con un corazón humano Capítulo 4: EL CORAZÓN EN LA BIBLIA SÍMBOLO DE LA PERSONA Alejandro Diez-Macho, M.S.C.
El lexema “corazón” es el término antropológico más usado en la
Biblia hebrea.
Cuantitativamente es un término bíblico importante.
Aparece 853 veces en la Biblia hebrea, a las que se han de sumar las 8 veces
que figura en las secciones arameas del libro de Daniel. Por orden de
frecuencia, ocupa el primer Iugar el Salterio, en el que aparece 147 veces;
sigue Proverbios con 99 veces; vienen después, en orden descendente,
Jeremías, Deuteronomio, Isaías, Éxodo, Ezequiel, 2 Crónicas y Eclesiastés 1.
Nada menos que 814 veces del total, el lexema se refiere
al corazón del hombre. “Corazón” interviene en la Biblia hebrea 59 veces más
que el otro lexema cuantitativamente más importante de la antropología
veterotestamentaria que es la palabra psique (en hebreo nefesh), cuya
traducción frecuente, aunque impropia, es “aIma”, 2
En el NT la voz corazón se deja ver 159 veces. Pablo lo
menciona 51 veces, sin contar las 11 veces que esta dicción aparece en la
Epístola a los Hebreos: es el hagiógrafo del NT que más veces escribe la
palabra corazón; después Lucas: 24 veces en el evangelio y 21 en Hechos;
sigue Mateo con 17 veces 3.
Tan alta cuota de recurrencia de la palabra corazón en la
Biblia se explica por ser amplísimo su campo semántico.
2. Corazón tiene en la Biblia
muchos más sentidos que en nuestros
diccionarios.
En las lenguas modernas corazón comprende una larga serie
de significados: en sentido propio, el corazón físico; en sentido figura-do,
una rica pluralidad de acepciones: ánimo, valor, espíritu, voluntad, amor,
benevolencia, el medio o centro de una cosa, el interior de una cosa
inanimada.
Los sentidos traslaticios de corazón en su mayor parte
hacen referencia en nuestras lenguas a la vida afectiva, del sentimiento o
de la voluntad. o a un comportamiento moral sincero, sin doblez. Algunas
veces corazón es intercambiable con alma: la expresión "no tiene corazón”
equivale a “no tiene alma"; partírsele el corazón equivale a “partírsele el
aIma ", 4
A pesar del amplio campo semántico que aún cubre, corazón
ha sufrido una reducción de significados en las lenguas modernas. Su función
de "conocer”, tan destacada en la Biblia, en la Grecia arcaica y entre los
romanos, apenas ha dejado huellas en algunas expresiones de nuestras
lenguas; así “decir de coro" (de corazón) 5 es recitar de memoria; es
expresión obsoleta en castellano, pero viva en la lengua francesa, en la que
decir “par coeur" (de corazón) significa decir de memoria 6
Los verbos recordar, acordar, concordar, compuestos de la
palabra latina cor (corazón) perpetúan en lengua romance la función
intelectual que tuvo antiguamente la palabra en cuestión.
El campo semántico de corazón, es más, mucho más, dilatado
en la Biblia. En ella se dicen tantas cosas del corazón, que sólo si
substituimos corazón por "persona" encontramos un sujeto capaz de recibir
tantos y tan variados predicados.
Los rabinos antiguos ya notaron que el vocablo corazón
está, en la Biblia, abrumado de sentidos: El comentario exegético al
Eclesiastés. llamado Qohelet Rabba, al comentar Ecl 1, 16 (“Hablé con mi
corazón"), alega 60 pasajes de la Biblia que atribuyen at corazón otras
tantas funciones o predicados: El corazón ve, oye, habla, camina, cae, está
en pie, se alegra, Ilora, se conforta, se turba, se endurece, desmaya, se
duele, teme, quiebra, se enorgullece, se rebela, inventa, engaña, desborda,
proyecta, desea, se extravía, es lujurioso, reanimado, robado, humillado,
inducido, yerra, tiembla, despierta, ama, odia, envidia; es sondeado,
rasgado, es meditativo; ardiente como fuego, duro como piedra; se
arrepiente, se calienta, muere, se derrite; es capaz de recibir la palabra,
de tener miedo, de desear lascivias, de obstinarse, de alegrarse, de
engañar, de hablar dentro de sí, y de admitir soborno; escribe palabras,
traza planes, recibe mandamientos, obra con orgullo, hace arreglos y se
exalta a sí mismo 7.
La polisemia de corazón que revela el anterior texto
rabínico, con ser amplia, no es exhaustiva. Pero basta para hacer ver que
corazón es más significante en la Biblia que en las lenguas modernas.
Hacia el principio del siglo XI I apareció este vocablo en
la lengua castellana. Al parecer, tomó la forma aumentativa de corazón, para
significar el “gran corazón” del hombre valiente y el “gran corazón" de la
mujer amante 8. En la Biblia corazón significa muchas, muchas cosas más que
“gran valor" o “gran amor”.
3. El significado propio de la palabra corazón, el corazón
de carne,
es muy escaso en la Biblia.
Aunque el significado propio del lexema corazón en la
Biblia y fuera de ella 9 es el de corazón físico, la Biblia apenas utiliza
este sentido anatómico o fisiológico. 1 Sam 25,37 menciona el ataque
cardíaco de Nabal, aquel rico calebita que poseía tres mil ovejas y mil
cabras en el Carmelo y que tras una borrachera sufrió un ictus cardíaco, su
corazón se amorteció en su interior y se quedó como de piedra". Falleció al
cabo de diez días. Entre los muchos males que aquejan a un pecador castigado
por Dios, uno es "palpitaciones de corazón" (Sal 38,11). Jeremías (4,19)
describe el ataque cardíaco que le provocó la inminencia de la guerra: “Mi
interior! ¡Mi interior! ¡Me retuerzo!
¡Paredes de mi corazón! ¡Mi corazón gime!” (cf. Wolff, ob. cit. p.
65).
A veces corazón figura en paralelismo con "riñones", lo
que hace pensar a algún autor que en tales casos se trata del corazón físico
10
La escasez de menciones del corazón físico en el AT deriva
en buena parte de que este órgano no comparece en los capítulos de los
sacrificios 11.
De la misma escasez o carencia de referencias al corazón
físico adolece el NT. Sant 5,5 recrimina a los ricos “haber vivido en la
tierra lujosamente, haber llevado vida disoluta y haber cebado sus corazones
para el día de la matanza". Pablo predica a los de Listra que Dios les ha
dado lluvias y fertilidad y “que ha colmado de alimento y de alegría sus
corazones”. Luc 21,34 amonesta: “Tened cuidado que no se embote vuestro
corazón por el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de la vida".
Pero en los tres casos el sentido de corazón parece ser figurado: el de
cuerpo o vida 12,
Dígase lo mismo de Gen 18,5: Abraham coge un trozo de pan
para que los tres varones que se le acercaron en el encinar de Mambré
reparen sus corazones, es decir, para que reparen sus fuerzas.
La Biblia, pues, presta muy escasa atención al corazón
físico, del que según Oseas (13,8), las costillas son "tapadera"; casi
exclusivamente usa su lexema en sentido figurado.
Una alusión implícita al corazón físico de Jesús se
encuentra en Jn 19,34, texto importante en la historia y teología del culto
al Corazón de Jesús. Dicho versículo no menciona más que la trasverberación
del costado (pleura) de Cristo, pero implícitamente alude al
corazón físico del Señor. Es lo que el soldado quería
atravesar para asegurar la muerte de Jesús: no sólo el costado, sino el
corazón 13.
