz una mujer sumisa?
- Es nuestro verdadero talento. Podemos trabajar y tener mucho más éxito, pero lo que mejor sabemos hacer, y lo que responde a los deseos más profundos de nuestro corazón, es esa capacidad de servir y unir a las personas. El amor de la mujer es más altruista y lleva al hombre a “salir” de sí, mientras que la mujer recibe (la relación física es una representación de lo espiritual). Los hombres y las mujeres necesitan recuperar esos talentos específicos pues se complementan entre sí.
- ¿Cómo es una buena esposa?
- Una buena esposa sabe acoger con dulzura y paciencia. Mira a su marido desde un punto de vista positivo y acepta como bueno lo que viene de él. Pospone la confrontación: controla sus emociones y espera. Y nunca, jamás, contradice al padre delante de los hijos.
- ¿Se puede aprender a ser así?
- Tenemos un modelo: la Señora de la Medalla Milagrosa, con las manos y los brazos abiertos para recibir lo que le llega. Y debajo de sus pies, la serpiente –que es nuestra lengua– siempre dispuesta a criticar, a ver lo malo, a hacer hincapié en lo que falta.
- ¿Qué le aconsejaría a una joven para tener un matrimonio más pleno?
- Muchas jóvenes están decepcionadas porque hoy tenemos muchas exigencias del matrimonio. Anteriormente, el matrimonio era un medio para encontrar una casa; ahora queremos ser felices. Esto es razonable, pero debemos aceptar nuestras limitaciones y las del otro. El amor no es un sentimiento, es una decisión. Nos adherimos libremente, con toda nuestra voluntad, a elegir a una persona de por vida. Habrá momentos aburridos, pero tenemos que entrenar los ojos para descubrir la belleza inimaginable de la vida cotidiana. Quien salta de una historia a otra y no tiene el coraje de subir las cuestas, no puede ni soñar lo que es posible.
- ¿Cuál es el principal reto que presenta el matrimonio en la actualidad?
- Dios ha desaparecido del horizonte y sin Dios, es imposible pensar en algo que sea para siempre. Anteriormente primaban las tradiciones y la gente se mantenía firme. Hoy, la idea de ser infiel, de seguir nuestros instintos, es el aire que respiramos. Hay como una conspiración en contra de la familia y solo la Iglesia da la batalla cultural por nosotros.
- ¿Qué cambio está provocando su libro entre las mujeres italianas?
- He recibido cartas de mujeres que dicen que les ayudó a cambiar su vida matrimonial. Muchas me agradecen porque han aprendido a querer mejor a sus maridos; algunas han decidido casarse; otras, han superado una crisis; y muchas católicas dicen que ciertas cosas no se escuchan ya en círculos religiosos, mientras que mi visión, la de San Pablo, es la que responde a los deseos profundos de sus corazones.
¿Está preparando otro libro?
Sí, estoy analizando la siguiente frase de san Pablo a los Efesios: “Maridos, estad dispuesto a morir por vuestras esposas...”. Si la mujer tiende a controlarlo todo, el hombre tiende al egoísmo. Por eso su llamada es la del heroísmo. El próximo libro es para ellos.
Entrevista II
Por Luca Marcolivio
13 de noviembre de 2013
"Cásate y sé
sumisa", un libro lleno de elogios a la mujer Costanza Miriano, periodista
italiana y autora de la obra, comenta la polémica que se ha despertado en
España con la publicación de su libro
Tras el gran éxito obtenido en Italia, donde en 2011 fue el "acontecimiento
literario" del año en el sector no ficción, Cásate y sé sumisa ha sido
publicado también es España. La traducción al español de la primera obra de
Constanza Miriano ha llegado en pocas semanas al octavo puesto en la
clasificación de los libros vendidos en Amazon.
Todo ello ha llegado con la protestas con diversos grupos de la población,
mientras que en el Parlamento de Madrid, el PP, el PSOE e IU han anunciado
medidas para la retirada del comercio de Cásate y sé sumisa.
A través de una conversación telefónica con ZENIT, Constanza Miriano ha
explicado las líneas generales de la historia, reiterando al mismo tiempo la
propia determinación en el apoyo a las ideas propias sobre la mujer y la
familia.
¿Por qué la publicación de su libro en España está suscitando tantos
estragos?
--Costanza Miriano: El otro día me desperté por la llamada de una colega que
me hacía una pregunta "fácil, fácil": "¿me explica la sumisión en un minuto
y 45 segundos?" Y yo: "Mira, he necesitado un libro entero para explicarlo,
no puedo hacerlo en un minuto y 45 segundos antes del café...". Después, a
la octava o novena llamada, pregunté: "Perdone, ¿por qué todos me están
llamando? ¿Qué está sucediendo?" Realmente no me lo esperaba... Sposati e
sii sottomessa se publicó en Italia en el 2011 y suscitó curiosidad, también
alguna crítica negativa, pero no escándalo como en España, donde tres
partidos han pedido que se retire del mercado. En este momento se está
realizando un reunión en Granada para decidir si poner una denuncia a la
fiscalía.
¿Cuáles son los argumentos usados contra tu obra?
--Costanza Miriano: La acusación que se me hace es que mi libro sería una
apología de la violencia sobre las mujeres. Un hecho a subrayar es que ha
sido publicado por la editorial de la diócesis de Granada, cuyo arzobispo
Javier Martínez, ha hecho declaraciones sobre el aborto, definido por él
como la "masiva violencia sobre el cuerpo de las mujeres"; muchas mujeres se
han sentido ofendidas por esto, porque esta afirmación reduciría la
violencia realizada contra mujeres por parte de hombres. Sin embargo, si una
mujer sufriera violencia por parte de un hombre, le recordaría que también
la Iglesia sugiere a las mujeres alejarse de casa, en ciertos casos; la
Iglesia nunca ha dicho de recibir golpes, nunca se ha pedido el martirio.
