INTRODUCCIÓN
A LA VIDA DEVOTA por SAN
FRANCISCO DE SALES |
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Los
avisos y ejercicios que se requieren para conducir al alma, desde su primer deseo de la vida devota, hasta
una entera resolución de abrazarla. |
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CAPITULO
I |
Descripción
de la verdadera devoción |
CAPITULO
II |
Propiedad
y excelencia de la devoción |
CAPITULO
III |
Que
la devoción es conveniente a toda clase de vocaciones y profesiones |
CAPITULO
IV |
De
la necesidad de un director para entrar y avanzar en la devoción |
CAPITULO
V |
Que
es menester comenzar por la purificación del alma |
CAPITULO
VI |
De
la primera purificación, que es la de los pecados mortales |
CAPITULO
VII |
De
la segunda purificación, que es la del afecto al pecado |
CAPITULO
VIII |
De
cómo se ha de hacer esta segunda purificación |
CAPITULO
IX |
Meditación
1ª: De la Creación |
CAPITULO
XI |
Meditación
2ª: Del fin para el cual hemos sido creados |
CAPITULO
XI |
Meditación
3ª:De los beneficios de Dios |
CAPITULO
XII |
Meditación
4ª:De los pecados |
CAPITULO
XIII |
Meditación
5ª:De la muerte |
CAPITULO
XIV |
Meditación
6ª:Del juicio |
CAPITULO
XV |
Meditación
7ª:Del infierno |
CAPITULO
XVI |
Meditación
8ª:El Paraíso |
CAPITULO
XVII |
Meditación
9ª:A manera de elección del Paraíso |
CAPITULO
XVIII |
Meditación
10ª:A manera de elección que el alma hace de la vida devota |
CAPITULO
XIX |
Cómo
se ha de hacer la confesión general |
CAPITULO
XX |
Promesa
auténtica para grabar en el alma la resolución de servir a Dios y
concluir los actos de penitencia |
CAPITULO
XXI |
Conclusión
para esta primera purificación |
CAPITULO
XXII |
Que
es necesario purificarse del afecto al pecado venial |
CAPITULO
XXIII |
Que
hemos de purificarnos del afecto a las cosas inútiles y peligrosas |
CAPITULO
XIV |
Que
hemos de purificarnos de las malas inclinaciones |
Diversos avisos para elevación del alma a Dios, mediante
la oración y los Sacramentos |
|
CAPITULO
I |
De
la necesidad de la oración |
CAPITULO
II |
Breve
método para meditar y primeramente de la presencia de Dios, primer
punto de la meditación |
CAPITULO
III |
De
la invocación, segundo punto de la preparación |
CAPITULO
IV |
De
la proposición del misterio, tercer punto de la preparación |
CAPITULO
V |
De
las consideraciones, segunda parte de la meditación |
CAPITULO
VI |
De
los afectos y propósitos, tercera parte de la meditación |
CAPITULO
VII |
De
la conclusión y ramillete espiritual |
CAPITULO
VIII |
Algunos
avisos útiles sobre la meditación |
CAPITULO
IX |
De
las sequedades que nos vienen de la meditación |
CAPITULO
XI |
La
oración de la mañana |
CAPITULO
XI |
De
la oración de la noche y del examen de conciencia |
CAPITULO
XII |
El
retiro espiritual |
CAPITULO
XIII |
De
las aspiraciones, oraciones, jaculatorias y buenos pensamientos |
CAPITULO
XIV |
De
la Santa Misa y cómo se ha de oír |
CAPITULO
XV |
De
otros ejercicios públicos y en común |
CAPITULO
XVI |
Que
es menester honrar e invocar a los santos |
CAPITULO
XVII |
Cómo
se ha de escuchar y leer la Palabra de Dios |
CAPITULO
XVIII |
Cómo
se han de recibir las inspiraciones |
CAPITULO
XIX |
De
la santa confesión |
CAPITULO
XX |
De
la comunión frecuente |
CAPITULO
XXI |
Cómo
se ha de comulgar |
Muchos
avisos sobre el ejercicio de las virtudes |
|
CAPITULO
I |
De
la elección que conviene hacer en cuanto al ejercicio de las virtudes |
CAPITULO
II |
Continuación
del mismo razonamiento sobre la elección de las virtudes |
CAPITULO
III |
De
la paciencia |
CAPITULO
IV |
De
la humildad exterior |
CAPITULO
V |
De
la humildad más interior |
CAPITULO
VI |
Que
la humildad hace que amemos nuestra propia abyección |
CAPITULO
VII |
Cómo
se ha de conservar el buen nombre practicando, a la vez, la humildad |
CAPITULO
VIII |
De
la amabilidad para con el prójimo y de los remedios contra la ira |
CAPITULO
IX |
De
la dulzura con nosotros mismos |
CAPITULO
XI |
Que
es menester tratar los negocios con cuidado, pero sin afán ni inquietud |
CAPITULO
XI |
De
la obediencia |
CAPITULO
XII |
De
la necesidad de la castidad |
CAPITULO
XIII |
Avisos
para conservar la castidad |
CAPITULO
XIV |
De
la pobreza de espíritu practicada en medio de las riquezas |
CAPITULO
XV |
Cómo