Así lo entienden las letanías del Corazón de Jesús, cuando
invocan al "Cor Jesu lancea perforatum", y la Encíclica Haurietis Aquas,
cuando repetidamente se refiere al Corazón herido de Jesús.
De lo dicho se desprende, que la Biblia privilegia el
sentido figurado del lexema corazón. Lo mismo ocurre en el culto al Corazón
de Jesús: prima el sentido figurado de corazón, aunque incluye también el
corazón físico, el “Cor Jesu, in sinu Virginis Matris formatum", de las
letanías antes citadas.
4.
Sentidos figurados de “corazón ": El pecho
Acabamos de ver que “costado" de Jn 19,34 significa
corazón. Inversamente en la Biblia varias veces corazón significa “pecho",
“costado", lo que recubre el corazón.
Quedando Absalón colgado de una encina por la cabellera,
Joab “clavó tres dardos en su corazón". Corazón significa aquí que los clavó
en el "pecho" o "costado", pues de haberlos clavado en el propio corazón,
hubiera sido innecesario que diez escuderos de Joab lo hirieran seguidamente
para dar le muerte (2 Sam 18, 14s).
La flecha que lanzó Jehú, persiguiendo a Joram, “salió de
su corazón” (2 Re 9,24): significa que salió de su “pecho’’ 14.
Aquellas mujeres que, en el asalto de Nínive, gimen con
zureo de palomas y "golpean sus corazones" (Nah 2,8), gimen y golpean sus
"pechos".
El pectoral que Ilevaba Aarón “sobre el corazón" (Ex 28,
29s: tres veces), era la prenda que llevaba sobre el pecho.
Con las palabras “ponme como un sello sobre tu corazón,
como un sello sobre tu brazo”, Ia esposa de los Cantares pide ser sellada
sobre el pecho y sobre el brazo.
El uso de corazón en sentido de pecho suplió la falta en
hebreo bíblico, de un término para significar el pecho humano. La palabra
hebrea para “pecho" (hazeh) parece significar en el hebreo de la Biblia el
pecho de los animales 15.
5.
Corazón: lo interior de una cosa
Como el corazón se alberga dentro del pecho, fácilmente
tomó la acepción de lo interior de las cosas. Lo interior del hombre o del
animal —el corazón— por metonimia pasó a significar lo interior de las
cosas. Hay ejemplos en la Biblia:
Ex 15,8, "Los abismos se congelaron en el corazón del
mar", quiere decir que se congelaron dentro del mar. Acostarse (Prov 23,34),
navegar (Prov 30,19), comerciar, perder la mercadería "en el corazón del
mar" (Ez 27, 4.25-27; 28,2.8), significan acciones o perdidas dentro del mar
o mar adentro. Subir el fuego at "corazón” de los cielos" (Dt 4,11) denota
subir muy arriba, dentro del espacio. Permanecer el Hijo del hombre tres d
las y tres noches en "el corazón de la tierra" (Mt 12,40) equivale a estar
ese tiempo dentro de la tierra.
La "figura como de hombre" levantada por el viento "desde
el corazón del mar" (4 Esd 13,3), es el Hijo del hombre que emerge desde el
interior del mar 16.
Lenguas semíticas distintas del hebreo operan la misma
traslación de sentido: corazón
significa en ellas lo interior, lo que está dentro. Por ej., en lenguas
semíticas tan antiguas, como el árabe y el acadio 17.
Lo mismo ocurren en lenguas indoeuropeas 18.
6.
Corazón: Ia vida interior del hombre.
De manera especial, corazón significa toda la vida
interior del hombre. Por
eso "interior del hombre" rima en paralelismo sinonímica con corazón: "Yo
pongo mi ley en su interior; Ia escribo en sus
corazones" (Jer 31,33). "En el corazón del inteligente
reposa la sabiduría; en el interior de los necios no es conocida" (Prov
14,33).
"Exterior del hombre" se usa en paralelismo antitético con
corazón:
"Los hombres yen lo externo, pero Dios ve el corazón" (1
Sam 16,7).
El "interior" es el asiento de las vísceras. La más
importante es el corazón. Segunda en importancia son los riñones,
mencionados en
la Biblia diversas veces en asociación con el corazón 9 .
La acepción de "interior del hombre" en el lexema corazón es tan
frecuente en la Biblia que, según algún autor 20, la interioridad del
hombre es el significado comim que subyace a los variadísimos usos que
la Biblia hebrea hate de la palabra que estudiamos.
Corazón manifiesta en la LXX la misma propensión semántica que en hebreo: significar la interioridad del hombre. Hay
casos en los
que el texto hebreo dice "interior", y dicho texto griego
traduce corazón (Sal 5,10; 61,6; 93,19; Prov. 14,33; 26,24) 21. En
esa traducción griega, lo mismo que el apógrafo hebreo, corazón "antes que nada es, también el Órgano de Ia vida personal humana, el
punto interior en que se concentra el ser y el obrar del hombre
como personalidad espiritual" 22.
La literatura judía intertestamentaria, no canónica,
atribuye asimismo at corazón toda la vida interior 23.
En el NT igualmente corazón es "el centro de Ia vida
interior del hombre, en donde tienen asiento u origen todas las fuerzas
y funciones psíquicas y espirituales" 24. Igualmente "para los antiguos semitas, el corazón... es el
centro de toda Ia vida psíquica y moral, de la vida interior” 25
8.
Corazón: la vida afectiva, los sentimientos y voluntad.
Dada la repercusión de la vida afectiva en el corazón
humano, es lógico que la Biblia, como cualquier otro documento de entorno
cultural distinta 25 bis predique del corazón las diversas manifestaciones
de tal vida: toda suerte de sentimientos, emociones y voliciones:
El corazón gime (Sal 37,9); se angustia (Sal 34,19); se
dilata (Sal 11 9,32: 2 Cor 6,11); duda (Ecl 2,20; Lam 1,20); se entristece
(Gen 6,6; 1 Sam 1,8; Prov 13,12; 14,10; Jn 16,6); se alegra (Ex 4,14; Jue
16,25: Sal 4,8: Sal 118,111: Is 24,7; 66,14; Prov 23,15; Act 2,26); se duele
(Gen 6,6; I Sam 1,8; Is 1,5; Jer. 4,18; Sal 13,3; Rom 9,2); se intimida (Deut
1,28); tiembla como las hojas ante el viento (Is 7,2); tiene miedo (Deut
20,3.8; Sal 25,17); se alarma (Deut 28,65); se ablanda (Is 7,4; Deut 20,8);
se derrite como cera (Sal 22,15; Deut 20,8; Jos 2,11; Is 13,7; Ez 21,12);
desmaya o languidece(Gen 45,2 7); arde (Luc 24,32); se encoleriza (Job
15,12).
Natural mente el corazón ama: El esposo del Cantar de los
Can- tares recrimina a la esposa que le ha hurtado el amor disparando una
mirada como flecha al corazón: “Me robaste el corazón..., me robaste el
corazón con una mirada de tus ojos” (Cant 4,9). El precepto de amar, que
resume la ley, to ha de cumplir el hombre con el corazón: "Amarás a Yahweh,
tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza” (Deut
6,5; cf. Mc 12,30; Mt 22,37; Luc 10,27).