¿Y los periodistas que te han llamado, qué te han preguntado?
--Costanza Miriano: Ninguno de los periodistas que me ha llamado había leído
el libro. A todos les he preguntado qué pasaje era ofensivo o incitaba a la
violencia. Una colega me ha respondido que son controvertidos los puntos en
los que escribo: "estate de acuerdo con él", "tened un hijo", "obedécele".
Por tanto yo he intentado explicarle que mi libro reflexiona sobre el nudo
del pecado femenino que es el deseo de control. Una cualidad buena de la que
Dios no ha dotado es la de saber educar, es nuestra llamada. Y también
nuestra cualidad puede ser mal utilizada para manipular, no permitir a los
otros ser. Y a nuestro alrededor vemos tantas mujeres con este deseo de
control, de poder.
Me parece que esta invitación a la sumisión sea, más bien, una invitación a
la mujer a redescubrir su verdadera belleza, a sacudirse estas dificultades,
a encontrar sus cualidades y capacidades de madre. Me parece que es un libro
lleno de elogios a las mujeres ¿no? Cierto, entre mis lectoras no todas
estarán entusiasmadas, algunas no estarán completamente o para nada de
acuerdo conmigo, pero muchas me han escrito: "me has devuelto mi verdadera
belleza", "lo que siempre he pensado y que nadie me decía", "lo que yo misma
no tenía el valor de decirme", "me has ayudado a reencontrar mi verdadera
vocación", "he decidido finalmente casarme", "hemos tenido otro niño"... Me
parece un libro positivo, que hace una propuesta, que no impone un juego a
las mujeres".
¿No es paradójico que de los partidos de izquierda, de orientación
liberal, quieran suprimir la libertad de opinión de una mujer?
--Costanza Miriano: En nombre de la libertad, se elimina la libertad.
Alguien me ha sugerido que denuncie yo también. Sin embargo, me parece que
están en venta libros de gran éxito, con escenas graves que implican a las
mujeres, que me parecen mucho más lesivas de la dignidad femenina. Lo que
toca la fibra sensible de todo es la autodeterminación: poder ser libre de
decidir qué es el bien y qué es el mal, incluso si ser hombre o mujer. Y la
ideología de género no sería impuesta a la fuerza si fuera algo natural. Al
fondo de todo está siempre el rechazo de un Dios Padre que nos dice qué es
el bien y qué es el mal. Y el mismo rechazo - que se manifiesta con la
anticoncepción y con el aborto - de acoger la palabra del Padre sobre la
vida. Por tanto es más tolerada la historia de una sadomasoquista, de una
víctima voluntaria de prácticas eróticas, respecto a una que te dice: fíate
de tu marido, obedécele, haz un esfuerzo por ver lo bello de lo que él dice
y hace... Esto es juzgado como escandaloso porque ofende el pilar de la
concepción actual del hombre: yo estoy en el centro y no escucho ninguna voz
que no venga de dentro de mí. Al final es el rechazo de Dios al centro de
todo. No hay palabra más escandalosa que "sumisión" u "obediencia". Incluso
"morir" hace menos escándalo. Cásate y muere por ella ha hecho menos
escándalo, incluso es más fuerte el verbo "morir" que el verbo "someter". La
muerte, sin embargo, es menos tabú que la sumisión: renunciar a la propia
sumisión es el tabú más grande, en mi opinión.
¿Cuál es su opinión sobre los acontecimientos que están sucediendo
en Europa "en contra de la familia" entendida de la forma en la que lo hace
la Iglesia?
--Costanza Miriano: Cualquier opinión (a parte las opiniones que sean la
defensa de un delito) expuestas con gentileza, sin ofender a nadie, deben
tener el derecho de ciudadanía. No se puede concebir que una persona sea
arrestada sólo porque lleva una camiseta con un logo de una familia
padre-madre-hijos. A menudo veo por la calle contenidos pornográficos que me
obligan a decir a mis hijos: "¡mirad hacia allá! Parece que todas las
opiniones puedan ser expresadas libremente, menos las que recuerdan al
hombre que es criatura. Es una verdadera guerra contra Dios y contra el
anuncio que nosotros somos criaturas amadas. Esto es el contenido que
quisiera hacer llegar a las feministas. Entiendo que mi libro haya tocado
nervios descubiertos de algunas mujeres sobre ciertos temas, quizá porque
han sido heridas en el pasado por hombres egoístas o porque tienen heridas
que perdonarse: quizá hayan abortado...
Al centro de toda esta gran batalla por la autodeterminación está este concepto: yo me autodetermino y si tú me dices que no es así, debes callarte, yo respondo solo a mi conciencia... Para nosotros la conciencia es algo que no te das solo sino que, como decía también Benedicto XVI, es rectamente formada: es el lugar en el que descubres que es Otro quien decide qué es el bien y qué es el mal. Creo que en el fondo de todas estas leyes quiere impedir que alguien recuerde esta realidad del hombre: nosotros no nos determinamos solos. Pero es una buena noticia, es la buena noticia: somos criaturas amadísimas de un Padre que da la vida por nosotros. Y cuando nos oponemos contra estas leyes nosotros no estamos contra los homosexuales, las feministas o los abortistas. Estamos contra el aborto, no contra quién ha abortado. No estamos contra las personas, ni contra nadie.