ha de practicar la pobreza real el que es rico de hecho |
CAPITULO
XVI |
Manera
de practicar la pobreza de espíritu en medio de la pobreza real |
CAPITULO
XVII |
De
la amistad y , en primer lugar, de la que es mala y frívola |
CAPITULO
XVIII |
Los
amoríos |
CAPITULO
XIX |
De
la verdadera amistad |
CAPITULO
XX |
De
la diferencia entre la amistad verdadera y las amistades falsas |
CAPITULO
XXI |
Advertencias
y remedios contra las malas amistades |
CAPITULO
XXII |
Algunas
otras advertencias sobre las amistades |
CAPITULO
XXIII |
De
los ejercicios de la mortificación exterior |
CAPITULO
XIV |
De
las conversaciones y de la soledad |
CAPITULO
XV |
De
la decencia en los vestidos |
CAPITULO
XVI |
Del
hablar, y primeramente cómo hay que hablar con Dios |
CAPITULO
XVII |
De
la honestidad en las palabras y del respeto debido a las personas |
CAPITULO
XVIII |
De
los juicios temerarios |
CAPITULO
XXIX |
De
la maledicencia |
CAPITULO
XXX |
Algunos
otros avisos acerca del hablar |
CAPITULO
XXXI |
De
los pasatiempos y recreaciones y, en primer lugar, de las que son
lícitas y laudables |
CAPITULO
XXXII |
De
los juegos prohibidos |
CAPITULO
XXXIII |
De
los bailes y pasatiempos que son lícitos y que no, obstante, son
peligrosos |
CAPITULO
XXXIV |
Cuándo
se pude jugar y bailar |
CAPITULO
XXXV |
Que
es necesario ser fiel en la ocasiones grandes y en las pequeñas |
CAPITULO
XXXVI |
Que
es menester tener el criterio justo y razonable |
CAPITULO
XXXVII |
De
los deseos |
CAPITULO
XXXVIII |
Aviso
a las personas casadas |
CAPITULO
XXXIX |
De
la honestidad del tálamo nupcial |
CAPITULO
XL |
Aviso
a las viudas |
Los
avisos necesarios contra las tentaciones más ordinarias |
|
CAPITULO
I |
Que
no hay que hacer caso de las palabras de los hijos del mundo |
CAPITULO
II |
Que
es menester tener buen ánimo |
CAPITULO
III |
De
la naturaleza de las tentaciones y de la diferencia que hay entre el
sentir la tentación y el consentir en ella |
CAPITULO
IV |
El
sentir y el consentir. Dos bellos ejemplos acerca de este punto |
CAPITULO
V |
Aliento
para el alma que se encuentra tentada |
CAPITULO
VI |
De
qué manera la tentación y la delectación pueden ser pecado |
CAPITULO
VII |
Remedio
contra las grandes tentaciones |
CAPITULO
VIII |
Que
es menester resistir a las tentaciones pequeñas |
CAPITULO
IX |
Cómo
se han de remediar las pequeñas tentaciones |
CAPITULO
X |
Cómo
se ha de robustecer el corazón contra las tentaciones |
CAPITULO
XI |
De
la inquietud |
CAPITULO
XII |
De
la tristeza |
CAPITULO
XIII |
De
los consuelos espirituales y sensibles y cómo hay que conducirse en
ellos |
CAPITULO
XIV |
De
las sequedades y esterilidades espirituales |
CAPITULO
XV |
Confirmación
y aclaración de lo que hemos dicho, con un ejemplo notable |
Ejercicios
y avisos para renovar el alma y confirmarla en la devoción |
|
CAPITULO
I |
Que
cada año conviene renovar los buenos propósitos con los ejercicios
siguientes |
CAPITULO
II |
Consideración
sobre el inmenso beneficio que Dios nos hace al llamarnos a su servicio,
según la promesa ya citada |
CAPITULO
III |
Del
examen de nuestra alma sobre el avance en la vida devota |
CAPITULO
IV |
Examen
del estado de nuestra alma con relación a Dios |
CAPITULO
V |
Examen
de nuestro estado con relación a nosotros mismos |
CAPITULO
VI |
Examen
del estado de nuestra alma con relación al prójimo |
CAPITULO
VII |
Examen
sobre los afectos de nuestra alma |
CAPITULO
VIII |
Afectos
que es menester excitar después del examen |
CAPITULO
IX |
Consideraciones
oportunas para renovar nuestros buenos propósitos |
CAPITULO
X |
Primera
consideración: de la excelencia de nuestras almas |
CAPITULO
XI |
Segunda
consideración: de la excelencia de las virtudes |
CAPITULO
XII |
Tercera
consideración: del ejemplo de los santos |
CAPITULO
XIII |
Cuarta
consideración: del amor que Jesucristo nos tiene |
CAPITULO
XIV |
Quinta
consideración: del amor eterno de Dios a nosotros |
CAPITULO
XV |
Afectos
generales sobre las anteriores resoluciones, y conclusiones del
ejercicio |
CAPITULO
XVI |
De
los sentimientos que es menester conservar después de este ejercicio |
CAPITULO
XVII |
Respuesta
a dos objeciones que pueden hacerse acerca de esta
"introducción" |
CAPITULO
XVIII |
Tres
últimos e importantes avisos para esta "introducción" |