Yahweh circuncida el corazón de los israelitas para que el
corazón pueda cumplir sus deberes de amor: “Yahweh, tu Dios, circuncidará tu
corazón y el corazón de tus descendientes para que ames a Yahweh, tu Dios,
con todo tu corazón y con toda tu alma...” (Deut 30,6). Dios, dice Pablo, endereza el corazón para amar a
Dios (2 Tes 3,5). V los cristianos, ordena Pedro, deben amarse “de corazón,
in- tensamente, unos a otros" (1 Pe 1,22). A los que amaba, Pablo los Ilevaba dentro del corazón: A los filipenses les dice: “Os
tengo en mi corazón” (Fil 1,7); a los Corintios les pide que le den cabida
en su corazón (2 Cor 7,2), y les asegura un puesto en su corazón de Apóstol,
unidos para la muerte y para la vida (2 Cor 7,3).
El corazón es el asiento del amor individual y del amor
mutuo o correspondido que llamamos amistad: Cuando los Hechos de los
Apóstoles (Hech 4,32) relatan que “los creyentes tenían un solo corazón, una
sola alma", quieren decir una so la cosa: que tenían un solo corazón, o to
que es to mismo, que tenían “una sola alma”, o to que es lo mismo que tenían
amor mutuo, amistad. "Una sola alma" es la definición clásica de la amistad
26 Así como es asiento del amor, también el corazón es sede
del odio (Lev 19,17).
El amor se atribuye muy a menudo at corazón en las páginas
sagradas con léxico diverso, pero equivalente, porque amor bíblico es
básicamente decisión de la voluntad, opción libre, entrega, obediencia,
escucha, respuesta; y por Io mismo, el corazón es también asiento del amor,
aunque la Biblia no diga que el corazón ama, sino que escucha, obedece,
acepta, cumple la voluntad de Dios.
El corazón es, en la Biblia, asiento de las decisiones, y
de toda la variada gama de actos de voluntad: de los planes (Prov 16,9; Sat
20,5; Gen 6,5; Prov 6,18), de las intenciones (2 Sam 7,3; Is 10,7), de los
propósitos (2 Cor 9,7; Act 11,23), de los deseos (Ecl 11,9; Rom 1,24), de
los impulsos a obrar (Ex 35,21; 2 Re 12,5), de la obediencia (2 Sam 15,6; 1
Re 8,61; 11,4; Prov 23,26), de la conversión (1 Sam 12.24; Joel 2,12; Jer
3,10), de la conciencia moral (1 Sam 24,6; 2 Sam 24, 10; Job 27,6; 1 Jn
3,20), de la voluntad (1 Sam 13,14).
9.
Corazón: vida cognitiva o intelectual
El área semántica de “corazón" no se circunscribe a la
vida afectiva, de los sentimientos y de la voluntad: abarca también y de
manera especial la vida intelectual o cognitiva. De las 814 veces que el
Antiguo Testamento menciona el “corazón" del hombre, unas 400 veces 27 le
atribuye funciones de conocimiento,
lo cual, como expondremos, no es uso
semántico exclusivo de la Biblia, sino fenómeno común a otras culturas.
La Biblia está muy lejos de especializar el vocablo
“corazón” para denotar únicamente la vida emocional. Es curioso observar que
la literatura sapiencial bíblica, de carácter didáctico, es la más pródiga
en el uso de la palabra corazón: 99 veces se registra en el libro de
Proverbios, 42 en Eclesiastés y 51 en Deuteronomio 28 .
El corazón entiende (Deut 2-9,3; Is 6,10; Mat 13,15; Jn
12,40) o no entiende (Luc 24,25); piensa (Sal 14,1; Ecl 2,1.15; 3,17; Me
7,21; Mt 6,21; Luc 3,15; 5,22); consigue el conocimiento (Prov 18,15; Ef
1,18), busca la ciencia (Prov 15,14); es sabio (Sal 90, 12); tiene memoria
(Deut 4,9; 8,5; Is 33,18; 65,17; Jer 3,16; Sal 31,13; Prov 3,3; Dan 7,28:
Luc 2,51); es la inteligencia (Job 12,3; 34,10; 34,34), o el órgano de la
sabiduría (Prov 2,10; 14,33; 16,23; Ecl 1,16).
Tener poco corazón es escasear en saber (Prov 10,13),
estar falto de corazón es carecer de conocimiento (Prov 24,30), poseer un
corazón es ser inteligente, por eso Job dice a sus amigos: “También yo tengo
un corazón como vosotros” (Job 12,3), es decir, soy tan inteligente como
vosotros 29.
Que corazón significaba facultad de conocer para el
judaísmo, se echa de ver en las tradiciones arameas que llamamos Tárgum in,
en Deut 8,2 el texto hebreo dice: "para conocer Io que hay en tu corazón";
el Targumin Neofiti traduce el arameo: “para conocer lo que hay en el
pensamiento de tu corazón"; en Deut 18,21 el hebreo dice: "si dices en tu
corazón"; Neofiti traduce: "Si decís en el pensamiento de vuestro corazón";
en Gen 8,21: "y dijo Yahweh en su corazón”; Neofiti: “y dijo Yahweh en el
pensamiento de su corazón’ ’30.
El frecuente uso bíblico del vocablo corazón para
funciones cognoscitivas, no ha de Ilevar a la conclusión equivocada que el
término corazón es poco apropiado para simbolizar la vida afectiva, la vida
de amor. Esto sería proyectar sobre el “conocer" bíblico la semántica
intelectualista que posee el conocimiento en la cultura griega y en nuestra
cultura por influjo de esa cultura clásica. El puro “conocer”, sensitivo o
intelectual, o implica un saber experimental, una noticia afectiva y
amorosa.
Conocer a alguien es acercarse a él con afecto; es cuidado
y preocupación; en sentido negativo, descuido, despreocupación, abandono,
una carga de desamor. Una persona conocida no es únicamente la persona
renombrada sino el vecino, el compatriota, el hombre de confianza, el
pariente, el amigo 31
Dos ejemplos, dos textos, bastarán para ilustrar lo que
afirmamos, que el ”conocer" bíblico muchas veces no es más que conocer y
amar, las dos cosas juntas: “En esto sabemos que le hemos conocido (a Dios,
a Cristo), si guardamos sus mandamientos. El que dice: Le conozco, pero no
guarda su palabra, es un mentiroso" (1 Jn 2,3-4). En este texto, como en
otros de Juan, conocer es amar, amar es cumplir los mandamientos de Dios y
de su hijo. Segundo ejemplo: “Si uno ama a Dios, éste es conocido por él" (1
Cor 8,3): Aquí ser conocido por Dios, es sinónimo de ser conocido y amado
por El.
Tan implicados están en la mentalidad hebraica conocer y
amar, que la dicción "pensamiento" (madac) significa juntamente pensamiento
y corazón 32
10.
. Corazón: vida cognitiva también fuera de la Biblia.
Para que el nexo estrecho del conocer y amar, no lleve a
despreciar la psicología de la Biblia, probamos a continuación que es nexo
corriente en culturas no bíblicas, y que la psicología moderna avala la
implicación del corazón en la función cognitiva.
"Para un semita el corazón es en primer lugar la inteligencia” 33. Entre los
antiguos semitas se nota la tendencia a distinguir la inteligencia de los
demás fenómenos de la vida psíquica, y a localizar la inteligencia en el
corazón, las emociones y sentimientos en el vientre y otras vísceras 34
Para los árabes, ”corazón" en concreto significa corazón e
inteligencia 35.
Lo mismo en egipcio antiguo y en copto 36; Io mismo en el griego de Homero,
Hesíodo y los poetas: el corazón no es sólo asiento de las emociones y
sentimientos, sino del pensamiento 37; ä de más del corazón, son asiento del
pensamiento y de los sentimientos el pericardio o diafragma 38, el "pulmón”
39 , el “pecho " 40 , el soplo contenido en el pecho 41. Este “soplo” se
manifiesta en toda clase de sentimientos, especialmente de cólera, y además,
como el corazón, piensa, conoce, reflexiona, imagina y recuerda 42
Posteriormente, en el griego clásico, este último vocablo, "soplo” (zymós),
absorberá buena parte de los sentidos figurados de "corazón", uno de ellos
el de conocer. Se debe esta reducción del campo semántico de corazón a
influjo de la filosofía en el griego clásico: la filosofía empobreció la
semántica de corazón, despojando a la palabra de sus sentidos figurados, uno
de ellos “conocer”, y trasladó a la "inteligencia", a la "mente” 43, el
quehacer intelectual..
Entre los latinos fueron los poetas, especialmente Virgilio y Lucrecio,
quienes frecuentaron el uso arcaico y metafórico de “corazón” y "pecho"
(pectus, cor), atribuyendo al "pecho", más frecuentemente que al “corazón”,
las funciones cognitivas. Los prosistas, en cambio, atribuyeron el
pensamiento al “ánimo" y a la “mente" 45.
En el área latina, como en la griega, se debe a la filosofía platónica haber
reducido el área semántica de corazón y de varios términos correlativos; y
es que Platón localizó en la cabeza el conocimiento “racionaI” 46
que posteriormente Ilamarán conocimiento “director ” 47 . Antes que
Platón había localizado el conocimiento en la cabeza Alemeón de Crotona,
contemporáneo de Pitágoras y quizá discípulo suyo 48.
La autoridad de Platón, con ser mucha, no se impuso universalmente, y
diversos médicos y filósofos continuaron situando el cono- cimiento en el
corazón. Aunque Hipócrates, Demócrito y Platón instalaron el intelecto en el
cerebro, los epicúreos y estoicos
lo residenciaron en el corazón. Pero la
tendencia espiritualista del platonismo fue ganando triunfos. Ello explica
la desaparición casi completa de los usos metafóricos del lexema corazón en
la lengua clásica griega (kardía) y latina (cor) 49
Cuando aparece el lexema es casi siempre en sentido anatómico y fisiológico
preciso. El uso antiguo de corazón en sentido general de "interior” del
hombre, del conjunto de sus facultades psíquicas, queda reemplazado por el
uso banal de la voz "alma" 50. Para asiento de la inteligencia, se sirve de
otras palabras 51, ni griegos ni latinos echarán mano de la palabra corazón
a pesar de las opiniones de ciertos médicos y filósofos; en griego clásico,
únicamente la voz diafragma, pericardio (fren), mantuvo el valor metafórico,
sin duda porque su sentido propio, más especializado que el de "corazón”,
resultaba menos familiar.
Incluso para localizar los sentimientos prefirieron usar el lexema "pecho”
52 ä la palabra corazón, que juzgaron sin duda demasiado precisa y
material... Nos encontramos a muchas leguas de los hábitos Iingüísticos de
la Biblia o de los semitas en general, cuya predilección por los usos
metafóricos de corazón hemos destacado 53.
A pesar de la reducción semántica operada en la palabra corazón del
griego y el latín clásico por influjo de la filosofía, la versión griega LXX
mantuvo la polisemia que la palabra corazón luce en el texto hebreo. Por Io
mismo, en el Iéxico de la LXX corazón tiene funciones
cognitivas 54
Las tiene también en el Nuevo Testamento, en parte por la mentalidad
semítica de los hagiógrafos, en parte por el influjo de la LXX, que fue la
Biblia adoptada por el cristianismo primitivo. En el NT el corazón conoce.
Como en el latín clásico la reducción semántica de corazón fue menor que en
griego, no es extraño que la Vulgata conserve al lexema corazón la polisemia
que tiene dicha dicción en el original hebreo que traduce al latín. En la
Vulgata el corazón también conoce 55.
Los Santos Padres y escritores eclesiásticos seguidores del neo- platonismo,
eliminaron del corazón la función cognoscitiva, reservándola para la mente o
entendimiento; los aferrados al lenguaje bíblico, mantuvieron los sentidos
figurados de corazón como el de conocer. En general Ios escritores
orientales de espiritualidad retuvieron el uso bíblico de corazón, que Ios
occidentales abandonaron. San Agustín unas veces adopta la semántica
filosófica, otras la bíblica 56, semántica bíblica que la moderna psicología
viene a confirmar.
La psicología más moderna, rimando con la psicología bíblica y despegándose
de la dicotomía griega, que tanto ha influido nuestros hábitos de pensar,
reconoce que el conocer humano suele estar teñido de afectividad. Por lo que
la atribución de funciones cognoscitivas at corazón no inhabilita a este
órgano para ser símbolo a la vez de la vida cognitiva y afectiva.
11. Corazón:
vida moral y religiosa
Finalmente, al corazón se le atribuyen las más variadas manifestaciones de
la vida moral y religiosa del hombre:
El corazón es duro (Ez 3,7; Mc 10,5; 16,14), o se endurece (Ex 10, 20:
11,10; Sal 94,8; Rom 2,5); es perverso (Ex 16,30; Sal 23,4; Mt 5,8; 1 Tim
1,5; 2 Tim 2,22); tiene deseos impuros (Rom 1,24), adultera (Mt 5,28);
envidia (Sant 3,14); es fiel (Neh 9,8); es aItivo (Jer 49,16), orgulloso
(Deut 8, 14; Os 13,6; Is 9,8), o es manso y humilde como el Corazón de Jesús
(Mt 11,29); es noble o sencillo (Eclo 2,14; 1 Cron 29,17; Ef 6,5; Col 3,22);
es recto (Sal 10,3; 35,11; 72,1: 93,15); es perfecto (2 Re 20,3; Is 38,3),
es tardo para creer (Luc 24, 25); se cree con el corazón (Rom 10,10; Act
8,37), se convierte a Dios con el corazón (Jer 24,7; 2,12); con el corazón
se Ie da culto (Eclo 39,41); con eł corazón se le sirve (1 Sam 12,20) y con
el corazón se le ama (Mt 22,37; Mc 12,30) 57.
Precisamente porque la vida moral y religiosa se asienta en el corazón, Dios
velador de tal vida, se comunica en el corazón del hombre:
Dios sondea el corazón de todos los humanos (1 Cron 28,9), Io escudriña (Rom
8,27), Io prueba (1 Tes 2,4), conoce lo que hay dentro de él (Luc 16,15);
Cristo habita en él por la fe 58.
12. El corazón
es el hombre, la persona
Para que este epígrafe no cause extrañeza, conviene recordar que según la
antropología bíblica “el cuerpo viviente y sus diferentes partes se
consideran órgano y vehículo de la vida personal, hasta tal extremo que en
cada parte puede expresarse y captarse la totalidad de la persona" 59 "Lo
característico del pensamiento hebreo está en descubrir el todo en cada
parte" 60.
Que el corazón es el hombre, la persona, se demuestra en primer lugar por
textos bíblicos en los que aparece corazón en paralelismo sinonímico con un
pronombre personal:
Sal
22,15: "Yo me derramo como el agua y mis huesos se han descoyuntado. Mi
corazón es como la cera, se derrite dentro de mis entrañas".
Sal
27,3: “Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si se
declara la guerra contra m i, aun así yo confío".
La sinonimia es clara: el corazón que no tiembla es el yo que confía.
Sal 45,2: “Mi corazón palpita 61
un bello poema: yo digo mis versos al rey”.
Sinonimia entre
el corazón que dice conmovido un poema yo que lo recita al rey.
Job 23,16: "Dios ha intimado mi corazón 62 y el Todopoderoso me ha aterrado"
Mc 2,8: '"Y al
punto conociendo Jesús en su espíritu que pensaban en sí mismos, díceles:
¿por qué pensáis eso en vuestros corazones? "
En 2 Cor 6,11
corazón equivale a entrañas y a persona:
"Nuestro lenguaje ha sido claro con vosotros, oh corintios; nuestro corazón
se ha dilatado (por el fuego del amor); 12 no estás estrechos en nosotros
(=en nuestro corazón); es en vuestras entrañas en las que estáis estrechos;
(dadme) vuestra contrapartida (de amor) os hablo como a hijos: dilataos
también vosotros"
Jn 16,22: "Así también vosotros ahora estáis acongojados, volveré a veros y
vuestro corazón (=vosotros) se regocijará y vuestro gozo (el gozo de
vosotros) nadie os lo quitará"
Col 4,8: "Os envié a Tíquico a vosotros, para que... consuele a vuestros
corazones".
Sant 5,5: "Vivisteis regaladamente sobre la tierra, y os disteis placeres,
cebasteis vuestros corazones (os cebasteis a vosotros) para día de la
matanza "63.
A veces corazón (leb) se utiliza de forma "complexiva para designar la
persona entera, su vida íntima, su carácter (Is 10,7; Prov, 3,1; 24,17) 67.
Tras estos testimonios de exégetas en
favor de igualdad de corazón y persona recogemos nuevos textos de la Biblia
que son los que fundan tal identidad y motivan tales testimonios:
1 Ped 3,4 nos dio
mediante un sintagma críptico ' 'el hombre interior del corazón' — que el
corazón es el posesor del hombre interior 68 o, más bien, que et hombre
interior es el corazón 69
Unas veces el corazón es el yo responsable: corazón (leb) denota especialmente el hombre responsable: "Lo que sale del corazón es verdaderamente característico de todo el hombre y de ello el corazón es responsable en cuanto que es un yo que actúa conscientemente te" 70 . Otras veces corazón denota simplemente el hombre, como en las frases siguientes:
Sal 22,27: "Vivan vuestros corazones 71
para siempre", es lo mismo que "vivid vosotros para siempre"
Ez 28,2: "Has enorgullecido tu corazón; has dicho: Soy un dios". La primera
frase equivale a ' 'te has enorgullecido"
En frases como el corazón flaquea (Ez 21,20), se derrite (Jos 2,11; 5,1;
7,5; Is 13,7; 19,1), se alarma (Deut 28,65) y otras similares que afloran
por muchas páginas de la Escritura, corazón se refiere al hombre en su
totalidad 72
En muchas frases bíblicas —ya lo hemos escrito— en lugar de corazón podemos
substituir el pronombre personal correspondiente: Col 2,2: "Para que se
consuelen vuestros corazones" equivale "para que os consoléis vosotros"; Hec
5,3: "Ananías, por qué Satanás ha tentado tu corazón? ", equivale a "por qué
te ha tentado a ti? "
Tal equivalencia entre corazón y pronombre personal autoriza a menudo a
traducir prescindiendo de corazón, dejando sin traducción esta palabra. ¿Qué
diferencia hay, en efecto, en decir “alegría de corazón” o simplemente
“alegría”? ¿Qué diferencia hay entre “se alegró en su corazón” y “se alegró”
sin más aditamentos? 73 . La
propia Biblia a veces suprime por superflua la palabra corazón; así en Ez
32,9 el primer estico dice “contristaré el corazón de numerosos pueblos” y
el segundo, sinónimo del anterior, “asustaré a numerosos pueblos”, en vez de
“contristaré el corazón de numerosos pueblos”.
De todo lo que antecede se deduce que la Biblia de manera directa y expresa
identifica corazón y persona 74.
La misma identificación hace de manera indirecta e implícita,
atribuyendo at corazón tal cantidad de predicados que únicamente se pueden
predicar del corazón si se identifica con la persona. Es lo que afirma un
ilustre autor:” Siendo el corazón asiento de la vida sensible, de la vida
afectiva y de la vida intelectual, identificándose incluso con esta última,
el corazón contiene todos los elementos constitutivos de lo que nosotros
Ilamamos persona ”75
No queremos decir que todas y cada una de las menciones de corazón en la
Biblia expresen la persona, afirmamos que tantos y tan variados atributos
sôlo pueden aplicarse al corazón si éste es equivalente de persona, el
núcleo último e irreductible de nuestro ser al que atribuimos todos los
fenómenos de nuestra existencia 76
13. El hombre según
la Biblia es corazón.
Acabamos de ver que el corazón es el hombre. Ahora vamos a examinar una
segunda fórmula distinta, pero equivalente: el hombre es corazón. La fórmula
primera, estudiada en el apartado anterior, es corriente en léxicos
bíblicos; la segunda fórmula —"el hombre es corazón"— es propia de libros de
antropología bíblica.
He aquí la fórmula “el corazón es el hombre” expresada de diversa manera en
dos Iéxicos bíblicos: O. García de la Fuente 77 cierra su descripción de
“corazón” en la Biblia con estas palabras: “Son tantas las funciones que los
autores sagrados atribuyen al corazón, que bien puede decirse que, según la
Escritura, el hombre vale cuánto vale su corazón”. J. Caballero 78 afirma
que el corazón no raras veces sintetiza a todo el hombre en su aspecto más
propio”. J. de Fraine A.A. Viard 79; “El corazón del hombre designa entonces
toda su personalidad consciente, inteligente y libre”.
Los libros modernos de antropología bíblica echan mano de enunciados como
los siguientes: el hombre es carne, no tiene carne 80; es alma, no tiene
alma; es cuerpo, no tiene cuerpo. También afirman que el hombre es corazón:
“Es un conocido tópico, leemos en un reciente libro de antropología, que
según la antropología bíblica 81, el yo, la
persona, el hombre, "es alma, carne, corazón, etc.’’ 82,
Para entender el sentido de la aserción “el hombre es corazón” o de fórmulas
antropológicas gemelas, hay que hacer unas reflexiones sobre la antropología
de la Biblia:
Es corriente, desde hace unas décadas, afirmar que la Biblia contiene una
antropología monista, es decir, que considera el hombre en bloque, sin
despiezar to, como hicieron los filósofos griegos a partir de Platón.
Nosotros, influidos por la filosofía dualista griega, decimos que el hombre
se compone de alma y cuerpo; la Biblia, según la
mencionada
exégesis monista, dice: el hombre es una unidad psicosomática indivisa
expresa por diversos lexemas como "corazón”
83, “alma" 84,
'"cuerpo" 85
Como los hebreos
no disponen de un término que signifique persona, deben echar mano de uno de
esos vocablos que significa aspecto de la persona, del bloque psicosomático,
para con ellos denotar todo el hombre, la persona, el yo. Lo mismo que
griegos: tuvieron que recurrir a un término del teatro, prósopon máscara que
ponían los comediantes ante el rostro para, por este medio, expresar la
persona.
La exégesis
monista anota que las voces empleadas para significar el bloque humano,
tales como corazón, carne, alma, cuerpo, significan partes de la persona,
sino aspectos de toda la persona:
El hombre es
carne denota a todo el hombre bajo el aspecto de hombre débil, en su
pertenencia a este mundo, en su flaqueza, cuando no es su oposición a Dios,
como ocurre en San Pablo.
El hombre es alma, significa
a todo el hombre en cuanto viviente, en cuanto dotado de un hálito vital.
El hombre es
espíritu 86 significa a todo el hombre en cuanto orientado hacia Dios, no
sólo sobrenaturalmente por el Espíritu Santo y por los dones de Dios, sino
por su misma naturaleza.
El hombre es cuerpo significa
todo el hombre en cuanto capaz de relacionarse con el entorno, mediante un
cuerpo físico en este mundo, mediante una corporeidad nueva después de la
resurrección.
El hombre es corazón
significa el hombre entero en cuanto centro de todas las operaciones
físicas, psíquicas, espirituales, que no aparecen al exterior.
Se subraya: carne, alma,
espíritu, cuerpo, corazón, son aspectos del hombre entero: aspectos, no
partes.
Algunos puntos de la
antropología monística, de la que proceden la fórmula "el hombre es corazón"
y esas otras fórmulas gemelas pueden ser discutidos, por ej., extender el
monismo, sin distinción, al Antiguo y al Nuevo Testamento, y dentro del
Antiguo Testamento, todos sus libros, siendo así que determinados libros del
Viejo Testamento reflejan una antropología dualista, que distingue en el
hombre un componente corporal y otro espiritual, como recientemente ha
puesto de manifiesto RH. Gundry 87
Se puede discutir
también otro punto de la antropología monística, que los lexemas
totalizadores, corazón, alma, carne, cuerpo, espíritu signifiquen en sí
mismos todo el ser humano, aunque bajo visual o aspectos distintos, pues más
bien parece que cada uno de esos términos totalizadores significa en sí
mismos una dimensión o sector del hombre, que sirve por sinécdoque, por uso
de la parte para denotar el todo, para expresar el hombre entero 88
A pesar de éstas
y otras objeciones que se pueden o deben hacer al monismo antropológico
bíblico 89 las fórmulas totalizadoras "el hombre es corazón", "es carne" ”es
alma", etc., quedan en pie: para los partidarios del monismo antropológico
bíblico, que hoy son legión, son un tópico, aplicable a toda la Biblia. Para
los discrepantes del monismo antropológico quedan en pie en el Antiguo
Testamento, fuera de algunos libros recientes, o, por lo menos, quedan en
pie en aquellos pasajes del A y NT en los que los términos totalizadores
citados son sinécdoque, es decir, parte del hombre utilizadas para expresar
el todo.
Dejando de lado
los demás términos totalizadores, ciñéndonos al lexema ' 'corazón",
difícilmente podrá negar nadie que tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento es un lexema totalizador, como hemos probado en el apartado
precedente. “Corazón”, por sinécdoque, en muchos casos, denota la persona
humana, y por ser sujeto universal de la plural actividad humana, se
confunde con la persona. Es innegable el carácter totalizador de tal palabra
respalda pues no sólo la fórmula “El corazón es la persona”, sino esta otra,
hoy de mucha circulación: “la persona es corazón”.
La redención del mundo – ese misterio tremendo del
amor, en el que la creación es renovada – es en su raíz más profunda “la
plenitud de la justicia en un corazón humano; en el Corazón del Hijo
Primogénito, para que pueda hacerse justicia de los corazones de muchos
hombres, los cuales precisamente en el Hijo Primogénito, han sido
predestinados desde la eternidad a ser hijo de Dios y llamados a la gracia,
llamado al amor”.
Juan Pablo II Redemptor Hominis, No. 9
Notas
1.
Cf. F.H. von MeyenfeIdt, Net Hart (leb, lebab) in het TOT, Leiden
1960; E. Jenni C. Westermann, Diccionario teológico manual del AT, I Madrid
19 78, feb, col. 1177.
2.
H. W. Wolff, Antropología del Antiguo Testamento, Salamanca 19 75, p.
63.
3.
Cf ) .B. Smith , Greek-English Concordances to the New Testament,
Scottdale, 1955, Kardia, p. 192.
4.
Cf. Diccionario de la lengua española 19 Madrid 19 70, “corazón", pp.
360s.
'5.
“Coro” viene de cor latino, corazón
6, Las expresiones
“Decirle el corazón", "anunciarle el corazón” atribuyen al corazón un
presentimiento más que una actividad intelectual.
7.
Cf. Midrash Rabba, ed. por H. Freedman—M .
Simón ,
Eclesiastés, por A. Cohen , Soncino Press, Londres 19 39, pp. 46-49; a cada
predicad o le acompaña el texto bíblico correspondiente .
8.
J. Corominas, Breve diccionario etimológico de la lengua castellana,
3 ed . Madrid 19 7 3, p. 17 1. Los términos “coraje” en español, "courage"
en francés, aun privilegian la acepción de “valor” expresada por “corazón ".
9.
H. Frisk, Griechisches Etymologisches Wörterbuch (I Heidelberg 19 60)
da a Kardia estas acepciones; “corazón” (Herz); en sentido traslaticio
“alma, espíritu" (Seele, Geist), y también
Dictionnaire étymologique de la langue grecque (Paris 1968): Kardia
“corazón”; a veces sede del pensamiento y de los sentimientos
(Homero , jónico-ático),
orificio superior deI estómago,
estómago, corazón de la madera
H.
Stephanus, Thesaurus linguae graecae, IV, col 9 60 -9 61 sub voce Kardia: en
sentido propio "corazón " (cor); en sentido metafórico, animo (sensus), por
ej., “embotar el corazón " es embotar los sentidos. Otras acepciones; os
ventriculi, el estómago, la madre (matrix), medula o corazón de los árboles.
J . Pokorny,
Indogermanische Etymologisches Wörterbuch I, S 79—S 80, sub voce
kard —: corazón; Kardia: corazón , estómago, medula de las plantas;
latín cor: “corazón
10.
As I H.L. Ginsberg (Enc.
Judaica, VI,
Jerusalén 1971, Heart, col. 7) aduce Jer 11,20; 17,10; Sal 7,10; 73,21 como
referencias al corazón en sentido anatómico; en realidad son referencias, al
corazón y riñones en sentido figurado. También la referencia Jer 17,9, que
J. Sh. Licht considera probable referencia al corazón físico por el
contexto, es referencia al corazón figurado; cf. Enc. Miqrait, IV, Jerusalén
962, cols 41 3s.
11, Sin embargo la
Misna, Tamid 4,3, menciona el corzón a una larga halaká referente a las
diversas partes de la víctima sacrificada.
12. I. Behm (TW NT
III 614) interpreta estos textos, del corazón como órgano central del
cuerpo, asiento de la fuerza vital.
11. Sin embargo la
Misná, Tamid 4,3, menciona el
corazón a una larga halaká referente a las diversas partes de la víctima
sacrificada.
1 2.
J. Behm (TW NT 111 614)
interpreta estos textos, del corazón como órgano central del cuerpo, asiento
de I a fuerza vital.
13. M. J.
Lagrange, Evangil selon S. Jean
París 1918) p. 499: “Costado”, “Lado” (pleura), “pecho” y “corazón”,
son fácilmente relacionables. La relación de “lado” y “corazón” está
implícita en el seámetro latino “tum lateris dolor certisimus nuntius
mortis”. Sobre la relación “lado” (de Lucilio latus, latera) y “pecho” entre
los romanos: cf. J. H. Schm idt , Synonymik der Griechischen Sprache ,
Stuttgart 18 7
°
(reí mpre. Amsterdam 1 969) III , p. 628.
14.
H.L. Ginsberg, ibid, col. 7
15.
En cambio la voz
aramea correspondiente (hade, Dan 2,32) se emplea en sentido de pecho
humano. F.S. Baumgartner, HeM4ische Wortforschung, Festschrift zum 80.
Geburtstag von W. Baumgartner, SVT 16 (1967), p. 80, y H.L. Ginsberg, loc.
cit., col. 7, sostienen que la palabra hebrea leb, corazón, significa
también "garganta", por ej.
. Según Ginsberg,
"corazón" (leb) en Is. 33,18; Sal. 19,15; 49,4; Jb. 8,10; Eel. 5,1
ser fa en hebreo bíblico el termino propio de "garganta", substituido
por "garganta" (garon), únicamente cuando el empleo de "leb" se presta a
ambigüedad. En relación con este presunto significado de corazón (=
garganta), se trae a colación y como argumento con hgy, voz esta que
significa siempre un sonido perceptible. La asociación semántica de
"corazón" y "garganta" explicaría la frecuente asociación de "decir",
"hablar", con la palabra "corazón". Otra referencia al "corazón del mar" en
4 Esd 4,7.
F. Corrjente
ofrece. en Diccionario árabe-español (Madrid 1977. p. 680), las siguientes
acepciones de "corazón", lubbu, plural, libilb: corazón, mitad hueso,
semilla, pulpa, miga de pan, fecula, parte interior. Dicho lexema y el
derivado lubabu significan quintaesencia. En acadio se emplea el plural de
corazón.
Estos son los sentidos de "Corazón” en asirio: 2. inside (or Chicago
Assyrian Dictionary, L 164.
libbu: 1. heart, entrails, womb
inner part) of a building, an area, a region, of a container, parts of the
human body, parts of the exta, inside, pith of plants a type of document,
etc. 3. mind, thought, 4. woof, 5. "heart" (also bud,
intention, courage, wish, desire, choice, preference. offshoot, leaf,
trunk) of the the palm.
Akkadischs Handwörterbuch, bearbeitet von Wolfram von Soden, 549, libbu (m):
Leib, Inneres, Herz, Herz als Körper; Herz, Gemüt, Sinn, Wunsch, Belieben,
Inhalt
18.
Cf. Nota 9
19.
El lexema propio de
"interior" es qereb en hebreo, quibu en asirio. Cf. H. W. Wolff,
Antropóloga del
Antiguo Testamento, pp. 93-97.
20.
J. Sh.
Licht, Enc. Miqrait, loc. cit. col. 414.
21. TENT II col.
612
22. TENT Ill col.
613.
23.
“The full range of personality, inner life, or character” según D. S.
Russell (The Method und Message of Jewish Apocaliptic, Londres 1964, p. 393)
quien recoge los lugares de la literatura apocalíptica en los que “Corazón”
tiene ese sentido
24.
TW NT I I I, col. 614.
25. A
Guillaume, “Les sens des noms du coeur dans l'antiquité” en Le Coeur,
Desclée 1950, p. 42.
26.
(bis) Véase un ejemplo típico en las Cartas de Mari; el corazón
(libbum) se hace eco constantemente de los sentimientos de desolación,
inquietud, alegría, paz, sufrimiento; «f. Archives Royales de Mari, X.
Correspondance féménine; trad de G. Dossin et A. Finet, Paris-Bruselas 19
78, X 2,6-10; 'i ,33—37; 174 —9; 44,d —1 0; 45 ,8, etc.
26,
Etica a Nicomaco I X, 8,2; Cicerón , De amicitia, 21 ,81 unum animum.
27. Este es el
cómputo de G. Pidoux , L'homme dans L'Ancient Testament, Cahiers
Théologiques, 32 (19'i 3) p. 2'i ; según eI cómputo inexacto de W. Mohr,
Sentido bíblico del hombre, Madrid , 19 70, p. S 3, corazón (leb, lebab) 204
veces se refiere a actividades intelectuales y 190 a actividades volitivas.
28.
Wolff, ob. cit., p. 7 .
29.
Cf. I Knabenbauer, Lexicon biblicum (Ed .
M .
Hagen. Pa is 19 O5), cor col. 98 S; Jenni-Westermann , ob. cit., col . 1
179; Wolff, ob . ci t., 71 —7 7.
30.
En Onqelos se traduce "y dijo Yahweh en su Verbo"; en LXX "y dijo el
Señor Dios habiendo pensado”.
31
Cf. M. Revuelta,
la raíz yadac y el conocimiento de Dios en el AT. (Tesina inédita, Univ. de
Barcelona 19 72), pp. 4],—42 ; Cf. R. Bultmann, gignosko TW NT I (1933 ),
688—7 1 9; P. van Imschoot, Théologie de I’Ancient Testameńc, Paris 1954
(Conocer es someterse a Dios; es fidelidad en una voluntad ). “La actividad
intelectual del corazón se realiza en fuerte conexión con el en tendim iento
y la voluntad , de forma que el conocimiento no es nunca el Ide un
espectador, sino que viene exigido por una enérgica participación y decisión
interior" (W. Eichrodt, Teología del Antiguo Testamento, Madrid 1975, p. 1
fî0s.
32
Henoch Yalon,
Estudios de la lengua hebrea (en hebreo), Jerusalén 19 71 , pp. (233s.).
33
Guillaumont, art.
cit. p. 45.
34
Guillaumont, ibid.
35
Cf. Federico
Corriente , ob. cit., p. 681 : lubbu , pt. albabi labib: inteligente , sagaz
(p.681)
36.
Guillaumont, ob. cit., 46—48, citando a Piankoff, Le coeur dans les textes
égyptiens depuis l'Ancient jusquá la fin du Nouvel Empire, Par is 1930. pp.
45.49.1 00.
37.
Odisea IV 42 7.572; V 389 (imaginación); Píndaro, Olymp.
13,16ss.; Sophocles Antígona 125 4; TWNT I I I, col. 611.
38.
frén, plural frenes en griego; cf. J.H. Schmid t, Sinonymik..., p.
628s.
39.
étor en griego.
40.
stézos y stérnon en griego, cf. M. Guerra, Antropologías y teología
Pamplona 19 77, pp. 110 s.
41. zymós en
griego.
42. Cf.
Guillaumont, loc. cit., pp. S2s. M. Guerra, ob. cit., p. 107.
43. nous,
diánoia.
44.
animus; en prosa posterior anima.
45. mens; cf.
Guillaumon t, loc. cit. p. S 3.
46.
logistikon; Timeo 42 e; 69 d.
47.
hegemonikon.
48.
Cf. T. F. Glasson, “Visions of the Head (Dan 2,28)", Expository Times
81 ( 1970), pp. 247 ss.
49.
Cor (corazón) en menor grado sobre tod o en los arcaismos de la
lengua poética.
50.
psyje en griego y anima en lat in.
51.
nous, diánoia en griego, mens y animus en latín.
52.
zymós en griego y pectus en latín.
53.
Guillaumont, loc. cit., pp. 60 s.
54.
A veces "corazón" del texto hebreo es traducido en la LXX ad sensum,
por mente (nous), pensamiento (diánoia), alma (psyje).
55. Cf. Flasche,
H., “El concepto de cor en la Vulgata”, Est Bi 10 (1951) pp. 5 —49.
56.
Guillaumont, ob. cit. pp. 61 —78.
57.
Baumgärtel, TWNT III, col. 611.
58.
Behm, TWNT III, col 61 Ss.; H. Múller, “Corazón en la sagrada
escritura Y su aplicación en la devoción al Sgdo. Corazón de Jesús”, Revista
Bíblica, no. 90. p. 206.
59.
W. Eichrodt, Teología del A.T. II , p. 1 S 3.
60.
W. Eichrodt, İbid., p. 1 S 4; concuerda con J .
Pedersen y A.R. Robison, The Vitality of the Individual in the Thought of
Ancient Israel, 19 49.
61.
Cf. G. Castellino, II libro dei Salmi “La Sacra Bibbia", ed . S.
Garofalo , Turín-Roma 1955, p. 574: ra has es un hapax en hebreo cuyo
sentido en arameo y siriaco es estar conmovido, excitado.
62.
Alonso
Schökel-Mateos, Nueva Biblia española, Madrid 1975, traducen "Dios me h
intimidado", o lo que es Io mismo, traducen "mi corazón" por "me".
63. Así lo entiende J.
Behm, TW NT III, col. 615.
64.
F. Stolz, leb en
Diccionario teológico..., col. 1 180.
65. J.
Behm, TWNT III 1 6.
66.
J.
Behm, ibid.
67. W. Eichrodt,
Teología del Antiguo Testamento ll, pp. 149 s.; continúa este autor "Cuando
esto ocurre hay una clara a la actividad espiritual, voluntaria consciente
de un yo humano considerado como completo, que se contrapone de modo patente
tanto a la actividad de la nefés, de carácter fuertemente animal e
instintivo, como a la de ruah, que actúa de forma prepotente y domina al
hombre por completo".
68.
"del corazón"
tomado como genitivo posesivo.
69.
' 'del corazón"
como genitivo de definición; Cf. R. Franco, La Sagrada Escritura, BAC, NT,
III, Madrid 1962, p. 264.
70. W. Eichrodt, ob. cit., p. 150.
71
El
contexto parece postular "SUS" corazones.
72
Cf. Stolz, ibid.,
col. 11 80.
73 Cf. H.L. Ginsberg,
Heart, loc. cit., col. 8.
74.
Guillaumont, loc. cit., p. 48, corrobora nuestro aserto; “E n ciertos
textos el corazón designa (directamente) la misma persona'. Da como ejemplos
Ez 28,2.6 (cf. Ez 11,19) y Dan 4,1 0—1 3: en la visión del árbol q ue tuvo
Nabucodonosor se dice que al rey se Ie quitará el corazón de hombre y se Ie
dará corazón de bestia, que es un modo de afirmar que se le cambiaría la
personalidad humana e irá a vivir como una bestia. Seguidamente (p. 49) el
mismo autor trae a colación el paralelo de Egipto: para los egipcios las
vicisitudes del corazón físico figuraban las alteraciones, desaparición y
renacimiento de la persona. Véase Io que dice Eduardo Alfonso y Hernán,
Compendio de gramática jeroglífica clásica del antiguo Egipto, con un
apéndice sobre simbología egipcia. Barcelona 1973. pp. 116—117: “El corazón,
para los egipcios era un órgano de superior importancia. De él decían: El
corazón es la conciencia; él dirige al hombre y le censura; es un ser
independiente, de una esencia superior que reside en el cuerpo"; "el corazón
del hombre es su propio ser' (De un ataúd en el museo de Viena).
“El corazón era,
de todas las partes del cuerpo la preferida como amuleto protector y aún
como talismán salvador. Un texto del ritual dice: “Déjame el corazón este
año y este día. No habléis contra m í. Mi corazón pertenece al señor de
Hermópolis (el dios Thuth), a aquel cuyas palabras son obedecidas por sus
miembros y cuya alma está tranquila en su pecho. El me protege contra los
dioses y me deja eternamente el corazón''.
“Veamos, pues, que
los egipcios, interpretando una realidad psicobiológica, hicieron del
corazón un símbolo de la esencia del ser humano”.
75.
Guillaumont, loc. cit., p. 48.
76.
Este hecho lo ha interpretado correctamente Meyenfeldt al definir eI
corazón como el órgano representativo del hombre en su totalidad, órgano que
expresa todo lo que es importante en su personalidad. Licht, en cambio, no
acepta tal definición (loc. cit., col. 41 4) alegando que no corresponde al
sentido propio de la palabra corazón en la Biblia, que sería el de
interioridad; pero Licht confunde el sentido concreto de corazón en textos
determinados, y el sentido global de corazón: el de citas particulares puede
no ser la persona, el de las citas en conjunto es el de la persona.
7 7.
Enciclopedia de la Biblia, Ed. Garriga, I ł, "corazón”, col. 522.
7 8.
Enciclopedia de la Biblia, I I artículo Corazón de Cristo, col .
'î24.
79.
Vocabulario de Teología Bíblica, ed . X. León -Dufour, Barcelona 19
67, artículo ”corazón ”, p. 159.
80.
Cf. W. Mohr, Sentido bíblico del hombre, Madrid 1970, p. 48.
8l .
Manuel Guerra, Antropologías y teología, p . 241 .
82. Cf. W.
Eichrodt, ob. cit., p. 155 .
83.
básar en hebreo,
sarx en griego. Ejemplo: ('El Verbo se hizo carne" (Jn 1 ,1 4).
84.
nefes en hebreo,
psyje en griego; por ejemplo, Lev 1 7,10: "Pondré mi rostro contra alma
(nefes) (=la persona) que coma la sangre.
85.
basar en hebreo,
soma en griego.
86.
ruah, en hebreo, pneuma en griego h
.
86.
Soma in Biblical Theology with Emphasis on Pauline Anthropology,
Cambridge 1976: la tesis del libro es que el NT, e incluso el Antiguo, se
expresa en antropología dualista, que no es la antropología dicotómica
platónica, porque la Biblia no opone alma y cuerpo ni desvaloriza al cuerpo
como hace la antropología platónica.
87.
Manuel Guerra, Antropologías y teología, pp, 227—257, prefiere
describir la antropología de los libros no recientes del Antiguo Testamento,
donde más se divisa el monismo antropológico, como pluralismo antropológico
y monismo vivencial: se experimenta al hombre como un todo, como una unidad,
sin analizar ni dividir ese todo, esa unidad. Esa experiencia del hombre
como un todo es lo que denomina monismo vivencial. Et pluralismo
antropológico significa que el yo personal se Io divisa pluralizado, ya como
alma, ya como carne, etc., sin que se identifique con ninguna de esas
realidades (p. 241). "Esta convertibilidad e identificación (mi corazón=yo;
mi alma=yo, etc.) es compatible con la reducción del alma, corazón, carne...
como a una parcela, a una parte, de una pluralidad integrada en el yo, por
medio de cada sección el yo ejerce las distintas acciones psíquicas" (p.
243). ' 'El yo, que no se desmiembra solamente, en cuerpo y alma (dualismo)
sino en varias vertientes psíquicas y somáticas (alma, carne, corazón, etc.)
aparece, así como pluralizado en la misma medida en cada una tiene
consistencia propia. Cada aspecto adquiere dimensiones totalizadoras" (p.
243). ' 'En este pluralismo antropológico o monismo vivencial cada parte es
como independiente y totalizadora directamente vinculada al "yo" personal,
que de alguna manera es el resultante del conglomerado. (p. 243).
88.
Véase sobre este tema mi libro La resurrección de Jesucristo y la del
hombre en la Biblia, Madrid 1977, pp. 1 37—153 y passim.